Entre Sueño y Realidad 6

Tantos años escapando del amor y llegaste tú...

CLAUDIA

Vamos rumbo al hotel, Oscar se fue de volada a su departamento para regresar al instante, la verdad intento maquinar realmente como poder remediar todo este enredo, no quiero que ella se desilusione de mí aunque bien ganada me lo tendría por tan caída del árbol.

En el camino ella va mirando a través de la ventana del auto las luces de la ciudad, yo intento ir concentrada en manejar pero no puedo  estar del todo atenta al camino, mis  ojos la buscan, mis pensamientos la necesitan  mis sentidos están más en ella, y a causa de eso ya van como 4 luces que por poco y me paso, aparte de las tan lindas palabritas que salen de la boquita de los otros conductores que si fueran golpes ya andaría en el hospital en cuidados intensivos L, a lo que ella se percata.

Patricia: será mejor que yo  maneje, quiero llegar viva a mi destino…

Claudia: no te preocupes sé manejar y llegarás bien a tu destino.

Patricia: pues no parece, ya que  andas frenando y veo como los demás conductores quieren matarte con la mirada…

Claudia: disculpa??? No será que quieren conmigo que es muy diferente a quererme matar???

Patricia: ajam sí seguro, mira cómo se mueren por ti que hasta los ojos rojos de la cólera por verme junto a ti ponen…

Claudia: pensarán que eres su competencia…

Patricia: ya quisieras tú ver eso – viendo como le brillan los ojos - pero si analizamos mejor las cosas puede que sea al revés, más bien te están viendo así porque es a mí a quien miran con deseo.

Claudia: jajaja bien ocurrente eres sinceramente, de seguro ahora me dirás que superman está dando vueltas.

Patricia: quieres comprobarlo?? – y sin más bajo la ventana de mi lado y un tipo con ganas de despotricar por la última frenada que di saca la cabeza por la ventana.

Desconocido: loca del demonio, quieres aprender a manejar??? Que vas a provocar un accidente…

Patricia: hola disculpa a mi amiga, es que aún no entiende cuál es el acelerador o los frenos.

Desconocido: pues deberías enseñarle de día no a esta hora preciosa.

Patricia: si eso mismo le digo pero es terca aquí mi amiguita, pero tranquilo que en un momento ya llegamos…

Desconocido: pues si gustas yo te llevo y dejamos a tu amiga que se mate sola, así salvamos tu belleza preciosa.

Patricia: y pues gracias pero no te preocupes que si la dejo sola provocara mayores accidentes…

Desconocido: pues si gustas yo las sigo, la dejas en su destino y de ahí te invito a beber algo…

Patricia: gracias pero primero tendría que dejarla bien instalada…

Desconocido: despreocúpate que yo te espero el tiempo que sea necesario

Patricia: gracias entonces…. – y fue aquí cuando explote y tomándola del brazo….

Claudia: no es necesario, que ella no sale contigo así fueras el último...

Desconocido: y eso a ti quién te ha preguntado…

Claudia: y a ti qué te importa, y arrancando que aquí nadie te paga por estar abordando a las personas.

Desconocido: mírenla encima de peligro al volante ahora saca las garritas… mejor agarra bien tu timón y dedícate a manejar bien que llevas ahí a un ángel, aunque no estas mal tu tampoco así que te parece si ambas estacionan y las invitamos...

Y a este tipo qué le pico? hay no, ahora si ando re furiosa, Patty me mira a los ojos y se da cuenta de mi estado, y en vez de tranquilizarme me sonríe, o sea ahora soy el payaso de la noche???

Claudia: mira hijo de la mala leche (sorry pero pa no escribir palabrotas a veces es bueno dibujarlas) mejor haz operación fuga que ahorita me cruzo y te vuelo lo poco de hombre que tienes….

