Entre amigos, riquísimo y sin consecuencias

Tu lo que te estás ganando es que te lleve a un hotelito… eso es lo que quieres verdad?. Así me amenazaba siempre que comenzaba a jugar con el; era la promesa que esperaba se hiciera realidad mientras me dedicaba a tocarlo de la manera más incitante posible, tratando siempre de rozarlo sin que nadie se diera cuenta, excitándome con cada mirada y notando en todo momento que el bulto de su pantalón se hincha cada vez más pidiéndome liberarlo.

Tu lo que te estás ganando es que te lleve a un hotelito… eso es lo que quieres verdad?. Así me amenazaba siempre que comenzaba a jugar con el; era la promesa que esperaba se hiciera realidad mientras me dedicaba a tocarlo de la manera más incitante posible, tratando siempre de rozarlo sin que nadie se diera cuenta, excitándome con cada mirada y notando en todo momento que el bulto de su pantalón se hincha cada vez más pidiéndome liberarlo.

Soy Natalia, vivo en México y tengo 21 años; es la primera vez que escribo para un portal como éste y deseo narrar con toda la emoción posible lo que me sucedió hace dos semanas con uno de mis amigos de la carrera a quien no he podido olvidar y estoy tratando de convencer para poder repetirlo. Conocí a Germán aproximadamente hace 3 años cuando mi novio formal era uno de sus mejores amigos; a mí siempre me había parecido como alguien interesante y aunque comenzamos a hacer amistad lo que verdaderamente importa aquí es que sin darme cuenta empecé a notar que era precisamente el tipo de hombre al que yo necesitaba hacer feliz.

Mi primera vez es algo que vale la pena relatar pero no será precisamente ahora cuando lo haga; lo que si es necesario aclarar es que desde que me inicié en las cosas sexuales mi vida no se siente completa si no puedo hacerlo con regularidad; me encanta el sexo, día tras día me la paso inventando nuevas situaciones, posiciones y circunstancias en las que me gustaría estar y es precisamente por esto que poco a poco Germán fue despertando en mi un sentimiento muy diferente al que cualquier amigo ha podido iniciar; yo soy bajita de estatura y él por el contrario es bastante alto, tiene una espalda preciosa de esas que parecen una letra V; su pecho y sus brazos simplemente me encantan y el contorno de sus piernas es perfecto para sentarse en ellas y mecerse durante horas sin cansarlo; su cuerpo en general está cubierto de vellos alineados sensualmente desde los hombros hasta las manos, de los muslos a los tobillos y los que mas me gustan llegan desde su miembro hasta el ombligo; los que habitan en su pecho me provocan la necesidad de frotarme contra ellos hasta quedar irritada por el contacto y los que rodean sus labios y mejillas (uff) siempre están listos para ser tocados y peinados por mis dedos o en su defecto por mis senos. Me encanta su cabello, la manera en la que camina, la manera en la que me carga como si ni siquiera sintiera el cambio de peso y aunque al principio no podía entender que era lo que me llamaba tanto la atención, ahora comprendo que veo en él una pareja exquisita a la que me encantaría probar todos los días y digo probar porque así le dice él al hecho de tragarme su semen después de un buen orgasmo; es aquí cuando describo lo que más me gusta de él. A lo largo de mi vida he visto varios en vivo y cientos en fotografías o videos, sin embargo, su miembro es por muchas cosas el mejor o el "más bonito" como le digo yo; medirá 17 centímetros, (no lo he medido porque sé que no lo permitiría) pero el caso es que su tamaño es perfecto para mí; tiene el grosor adecuado para entrar y salir de cualquiera de mis orificios y de tan sólo recordarlo me entran unas ganas increíbles de correr a buscarlo; cada vez que puedo estar cerca de el, trato de guardarme su olor y su sabor para las noches que paso sola y con tanta necesidad de tener algo; cuando comienza a excitarse el líquido pre seminal que brota de su cabecita le da un aspecto radiante que sólo consigue calentarme más y prepararme para recibirlo ya sea en la boca o en mi cosita que a cada instante lo pide más.

Desde que comenzamos con el jueguito, mis intenciones se fueron haciendo cada vez más fuertes; al principio era sólo lamerle una orejita o bailarle cuando íbamos a fiestas y cada vez terminábamos el empalmado y yo tocándolo o lamiéndolo hasta correrse.

