Entre danzas y Miradas

Sin pensar hizo lo que nunca se imaginó que podría hacer… Besarlo. Lo hizo para castigarle y sintiera su rabia, aunque algo lo petrifico, el sentir por un momento que Matías correspondía y aflojaba su violencia.

Hola Todos! Bueno aqui esta de nueva esta pequeña historia, es un gran desafio que me impuse y espero llegar a ustedes. En verdad su opinion es importante eso si de forma educada y sin insultar.

Antes le quiero dedicar esta historia a tres personas a Cesar (Mi hermano) Nahum (Mi hermanit) y Sobre a ti Robert Los amos!!!

Ahora si leean, comente y valoren!

La danza solo existe en el instante. Es única. Es una metáfora de la vida misma. -Lin Hwai- Min

Carlos:

El baile puede llevarte a lugares y sentimientos donde tú puedes ser el protagonista. Esto es lo que piensa Carlos, un joven que siente  pasión por la danza y plasma sobre el escenario emociones que traspasa  mas haya.

Carlos es un chico de tan solo 20 años, su cuerpo es esbelto. Mide  1.80, de piel trigueña, rostro perfilado, un mentón cuadrado con un hondo en su barbilla, su cabello es rizado de un negro azabache que con los rayos del sol destaca, como nubes negras, su sonrisa es grande en ella te entrega sinceridad y tiene grandes ojos marrones. Él se describe como alguien corriente y poco atractivo.

Carlos vive en un hogar de modesta categoría, sus padres son ingenieros y es el menor de dos hermanas que le llevan más de diez años. Su Padre le da todos sus gustos y quiere su felicidad, pero su Madre es muy diferente, vigila a su hijo para que no se vaya por el camino del “mal”.

Carlos adora el ballet como a su propia vida y quisiera ser un gran bailarín de danza clásica, pero su Madre nunca se lo permitiría, como diría ella: “El Ballet es para mediocres y “maricones”. “Tú serás un gran ingeniero Carlos”. Lo que su Madre no sabe, es que él es un “Maricón” como ella los llama, pero  no es mediocre. Con solo veinte añoses un gran bailarín e integrante principal de la compañía del “Teresa Carreño” y desea ser como: Vaslav  Nijinski, Attilio  Labis, Nicolas Le Riche, Marcelo Gomes o el mismísimo Daniil Simkin (grandes bailarines). Le encantaría estudiar en Paris donde se encuentran las mejores compañías de ballet del mundo.

La mañana del jueves, luego de desayunar en la cafetería de su universidad, se dirigió con pies ágiles, realizando un perfecto fouetté (una clase de paso) donde daba giros perfectos haciendo que sus extremidades amaran el camino donde andaba. Era  elegante su andar, sin llegar a ser afeminado, porque aunque era bailarín, no se consideraba amanerado, más bien tenía su vena machista en ese aspecto. Sin embargo, con su acostumbrado despiste, no se dio cuenta cuando de repente choco con un hombre.

-Disculpa, vale…


Matías

Su mirada  fría  infundía respeto a quien se le acercara. De hermosa presencia, con un cuerpo esculpido por tantas horas de gimnasio, piel bronceada, de cabello liso castaño hasta los hombros. Media solo 1.70 mts, su rostro era serio y con unos ojos amarillos que daba la impresión de estar viendo los ojos de un felino. Lo que lo hacía un hombre apetecible para el sexo femenino, sin embargo él no creía en el amor y menos en una relación.

Hijo de grandes empresarios, quienes le cumplían cada uno de los caprichos, amante de los deportes extremos y sobre todo de las carreras ilegales que se realizan en varios sitios de las ciudades de Venezuela.

Su pasión es ser un gran Abogado, por eso estudia en la facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, cursando el quinto año y su propósito era llegar a tener un gran bufete.  Su carácter fuerte le daba una personalidad ruda y a la vez maligna.

Era hijo único y como decían sus padres “No importa lo que tu desees, tu siempre lo obtendrás”. Lo que desde pequeño le dio esa seguridad, para fundir respeto y poder llevar las riendas de su casa, cuando siempre sus padres no se encontraban. La soledad era su amiga y nunca necesito de nadie.