Desconocida: habías tenido tu geniecito... – dicho esto comenzó a bajarse de su auto y acto seguido comenzó acercarse, pero como siempre eh dicho nosotras somos más inteligentes… mientras se bajaba no se percató que había toda una fila  tocando el claxon y la policía hizo acto de presencia…

Claudia: uyyy pobrecito ya no podrá invitar nada…

Policía: a ver qué sucede aquí sus papeles – dirigiéndose al tarado este –

Desconocido: nada señor policía pasa que nos bajamos para ayudar a estas bellas damas que necesitan ayuda para llegar a su destino.

Claudia: nosotras ayuda???? Desde cuándo? A ver hasta donde sé no es de caballeros  involucrar a las mujeres en sus líos y mucho menos a nosotras a quienes nos decías angelitos hasta hace un momento…

Policía: le dije sus papeles y es Ud. quien está parando el tráfico ya que el auto de la Srta. esta con las luces encendidas indicando que esta estacionada… apúrese sus papeles….

Desconocido: pero que le digo que nos bajamos ayudar.

Policía: es eso verdad srta???

Claudia: para nada sr. policía, aquí los jóvenes que andan de picaflores metiéndonos  charla para ver si caemos, mientras provocaban esta congestión…

Policía: que vergüenza querer agarrarse de las faldas de las Srtas. para salir librados de esta.

Desconocido: pero sr. …

Policía: Pero nada, me van a tener que acompañar…

Desconocido: me las vas a pagar – dirigiéndose a mí…

Claudia: avísame cuánto es y te envío el cheque… pero mientras tanto bye papacito – mandándole un beso y arranco… para todo esto Patricia feliz riéndose de todo el drama…

Patricia: jajaja viste??? Confirmado él quería conmigo.

Claudia: ajam, de hecho que quería pero comerte, acaso no lo viste????

Patricia: jajajajaja, está bien por hoy démosle empate, porque al final también quiso contigo.

Claudia: que graciosa ja ja ja , vamos atrasadas, de seguro Oscar ya debe estar de regreso en mi departamento así que mejor nos apuramos. – y sin decir más maneje hasta su hotel, la verdad estaba demasiado furiosa con esos tipos y con ella, porque, ellos por aventados y ella por provocarme el enojo, es que acaso no se da cuenta que me revienta que los demás la miren así??. El trayecto la pasamos en silencio, perdidas en nuestros pensamientos llegamos al hotel, ella se bajo y me pregunto si me esperaba aquí o subía con ella, yo la verdad tartamudeando le dije que la acompañaba si ella gustaba, ella me dijo que dependía de mi, yo al final acepte, no quiero estar lejos de ella, no después de todo lo que escuche… aparqué el auto y nos encaminamos al hotel, al esperar el ascensor, vi que ella me queda mirando logrando ruborizarme dibujando una sonrisa en su rostro que me dejo embobada y solo atiné a bajar la mirada, al entrar en el ascensor quería ir solo con ella pero tuvimos la desafortunada suerte de viajar esos minutos con un señor ya de edad quien saludó muy cordialmente a mi princesa, yo me quedé a un lado escuchándolos.

Patricia: Don Carlos como está ud.?

Don Carlos: bien hija muy bien y cómo te fue hoy a ti...

Patricia: algo cansador pero muy bien…

Don Carlos: y cómo te fue con tu amor, en la mañana te vi muy contenta al comentarme que verías hoy a la luz de tus ojos….

Permítanme….what?????? que escuché?????? La luz de sus ojos????? A ver a ver como esta esto – y al voltear a verla me di con la sorpresa que ella estaba totalmente ruborizada sin saber qué decir y ahí entendí que ella sentía lo mismo y quizá más por mí…

Patricia: regular Don Carlos, este día fue fatal, lo planeado no me salió y al final terminamos como medio enojándonos, así que imagínese.

Don Carlos: tranquila hija, verás que eso se soluciona, sólo ten paciencia y sé fuerte en continuar.

Patricia: que más quisiera eso, pero bueno cuénteme como le fue a Ud.

