Entre dos aguas...
Mi niño sabe a hombre y a pecado, a deseo y a culpa, a vicio y flaqueza y yo soy débil
El dice que soy una mujer buena…puede ser, pero lo dice del lado de la cama donde debería estar tumbado mi marido y no ese cuerpo venerado., dice también que tengo derecho a ser feliz, que merezco lo mejor…pero me ofrece migajas de felicidad que raciona dos veces por semana
… dice….y dice…y dice, pero no hace nada.
Yo me mantengo expectante y cobarde.
Cobarde, porque dependo de sus movimientos para saber o decidir como moverme;cobarde por mi incapacidad de exigirle mucho más…..todo….y no hacerlo por miedo a perder.
Expectante siempre, a la espera de que se decida a quererme a jornada completa o a dejarme por fin.
Pero no se decide él y no me decido yo…
-“nos vemos el jueves? – le pregunto mientras comienzo a vestirme de nuevo de espaldas a él sentada en la cama..
Él acaricia mi espalda tumbado aún, luego comienza a jugar con la yema de su índice por mi columna; sabe que eso me excita.
Comienza a pasearlo desde mi cuello hasta donde la espalda pierde su nombre y lo hace despacito consiguiendo que mi espalda se arquee.
Me río. Siempre termino riéndome por el cosquilleo que siento y entonces él cambia el sentido del paseo con el dedo y comienza a hacerlo de un lado a otro de mi cintura, después abre su mano y pasa la palma por la zona lumbar.
-“que suave eres, por dios”.
Siento como se desliza hasta mi lado para comenzar a besar mi piel; se me pone el vello de punta.
Es tan hermoso despertar el deseo de un hombre veinte años más joven!!!!,el asegura que lo hermoso es tenerme cerca con esta incondicionalidad amorosa que le demuestro, pero digo yo…
¿Qué madre no ama a su hijo incondicionalmente?.
Giro la cabeza para poder observarlo mientras acaricio sus negros rizos y sus ojos claros se clavan en los míos.
Se parece tanto a su padre!!!
Puedo adivinar que me desea, lo veo en sus ojos picaruelos, en el gesto de su boca, en la manera de acariciarme…
Arrastra su cuerpo hasta mis muslos, donde apoya dulcemente su cabeza; ahora soy yo quien con la yema de mi dedo dibujo el contorno de sus labios, de su nariz, de sus pómulos...
Amo a mi niño como una mujer ama a un hombre, amo a un hombre que resulta ser mi hijo.
Tiene veinte años y todo un mundo por delante, pero asegura que el único mundo que desea es el que le ofrezco.
Tengo cuarenta y mi único mundo es él.
Nuestra relación fue surgiendo fruto de la naturalidad y la confianza.
Durante nueves meses tuve a mi hijo dentro de mi y volví a tenerlo dentro desde que cumplió los 16.
Atrapa mi dedo entre sus labios y succiona y yo sonrío por que conozco el comienzo de sus juegos amorosos.
Acabamos de hacer el amor y no está saciado…dice que nunca se colma de mi y eso me halaga y me excita.
Da un giro y entierra su cabeza en mi sexo aún húmedo de él y le oigo aspirar y frotar su nariz.
-“hummmmmmmmm…….tienes un chochito que huele divino, mami”.”
Yo siento muchísimo pudor cuando me dice esas cosas…
-“anda calla loquito…tengo tu leche por todas partes todavía”.
Pero el pasea ahora su lengua por todo mi sexo sin importarle la mezcla de flujos, el suyo y el mío que se unen para formar uno solo.
Lo lame con deleite y sin prisa, bebiendo de él como un animalillo sediento y yo sólo puedo abrir ese cuenco del que bebe y derretirme de nuevo ante el contacto de su tierna lengua.
Mi entrega es total y no hay manantial en este mundo con más caudal que mi tesoro, y el sigue bebiendo de esta fuente insaciable hasta que mis suspiros ya no pueden seguir ocultos en la garganta y brotan como almendro en primavera y entonces tiernamente levanta la cabeza, con la boca llena de nosotros y se dirige a mis pechos.
Tal delicado en sus gestos, que parece temer, que al asirlos puedan romperse, sujetándolos con inusual mimo y llevándose a la boca el abultado botón, donde hace años succionaba para calmar otro tipo de apetito.
Veo como su miembro despierta de nuevo, se iza cuan bandera poderosa en un mar de deseo y me entrego a su marea dejándome llevar.
Acaricia mi sexo mientras lame mis pezones y mis manos buscan el suyo .La palma de mi mano conoce de sobra la dureza y calidez de su falo; mi niño tiene una polla grande, gruesa y algo curva, la circuncisión la embellece aún más….
El glande es rosado y apetecible, húmedo, redondo y hermoso……
Me coloco de manera que puedo lamerlo mansamente mientras el puede lamerme de igual modo.
Todo lo que mi hijo sabe de sexo se lo he enseñado yo; todo lo que yo sé de sexo lo he aprendido con él.
Paseo mi lengua a lo largo del tronco, arriba y abajo, deteniéndome a jugar con ella en la punta de su polla.
-“hummmmmmmm….mamiiiiii…sabes que me vuelve loco que hagas eso…ohhhh”..-dice entrecortadamente sacando su cabeza de entre mis muslos.