Esa mañana del jueves estuvo en clase con el gran Profesor Sandoval, con un caluroso debate, sobre los derechos internacionales de los ciudadanos de Rusia. En eso el profesor, lanzó una pregunta que Matías, le hizo hervir la sangre.

-¿Crees que existe democracia en Rusia, cuando los homosexuales les están prohibiendo donar sangre? Matías con su vena homofóbica, lo miró con unas ganas locas de pulverizarlo y sacar sus vísceras, pero respondió con arrogancia:

-Esos bichos no tienen ni voz y menos voto, claro que existe democracia, porque  en Rusia están tomando cartas en el asunto sobre los causantes de que se hayan propagado el Sida.

El Profesor le respondió con sabiduría:

-El que sean homosexuales, no quiere decir que sean los culpables de que se haya expandido el sida en el mundo.

Mientras todos los demás alumnos miraban con asombro el debate de esos dos, sonó milagrosamente la campana, donde se advertía que la clase había culminado por el día de hoy.

Matías tomó sus cosas con rabia por el comportamiento que había tenido el Profesor y lo que más le chocaba era que apoyara a los insectos esos.

Iba hablando para sí mismo, mientras escribía un mensaje a su mejor amiga.

-Quien se cree ese Maldito de Sandoval, apoyando a esas plagas que solo traen desgracias a nuestro mundo, debían de quemarlos a todos.-

Mientras decía esto  le producía  un ataque de ansiedad y ganas de arrancarle las vísceras al que se le atravesara de por medio, pero con su enojo no se dio por enterado que estaba a punto de chocar con alguien y mal diciendo empujo al susodicho.

-¡QUE DISCULPA MALDITO IMBECIL! No ves por dónde caminas. - mientras lo decía se encontró con los ojos marrones de la persona que más despreciaba en toda la universidad.


Carlos

¡Matías! - Pensó Carlos, cuando miró esos ojos desde abajo que lo miraban con aborrecimiento y era él. El homofóbico de porquería  lo había empujado y de paso lo insultaba, mientras él se había disculpado, pero que podía pedir, de un ser tan ignorante.

-Creo que el insulto  y la acreción esta demás, porque los dos  tuvimos culpa, pero que puedo pedir de un déspota y de paso retrasado mental.

Cuando miró sus ojos, se dio de cuenta que lo miraba con rabia y levantándose  se dispuso, hacerlo sacar de sus casillas.

-Huy, pero mira como me mira el gatico herido, bueno que más se puede esperar de un niñato tan patético.- Reía con una media sonrisa.

Matías, no se quedó con eso y levanto su puño, para propinarle un puñetazo, que fue parado de inmediato por los brazos hábiles de Carlos y tomándolo  de sus manos los atrajo hacia su cuerpo, hasta hacerlo pegarse a él.

Al sentir la cercanía  del cuerpo del otro, Matías  comenzó a experimentar un nerviosismo e inicio a removerse con violencia. Sin embargo, el Moreno no lo soltaba, sobre todo cuando el percibió que su cuerpo se agitaba y como su corazón latía tan fuerte. Siempre ocurría lo mismo, cuando sentía la cercanía del Rubio. Pero siempre cuando estaban cerca terminaban peleando.

Sabía que no le gustaban los homosexuales, aunque él lo ocultaba muy bien, para no levantar sospechas y llegaran rumores a los oídos de sus padres, pero Matías suponía  que era gay por el hecho de ser bailarín. Sin embargo, eso era puro prejuicio, ya que existen heterosexuales bailarines de ballet, pero con él la suposición era totalmente cierta y desde ese día, comenzó todo. Fue objeto de constante ataques por el Rubio, pero él no se dejó en ningún momento y respondía a los ataques.  En eso sintió un dolor en su hombro, proveniente de un mordisco que le había propinado Matías y tuvo que soltarlo.

  • Tú crees que una marica como tú me harás temer, eres solo una simple mierda sucia.