Don Carlos: sensacional ya te contaré mañana, ahora solo quiero llegar a mi cuarto y dormir, que hoy mis queridos colegas me hicieron trabajar como negro para vivir como blanco.

Patricia: entiendo Don Carlos, pero permítame, quiero presentarle a Claudia Lagos.

Le estiré la mano para saludarlo y ser cortés pero el viejito me jalo para darme un beso…mañosín el viejito o muy cariñoso, pero igual me cae súper bien.

Don Carlos: Mucho gusto niña, realmente es un honor para mí poder compartir este momento con dos bellezas.

Llegamos al piso indicado y veo que nuestro acompañante nos invita a almorzar, obviamente no podíamos este fin de semana así que lo dejamos para los próximos días. Se despidió y entró a su habitación y mientras tanto nosotras entrando a nuestro destino.

Ella me pide que la espere que preparará una maleta pequeña para llevar a mi casa, yo la espero  sentada a un lado mientras ella está en pleno ajetreo, digo yo fácil dos mudas un pijama y lo básico para el aseo, pero ella no, está que pone de todo y para rematarla saca algo después se arrepiente y vuelve a guardarlo…aishhhh así no saldremos pronto, aunque yo pagaría por  que fuera así pero conociendo a Oscar es capaz de venir hasta aquí y sacarnos sí o sí,  mientras ella sigue viendo sus cosas yo me voy a parar frente a la ventana, la noche esta hermosa, algo fría pero muy linda y sin querer me pierdo en ella, recuerdo los momentos vividos y de todo siempre me lleva aquel amor que nunca llegó a concluir y me veo aquí, volviendo a sentir todo esto y aunque me asusta me gusta. No se cuánto tiempo estuve en mis pensamientos que al reaccionar di la vuelta sobre mi sitio para ver si había terminado y me sorprendió verla mirándome, en verdad me sentí tonta y lo refleje en mi rostro…ella solo me sonrió y acercándose a mi pasó su mano por mi rostro y sólo quise cobijarme en ella cerrando los ojos…no hubo palabras, estas sobraban sólo nos dejamos llevar por lo que sentíamos, sentí que la mano que tenía libre la posaba en mi cintura aprovechando con ese movimiento en acercarme a ella y sin abrir mis ojos me deje llevar, hacía mucho deseaba este momento y fue con la persona que sin conocerla sentía que la conocía de toda la vida.

Este momento pudo durar una eternidad pero como nada es perfecto mi cel terminó por traerme a la realidad y aunque no quise tenía que contestar, porque sabía que sino lo hacía Oscar no me dejaría en paz (él tiene un sonido peculiar en mi cel) y sin mirarla a los ojos me alejé de ella, es que si la miraba en ese momento hubiera perdido el rumbo de todo y sé que después me hubiera arrepentido de todo y eso ella no se lo merece.

Oscar: mujer ustedes han ido a la china a traer la valija????

Claudia: hola marido mío, tranquilo que ya vamos saliendo.

Oscar: eso espero por que eh tenido que quedarme en el auto ya que hace frío afuera.

Claudia: danos 10 min y llegamos.

Y sin mas le colgué, voltee para buscarla pero no la vi, seguí entrando y la vi parada frente a la ventana, y aunque tenia muchos deseos de acercarme y abrazarla sólo me quedó avisarle.

Claudia: era Oscar, nos está esperando fuera del departamento.

Patricia: ya tengo todo listo, cuando quieras nos vamos.

Y sin decir más salimos de su habitación, en el ascensor ninguna de las dos dijo nada, sólo al llegar a recepción me pidió que vaya avanzando que ella enseguida venía. Así fue, acomodé su valija y  esperé a que ella llegara para poder irnos, nadie dijo nada en el camino, ambas estábamos metidas en nuestros mundos. Al llegar Oscar nos dio alcance y los tres enrumbamos al departamento, el nos vio extrañas y como buen hombre comenzó a molestar.

