Entre ronquido y ronquido

Ya que ninguno podemos dormir nos damos conversación y algo mas.

La compañía para la que trabajo me ha inscrito en un curso de perfeccionamiento para mejorar mis competencias en el área profesional de la que me ocupo habitualmente. La formación debe realizarse en una ciudad distinta a la que resido y con una duración de todo un mes completo.

Para que el coste de la estancia sea más asequible, han alquilado para mí un apartamento barato en vez de hospedarme en un hotel. En principio, la idea de pasar un mes alejado de mi familia y hospedado en un pisito dónde tengo que hacer las labores domésticas de limpieza y cocina, no me agrada nada. Tras la primera noche en el apartamento he cambiado de idea y os voy a contar porqué.

Después de cenar en un restaurante de comida rápida me fui al apartamento, estuve viendo un rato la mini TV de la habitación principal, y aburrido me fui a dormir. Con las emociones del primer día y el viaje, tal cual caí sobre la cama me quede dormido casi de inmediato.

Sobre la una de la madrugada me desperté sin saber por qué. Tras dar unas vueltas tratando de conciliar el sueño, me percaté que la causa de mi desvelo era que a través de la pared llegaba un ruido que no era otro que un ronquido insoportablemente fuerte. Di muchas vueltas en la cama, trate de no pensar en ello, pero la mala calidad de la construcción me hacía sentir el dichoso ronquido justo detrás de la oreja.

Empecé a ponerme nervioso, y el deseado sueño se iba alejando más y más. Para evitar el molesto ruido me tape con el cojín y las mantas. También me hice unos tapones de papel para los oídos. A pesar de todo esto, el intenso ruido se me metió en el cerebro, no había forma de olvidarme de él, y consecuentemente  no podía volverme a dormir.

Vi el teléfono sobre la mesilla, sobre el mismo aparato había una etiqueta que ponía el número de mi apartamento, por lo que enseguida deduje que mi ruidoso vecino tendría también su teléfono con el número de su apartamento. Se me acababa de ocurrir una idea brillante, sali del apartamento a ver el número del apartamento que había a mi costado.

Yo pretendía llamar por teléfono al apartamento contiguo, así conseguiría despertar a mi vecino roncador. Quizás mientras él se volvía a dormir, yo tendría tiempo de dormirme antes y superar el insomnio que estaba soportando.

Marque el número y solo sonó una vez. Una voz femenina contestó:

—¿Diga?...¿dígame?—

Colgué inmediatamente pues pensé que me había equivocado y no quería molestar a esas horas de la noche. Salí al pasillo para comprobar el número del apartamento contiguo. Pensé que me había equivocado al marcar y repetí la operación esta vez fijándome bien en los números... 2...5...3, riiiing… riiiinnng da tono de llamada y descuelgan el teléfono, una voz femenina pregunta:

—¿Diga? ¿quién es? —

Me presento como el nuevo vecino del costado, le explico mi problema para poder dormir y el motivo de mi llamada. Ella con un cierto tono de complicidad reconoce que lo de llamar para despertar al roncador era buena idea, pero que su marido no se despierta en toda la noche, ni tan siquiera con el ruido del teléfono al lado de su cabeza.

Roto el hielo del primer momento de esta conversación entre desconocidos, la sufrida mujer me confiesa que ella misma ha tenido que acostumbrarse a los insoportables ronquidos, buscarse actividades que la distraigan durante la noche. Me comenta que su marido se levanta muy temprano sobre las 4:30 a.m. pues trabaja en el mercado de abastos. A partir de ese momento es cuando ella puede realmente dormir un poco, hasta la hora de levantarse a eso de las 8:00.

Me cuenta que la mayoría de las noches se las pasa leyendo, curioseando páginas en internet como Pinterest o similares, cotilleando la vida de los demás por las noticias en las redes sociales y cosas similares. También tiene la suerte de recuperar sueño durante el día echándose una siestecita por la tarde, lo que le permite estar prácticamente toda la noche despierta.