Carlos no lo dejó terminar para arrinconarlo contra la pared y apretar su cuerpo contra el de él y atrapando sus manos sobre su cabeza, haciendo que de su boca saliera insultos, pero logrando adentrar sus piernas contra las de él, produciendo que sus pelvis se rozaran. Pero  sin pensar hizo lo que nunca se imaginó que podría hacer… Besarlo. Lo hizo para castigarlo y sintiera su rabia, aunque algo lo petrifico, el sentir por un momento que Matías correspondía y aflojaba su violencia. Sin embargo,  eso fue solo su imaginación que jugaba con él, porque de un impulso se soltó, haciéndolo caer  y saliendo  despavorido del lugar.


Matías:

Sentía todavía el calor de ese beso y la húmeda de ese roce.

  • Maldito, ¡Me Beso! ¿Qué le sucede a ese hijo de puta? ¡Acaso no sabe quién soy! - Con la furia con que se encontraba no se dio cuenta que alguien lo miraba mientras entraba a su casa, con esa mirada inquieta que la caracterizaba y haciendo sonar la copa con el mesón, para que  este se diera cuenta de su presencia y viéndola a los ojos, se encontró con esa dulce mirada y a la vez tan penetrante.

  • ¡Creo que te ha ido demasiado mal hoy! Sabes, que tienes una cara de mil demonios que no te la quita nadie. - Ella tenía ese poder que de dejarlo sin habla por segundos.

-¿Qué haces aquí?

–Uff Hola Matías, me encuentro bien, te estuve buscando como loca hoy sabes, porque si no te recuerdas me enviaste un mensaje para encontramos. Pero bueno, es fácil dejar a esta ricura tirada por no sé que, ¿Qué  carrizo te sucede? ¿Por qué esa cara?

  • Rosa no comiences con tus reclamos. ¡NO TENGO GANAS DE ESCUCHARTE!

-¡Hey, a mí no me estés gritando, yo no soy las PERRAS que te aguantas tus gritos! – Y sin dejarlo responder, se levantó y caminando decidida con su característico contonear de caderas, abrió la puerta y cerrando la misma de una solo portazo. Matías se quedó perplejo y de una se lanzó en el sofá.

  • Hoy no quiero escucharla, ¡Hoy no!

Carlos:

-¡Vamos chicos en posición! 1, 2,3 roten sus tobillos por unos 10 minutos Chicas. Vamos chicos estiren los músculos de sus pantorrillas y su tendón de Aquiles. Crucen las piernas una sobre la otra. Doble la rodilla de atrás y presionen en la parte frontal de su pantorrilla. Mantén esta posición durante 20 segundos. ¡Muy bien Chicos!- Dirigía  la profesora Stella.

Ella es una gran bailarina y había estudiado en las compañías de ballet de Rusia y Paris. Su cuerpo es hermoso con músculos largos y bien formados, un cuerpo estilizado que de apariencia es delicado, pero que en realidad está lleno de fuerza, con un carácter de brío y a la vez de nobleza que trasmite su mirada.

– Bueno vamos chicos comencemos, recuerden que necesitamos ensayar, para la presentación que está  en puerta.- Haciendo comenzar el ensayo y todos los bailarines corrieron a tomar sus posición en la barra.

Carlos sostenía la barra con elegancia con su mano derecha, mientras realizaba un perfecto Plié que consistía en flexionar las rodillas hasta que estén paralelas, luego en movimientos ligeros realizó un hermoso Arabesque y en puntilla comenzó a danzar al ritmo de música, Todos los cuerpos se movían con piruetas delicadas y majestuosa por más de una hora. Sudaban y la energía no bajaba de calidad, más bien se exigían cada minuto más y más hasta terminar parte de la obra. Luego de esas prácticas tan limpias, el ensayo culmino, pero se nombró quien se encargaría de recoger el piso rojo.

Carlos  se dirigió  a tomar agua para poder relajarse de los extenuante ejercicio y allí se encontró con un joven de estatura pequeña, ojos color negro, piernas torneadas, cabello negro que le llegaba hasta sus hombros, con un culito paradito que se encontraba apresado por unas malla negra ajustada que le hacía ser la envidia de muchas mujeres y el suspiro de Carlos, este lo rodeo con sus manos desde su espalda y depositó un cálido beso en su oreja.

-Hoy estuviste excelente Natalio.- una sonrisa se dibujó en los labios de este.

  • Pensé, que no te habías dado cuenta que estaba hoy junto a ti.- Mientras acariciaba el rostro de Carlos desde atrás.

