Entre amigos. I
...siento como unas manos se posa en mi cintura y me abrazan por la espalda, se perfectamente quien es, el olor de su perfume me lo dice todo es One million de Paco Rabanne, siento como sus labios se acercan a mi oído y pronuncian unas palabras suavemente...
El día más largo y el más raro
Amaneció, podía sentir el calor abrazador de la mañana sobre mí pero no tenía ganas de levantarme de la cama, mejor dicho no tenía razón alguna para hacerlo o eso pensé hasta que escuche los gritos de mi madre diciendo que llegaría tarde al liceo y con toda la fuerza de voluntad que tenia levante una pierna y golpee la cama sobre de mi tan solo para ver a mi hermana caer de ella y poder hacer mi primera buena acción del día.
Ya levantado busque mis cosas, las cuales nunca acomodo en la noche, las puse sobre un mueble y corrí a bañarme lo más rápido que pude. Al salir, me vestí con mi uniforme y como siempre me toca abrir el portón de la casa para que mi padre saque el carro, lo cual es mi parte favorita de la mañana ya que puedo ver a la persona que me gusta o más bien, al chico.
De lunes a viernes todas las mañanas a las seis y veintitrés minutos justo cuando abro el portón de mi casa lo veo, allí esta Juan, justo a seis casas, lo puedo detallar claramente con su camisa marrón sale al frente de su casa a esperar que su padre también saque el carro para ir a clases y entonces le doy gracias a dios de que estudiemos en el mismo liceo, luego de unos minutos mirando fijamente veo como levanta su mano y da un pequeño saludo, el cual respondo con una sonrisa que no creo que note y veo como sube al carro de su padre junto con su familia y se van.
Me siento un acosador pero solo es una casualidad que todas las mañanas nos veamos a la misma hora o eso es lo que me digo a mi mismo para no sentirme de esa forma, para mí, Juan es solo un amigo que me tiene loco desde que éramos niños, es tres años mayor que yo, es un poco moreno, él adora el futbol, tiene un cuerpo bien formado porque pasa horas en el gimnasio, su mama es algo así como mi madrina, estudia quinto año de bachillerato, mientras que yo estudio cuarto año de bachillerato.
Desde niños supe que Juan era el amor de mi vida, él era el único que me protegía cuando los más grandes se metían conmigo, me elegía primero en cualquier juego en grupo y siempre que salía algún lado, me pedía que lo acompañara y me compraba un dulce o una chupeta pero siempre había algo. Creciendo juntos, fue imposible no enamorarme de él y más cuando él ni corto ni perezoso respondía de forma leve a mis sentimientos, me sostenía de la mano cuando estábamos solos o me daba un beso en cachete con la escusa de que yo era muy fácil de besar y que debía de tener cuidado de que no me robran un beso.
Aunque me demostrara todo ese tipo de cosas, Juan en definitiva era heterosexual y eso ni yo mismo lo podía cambiar, no importa cuánto tiempo el siguiera dando esperanzas pequeñas, intente no ilusionarme y solo me conforme con verlo todas las mañanas y mantener esa amistad que teníamos, después de todo, éramos mas como hermanos.
Mi papa me dejo en la entrada del liceo, yo tenía el hábito de ser puntual y gracias a que mi padre era profesor podía entrar por la puerta trasera e ir directo al salón sin cantar el himno junto a mis demás compañeros de clase, entre a mi salón y puse mi bolso sobre el segundo pupitre en la columna mas central y luego saque un cuaderno y lo puse justo en el puesto delante del mío para guardárselo a un amigo y otros dos a cada uno de mis lados para otras dos amigas.
Cuando ya había terminado de guardarlos puestos, escuche como el timbre sonó y los alumnos comenzaron a subir, camine a la ventana y deje mi mirada fija en el salón de Juan que queda justo frente al mío en el piso inferior, ya que yo veo clases en el primer piso, solo para verlo cuando entra junto a sus amigos, el tenia una sonrisa. Sigo observando al piso inferior y siento como unas manos se posa en mi cintura y me abrazan por la espalda, se perfectamente quien es, el olor de su perfume me lo dice todo es One million de Paco Rabanne, siento como sus labios se acercan a mi oído y pronuncian unas palabras suavemente.