Oscar: o me parece o a la dos les comieron la lengua los ratones??

Claudia: xq lo dices?

Oscar. Por que ambas están muy calladitas.

Patricia: pasa que estoy cansada y me olvidé que tengo algunas llamadas que hacer y venia pensando en eso.

La verdad yo no creí nada de lo que dijo Patricia, pero respeté su respuesta.

Oscar: bueno no digo más, a ver y como nos arreglamos para dormir por que mañana debemos despertarnos temprano si queremos terminar pronto tu depa y así challarlo pronto.

Claudia: tranquilo que tu dormirás en la sala – le dije mientras entrabamos al departamento –ahora mismo voy en busca de unas mantas para que comiences a disfrutar de tu placentero sueño.

Oscar: claro, cambié mi súper cama por un mueble verdad??

Claudia: y que querías, dormir con nosotras???

Oscar: no sería mala idea, yo en medio así las protegía a ambas

Voltee a ver a Patricia y esta tenía una mirada muy picara….perdón???? y a esta que le pasa. En verdad me está haciendo enojar y por arte de magia se me salen los diablos azules.

Claudia: mirando a Patricia –ok si quieres dormir con él por mí no hay problema, yo me vengo aquí a la sala y así ustedes tortolitos se la pasan linda adentro.

Patricia y Oscar: jajajajajajajajaja…

Patricia: es que acaso no te das cuenta que te está gastando una señora broma, y tú caes como si nada en ella, en serio te pasaste.

Oscar: qué pasa Claudita acaso ya no reconoces mis bromas???, parece que hoy no andas de tan buenos ánimos.

Claudia: mirando a Oscar –sabes que??? Mejor échate a dormir sino quieres que te mande a dormir pero al hospital.

Oscar: pero que geniecitos nos manejamos caray.

Patricia: puedes decirme dónde dormiré???.

Claudia: sígueme… - y sin decir más la dirigí a mi habitación – aquí puedes poner tus cosas, para ese lado está el baño, tienes toallas limpias, sea lo que necesites solo avísame.

Patricia: ¿y tú dónde dormirás?

Claudia: Pues… mmm… no lo había pensado, pero creo que en la sala, echaré algo sobre el otro sofá para descansar –ay esto de hacerme la difícil cuesta demasiado ufff… ¿tanto me gusta como para no lanzarme de inmediato a la cama con ella?

Patricia: Perdona que llegue a incomodarte a tu propia casa, sé que actúas por cortesía, pero no puedo permitírmelo, deja que yo me vaya a la sala sí…

Claudia: No cómo crees, yo allá y tú acá, ya está dicho…

Patricia: No, no, no… no se diga más tú descansa en tu camita que yo me arrimo por ahí.

Oscar: Ey! Parcito duérmanse y dejen su tira y afloja y duerman juntas…

Patricia y Claudia: ¡Cállate Óscar!

Sin embargo algo ocurrió en ese momento, no nos dijimos nada, sólo nos observamos, quizás pensando en lo que dijo Oscar, tuve miedo de preguntarle, no así las ganas que por dentro quemaban, ya no era sólo un tema sexual, era el tenerla, sentirla cerca, dormir abrazada a ella, sentir su respiración, su calor, su cuerpo junto al mío ¿podría soportar algo así sin que pasara nada más? Ufff difícil, sin embargo era un hermoso reto que me demostraría si lo nuestro es sólo una atracción sexual o es amor.

Patricia: Lo siento, sé que Óscar a veces habla sólo taradas, pero quizás tenga razón, somos mujeres lo suficientemente maduras para poder compartir una cama sin que tenga que pasar algo –podré resistirlo mmm… ni yo me lo creo, pero deseo compartir esta noche a su lado – eso, siempre y cuando no te moleste o incomode claro está.