Con ese panorama empezamos a conversar para matar nuestro rato de insomnio.

Yo, a modo de broma —Hacia mucho tiempo que no hablaba con una mujer en la cama que no fuese mi esposa—

Mi vecina—Está bien hablar de vez en cuando… Jejeje... pero acaso en la cama te dedicas a hablar ¿no tienes otras cosas mejor que hacer? — me dice entre risitas.

(menos mal que el marido ronca...ronca...y no se entera de nada)

—Algunas cosas se hacer, aunque es una experiencia nueva hacerlas con el marido de mi pareja delante. Me sentiría un poco agobiado—

—Jajaja…Tú haz lo que te venga en gana, en esta ocasión es como si estuviésemos solos—

—Mi marido ni se inmuta lo más mínimo, algunos días me levanto, voy al salón me pongo a ver la tele, me preparo alguna cosa para picar y cuando regreso, sigue en la misma postura que tenía cuando me fuí—

—Debe ser que le das un “buen calmante” antes de dormir... y se queda muy agotado...y duerme como un angelito­— le digo con buena dosis de picardía.

—Jajaja…No me puedo quejar de ese aspecto... pero seguro que no es la causa. Hoy no hemos hecho nada...nada... y ya le oyes... parece un tractor viejo subiendo una empinada cuesta—

—Yo también estoy en blanco... estoy aquí “zolito” —

—Aunque tengo que confesar que hace un rato… metí la mano por aquí abajo, al tiempo que notaba que tu voz tenía un efecto maravilloso…me gusta tu voz—

—¡Que tonto eres!... no seas marrano, como puedes pensar en algo así a las tres de la mañana, con alguien que no sabes cómo es y que además está en la cama con su marido—.

—A mí me da mucho morbo... te imagino con un camisón finito que deja resaltar un bonito pecho, el pelo suelto...una agradable sonrisa…sentada sobre la cama enesñando las piernas…—

—No aciertas ni una...jajaja....tengo el pelo corto y llevo un pijama, me dice en voz baja.

—Pues yo siempre duermo desnudo o solo con el slip. Siempre tengo calor, mi mujer es muy friolera y usa manta, y necesito estar más fresquito—

—Hoy estas solo ¿cómo estás?¿desnudo tambien?...¿no te estarás tocando mientras hablamos?... —

—Pues si… fue mi primera idea cuando me desperté—

—Si ¿qué?...¿estas desnudo solamente o sí que te estas tocando?

Se hace un silencio largo y denso…me cuesta encontrar la respuesta adecuada.

—Tengo que reconocer que me estoy tocando mis partes mientras hablamos—

—¡Querrás decir la polla!, no me hables como si fuese una niña. Dímelo claramente... que una ya tiene una experiencia, ¿no crees? —

—Anda…descríbeme cómo lo haces... me apetece oírtelo contar, a estas horas puede ser un buen tema de conversación—

—Pues sabiendo que estas ahí, justo al lado, y estoy hablando como si estuviésemos juntos en la misma cama, se me ha puesto bien gorda y dura—

—Sabes…No la tengo muy grande, pero tengo un capullo muy hermoso, con forma de seta... que me gusta frotar con la conchita de mi esposa... —

—Uhmmmm, sigue... eso es más entretenido que mirar páginas web en el portátil…me parece que a estas horas me interesa mucho más eso que me cuentas... —

—Pues mira... ahora tengo todo el pellejo bajado...el capullo está brillante, tenso, morado lleno de fuego y sobre todo muy sensible­—

—Ahora lo rodeo con la mano y lo aprieto...me produce un estremecimiento...¡que gustito! —

—Sigue...sigue... me gusta oírte decir esas cosas…¡Qué marranos somos…jejeje!.

