Entre las amapolas

Desde el camino le vi como trabajaba en el maizal de al lado , era rudo pero muy ardiente.

ENTRE LAS AMAPOLAS

La tierra estaba fecunda ,era el primer día de primavera, después de varios meses de sequía...había llovido, las flores de la campiña habían agradecido esa lluvia que se había retrasado tanto.

Estaban abiertas esperando ser fecundadas con la ayuda de los insectos .

Las amapolas con su color rojo pasión ,estaban más bellas que nunca...parecían un colchón brotando sangre por todos sus cuatro costado, daban ganas de echarse encima y sentir en el cuerpo la sensación de frescor y al mismo tiempo de pasión que trasmitían.

Yo estaba un poco ensimismada en la contemplación de tan bellísima alfombra que...no repare que poco a poco y detrás de mi , Carlos se iba acercando .

Me había visto desde lejos, el estaba con los otros operarios en el maizal del campo de al lado .

Manteníamos unas relaciones esporádicas, bastante salvajes; era un hombre un poco primitivo en su forma de proceder, pero era un gran macho de verga grande y fácil erección.

Me excitaba, estaba ya harta de los hombres de cuello duro y chaqueta.

Me atraía la naturaleza de este macho, me gustaba su olor a hombre de campo, fuera de los perfumes sofisticados de otros a lo que había conocido, todos ellos me habían parecido calcos unos de otros.., las mismas palabras , los mismos gestos, las mismas caricias, ya no me decían nada .

En fin, para mi , señorita de ciudad, muy caprichosa pero con un amplio sentido de la sensualidad, muy apasionada y sexual ..,aquel hombre un poco rudo , de grandes y ásperas manos ,con el cuello cuarteado por el sol ejercía una atracción descontrolada sobre mi; sus bellísimos ojos negros de mirada profunda y cejas ancha..,además de la forma de mirarme...me excitaba , su boca grande, su rostro curtido por el sol de los maizales le daban un aspecto casi , de hombre primitivo .

Le oía...cada vez más cerca...disminuía el paso, para darle la oportunidad de poder alcanzarme. El sol lucía con todo su esplendor ,poniendo su fuego a nuestra disposición ,"para ayudar" a la ya bien caldeada situación.

Me agarró de los hombros por detrás, ¡ me estremecí ¡, pasó sus brazos por delante de mi cuerpo, cogiéndome los pechos y estrujándolos con deleite los besó.

Me di la vuelta y mirándonos directamente a los ojos ...nos unimos en un beso lleno de pasión . Sus labios temblaban de pasión, hacía algún tiempo que no nos habíamos visto, nuestra atracción estaba por encima de los convencionalismos sociales, nos amábamos locamente y cada vez que podíamos escaparnos...,disfrutábamos al máximo de esos momentos.

Me gustaba mucho el roce de su piel..,como se estremecía cuando sus labios tomaban contacto con los míos...Todo era muy diferente a mis otras relaciones anteriores. Era autentico, sincero ,con la ingenuidad casi, de un niño que unido a su temperamento ardiente y dada su juventud, era el complemento necesario para conseguir excitarme y sentir como mi fuente del placer se humedeciera , deseando y reclamando sus caricias

.

Estaba muy cachondo ,se notaba lo lujurioso de sus ansiosos pensamientos .

La idea de saber su cuerpo primitivo tan cerca del mío, producía en mi una sensación que me enajenaba.

Tan cerca de su cuerpo sentía que, toda mi sensualidad se ponía en alerta.

Su tallo estaba inflado, se palpaba a través de su fino pantalón de faena, directamente le puse mi mano ansiosa encima, al sentirla dio un respingo y se estremeció, me miro a los ojos y me atrajo hacia su cuerpo .

Nos tendimos en la tierra rodeados de amapolas rojas, que daban la sensación de que sonreían cómplices al ver que nos estaban sirviendo de refugio y tálamo .

Abrió sus pantalones, le despoje de la camisa ,la acerque a mi rostro y enjugue mi sudor mezclándolo con el suyo , la besaba , la olía, nuestros cuerpos sudaban, estaban mojados ,pasé mi lengua por su pecho y bebí las gotas saladas de su sudor .

Me quitó el vestido que llevaba, acercó sus labios a mi cuello besándolo con frenesí y avidez .

Respondía a sus caricias totalmente enloquecida de placer, mordía sus ojos, sus pómulos, con pequeños mordisquitos , llegue...a sus labios entreabiertos, su lengua, buscaba mi boca ,en este juego de pasiones incontroladas...unimos nuestros labios mezclando muestras salivas.

Cada vez estábamos más excitados, chupaba mis pechos con lujuria

Lamía su tallo brillante y engruesado por la excitación, con mi lengua .

Con gran ternura, coloco su brazo por debajo de mi cabeza , me besaba muy dulcemente, con cuidando, poniendo toda su pasión en cada una de sus caricias.

Estábamos desnudos encima de las hierba , disfrutando de nuestra proximidad. Muy despacio ...llego a mis pechos, buscando mis pezones , los mordía suavemente, los lamía. Dibujaba mi anatomía con sus dedos, que se deslizaban hacia mi vientre anhelante , con sus lengua iba recorriendo el camino que lo llevaba hasta mi rosa encendida de pasión y deseo.

Con sus dedos dibujaba el contorno de mi cuerpo, llegó con su lengua húmeda al principio de mi flor encendida, al notar sus caricias me estremecí , mis nalgas redondas se ahuecaban al mismo tiempo que su lengua llegaba al principio de mi frondoso jardín .

Al comprobar mi excitación , me cubrió con su cuerpo fornido , sentí su miembro viril muy caliente dentro de mi , empezamos a mover nuestros cuerpos al unísono , movía mis caderas en redondo, él empujaba hasta lo más profundo de mi ser, casi me hacía daño, sentí como su calor me invadía con su semen todo mi ser de mujer y estallamos ambos en quejidos incontrolados ,que daban fe del orgasmos salvaje y profundo que ambos habíamos sentido .

Quedaron rendidos sobre las rojas amapolas, dos seres que habían desechado las leyes sociales para atender solamente las leyes de la naturaleza y de las pasiones.

El campesino y la señorita de ciudad , desafiando todo convencionalismo, habían inundado el campo de las amapolas de pasión y amor correspondido .

Autora: Carmen Torres 31-07-08