Entre primo y primo...

Separó mis piernas y empezó a besarme suavemente mis labios, fue introduciendo su lengua lentamente, siguió lamiéndome desde la entrada de mi vagina hasta mi clítoris, no podía evitar agarrarlo fuerte de su cabeza, empezó a hacer círculos con su lengua y a succionar, comenzó a aumentar la frecuencia

Con mi primo siempre nos hemos llevado bien. Hace varios años que nos mantenemos en contacto pero siempre por medio de algo, ejemplo, Messenger, facebook y en este momento Whatsapp. Cada vez que nos vemos en alguna reunión familiar ( Muy raramente) solo el saludo una sonrisa y ya.

Lo que empezó como conversaciones de saludo se fueron convirtiendo en algo mas interesante.

Siempre he visto de forma diferente a mi primo sin importar que hayamos crecido juntos. Al principio lo veía como una persona engreída, muy egocéntrica, pero poco a poco que íbamos conversando esa imagen cambiaba.

Pasaba el tiempo y las conversaciones iban subiendo de tono y me tomo por sorpresa la gran franqueza de primo. “Le invito a una aventura, no se arrepentirá” jajaja  De cierta manera me llamaba la atención lo que él me proponía.

Podía haber sido un viernes como otro cualquier, pero desde luego no fue así.

Ese día había quedado con unas amigas en salir a tomar algo, después de que ellas terminaran de trabajar.

Quedamos en reunirnos tipo 8 de la noche al bar de siempre y empezamos con cocteles. La estábamos pasando realmente bien. Mientras estaba con mis amigas recibía mensajes de mi primo, como donde estaba y que si nos podíamos ver más tarde.

Al cabo de un rato, cuadre con mi primo para que llegara al bar a acompañarnos. Ya a las 12:30 mis amigas se iban porque al día siguiente tenían que trabajar.

Quedamos los dos y salimos del bar. Entramos en su carro, compramos una botella de guaro

Dimos varias vueltas y al final nos estacionamos, hablamos y hablamos, y fuimos rozando nuestras manos y unos segundos después nos estábamos besando, me gustaba sentir sus labios y su lengua mientras me sujetaba con sus manos y poco a poco iban bajando recorriendo mi cuerpo, y  el beso se volvía cada vez más intenso. Notaba como poco a poco nos empezábamos a excitar.

Con unos tragos más y unos cuantos besos estábamos listos para buscar un lugar donde calmar nuestras ganas de estar juntos.

Decidimos ir a un motel, me sentía emocionada ya que jamás había ido a uno. Ya adentro, decidimos preparar unos tragos, y mientras buscaba hielo mi primo desde atrás se acercó, se pegó a mi cuerpo con la excusa de ayudarme a coger hielo.

Noté que olía delicioso, también note su aliento en mi nuca. Sus brazos me rodearon desde atrás y empezó a besarme delicadamente el cuello. Me encanta que me besen el cuello. Yo simplemente me dejaba hacer. Sentí como sus manos me acariciaban y buscaban mis pechos. Así duramos un buen rato, notaba como poco a poco me iba mojando.

Mi primo me cogió de la mano y me llevó al sofá. Allí nos seguimos besando, aun sentía un poco de nervios (o miedo como me dice él) de lo que estaba ocurriendo. Seguimos tomando y el puso música. Nos animamos a bailar, empezamos con algo divertido y poco a poco al cambio de música nos fuimos pegando poquito a poquito.

Nos besamos de nuevo, jugando mucho con nuestras lenguas, dejándonos llevar por lo que sentíamos, por el movimiento de la música, jugando con nuestras manos. Recordé la lección que debía enseñarle, así que lo tome con fuerza y lo lleve hasta la pared, lo presione fuerte contra ella y le bailaba bien suave, luego empecé a besarle el cuello y a quitarle la camisa, poco a poco fui bajando por su abdomen, hasta llegar al inicio de su pantalón, lo mire, le sonreí, y lo desabroche.

Empecé por darle pequeños chuponcitos y a lamerlo poco a poco, hasta que lo metí todo dentro de mi boca, seguía chupándolo suavemente no tan profundo y jugando mucho con mi lengua, luego, fui incrementando la velocidad y volvía a bajar la velocidad. El me agarraba el cabello, un poco fuerte, y eso me gusta, así que lo chupaba con más esmero y cada vez más profundo, mientras hacía esto lo miraba, me sentía bastante excitada y no quería parar de hacerlo.

Luego de un rato, me hizo parar, me subió y me recostó en el sofá, me ayudo a quitarme mi ropa, luego mi ropa interior y empezó a besarme el cuello, bajo a mis pechos y se entretuvo un tiempo con mis pezones, mientras con sus dedos me estimulaba un poco. Luego agarre su cabeza y lo fui conduciendo a donde quería que estuviera.

Separó mis piernas y empezó a besarme suavemente mis labios, fue introduciendo su lengua lentamente, siguió lamiéndome desde la entrada de mi vagina hasta mi clítoris, no podía evitar agarrarlo fuerte de su cabeza, empezó a hacer círculos con su lengua y a succionar, comenzó a aumentar la frecuencia y rapidez y no podía evitar mover mis caderas, en este momento ya no sentía nervios ni miedo, solo quería que siguiera, luego introdujo dos dedos y seguía estimulándome con su lengua, los saco un poco e inicio de nuevo, empecé soltar pequeños gemidos hasta que tome con fuerza su cabeza con mis manos y arqueando mi espalda obtuve mi primer orgasmo.

Esperando un momento mientras me recuperaba, nos levantamos y fuimos a la cama, agarre con mis manos el borde de ella, y el por detrás me penetro suavemente mientras sus manos agarraban mis pechos.  Empezó con movimientos suaves, mientras me gustaba iba arqueando mi espalda hasta que su velocidad empezó a aumentar, me sujetaba fuertemente de la cama y el apretaba aun mas mis pechos, luego sus manos pasaron a mis caderas, lo que le permitía moverse mejor y más rápido, lo que me excito mucho mas y no pude evitar venirme.

Le pedí que se acostara en la cama, le tape los ojos y me hice encima de él, apoye todo mi cuerpo encima de el y pude sentir como me penetraba totalmente,  me excitaba mucho. Empecé con movimientos suaves pero muy profundos, sus manos se aferraban a mi cola, sentía que pronto me iba a volver a venir, no pude evitar besarlo apasionadamente, tome sus manos y las puse en mis pechos y agarrándome de la cabecera de la cama, empecé a moverme rápidamente, sentía como estaba a punto de venirse y eso me excitaba y me motivaba a moverme mas y mas, hasta que sentí como el llegaba al orgasmo y yo llegaba al mío…

Me acosté a su lado, estábamos exaltados, sudados y complacidos.

Nos quedamos en la cama un rato más abrazados, y solo podía pensar que me gustaría volver a hacerlo.