La diferencia en ésta ocasión fue que tuvimos un hotel, el tiempo y la privacidad perfectos para lograr lo que desde hace tanto tiempo venía deseando. La generación decidió salir de viaje a una de las playas más conocidas de México y las cosas marchaban bastante tranquilas hasta que Germán nos alcanzó en un antro; en cuanto lo vi me pareció que lucía más guapo que de costumbre y sinceramente lo primero que pensé es que ese galán ya me pertenecía al menos por una noche, comenzamos a bailar y entre copas el empezó también a decirme q le encantaban mis nalguitas, yo no sé si ya se dio cuenta o lo hace porque le nace pero yo adoro que me hablen con guarradas y todo tipo de cosas obscenas; adoro cuando me jala o me toma como si de verdad me deseara y no quisiera que nadie más disfrutara de mi como el lo hace; al cabo de un rato me soltaba lenguetadas a la cara y pequeños mordiscos en los labios pero era la manera en la que me miraba lo que ya me había encendido y poco a poco lograba que me humedeciera cada vez más esperando el momento de salir de ahí para tirármelo lo que quedaba de la noche hasta cansarnos y entonces levantarnos y volverlo a hacer.

Sucedió entonces que el tomó demasiado y tuve que sacarlo del lugar casi a rastras para llevarlo a mi hotel y entonces poder cuidarlo (cosa que realmente no hice porque me la pasé mirándolo mientras dormía e imaginando la tonelada de cosas que le hubiera podido hacer si tan sólo se hubiera despertado, noche fallida y yo en verdad mojada). En un descuido, me quedé dormida y cuando desperté tuve el mejor amanecer posible: el yacía boca abajo con las sábanas enredadas en su cuerpo que yo con anterioridad había desnudado dejándolo sólo en los boxers que suele usar; para llamar su atención comencé a llamarle por su nombre y a acariciar lentamente esa espalda que tanto me gusta; el por su parte gemía porque no quería despertarse pero esos gemidos y la manera en la que su cuerpo comenzaba a cobrar vida no hacían nada más que empezar a encenderme; de pronto sin decir más nada abrió los ojos y con un solo abrazo me hizo quedar casi debajo de él con una de sus manos en mi cintura y su cara tan cerca de mí que pude empezar a saborear sus labios; tenía ganas de meterle la lengua hasta la garganta, de morderlo y probar su saliva hasta hartarme de ella pero antes de que pudiera hacerlo, comenzó a meter una de sus manos por debajo de la camiseta que me había puesto esa noche para dormir; me tocaba tan desesperadamente que yo pensaba que se iba a correr antes de poder follarme; comenzó a apretar uno de mis senos y con ello la humedad que sentía ya era insoportable, la ropa interior que llevaba puesta estaba totalmente pegada a mi entrepierna y el pantalón de dormir ya empezaba a asomar signos de los fluidos que estaba despidiendo; el no dejaba de besarme detrás de las orejas y de apretar mis pezones que bien erectos le decían que eso era exactamente lo que yo necesitaba; sin decir nada me quitó la blusa de tal forma que ni siquiera yo pude entender, bajó su mano y entonces comenzó a acariciarme encima del pantalón poco a poco hasta que nos encontramos cara a cara y con una sonrisita le indiqué que era el momento de tocarme en serio; metió la mano bajo el pantalón y el calzoncito y empezó a pasarme los dedos primero por los labios completamente lubricados, después de unos segundos, en un movimiento electrizante comenzó a meter primero un dedo en mi cosita que obviamente estaba más que lista para recibirlo; yo empecé a buscar su pene porque era realmente lo que necesitaba tener en las manos pero el quizás queriendo guardarlo para lo mejor, me dio media vuelta y me puso de espaldas sin sacar los dedos (que ya eran 2) de mi conchita; con el brazo que tenia libre trataba de quitarme el pantalón pero como no quería darle trabajo me lo quité yo con todo y braguitas tratando durante la operación de rozar su miembro con mis nalguitas (que tampoco sé si ya se dio cuenta pero me prende en serio sentirlo tan paradito y precisamente en ese lugar del cuerpo, tengo tantas ganas de que me folle por ahí también!) estuvimos un rato en esa operación mete saca con los dedos y de un momento a otro baje la mano sólo para sentir un pene completamente erecto y perfectamente delineado bajo el boxer que ya le quedaba corto para el tamaño del bulto; me volteé y de un solo brinco me senté sobre el; empecé a masajear su pene con mi vulva sintiendo toda la firmeza que tanta sangre caliente había provocado.