-A quien espías Héctor? Desde que llegue estás viendo a los de quito año, cuando deberías de estar viéndome a mi.-
-Ahh, yo? A nadie! Solo pensaba Fernando, ahora suéltame que si nos ven así van a hablar cosas de nosotros y sabes que eso no me gusta.- Intente soltar sus manos de mi cintura pero me apretó mas fuerte
-Te importa lo que digan de nosotros? Que bolas!.- me soltó y se recostó sobre la tabla de un pupitre cercano
-No, no me importa pero luego van y le dicen cosas a mi papa que no son y eso es lo que no me gusta Fernando, que pueden ir por allí inventando que somos gay o cualquier cosa por el estilo.- Intente tomar una de sus manso pero se puso de brazos cruzados
-Y eso te importa? Tú no eres gay y yo no lo soy, así que no le tenemos que temer a las palabras de unos sin oficio.- me miro algo molesto
-Tienes razón pero trata de evitar volver hacer cosas así, te lo pido por favor.- Me fui hasta mi puesto y me puse en posición de descanso
-Siempre tienes miedo de lo que puedan sobre nosotros Héctor, pero me guardas un puesto delante de ti, haces todos los exámenes conmigo, desayunas conmigo, pasas todo tu día conmigo, no te vas hasta que yo me voy y luego esperas que no hablen? Que bolas contigo!.- El ahora estaba parado en la puerta del salón y nuestros compañeros seguían sin subir
-Olvídalo Fernando, déjalo así y haz lo que quieras ya vienen los demás.- Volví a meter mi cabeza entre mis brazos y estar en posición de descanso
-Eso es lo que siempre hago, olvidar cada discusión y comenzar de nuevo mano!.- dijo mientras se ponía en el puesto que guarde para él
-Me parece bien.- Dije sin levantar mi cabeza
Lo mejor para comenzar el día, una discusión con tu mejor amigo que termino realmente mal y fue solo por un abrazo por la espalda y un susurro al odio, a los pocos minutos comenzó a llenarse todo el salón de gente y como siempre yo evitaba saludar a todos y cada uno hasta que ellas entraban, mis mejores amigas, Estefanía y Marisol los amores de mi vida, luego de un par de besos y abrazos cada uno tomo su puesto debido a que el profesor entro al salón.
Mientras el profesor no paraba de hablar paja sobre un montón de cosas de la cual la mayoría no tenía ni el mínimo interés, en mi mente buscaba una forma de arreglar mis cosas con Fernando, no podía dejar que siguiera enojado conmigo por mucho tiempo, cuando pensé en pasar mi mano por su hombro para pedirle que desayunara conmigo, vi como Luis, otro compañero de clases se acerco a escondidas del profesor y le susurro algo a Fernando al odio, no pude escuchar claramente por lo que espere hasta que se fuera para hacer mi propuesta.
-Fernando, quieres desayunar conmigo? Yo brindo.- Le enseñe mi billetera y este me miro por uno segundos antes de responder
-Héctor, voy a desayunar con Luis. Lo siento!.-
-Déjalo que se vaya con alguien más, enserio, quiero darte un desayuno de disculpas por lo que te dije, tenias razón y te conteste mal.- Intente actuar lindo pero se concentro en ver al profesor y ni me miro
-Quede con Luis, voy a ir a desayunar con él y pensare en algo mejor para que te disculpes conmigo, puedes vivir con eso?.- En ese momento el timbre sonó y el profesor tomo sus cosas y se marcho
-Está bien, como tú quieras Fernando.-
-nos vemos en la otra hora, Héctor.- Vi como tomo su bolso, camino hasta donde se encontraba Luis y luego se fueron juntos
Fernando es mi mejor amigo, entro nuevo este año y casi de inmediato hicimos conexión, es el típico prototipo de chico futbolista que no estudia mucho pero es muy listo cuando se lo propone, le encanta comer y no engorda nada, tiene un excelente cuerpo, es muy protector y como fui el primero que le hablo dice que se siente bien conmigo así que siempre vamos a cualquier lado juntos, es mayor que yo por dos años y habla siempre sobre sexo y se me insinúa de forma sexual pero lo hace como en chiste o en juego y yo a veces le sigo la corriente pero hasta allí, es totalmente heterosexual y está enamorado de una chica de tercer año.
