Entre primos más me arrimo

Decidí ver la pelicula "el laberinto del fauno" con mi primo David a solas, sentados cada uno en la esquina de un sofá no tardé en acurrucarme sobre él con la primeras imagenes de la película.

Cuando mis padres deciden de marcharse unos meses y con contrato de trabajo a otro país ni mi hermana Carla con 20 años ni yo con 18 le pusimos pegas para que pudieran ganar el dinero que faltaba en nuestra casa para poder hacer frente a los pagos propios del hogar.

Carla estudia su carrera en la universidad al igual que yo, la cercanía de la facultad hace que podamos residir en la vivienda de nuestros padres y no tengamos gastos añadidos de alquiler y lo que supone vivir fuera de casa.

Nuestra comprensión por la marcha de nuestros progenitores es avalada por nuestros tíos, (hermanos y hermanas de nuestros padres) ellos son los que continuamente se preocupan de que a mi hermana y a mí no nos falte de nada en casa, sumado evidentemente a los ingresos mensuales que nuestros padres hacen desde el extranjero y los ahorrillos que nos dejaron antes de su marcha.

Mi hermana Carla tiene un novio y aunque con la ausencia de mis padres es normal de que el chico duerma los fines de semana en casa hay ocasiones en las que tanto Carla como él se marchan de aventuras el fin de semana completo, pero no me quedo sola en casa, mi prima Rocío y su hermano David me suelen acompañar cuando saben que me quedo sola en casa, incluso estando mi hermana y su novio es normal de que mis primos nos visiten y alquilando una "peli" del videoclub nos pasamos la tarde noche del sábado viendo películas con palomitas en mano.

Este fin de semana va a ser distinto, mi prima Rocío a sus 16 años nos confiesa que ha conocido a un chico y va a salir la noche del sábado con él, nos promete que volverá a casa a antes de las cinco de la mañana, con la ausencia de ella y de mi hermana que ya se habían marchado de escapada el fin de semana era mi primo David el que a sus 18 años al igual que yo me acompañaría esa noche del sábado para no estar sola.

Después de ducharnos y cenar algo mi prima se despide de nosotros y nos quedamos a solas mi primo y yo, hacía tiempo que había una película en casa que teníamos ganas de ver, tenía ya algunos años, no muchos, pero ni mi hermana ni mi prima estaban deacuerdo en ver esa película, "el laberinto del fauno", esa es la película que mi primo David y yo nos dispusimos a ver sentados en el mismo sofá que está situado frente al televisor, cada uno sentado en una esquina y con las palomitas en el centro de la mesa.

Los primeros minutos de la película hacen que te vayas metiendo en escena, la luz apagada del salón y el intrigante comienzo de la película hacían que como un escalofrío comenzara a recorrer mi cuerpo, no era miedo, pero si algo de intriga que me hacían tener ganas de acercarme a mi primo y tener el contacto de alguien a mi lado.

Quince o veinte minutos de película fueron suficientes para decidir acurrucarme sobre el hombro de mi primo, muy gentil por su parte colocó su brazo sobre mi hombro y me preguntó sobre la posibilidad de cambiar la película, - No-, si no la habéis visto os la recomiendo encarecidamente, no quería dejar de mirar ese film.

Con el brazo de mi primo sobre mi hombro su mano descansaba suavemente sobre mis pechos, no quiere decir que tuviese su mano en mi teta pero sí donde comienza hacer la curva ascendente, en ese momento jamás se me pasó por la cabeza nada especial , ni placer ni nada que tenga que ver con un deseo sexual.

Pero los minutos pasaban, la mano de mi primo bajaba centímetro a centímetro mientras la película se hacía más y más intrigante, fue cuando comencé a notar una extraña sensación de bienestar que achaqué al morbo de estar a solas con mi primo y al momento de debilidad emocional con el transcurrir de la peli.

Tanto bajó su mano que podía sentir el roce de sus dedos en mis pezones, lo hacía con tacto, muy despacio, acariciaba mi pecho al mismo tiempo que sus dedos jugaban intermitentemente con mis pezones, no le dije nada, mi silencio daba libertad a mi primo para que hurgara con sus dedos la zona sensible de mi pecho, esto si que comenzó a excitarme de algún modo.

Con algo más de media película comencé a sentir un inusitado calor por todo mi cuerpo, los dedos de David jugaban ya de manera continua con mis pezones, y sin apartar la mirada del televisor y en riguroso silencio coloqué mi mano sobre el pantalón del pijama de mi primo, concretamente a la altura de su miembro viril.