Fue entonces cuando me di cuenta de que mis pechos caían perfectamente sobre su cara y mientras el forzaba el masaje agarrándome de la cadera yo comencé a pasárselos sobre su barba provocándome una de las mejores sensaciones de la vida; estuvimos así varios minutos yo frotándome y el mordiéndome los pezones dejándome marcas que todavía quedan sobre mi piel; no dejaba de apretarme las nalguitas y de pronto cuando menos me lo esperaba me di cuenta de que con el movimiento ya habíamos bajado sus boxers y su miembro estaba libre de ropa; antes de dejarlo penetrarme empecé a pajearlo lentamente solamente para ver la expresión de su rostro mientras le acercaba mi humedad sin dejarlo probarla todavía. Sin embargo, el ya estaba a mil y de una sola embestida, levantándome un poco me lo metió hasta el fondo haciendo que tuviera el primer orgasmo del día; dobló un poco las piernas y mientras yo seguía cabalgándolo el forzaba su entrada cada vez más con todas las ganas de acabar dentro de mi; de pronto y sin decir nada me cargó hacia uno de los lados sacando su pene de donde estaba y sosteniendo una de sus miraditas, abrió la boca y me dijo: ¿le das un besito?, yo ni lenta ni perezosa me bajé como si de eso dependiera mi vida; empecé a besarlo poco a poco y a lamerle primero la cabecita que sabía a mi mezclado con su sabor peculiar; me lo metí por completo a la boca y el poniendo una mano en mi cabeza empezó a moverse como si me siguiera cogiendo; no sé si estoy loca o si mi calentura siempre es demasiada el caso es que cuando me trata con esa resolución, con esas ganas de disfrutarme, es cuando más me enciendo y no puedo dejar de hacerlo, me prende sentir que me desea, que quiere cogerme, follarme o como carajos se le antoje y aunque más de una vez me haya hecho sentir que yo lo obligo a hacer cosas porque me la paso calentándolo, en momentos así todo se me olvida y lo único que quiero sentir es su verga adentro de mi todo el tiempo hasta sentir que me baña completamente con su leche; quería seguir mamándolo pero el no lo permitió; me levantó de nuevo (como si no le costara trabajo alguno) y me puso nuevamente de espaldas a el y con los dos acostados de lado en la cama empezó a buscar la manera de entrar cosa que en el momento fue un poco difícil y aunque de vez en cuando chocaba con mi anito que tanto me gustaría estrenase; (creo que tampoco se ha percatado de ello así que lo dejaré para más adelante) no mostraba signos de querer entrar por ahí así que como a mi me encanta que me monten de espaldas me puse en cuatro y el como accionado por un resorte se levantó y se puso detrás de mi; ahí no tuvo problemas, entró como si fuera una fundita para su miembro y entonces empezamos a sentir en serio; yo no podía dejar de gemir y el también lo hacía de una manera que me hacía perder el tiempo y el espacio de lo que estaba sucediendo, de vez en cuando su fuerza era tanto en la embestida que yo me iba de frente contra las almohadas y de nuevo volvía a chocar con mi anito cosa que me prendía aún más; yo trataba de alcanzar mi botoncito desde donde estaba pero era tanto la presión que el ejercía sobre mi que no podía ni mantenerme arrodillada como era necesario; fueron varios minutos en esa posición también y una de las cosas que me llevaron al siguiente orgasmo fue que él con intención de peinar mi cabello, metió su mano derecha y desde la base de mi nuca empezó a deslizarla a las puntas o al menos eso intentaba hacer porque debido a que mi cabello estaba bastante en redado con el movimiento lo único que consiguió fue darme un tirón que de alguna u otra forma me hizo sentir una corriente extraña que recorrió todo mi cuerpo en un solo instante; mientras seguía moviéndose empecé a darme cuenta de que cada vez me apretaba más la cadera y uno de mis senos; así que me concentré más en mover el culito con la misma fuerza con la que el se lo acercaba para entrar cada vez más profundo y acto seguido; en una oleada de calor y dos gemidos que resonaron por la habitación terminamos juntos en un orgasmo indescriptible que culminó con un par de besitos mientras contemplaba que mi cosita llena de su semen comenzaba a escurrir poco a poco hasta casi vaciarse.

No pudimos descansar mucho porque teníamos programada una visita a no se que lugar en el que también nos la pasamos genial follando en un lugar público pero eso será para otra ocasión.

Saludos a todos y mucho sexo, mucho mucho mucho sexo.