Claudia: Está bien, además que el sofá es bastante incómodo y lejos de mi camita siempre se me dificulta dormir – ¿dormir? No sé si pueda con tamaña tentación a mi lado-

Patricia: Bueno, ya está, me daré un baño eso sí, es mi costumbre…

Claudia: Ok y yo  me beberé una copita de vino blanco, como también es mi costumbre…

Patricia: mmm… que exquisita costumbre ¿me sirves una por favor?, aunque no soy de vino pero creo que vendría bien para el momento -¿para el momento? ¿Por qué dije eso? ¡ay Paticita, quieres jugar con fuego y te puedes quemar!

Claudia: Perfecto, veré si Óscar se durmió y aprovecho de apagar las luces para descansar ya que es bastante tarde.

Patricia: Bueno, voy a la ducha, no demores que yo no demoraré mucho tampoco sí…

Así estábamos, jugando a ser cómplices en algo que no se sabía a dónde iba, sin embargo era un juego explícito que ambas decidimos jugar. Una mezcla entre inocencia y sensualidad… Nuestras miradas se fingían cómplices en algo que parecía meramente inocencia, sin embargo nuestros ojos nos quemaban en cada cruce fugaz a su paso.

Recorrí el departamento y Óscar no sólo dormía sino que por la manera que roncaba parecía que era un motor con el tubo de escape roto, sería una larga noche si éste seguía roncando así, pero por otro lado mi cabecita le vio el lado positivo indicándome que sería un buen indicativo sonoro para saber si se despertaba y nosotras estábamos en algo que… ¡ay cabeza, cómo piensas esas cosas, no me ayudas mucho a pasar fríamente esta noche! Mejor sirvo el vino y me voy al cuarto ¿y si mejor llevo la botella? Digo, por si acaso…

No quería incitar a nada, pero parte de mi rutina nocturna y solitaria era poner música suave, encender unas velas, dejar al vapor alguna esencia aromática y mientras beber una copa de vino en la tina, pero estando Patricia no podría hacer mi rutina, aunque no completa, pero sí ambientar, espero no le moleste y piense que quiero hacerla caer, menos estando éste aquí tocando el violín y la orquesta completa, puff… en qué momento se me ocurrió decirle que se viniera a quedar, en fin creo que es lo mejor para no tentarme, aunque no sé si sea impedimento para… ¡Claudia para mujer, te hace falta una ducha bien fría parece!

Estoy en esos pensamientos cuando siento que se abre la puerta del baño y ahí está ella, más hermosa que nunca con una camisola de encajes que dejaba sus hombros al descubierto y su cuello pidiendo ser tocado, lamido, mordido…

Patricia: ¿Claudia?... ¡Claudia!... ¿qué pasó?...

Claudia: ¿Cómo? ¿Qué? ¿Qué le pasó a quién? – reacciona Claudia, deja de hacer tan notorios tus deseos- Ah, perdona, si lo dices por la luz de las velas y la música y todo, es que junto al vino es mi rutina nocturna, es lo único que me relaja y me hace dormir bien.

Patricia: Está precioso, además que huele exquisito ¿qué es?

Claudia: Es una mezcla de esencias que en lo personal me encanta: musk, un toque de canela y una pequeña nota de bergamota.

Patricia: Wow, simplemente exquisito.

Claudia: Te parece si nos sentamos mientras a beber la copa y conversamos ¿o te quieres dormir de inmediato?

Patricia: Con la ducha se me pasó el sueño, pero sólo te acompaño con una copa, que el vino si bien es cierto me encanta, pero siempre me traiciona los sentidos.

Claudia: Tranquila, que estoy para cuidarte…

Patricia: Eso es lo que me preocupa… jajajaja… bromita, no te molestes.

