ENTRE SABANAS (capitulo 4)
Soñaba qué estaba empezando a desnudarme en un parque... y luego mi sueño puede volverse realidad.
Me levanté un poco aturdida por todo el ajetreo de anoche. No puedo creer todo lo qué puede pasar en sólo unas horas... Recapitulé los eventos de ayer (estoy segura de qué todos sabemos lo del idiota abandonador! Así qué me saltaré ese pedazo): Después de llegar a casa de Juan y hacer el amor de una manera deliciosa (un momento ¿dije hacer el amor? ¡Oh no!) Y quedar profundamente dormidos el uno junto al otro, sonó el teléfono.
- ¿Quién llama a estas horas?(¿Quién osa despertarme?)
- Conejita no es tan tarde apenas son las once, vuelvo enseguida
- Pensé qué era más tarde(la última vez que miré había sido una larga noche de pasión, resulta qué me he venido en un 2x3 ¡já!)mmm... ¿te molesta si sigo durmiendo?
- No, duerme tranquila.
Soñaba qué estaba empezando a desnudarme en un parque (¡por Zeús! Había tanta gente) y no sabía exactamente por qué me estaba quitando la ropa. Lo hacía muy lentamente fijándome en cada uno de los rostros qué me observaban. Ahí estaban todos los hombres qué han pasado por mi vida; los que tuve y los qué he querido tener entre mis sábanas. Además estaban muchas mujeres hermosas, todas ellas con una belleza única.
Sentía mis dedos rozar mis senos cuando me quitaba la blusa. Estaba tan sensible, que con el simple roce de la tela corriendo sobre mis pezones sentía oleadas de placer mezclados con un poco de ¿dolor? (extraña cualidad que los sueños tienes de exagerar todo) ¡Oh! era como si me estuvieran mordiendo sin piedad, y como si lo hubiese deseado, al mirar hacía abajo vi aparecer a mi primer novio mordiéndome los pezones; los halaba, los chupaba (no deberías tratarlos tan duro ¡caramba! Los vas a arrancar) y los mordía de nuevo mientras me miraba a los ojos y sonreía. Empecé a mojarme y a gemir, entre mas los mordía él, más gemía yo. Muy suave al principio (como un quejido) y luego cada vez más fuerte (aaaiii ¡aaah! Mmm.).
Pronto mis gemidos se convirtieron en lo único que se escuchaba en todo el parque. Con mucho esfuerzo mantuve mis ojos abiertos para ver que todos los presentes habían cambiado de posición. Se hallaban cómodamente sentados y estaban completamente desnudos (que espectáculo tan maravilloso) . La variedad de formas de sus cuerpos hacía que no pudiera dejar de asombrarme, todos eran perfectos.
El dulce hombre qué torturaba mis pechos me hizo subir a una pequeña tarima donde me recostó suavemente. Era del tamaño perfecto para qué todos los presentes me vieran (como me encanta que me vean) Luego él invitó a una mujer del público para qué se acercara y mientras yo me distraía con semejante diosa volvió a su tarea entre mis pechos.
Piel morena acercándose al color caramelo, cabello negro y ondulado, y unas increíbles curvas (como las de Beyonce) ¡oh! pero lo mas bello que esta mujer tenía eran sus ojos; unos ojos verdes, tan claros que sentías como si miraras dentro de un hermoso lago de agua cristalina y como si ella te pudiera ver el alma. La belleza de esta mujer me deslumbró y sin quererlo empecé a gemir aún más fuerte (ahh mmmm aaaawww) . Ella me sonreía y yo no podía creer qué existiera un ser más bello que ella. Se inclinó ante mí y abrió mis piernas, y dos caballeros del público ayudaron a sostenerlas (¿cuando llegaron?). Ella les giñó un ojo y los dos hombres separaron mis piernas hasta que encontraron su límite.
Me sentía tan expuesta… Totalmente abierta y desnuda delante de todos ellos (Me intimidaba pero me calentaba también) La diosa entre mis piernas sacó su lengua (tan larga yumi) y la pasó por toda mi vulva, hasta encontrar mi clítoris, saboreando a su paso todos los jugos que me mojaban. Gemí tan fuerte ante el contacto que sentí arder mi garganta. Con la cara empapada de mi, esa bella mujer me sonreía y yo estaba hechizada. Metió luego un dedo en mi vagina, muy lentamente, y salió tan empapado que no necesitó de otro lubricante para introducirlo en mi ano.