—Para que te animes un poco te diré que me he quitado las bragas y que tengo la mano encima de mi coñito...que empieza a palpitar... —

—Estoy sí que es sexo del bueno... sin tocar...si mirar... y tengo un empalme de los días de fiesta—

—Ahora me estoy pajeando suavemente pensando en ti... —

—¡Que marrano!, que va a pensar tu mujer... jejeje—

—Si tu no dices nada a tu marido, tampoco diré nada a mi mujer...seguro que así no se enteran... —

—El mío seguro que no... esta dormido como un tronco... —

—¿sabes una cosa?... —

—¿qué? — le digo intrigado

—Otras noches juego con mi vibrador hasta que me vence el sueño. Hoy estoy disfrutando mucho más con solo pasarme la mano por encima de la rajita...me da un gustito... pensar que un desconocido me acompaña—

—Pues yo me estoy pajeando en la parte baja para que me dure mucho más... —

—¿cómo es eso de la parte baja?... me lo vas a tener que explicar... —

—Es una tontería pero funciona, me explico—

—Es una técnica para retardar la eyaculación  y tener un orgasmo espectacular, a saber... —

—tiras el pellejo todo atrás... rodeas el tronco con la mano de manera que el borde superior del dedo índice quede justo en la base del capullo... —

—esa zona la humedeces con saliva... y haces que el movimiento principal sea bajar el puño hasta chocar con los huevos... al volver hacia arriba dejas golpear levemente contra el pliegue del capullo... —

—con suavidad... si lo haces con fuerza te parecerá que lo tratas de arrancar... y eso duele…jejeje. Cuidado si se lo haces a tu marido—

—Creo que me lo vas a tener que enseñar con más detenimiento...o mejor... quizás en persona o por video— me dice con tono que pretende ser lo más sugerente posible a modo de invitación.

Seguimos hablando mientras me masturbo y seguro que ella también hace lo propio. Después de un buen rato de conversación, intercambiando ideas y vivencias, unas intimas y otras más triviales, anuncio a mi vecina que estoy a punto de reventar, los huevos no resisten más presión y el capullo esta tan sensible que empieza a dolerme.

Me pide que le siga contando con detalle lo que hago y lo que siento, y que llegue hasta el final sin dejar de contarle los detalles. Ella por su parte me dice que está completamente mojada y que tiene metido el dedo medio hasta el fondo.

—Ahora me la meneo rápido, muy rápido... voy a poner el teléfono al lado para que oigas como froto... — le anuncio antes de poner el auricular junto a la polla para que pueda oírme bien.

Para transmitir mejor mi próximo orgasmo, gimo y respiro hondo...apenas tengo que exagerar pues realmente me sale de dentro, voy a correrme como un perro sabiendo que ella me escucha y esta expectante por acompañarme en el desenlace.

—Mira, mira como sale mi lechecita...más, sale más... toda es para ti... uffff que pasada... me estoy mojando toda la mano... es una corrida inmensa... que fuerte!!! —

—Hacía tiempo que no me corría así.... —

—Ha sido una maravilla.... —

.....  ..... (silencio al otro lado del teléfono)

—Perdona.... no podía hablar... yo también he tenido un orgasmo maravilloso, oyéndote a ti me ha dado envidia y me he tocado bien rico hasta correrme—

—Te habría gustado oír el “chop, chop” que hacían mis dedos al entrar y salir de mi coño…estoy bastante mojada…jejeje—

—Y este que hay aquí durmiendo sin enterarse—

—Ha sido fantástico...muy rico—

—ahora te voy a dejar....me ha entrado un sueñecito delicioso y quiero aprovechar ahora que mi marido apenas ronca—

—Yo también. Gracias...muchas gracias...¿te llamo la próxima noche?—

—Adiós “nuevo vecino”, que descanses... —

—Oye…—

—¿qué? —

—¿Me dirás algo si nos vemos por la escalera? —

—Jajaja… no lo sé…tú ¿qué crees?­—

Deverano.