Entre sueños y fantasías
Una llamada en la noche para contarte ese sueño que acaba de hacer arder mi cama. ¿Cuándo lo hacemos realidad??
Me acabo de despertar de un sueño, ha sido tan real que aún tengo la respiración acelerada. Si vieras mis pezones ahora mismo te darían ganas de pellizcarlos seguro, porque es lo que estoy haciendo yo ahora mismo, no lo puedo evitar...
Sí, también estoy muy mojada, lo noto tocando la braga por fuera.
Ahora por debajo de la braga, llevo mis dedos por toda mi vulva, mi clitorix, los deslizo y me los meto dentro. Ufff está todo empapado...Creo que me he corrido durante el sueño, en el sueño me he corrido, eso seguro, aún lo puedo sentir, pero creo que ha sido también real, aunque aún sigo con ganas...pero bueno eso me pasa cuando estoy muy cachonda, ya sabes, que quiero mas y más, no me vale con un orgasmo, es como adictivo.
Por eso no me he podido resistir a llamarte para contarte el sueño, aunque igual mientras te lo cuento me empiezo a venir arriba otra vez...si se me va la voz igual estoy con la mano ocupada por ahí....
¿Te apetece que te lo cuente?? Mmmmm, creo que eso es un si 😏
El principio lo tengo borroso, así por resumir había algo de alcohol de por medio y hablábamos descaradamente.
Se nos veía excitados desde fuera, teníamos una conversación vacilona, que se iba volviendo calenturienta por momentos.
Los temas iban y venían entre experiencias que habíamos tenido alguna vez y cosas que nos apetecía hacer.
De repente la conversación seguía pero ya no estábamos allí (los sueños y sus cosas) estábamos caminando en la calle riéndonos y calentándonos a partes iguales.
Me acerqué a tu oído y te dije que estaba muy cachonda, lo sabias de sobra, y por cómo notaba tu polla al rozarla con mi pierna estabas como yo o peor. Pero sentía la necesidad de decírtelo desde más cerca y contarte como si fuera un secreto que desde hace un rato me estaba apeteciendo tocarme, y me apetecía que me miraras. Noté tu polla endurecerse más contra mi pierna.
Con la voz entrecortada me dijiste que te apetecía mucho mirarme.
Y de repente otra vez ya no estábamos en la calle(qué envidia la logistica de los sueños).
Ahora estaba yo encima de una cama, de rodillas, con las piernas abiertas, incorporada. Estaba en ropa interior, roja oscura, aterciopelada. Mi pelo estaba liso de repente. Revisaba la habitación intentando decidir dónde te ibas a poner tú, que estabas de pie vestido mirándome.
Seguía muy excitada y no podía decidirme, quería que me vieras pero como si no estuvieras allí, como si me espiaras.
Propusiste ponerte detrás de la puerta y mirarme a través de la rendija como si no estuvieras allí. Pero también quería que estuvieras allí cerca, quería oír tu respiración que me estaba volviendo loca, pero no quería verte mirándome mientras me tocaba, porque entonces no seria como si miraras en secreto y ya no me masturbaría para mí como quería hacer, ya lo haría para ti como más show...
Y entonces se me ocurrió que te quedarías sentado en frente en una silla que había y yo me vendaria los ojos para no verte mirando y así imaginarme que no estabas allí...
Coloqué la silla y mientras, aprovechaste para acercarte y tocarme, me apretaste contra ti desde atrás, tocando con una mano mis tetas por debajo del sujetador y con la otra mi coño por encima del tanga pero apretando. Y aunque no pude evitar gemir, y casi me dejo llevar, me solté y seguí con mi plan. Pero como había muchas posibilidades de que en cinco minutos me estuvieras follando a medio juego te até las manos por detrás de la silla con una cuerda que apareció mágicamente por alli y así no podrías tocarte ni moverte demasiado, al menos hasta que consiguieras deshacer los nudos.
Mientras te ataba ya estabas desnudo y mi tanga mojado a horcajadas sobre tus muslos buscaba tu polla empalmada. La rocé dos, tres veces subiendo y bajando y me esforcé mucho en separarme porque en ese momento solo pensaba en dejarme de rollos y metermela hasta el fondo ya mismo.