La sensación era extraña pero placentera (extremadamente placentera debo decir) . Así, mientras mi primer hombre mordía y succionaba mis pezones, la bella mujer lamia toda mi cosita; de arriba a abajo y de abajo a arriba, mientras metía y sacaba su dedo de mi trasero. Los hombres que sostenían mis piernas empezaron a masturbarse con su mano libre ante el espectáculo (oh qué lindos miembros tenían, tan grandes y duros mmm como quisiera tenerlos en mi boca, para qué acallen mis gemidos).
(Mis deseos son órdenes) Un hombre se acercó a mí en ese momento; tenía mas o menos cuarenta años, una elegancia que lo habría hecho pasar por príncipe y una sonrisa qué mataría a cualquiera. Mientras se acercaba observé su desnudez detenidamente (bueno lo que tanta estimulación me permitía) Su pecho tenía un poquito de pelo aquí y allá, su torso abusaba de la sensualidad y sus piernas estaban tan marcadas que sentía ganas de morderlas enteras, pero era su pene lo más atractivo (muchas dicen que todos ellos son feos pero yo los encuentro preciosos) estaba duro como una piedra y brincaba un poco con cada paso que daba y brillaba de lubricante natural. (Moría por probar su sabor... Ahh) Sé acercó y puso su arma junto a mi rostro, giré la cabeza y lo recorrí de abajo a arriba con mi lengua. Sabía delicioso (gloria le quedaba pendejo) S alado y un poco amargo pero a la vez dulce (no sé como describirlo) Lo lamí tantas veces como pude hasta que lo introdujo en mi boca y chocó contra mi garganta (mmm... Delicioso) Ahora mis gemidos suenan mucho mas amortiguados (mmmmggg). Después sentí que algo diferente se deslizaba sobre mi ano, así que bajé la vista y ahí junto a la hermosa mujer, estaba el moreno más delicioso que he visto en mi vida. Me dilataba con sus dedos para después embestirme, metió su pene muy fuerte dentro de mí, pero no me lastimó, al contrario, el placer aumentaba más y más con ese vaivén.
La preciosa morena se levantó y cambió de lugar con uno de los hombres que sostenía mis piernas. Él era alto, muy alto y ancho (enorme) . No sé por qué pero este tipo de hombres me despiertan un deseo carnal que no puedo calmar. Se montó sobre mi y empezó a penetrarme (Ahhhggg mmm) los gemidos que lograban salir de mi ocupada boca le daban melodía a todo el lugar y yo me sentía plena. (Totalmente llena) … Y empecé a escuchar unas risas (¿qué? No!) Seguro me despertaría.
Aun seguía desnuda en la cama de Juan. Tenía una mano entre mis piernas (no sabía que podía masturbarme dormida ¡genial!) y las sabanas estaban todas revueltas.
- Sentimos mucho despertarte coneja. – (¿sentimos?)
Cuando mis ojos se acostumbran a la luz cegadora de la habitación me doy cuenta que Juan está parado frente a la cama y junto a él está su nueva amiga de la U… (¿Clara? ¿Claudia? Estoy segura que empieza por C.)
- Hola – Me dice la chica, sonriendo como idiota – Me llamo Camila, mucho gusto. – y extiende su bonita mano hacia mi.
- No se si quieres que te estreche la mano (interrumpe sueños hija de tu madre)
- Ohh cierto. Perdón.- y se sonroja de una manera preciosa (vale, ya no la odio)
Me cubro con la sabana (aunque ya no tiene sentido hacerlo) , recojo la poca dignidad que me queda y me dirijo hacia el baño. Moriré de vergüenza y vendrán los del periódico a hacer una nota muy graciosa sobre mi (¡súper!Lya me puedo morir tranquila). Me lavo la cara (aun tengo cara de recién follada) me doy una ducha rápida y salgo del baño envuelta en mi toalla rosa. Quedo completamente pasmada con la imagen que me da la bienvenida a la habitación y se me cae la mandíbula hasta el piso.
- Aahhh Siiii mmmm… - gemía Camila montando a Juan como si no hubiese un mañana. Me mira con sus ojos de gato y me pregunta. - ¿quieres unirte Isarade? ¿te llamas Isarade verdad?
-
Yo me quedo como una idiota mirando la escena sin poder responder. ¿Y la chica tímida que se sonrojó hace un momento dónde quedó? Esta mujer que veo ahora sobre Juan es una fiera no una gatita inocente. Tiene un cuerpo precioso, una piel de porcelana, muy muy blanca. Unos pechos que cabrían en mis manos perfectamente y terminaban en unos pezones rosa claro. (¿Es justa tanta belleza en un solo cuerpo?) No es muy delgada es mas bien estilo Marilyn Monroe, con carnita perfectamente distribuida. Nunca he estado con una mujer y de hecho me encantan, solo no había tenido la oportunidad. Creo que a esta aventura si me uno.