  • Como crees que no me voy a dar cuenta que tus estabas allí, si tu olor desde lejos lo siento.- Esto lo decía mientras rozaba el abdomen de Natalio.

-Sabes, hoy me toca recoger el piso rojo.

  • ¿Eso es una invitación?

  • Tómalo como quieras, pero tenemos días que no estamos a solas.

-Bueno, te digo algo hoy vas a recoger el aula desnudo. –Esto hizo que Natalio suspirara, no solo por imaginarse lo que sucedería en pocos minutos, sino al sentir la lengua de Carlos lamiendo el ovuló de su oreja.

El piso rojo es una sala hermosa con unos grandes ventanales, donde  la luz del sol entra por ellas iluminando el espacio y en las noches se observas las grandes luces de la cuidad que iluminan el cielo como estrellas. Una de las paredes es abarcada por un gran espejo, en las demás se encuentran  las barras, en donde se ponen en práctica la entrega y la energía de todos sus alumnos.

El gran salón tiene un piso de madera roja del siglo XI. El aula abre sus puertas no solo a niños, sino a adultos que exponen sus obras mediante bailes, pero esa tarde abriría sus puertas para dejar entrar una pasión entre dos hombres que se deseaban.

El cuerpo de Natalio estaba comprimido por el espejo y su pecho sudado subía y bajaba con rapidez, de su boca salían gemidos, por las lamidas que era objeto su ano. La lengua de su amante no le daba tregua, moviendo su lengua en círculo y escupiendo para tener una buena lubricación, mientras lamía cada pliegue de ese anillo cerrado.

-¡Carlos, por Aaah faaavor penétrameee! - Reclamaba Natalio con voz jadeante.

– No seas impaciente amor, mmm que hora es lo que falta mmm.

–Pero Aaah noooo aaaaguanto.

En ese instante Carlos introdujo dos dedos en el ano de este mientras tomaba con su boca sus bolas desde atrás y le propinaba unas chupadas y mordidas que hacían desorbitar a Natalio. Carlos seguía moviendo los dedos con un mete y saca rápido que hacía que los jadeos comenzaran a ser más fuerte y el aula se llenara de una sinfonía de lujuria. Produciendo que el espejo estuviera empañado de la transpiración de Natalio y su verga  bañada de esencia se encontraba a presionada en la maya negra y su suspensorio.

Carlos volteándolo, lo tomó de su cabellera e introdujo su lengua en la boca de Natalio y comenzaron a chupar, succionar y morder sus lenguas, hasta hacerse daños en sus labios, mientras sus manos no se quedaban quietas y recorrían sus cuerpos. Solo se apartaron  un momento, para respirar y la lengua de él Moreno se  fue directo a los pezones de Natalio en donde mordisqueo, lamio y los presionó hasta lograr  de nuevo hacerlo gemir por la tortura y el placer que era objeto.

En  un arrebato de placer, escupió  sobre el cuerpo  del más pequeño, luego  la esparció con su lengua y fue bajando por todo el delgado torso, hasta llegar al aprisionado pene que pedía salir a jugar  y sin hacerlo esperar con sus dientes retiró las molestas telas, para introducírselo de un solo bocado, en donde  limpio cada gota de pre semen del pequeño glande y absorbiéndolo de forma rápida le regaló una de sus mejores mamadas.

Natalio que se había estado comportando en forma pasiva, tomó de los cabellos a Carlos y comenzó a follar su boca, moviendo su pelvis rápidamente, haciendo que Carlos dieran arcadas y se le resbalaran algunas lágrimas. Pero este no paraba de pasar su ligera lengua por duro pito e hizo que este subiera una de sus piernas y volviéndole  a meter dos dedos en su ano sin previo aviso, logro  desatar  jadeos  de placer en Natalio. Los movimientos de los dedos  eran al ritmo de la follada que estaba recibiendo a su boca.

-¡Ayyyy no aguanto voooy acabar Caarrrlo! –Jadeo Natalio tomando fuertemente de los rizos al Moreno.