Así que me aparté, me apodere de la cama y me puse la venda en los ojos. Era suave, rosa y negra como de raso, la até fuerte para que tardara en aflojarse. Ya no veía nada. Me tumbé y empecé a acariciarme los pechos por debajo del sujetador, tenía los pezones increíblemente duros, contraídos. Una mano se fue hacia abajo y empecé a juguetear con mi sexo, por fuera, empecé a acariciarlo todo, tocaba mis labios enteros arriba, abajo, rodeaba mi clitorix de lejos. Estaba todo húmedo, como ahora mismo lo tengo. Si, ya tengo una mano ocupada de nuevo, solo de acordarme me vuelvo a poner. Creo que tu también estas dando mejor uso a una mano, casi no dices nada mmmm
El tanga había desaparecido mágicamente, y me acariciaba ahora a dos manos los muslos por dentro, la vulva, las ingles, volvía a bajar, tiraba un poco de un labio con una mano, la otra se acercaba al clitorix. Volví a subir a mis pechos y me deshice del sujetador. Me incorporé hasta ponerme de rodillas y busqué algo a mi alrededor.
Allí estaba a mi lado de repente mi juguete nuevo, lo palpé entero a ciegas, arriba y abajo, con su forma parecida a un pene, aunque más pequeño que el tuyo, y ese dedito que le sale por delante que tan bien puesto está para caer justo en el clitorix estratégicamente. Por inercia me lo metí en la boca, lo chupé entero, me sentía muy guarra y muy sexy a la vez, iba haciendo lo que me pedía el cuerpo. Me habría olvidado de que estabas allí si no hubiera sido por algún gemido puntual, y por que te oía intentando luchar por deshacer los nudos de las cuerdas contra la silla.
Respirabas súper fuerte mientras yo seguía chupando mi juguete, que entraba y salía de mi boca.
Cuando ya lo toqué con mi mano de arriba a abajo y consideré que estaba suficientemente empapado de saliva lo acerque a mi coño y empecé a jugar con el por fuera, rozando todo. Le di al botón y empezó a vibrar. Mi piel se erizo y di un respingo, mis pezones se pusieron de punta. Seguía de rodillas y abrí más mis piernas.
Aunq me masturbaba para mi, también quería que lo vieras bien. Estaba en frente tuya erguida de rodillas en la cama, abierta de piernas y empecé a meterme en juguete entero hasta el fondo. Gemi al meterlo y quería incrustarlo hasta dentro, pero me resistí y seguí despacio, arriba, abajo, arriba, abajo, suave. Al llevarlo arriba la especie de dedito que quedaba fuera de mi coño rozaba mi clitorix dándome ganas de empujarlo más. Empece a mover mi pelvis contra el juguete instintivamente buscando mis puntos favoritos.
Entraba y salía, y con el movimiento la venda se había aflojado un poco. No quería mirar pero no pude evitar la curiosidad. Por la parte de abajo de la venda alcanzaba a ver tu polla ,estaba enorme, se notaba durísima, apuntando al techo. Tenias las piernas totalmente en tensión, buscando apretar al no poderte tocar. Te movías desesperado intentando desatarte al menos una mano para poder tocarte.
Esa polla iba a explotar como tardaras más.
Solo de verte así perdí el control, empecé a moverme salvaje contra el juguete pensando en tu polla, hasta el fondo. Me tiré hacia atrás, me apoyé en una mano para no estar tumbada entera y la otra mano seguía metiendo y sacando el juguete más fuerte. Desde esa posición el hueco de la venda ya me dejaba verte entero, cerraba los ojos para evadirme y los volvía abrir porque me enloquecia verte así de caliente.
Entonces, te desataste y agarraste esa polla por fin que pedia a gritos ser pajeada con fuerza y eso hiciste.
La imagen pudo más que yo y le di al botón que activaba el modo percutor de mi juguete, esa era su traca final. Como lo tenía metido entero empezó a golpear el fondo de mi vagina dando directamente donde más me gusta. Ya no pude controlar los gemidos que salían de mi, me retorcía por la cama en un orgasmo brutal.
Me corrí con tu imagen de fondo chorreando semen por tus manos, no podré olvidar esa cara...