Entiendo su broma, pero de todas maneras hago un puchero y cuando veo que piensa que es en serio le sonrío y ella sonríe conmigo, hacemos ademán de salud para beber las copas el unísono y sin dejar de mirarnos…

PATRICIA

Todo esto ha sido una montaña rusa de emociones, ella me eleva con sus encantos, me idiotiza, me hace sentir una niña con todo este torbellino de emociones, pero me da miedo, es inevitable no sentir miedo de volverme a enamorar.  Por una lado me deleito sólo observándola y mi corazón me dice que es Claudia con quien quisiera estar por siempre, pero mi cabeza mata mis ilusiones cuando me recuerda que es una mujeriega y que siempre tendré el temor que si no está conmigo que con quién estará, pero nuevamente mi corazoncito va  a su rescate y me dice que si ella siente lo mismo ya no tendrá ojos para otras mujeres… En fin… la fantasía es tan hermosa que cuando abrimos los ojos nos damos cuenta que todo es más complejo que sólo lanzarnos del décimo piso, abrir los brazos y comenzar a volar, la realidad te llevará de súbito al suelo.

La observo y no me aburro de observarla, me sabe a ángel, sin ser mía la siento así, me da seguridad, me da confianza y en sus brazos habitaría por siempre.

Estaba en el cuarto guardando lo suficiente para ir a su departamento y en mi interior sentía la euforia de una niña que por primera vez se queda fuera de su casa.  Me sentía como adolescente ilusionada con esta nueva aventura.  Estaba en mis pensamientos cuando en eso me quedo observando a Claudia y no pestañaba, era como si me mirara pero en su mente ya estaba conmigo, estuve no sé cuánto rato mirándola cuando ella vuelve y se percata y se sintió avergonzada donde la descubrí, pero dentro del malestar de hacerla sentir apenada, sentí una ternura que me embargó y me olvidé de todo y sólo puede acercarme e irme a su cabeza por un momento, quise ser parte de ella, sentirla parte de mí, tomé su rostro ruborizado y me acerqué lentamente a sus labios, mientras me aferraba aún más a su cintura para no acabar con el momento, sus labios tan dulces, esos movimientos tan suaves y delicados, aquel momento era nuestro, hasta que de súbito un ruido molesto, el celular de ella comenzaba a sonar y quién más inoportuno podía ser, obvio Oscar.

Luego del beso me bajó la frialdad, quizás cierta vergüenza por responder a tal impulso sin pensarlo y no toqué el tema ni ella tampoco y continuamos en nuestra qué hacer.

Luego en su departamento el debate de quién duerme dónde. Oscar obvio que lejos de nosotras, pero Claudia quería dejarme su cama, yo quería dejársela a ella y en el fondo era que yo quería dormir con ella y ella no quería dormir sin mí y una oportuna intromisión de nuestro amigo nos hace que nos decidamos por aquello que ninguna se atrevía a proponer.

No sé por qué sentía nervios, me conozco y sé que puedo controlarme, tampoco soy una animalita que saltaré sobre ella aunque le tenga mil ganas, pero no puedo negar que luego de muchos años vuelvo a sentir más que deseo por alguien, es más que excitación, es la mezcla entre pasión pero también amor y eso me asusta, temo que Claudia me pueda hacer daño, tengo miedo que yo sea una conquista más y que luego que consiga lo que quiere me deje con todo mi amor.  Tengo miedo que sus noviecitas de turnos jamás acepten algo entre nosotras y hagan que termine nuestra relación… aish qué digo, sólo ha habido un par de besos entre nosotras y yo ya le puse “relación” y ahora la estoy terminando por insegura, si estaré loca o no.

Salgo de darme una ducha y ella está ahí, esperándome con una copa de vino en sus manos. Y nuevamente esa mirada de ella que se pierde en mí, siento otra vez esas locas ganas de ir y besarla, pero esta vez me contengo, no quiero que Oscar pueda darse cuenta, aunque parece motocicleta como ronca.

Logro distraerme de su mirada penetrante y sensual y mis sentidos se embriagan con lo que veo.  Un ambiente a la luz de las velas y una exquisita y provocativa mezcla se aromas, una suave música ambiental.  Planeado o no, era una ambientación perfecta que no ayudaba mucho a esto de querer ser “icewoman”, al contrario sin estar a mi lado me tocaba su mirada, me seducía el lugar, me sentía fuera de mí.