Sin decirnos nada comencé a acariciar la tela del pijama que separaba el miembro de mi mano, podía sentir como aumentaba el tamaño de su pene conforme mis caricias iban siendo constantes sobre él, David tenía ya colocada la palma de su mano en mi seno y como un explorador comenzó a querer sentir el calor de ambos senos en sus mano, nuestro silencio daba libertad a nuestros propósitos de tocarnos mutuamente y no desperdiciamos la ocasión para seguir con nuestra tarea de contacto físico.

Sin apartar la mano del paquete de David una gran erección se podía adivinar ya de forma clara y contundente, la excitación del momento me hicieron adentrar la mano dentro del pantalón de aquel pijama, podía sentir el calor que desprendía ese duro y tieso trozo de carne en mi mano. Mientras mi primo no paraba de hurgar entre mis tetas comencé a masturbarlo, cerraba su boca y apretaba sus labios con sus dientes para disimular el placer que propiciaba mi mano  masturbando su miembro.

Pero quedando aún varios minutos de película mi deseo se dividía en dos por mi cabeza, por un lado no quería apartar la vista del televisor y por otro lado comencé a sentir la necesidad de cambiar la mano que masturbaba a mi primo por mi boca, cada minuto que pasaba rozando la carne de su polla con mi mano el deseo de tenerla en mi boca se hacía mas grande.

No lo pensé, aparté con los pies un poco la mesa que presidía la delantera del sofá y apartando la mano de David que posaba en mis pechos agaché mi cabeza y bajando su pantalón del pijama solo para poder dejar al descubierto su enorme polla me la metí en la boca mientras continuamos viendo el film. La chupaba con mis ojos puestos en el televisor, muy despacio, mi primo acariciaba mi espalda y su mano se acercaba a mi culo mientras yo mamaba su falo.

Me gustaba tener la polla de mi primo en mi boca y poco a poco fui dejando de prestar atención a los últimos minutos de la película, mi primo había metido ya sus manos en el interior de mi pijma y rozaba con sus manos la piel de mi espalda y el comienzo de mi culo.

Estaba muy excitada, y como la película había quedado en un segundo plano decidí de levantar mi cabeza y sacando la polla de David de mi boca accedí al mando a distancia poniendo en modo de "pause" la película. La poca luz que tenía el salón era la que salía de la pantalla fija del televisor, eso hacía crear un ambiente cómodo , excitante y morboso con la polla de mi primo mirando hacía el techo de ese salón sentado aún en el sofá.

No me levanté solo para agarrar el mando a distancia, aproveché la oportunidad para desprenderme de mi pijama y dejar por completo mi cuerpo al desnudo, sin decirnos nada me coloqué frente a mi primo y agarrándome por mi cintura me acercó a él de modo que mis tetas estaban a la altura de su boca, sin pensar mucho se las metió en su boca, primero puso su cabeza entre ellas y ayudado con sus manos intentaba abrazar su cara con mis pechos, podía sentir como su lengua acariciaba el centro de mi canalillo mientras oprimía con sus manos mis tetas en su cara.

No tardó en sacar la cabeza del medio de mis pechos y de uno al otro sacaba su lengua y lamía mis pezones propinándome un enorme placer, ahora era yo la que apretaba mis labios con mis dientes para evitar gemir con sonidos apreciables. Estos sonidos fueron inevitables cuando mi primo sin levantarse del sofá me ayudó a colocar mis piernas una a cada lado de las suyas y quedando de pie subida en el sofá mi coño se situaba frente a sus labios que ya esperaban con deseo el contacto con mi zona íntima.

Ahora mis sonidos eran apreciables e inevitables, me tenía que ayudar con mis gemidos para recuperar el acelerado ritmo de mi respiración producido por el contacto de la lengua de David por la zona carnosa y húmeda de mi coño, él me ayudaba con sus manos sosteniendo mi culo para no perder el equilíbrio mientras lamía y comía mi coño. Placer, mucho placer y deseos impuros e incestuosos eran los que los dos desprendíamos con la lengua de David repasando una y otra vez el interior de mi rasurado coño.

Como me encontraba de pie en ese sofá y mi primo seguía frente a mí y sentado lo único que tuve que hacer fue bajar mi posición y sentarme frente a él para poder comenzar a sentir el roce del capullo con los labios vaginales de mi coño, mi deseo de ser follada por mi primo comenzaba a tomar vida con los primeros centímetro de polla adentrándose por las paredes de mi coño, máximo placer, conforme me iba sentando en la cintura de mi primo su polla se iba clavando más y más dentro de mí, con interrumpidos jadeos y gemidos conseguí sentarme por completo sobre la cintura de mi primo ocasionando la total introducción de su erecto miembro dentro del mio.