Carlos  apartándolo, saco su pene erecto ya mojado de su fluidos y comenzó  a pajearse frente a su amante, que lo miraba con deseo y mordiéndose los labios. Este volteándose, le mostraba ese culito hermoso, lo que hizo que el Moreno le  propinara unas nalgadas, haciéndolo gemir- Pero  parando  más sus nalgas Natalio recibió otras nalgadas que le puso  su culito rojo por la fuerza que ejercía cada nalgada sobre esas posaderas de porcelana. Sin embargo esto no hizo que parara Carlos y levantándose  comenzó a pasar su pene por el enrojecimiento de la colita y  entre la raja, para tomar  luego esos dos globos y simular una paja con ella haciendo que los dos gozaran, pero Carlos estaba ya tan caliente que sin prevenir,  le inserto su falo grueso, logrando que  las piernas de Natalio se les afloraran y surgiera un dolor naciente en los pliegues de su estrecho huequito y saliéndose alguna una lágrimas de sus ojos imploró.

– ¡Por favor sácala! - chillaba Natalio- Me duele mucho ayyy.

– Shhh bebe lo siento, cálmate que ya va pasar. Besaba el hombro del pequeño.

–Ayy, porque me castigas asiii.- sollozaba.

–Porque te lo mereces - Mordió su hombro, mientras hablaba y comenzó a moverse suavemente, pero profundo, sacándola  de igual manera.

Natalio comenzó a jadear y más cuando el movimiento se intensificó y una mano de Carlos aprisionaba sus tetillas y la otra lo pajeaba, mientras no dejaba de  morder su cuello con tanta pasión.

-Ereeesss un malditooo, así quería tenerteee, quería probar  tu cuerpooo, quería que sintierassss que era estarrr con un verdadero machoooo.

– ¡Aaah, sigue Carlos, siii eres un macho!

–Ahh, Matias toma mi leche ufff…

–Aah si acaba, pero soy Natalio.

Carlos no escuchó lo que dijo Natalio, porque estaba sumergido en su propio  placer durante la follada, su mente solo estaba imaginando el cuerpo de Matías, en la sensación que sintió esa tarde, el olor del cuerpo del Rubio e imaginaba quien le imploraba por mas era Matías y que jadeaba su nombre. Pero sus pensamiento se desvanecieron  cuando unos  jadeos fuertes proveniente de los labios de Natalio le avisaban que estaba a punto de acabar y él apresuró más su cometidas para  vaciarse dentro las entrañas de su compañero, mientras el pequeño e llegaba al clímax sobre la mano de Carlos y el espejo.


Matías

  • Anda perra chupa, sácale la leche.

  • Mmm, amorcito dime que me quieres.

  • Daniela, sigue chupando que para eso te llamé.

En la alcoba de Matías, se encontraba Daniela deseando que Matías le pidiera ser su novia, pero él no creía en el amor y menos en una relación de pareja. Él solo quería una noche de sexo, como todos los días que usaba una chica nueva.

  • Sabes qué, mejor lárgate - Respondió este enojado separándose de la chica.

Caminando  desnudo, dejando la tirada sobre la cama, pero la chica quería hacerlo gozar y que viera que con otra no sentiría lo mismo y  sin vacilar se desnudó, tirando  al chico al sillón, donde ella se montó desnuda sobre el Rubio y allí tomando las riendas se auto penetró con el duro pene y comenzando a cabalgar lentamente, para ir sintiendo el calor proveniente de esa herramienta, provocando  que Matías tomara los exuberantes senos de la chica y llevándoselo a su boca los comenzó a chupar y agarrando con su dientes tiraba de sus pezones, lo que producía que la chica gimiera su nombre y pidiendo más.

-Matíasss hay que rico amor.-Jadeaba la chica.

Ella se inclinó buscando los labios de este, pero lo que encontró fue un rechazo, aunque esto no fue problema para ella que comenzó a moverse sensualmente hasta hacer que el rostro del chico se saliera unos jadeos suaves de placer. Él la tomó por las caderas y la levantó para lanzarla a la cama y sin más comenzó a cogerla sin tregua. La hizo acabar en un orgasmo infinito que mojo su pelvis  y tomándola de sus tetas le introdujo su pene en lo más hondo y sin parar comenzó con un mete y saca que le produzco un orgasmo que lo llevó a recordar su primer  beso que fue dado por Carlos.

Continuara…