La acompañé con la copa de vino, pero sabía que debía controlarme sino esto terminaría por romper con la frágil capa de hielo que quedaba en mí.

Había escuchado tantas cosas de Claudia, de su fortaleza como mujer, como empresaria, de sus dotes de conquistadora y seductora y sin embargo ante mis ojos tenía una mujer sin armadura, una mujer frágil que ya un par de veces se había ruborizado, una niña en cuerpo de mujer.

En este momento no me importó Laura ni ninguna con quien pudiese haber estado, porque sé que conmigo era una mujer diferente a la que presentaba a las demás. A cada sorbo de vino me sentí desafiante, decidida, una aventurera en conquista de algo negado a la vista de los demás, la quería mía y sólo mía, pero no pasajero o de una noche, quería a Claudia conmigo cada noche de aquí en adelante.

Ella acabó su copa y sirvió otra, yo acabé la mía y pedí más, ella me observó preguntando si estaba segura y le dije que sí porque ella estaba para cuidarme, esbozó una hermosa sonrisa que terminó por quebrar la escarcha en mí y decidí sentarme a su lado (definitivamente el vino estaba haciendo lo suyo).

Claudia se ubicó a mi lado y sentí un leve temblor en ella mientras estaba en silencio, cabizbaja, jugando con la silueta de la copa:

Patricia: ¿Qué pasa Claudia, estás bien?

Claudia: Sí, demasiado bien, sólo que tengo miedo de hacerte daño y hacerme daño yo también.

Por primera vez vi que Claudia flaqueaba y dejaba caer una lágrima, no quise preguntar nada, sólo quité su copa de la mano y la dejé sobre la mesita de noche y me recosté en la cama, la atraje a mis brazos y la abracé y sentí como no habiendo sexo ella me pertenecía y que por esa noche éramos la una de la otra.  De sus ojitos caían copiosas gotas de tristeza y miedo al amor, sólo atiné a decirle: Claudia, yo te quiero y lo que siento por ti no es un juego y créeme que así como tú sientes esto yo siento aún más miedos que tú, yo no te voy a hacer daño bebé.

No sé si mi confesión fue para mejor o peor, pero Claudia se aferró aún más a mí y se dejó caer entre llantos y sollozos, yo sólo la sostenía como un bebé mientras acariciaba su cabello y besaba su frente.  Entre sollozos logró calmarse y el ajetreo de la noche anterior le jugó en contra y se durmió.  Saqué su calzado y la cubrí bajo las cobijas, me acosté pero no apagué la luz, dejé algunas velitas para continuar la magia del momento, la magia del ahora, mientras no me durmiera, ella seguiría perteneciéndome.  Me acosté a su lado y de inmediato se apegó a mí buscándome, volví a tomarla entre mis brazos, mientras mi mente vagaba en ilusiones e ensoñaciones de perpetuar ese momento.  Besé suavemente sus labios y le dije buenas noches y ella entre dormida respondió: te amo.

“Te amo”, es tan simple como dos palabras que causan tantas ilusiones, pero a la vez tantos miedos e inseguridades… Es innegable, la amo.  No lo busqué, menos lo planee pero me enamoré de ella y sé que ella de mí, pero a veces es tan difícil romper con las barreras que solas nos auto imponemos.

CLAUDIA

Despierto, me duele un poco la cabeza, intento recobrarme de mi ensoñación y me encuentro en mi camita… con alguien que me tiene abrazada… ¡Patricia!... Pienso en que si pasó algo, pero no, estamos con ropa y comienzo ya  a recordar mi llanto y claro me debo haber dormido. Lentamente logro zafarme de ella, debe tener dormido el brazo, me siento apenada y aún triste al recordar bien el porqué de mi tristeza.  Tanto años arrancando del amor al transformar mi necesidad de querer de cuerpo en cuerpo y cama en cama y aparece ella y derriba toda mi seguridad y mi fortaleza.  No necesitaba del amor hasta que ella apareció y aquí la tengo, en mi cama, pero lo peor de todo en mi cabeza y en mi corazón.