Cuando noté que el miembro había conseguido penetrar por completo expresé un enorme suspiro y me quedé sentada inmóvil unos segundos con la polla de mi primo dentro, el me rodeó con sus brazos entre cruzados en mi espalda y yo con los mios sobre su cuello. Después de esos segundos de inactividad con la polla de David dentro de mi coño comencé a mover mi cintura de manera que mi cuerpo quedaba rígido y solo movía esa parte del cuerpo, los dos gemíamos al unísono y compenetrábamos nuestras pelvis al ritmo de un movimiento cada tres o cuatro segundos, un movimiento tranquilo y suave que hacía que mi primo y yo apartásemos nuestras cabezas de nuestro cuello para comenzar a besarnos en los labios.

Al principio eran simples roces de labio a labio, nuestras lenguas solo salían un poquito para saborear el contorno de los labios de cada uno y con acierto de vez en cuando se encontraban las dos puntitas de cada lengua. Pero poco a poco y con ganas el uno del otro nuestras lenguas iban saliendo cada vez con más soltura y lo que comenzó siendo un delicado beso de caracter casi filial acabó convirtiéndose en todo un desenfreno de intercambios de salivas con el flirteo constante de nuestras lenguas fuera de nuestras bocas.

Todo esto no hacía más que calentar el ambiente ya cálido de ese salón, un ritmo ya más acelerado de uno o dos movimientos por segundo de nuestras pelvis hacían que la respiración tuviese que ser ayudada con grandes jadeos y gemidos para facilitar el paso del aire en nuestros pulmones, habíamos cesado ya en la tarea de jugar con nuestras lenguas y apoyada en los muslos de David incliné mi cuerpo hacía atrás, lo que aprovechó mi primo para colocar sus manos en mis pechos y comenzar a frotarlos con ansias mientras yo lo cabalgaba a un frenético y constante ritmo.

No me resultó extraño que con el alto ritmo de cabalgada que había impuesto sobre la polla de mi primo David, este al grito de - ¡ Me corro, me corro ! - apartó con sus manos mi cintura y sacando su polla del interior de mi coño comenzó a escupir su leche sobre mi abdomen, la fuerza con que la leche salía de su pene hacían que sus chorros llegaran a mis pechos y mi cuello.

Coloqué mis dedos sobre mis pezones inundados en su leche y comencé a restregar por mis tetas y mi abdomen su liquido blanco, estaba muy excitada y no había conseguido llegar a mi orgasmo, mientras David se reponía de su perdida de energía y sin movernos de nuestra posición coloqué mis dedos no sin antes limpiarlos en mi boca para borrar cualquier rastro de semen sobre mi ya profanado coño, comencé a masturbarme delante de él mientras simulaba el movimiento de cabalgada que habíamos realizado antes pero en esta ocasión con la polla de David fuera de mí, solo me masturbaba, el estado de placer en el que ya me encontraba hacía que mi orgasmo fuese inminente con el solo roce de mis dedos y la simulación de esos movimientos.

Conseguí correrme entre gritos y alaridos mientras David me miraba alucinado de mi estado de éxtasis total, la cumbre del clímax había llegado y yo disfruté del momento con pasión y ciertamente con asombro de lo que mi primo y yo acabábamos de hacer, en cualquier caso habíamos echado ya el polvo y lo habíamos disfrutado encantados los dos, cualquier arrepentimiento estaba ya de más.

Lejos de arrepentirme me levanté del sofá y me dirigí al baño acompañado de mi primo donde me limpié con una húmada toalla todo el semen que había depositado en mis pechos y abdomen, comentamos lo raro y placentero de la situación, no me sentía culpable ni arrepentida y le hice saber lo bien que me lo había echo pasar, sus palabras también fueron de alago para mí y de modo alguno decidimos de guardar nuestro incestuoso secreto y dejar que ese fuese el primero de los muchos incestos que estarían por venir.

Nos dejamos muy claro tanto él como yo que detrás de todo esto no había nada más que sexo, y que sin relaciones estables tanto él como yo podíamos seguir follando los días que quisiéramos con el único deseo de pasar un buen rato y nada más.

Bueno pues después de todo esto y ya aseados mi primo y yo decidimos de retomar la película, tuvimos que ponerla varios minutos atrás de donde la habíamos parado en modo de pause, abrazados los dos en el sofá acabé llorando con el final de la película.

Es lo que tiene echar un polvo viendo "el laberinto del fauno" que lo mismo estás llorando y gimiendo de placer que lo haces de dolor y compasión.....

pdta.

No os perdáis esta película si no la habeis visto, es buenísima. Y cuidadín si lo hacéis a solas con algún primo, que mira lo que pasa.