Entre Primos

Porque al primo me le arrimo...

Todo comenzó una noche en que mi primo y un amigo se quedaron a dormir en mi casa. Tendríamos por esa época una calentura que no se repite en ninguna otra etapa de la vida.

El caso es que como tengo una litera era imposible que tres personas durmieran cada una en su cama, por lo que debimos repartirnos. Yo como tenía más confianza con mi primo (y vaya si la tenía) decidí dormir con él. Ya era tarde, así que apagamos las luces y empezamos a charlar los tres y de pronto pareció que Álvaro, mi amigo, se había dormido profundamente. Entonces seguí hablando un rato con mi primo hasta que me dice.. "¿Por qué no te acostás con Álvaro en la cama de arriba?" y yo le dije que no porque quizás a la mañana se molestaría, pero él insistió, así que me pasé a la otra y seguimos charlando un rato más.

En ese momento no era virgen ni mucho menos, sino que había sido (junto a este primo) un niño muy precoz en las cuestiones que atañen al sexo, pero aún así sentía una gran excitación de estar con este hermoso chico que ya estaba en vías de ser un hombre y mientras hablaba sentir su piel junto a la mía, su piernas rozando las mías y saber que era hasta algo perverso..

Seguimos hablando, hasta que la excitación del momento me hizo hacer algo en extremo arriesgado. Yo ya estaba muy caliente y es por eso que decidí tomar su mano de largos dedos y ponerla dentro de mis calzoncillos. La agarré con cuidado y la llevé hasta donde quería. Yo estaba a cien y también mi polla que mediría sus buenos 17 centímetros. Me quedé así hablando y de pronto sentí ganas de un poco más. Moví un poco las sábanas y metí mi mano en su entrepierna. Su polla, un poco más chica que la mía estaba también a reventar, pero pensé que sería por un sueño o simplemente por dormir y no le di demasiada importancia, pero aprovechando su dureza quise dar un paso más lejos aún.

Todavía seguía hablando con mi primo, pero él no imaginaba lo que estaba pasando. Entonces acerqué mi culo despacio hasta su pene. Me fascinaba sentir su erección rozando mi culo y el deseo de ser penetrado era demasiado. Bajé mi ropa interior y muy despacio tomé sus calzoncillos y los bajé por delante un poco también. Así me abrí un poco las nalgas y traté de meter su pene lo más adentro que pudiera sin despertarle y sin que sacara su mano del mío que se sentía tan bien.

De pronto, noto que mi primo se ha dormido. Le pregunto cualquier cosa para estar seguro y cuando veo que es así siento que Álvaro me dice "te gusta, ¿no...?" y cuando me di cuenta de que mi bello durmiente estaba bien despierto también comprendí que hacía rato disfrutaba tanto como yo de las caricias que nos dábamos.

¿Hace cuánto que estás despierto'" le pregunté, "nunca me dormí" me dijo... y entonces entendí que no era yo el pervertido, sino que compartíamos lo que estábamos haciendo.

Yo era gay y él lo sabía, por eso se había aventurado a hacer lo que hizo porque sabía que no pasaría nada, pero yo estaba muy atemorizado y eso me hizo disfrutarlo aún más. Me di vuelta nuestras bocas se encontraron apasionadamente. Acaricié su pecho de y su espalda y sin la experiencia de disfrutar un poco de cada cosa, me fui de boca a su polla que quería disfrutar después de tanta espera. Su físico era el de un dios griego. Toda una vida de deportes le había hecho bella. Estaba para comérselo a besos. Subí y después fue su turno. Devoró mi miembro con hambre animal, pero no duró demasiado y yo tampoco quería que así fuera. Después de tanto esperar sentía mi culo deseoso de ser penetrado.

Me di vuelta y con la saliva que había dejado en su pene intentó cogerme. Primero me dolió un poco, pero después entró a la perfección. Esperamos un instante hasta que me amoldara a su miembro y comenzó a moverse lentamente en un mete saca más que delicioso. Todo era perfecto y se agregaba la morbosidad de no despertar a mi primo que dormía al lado nuestro.

Álvaro pasó su mano por delante y mientras gemía y me chupaba la oreja, buscó mi polla y comenzó a moverla al mismo ritmo que me iba penetrando. Así estuvimos en silencio hasta que no pude evitarlo más y acabé en sus manos. Así él tomó mi leche y se la llevó a la boca... tardó un solo instante en venirse él también y sentí mi interior bañado en su semen caliente.

Me di la vuelta y volvimos a besarnos para luego dormirnos.