Me acerco a su cuerpo y siento como ella dormida se apega a mí, mi mano busca su cintura y ella hace lo suyo, aprovecho mi brazo y lo paso bajo su cuello y ella pone su cabeza en mi pecho, la aprisiono junto a mí, acaricio su cabello, beso su frente, sus ojos, su mejilla y me es inevitable la tentación de no robar un roce de sus labios. Algo suave, sutil y tan mágico que me produce mil cosas en mi ser, cual si fuese el beso más apasionado logra un fugado gemido de mis labios.  Temo que Patricia se haya despertado, sin embargo lo vuelvo a repetir y me vuelvo a estremecer, me vuelvo  a encender con tal inocencia de aquel roce. Hago un tercer intento pero mi deseo va más allá y no me puedo resistir y la beso, al principio no responde, sin embargo y para mi sorpresa ella luego corresponde mi beso y me produce algo mil veces superior a lo anterior ¡Dios, cómo me pone esta mujer!

Patricia aferra aún más su cuerpo junto al mío y mete su pierna entre las mías, sus manos en mi cintura y sus labios junto a los míos, ya somos sólo dos seres en un cuerpo.  Su calor, su cercanía, su vaivén, su roce, ufff me tiene loca, me ahogo en sus besos incapacitada de poder gemir al son de quien lo provoca.  Me detengo, pienso en mi sentir y saco una frialdad quien sabe de dónde, beso su frente, tomo aire y pronuncio aquella temida palabra por mí luego de muchos años: Te amo Patricia y quiero que esto comience diferente, regálame esta noche en tus brazos, deja entregarte mi corazón y no tan solo mi cuerpo…

PATRICIA

Sus palabras me sorprenden, me enternece, la deseo pero sé que recordaré esta noche aún más vívida que si fuera sólo sexual y sello aquella promesa con un beso.

Noto su nerviosismo y su miedo. Siento que comienza a sacar sus ropas y pienso fugazmente a lo que va, pero luego entiendo su mensaje a comienzo a ayudarla.

Entre besos y caricias nos desnudamos lentamente, sin prisa pero sin pausas.  Nuestros labios no nos dan respiro, nuestros cuerpos desnudos y atados se funden en la pasión de desearse de tenerse, sin embargo los lazos de la ternura demostrarán que somos más que un instinto y más que un deseo.

Decenas de te amo salieron de mis labios, mis manos memorizan cada rincón de su cuerpo desnudo, no sé cuánto tiempo pasa, quizás minutos, quizás horas. Nuestros labios piden un respiro, nuestras brazos un descanso.  Me cuesta alejarme, sin embargo debemos descansar.  La siento tan mía que no hay prisa, no hay tiempo. Nos observamos en la penumbra que dejó la extinción de las velas y nos decimos un te amo, mi cabeza recae en su hombro, mis piernas siguen entre las suyas, podemos sentir mutuamente el calor y la humedad de nuestra excitación, sin embargo nuestros corazones se gozaron aún más que una  noche de múltiples orgasmos.

Jamás había estado desnuda con alguien, llegar a este nivel de excitación y quedar con esta plenitud de ser la mejor noche de mi vida.

El sueño me vence, ella aún acaricia mi cabello, yo doy leves besitos a su pecho desnudo, pero el agotamiento es mayor, mañana será otro día y no quiero pensar en ello, quizás Claudia vuelva con sus miedos, quizás para ella sólo fueron besos y caricias o se dé por satisfecha con ello y se olvide de mí, no lo sé, sólo sé que para mí realmente es la primera vez que hago el amor, es la primera vez que entrego todo mi ser…