-“calla y sigue, anda…”-protesto yo.
Obediente vuelve a hundir su cara entre mis piernas que para facilitar el acceso a su descarada lengua abro desmesuradamente dejando a su vista la madura rosa que le ofrezco; el la recibe glotón y hambriento primero lamiendo, luego mordisqueando, para continuar succionando e introduciendo su lengua en mi interior.
Con igual necesidad y apetito le como el cipote, lamiendo insaciable, devorando sus testículos, jugando con ellos dentro de mi boca con ayuda de la lengua.
Mi niño sabe a hombre y a pecado, a deseo y a culpa, a vicio y flaqueza y yo soy débil…
El dice que el sexo sólo es sexo y no importa con quien se practique, pero a veces creo que lo dice no por convicción, si no por descargarme de este sentimiento de culpa que después me corroe y martiriza.
Pero en el instante que vuelve a acariciarme, que volvemos a acostarnos, ni culpa ni martirio pueden con este deseo de tenerlo dentro de mí.
Me entrego entera, incondicional, para que haga conmigo lo que desee hacer de mí.
Soy su hembra, como él dice, su mujer completa, su concubina, soy su desahogo, su necesidad, su verdadero amor…
.”Mami…-me dice el crío - a cuatro patas”.
No pregunta……no ruega…..no exige.
Simplemente dice y yo obedezco.
Y me coloco con el culo en su cara, jadeante, victoriosa sabiendo que le ofrezco aquello que más quiere.
.”Así? –pregunto deseosa de cumplir con sus deseos y empapada sabiendo que va a follarme el culo.
Por respuesta, una cachetada de confirmación y un paseo con su polla desde el trasero hasta mi coño.
Me encanta sentirla, notarla dura, caliente….húmeda.
-“cochina…estas toda mojada” .
-“como no estarlo, mi vida…si me follas como nadie!” –replico yo, entre suspiros.
-“dímelo mami…..dímelo otra vez….dime eso que tanto me gusta…”
Y yo sonrío una vez más antes de decir la consabida frase.
-“si, hijo…me follas como nadie….me follas mejor aún que tu padre…!!.....a él aún no le he dejado que me folle el culo…….es únicamente para ti”!
Se vuelve loco de pronto, como poseído totalmente por la lujuria y de un solo envite me clava su gruesa estaca en el culo.
Sentirla dentro es el delirio. Me noto llena de él, lleno mi culo de dura verga que entra y sale con vigor mientras se sujeta a mis pechos colmados de caricias anteriores.
Bailamos al unísono al compás de sus sacudidas.
Yo deliro y gimo.
-“sigue así…siiiii.. Mi vida…….no pares”- suplico.
Siento mi culo llenito de el, estallando en deseo, insaciable de polla…
“dale más fuerte, cariño… - le ruego – asiiii. Deja .que te sienta bien dentro……clávamela”.
Y el golpea y golpea más fuerte, mas duro…hasta que sus pelotas chocan con mis muslos y grito……grito de placer, de regocijo, de deleite…
-“si……asiiiiii…….te gusta así, mami? – Pregunta mi hijo a sabiendas de la respuesta – ¿te gusta que te folle así, cochina?me vuelve loco tu culo…me vuelves loco!!! Estaría follandote a todas horas…”
Y es oírle hablar de este deseo que siente por mí y derretirme entera…
Amo a este hombre…amo a mi hijo…y sólo puedo rendirme a él.
-“gírate - me pide ahora – quiero comerte la boca mientras te inundo el coño de leche”.
No me hago esperar…ardo por él….y quiero su polla dentro de mi.
Me besa primero sin prisa mientras introduce su verga en mí.
Comienza despacio, haciéndome delirar de placer.
-“ohhhhhh………..que mojada estás” – me dice mi vida.
Lame mi cuello, mis pechos…muerde mis duros pezones, succiona, tira de ellos….
_”cómeme las tetas, cariño – imploro impaciente – tómame entera….no me hagas esperar más…me matas de placer, hijo”.
Y el las agarra, se las lleva a la boca, juega con su lengua en mis pezones….y vuelve a arrancarme suspiros y gritos.
.”siiiiiiii…….aaahhhhhhhh….siiiiii….mi amor”.
Sus embestidas son cada vez más enérgicas, más rápidas y sé que no tardará en correrse.
Inunda mi boca con su lengua, me llena de saliva que bebo desesperada deseando sentir igualmente su calido líquido dentro de mí sexo.
Y lo observo mientras me monta salvajemente. Su cuerpo perfecto brillando por el esfuerzo de sus golpes, mordiendo sus labios para contener los gemidos, los ojos semi cerrados, la frente perlada…
Mi niño…..mi hijo…mi vida….
Siento su ultima estocada y la tensión de nuestros cuerpos anunciando el orgasmo que premia el amor que nos tenemos.
Gemimos, gritamos, suspiramos…nos abrazamos con fuerza…nos descargamos el uno en el otro….y terminamos boca arriba de nuevo en la cama.
Dejo pasar unos minutos para coger de nuevo aliento.
Estoy exhausta pero plena, relajada…
Estoy agotada pero feliz…
-“nos vemos el jueves?” –pregunto de nuevo, ya que es el día que no está su padre en casa y que el libra de la universidad.
Por respuesta su dedo se pasea por mi espalda……