Últimamente estaba pasando mucho eso, Fernando se iba a desayunar con Luis solo para ir a ver de lejos a la chica de tercer año por lo que yo quedaba con mis amigas en ir a desayunar juntos a un lugar cerca del liceo. Ruffy’s era el nombre del negocio y al entrar, agarramos una mesa y estaban los de quinto año desayunando, pude detallar rápidamente a Juan desayunando con sus amigos y jugando con una salsa.
Los amigos de Juan eran bastante problemáticos y todo el mundo los detestaba, ellos siempre formaban desordenes por todo el liceo y justamente hoy, se les ocurrió jugar con una salsa la cual luego de constantemente ser apretar por varios de ellos, los ensucio y a nosotros que pasábamos cerca de la mesa, mis amigas gritaron como locas enojadas y unas chicas de quinto en otra mesa también.
El dueño entro enojado al escuchar a las chicas gritar y saco a los amigos de Juan del negocio, luego nos dio unas servilletas, Juan seguía parado con sus amigas llenas de salsa, ellas entraron al baño a quitarse el pesgoste ese y mis amigas hicieron lo mismo detrás de ellas, yo lo mire con el ceño fruncido durante unos minutos y luego fui al baño de hombres a limpiarme.
Entre a el baño, se encontraba totalmente solo debido a que apestaba mucho y me pare frente a uno de los lavamanos, con un poco de agua intente limpiar mi camisa, escucho unos pasos y volteo, Juan entro al baño quitándose la camisa, mis ojos se pusieron como platos ya que no tenía nada abajo, se veía todo su escultural cuerpo definido, se paró a mi lado, mojo un poco una servilleta que traía y con delicadeza quito la mancha de la camisa me miro de reojo y volvió a pasarle la servilleta a la camisa, luego de unos segundos hablo.
-Espero no estés enojado conmigo, Héctor.- Seguía limpiando su camisa
-Ahh... No lo estoy, no fue tu culpa. Fue la de tus amigos estúpidos, a ellos el odio.-
-Pero participe y eso estuvo mal, lo lamento. Mi deber es cuidarte.-
-Deber? Que loco eres. No te preocupes, lamento si te mire feo cuando pasó, no fue mi intención.-
-Entonces, estamos bien Héctor?.-
-Claro Juan! Solo me regañaran bastante por la camisa pero sobreviviré y tu también!.- El comenzó a reírse
-Tengo mucha hambre.
-Yo igual y casi no queda tiempo para desayunar. Juan me miro durante unos minutos y se volvió a poner su camisa marrón
-Mejor lo dejo así, chao.
No me dio ni tiempo de despedirme, en un abrir y cerrar de ojos él se marcho, termine de limpiar mi camisa y cuando salgo veo a mis amigas en una mesa comiendo como si nada fuera pasado, cuando me voy acercando a la mesa el dueño me llama para decirme que alguien dejo pagada dos empanadas y un jugo para mí, del otro lado de la barra veo a Fernando comiendo con Luis, nuestras miradas se cruzan y puedo leer sus labios “se dice gracias”.
Termino de llegar a la mesa y mis amigas comienzan con sus comentarios “parece que te fueras vomitado” o “siéntate rápido, no quiero ver vomito” ellas pasaron un rato hablando de sus cosas de chicas, hasta que sonó el timbre y volvimos lo más rápido que pudimos al salón.
De camino al salón de clases, ellas se adelantaron y yo pase por la cancha buscando a Fernando, siempre después de desayunar se pone a jugar futbol y se le olvida que viene a ver clases y a darle patadas a un balón, cuando llegue a la cancha no lo encontré por ningún lado, estaban los de quinto año jugando, entre ellos estaba Juan y sin camisa.
Carne de primera en exhibición, fue lo primero que pensé y lo mire un momento sin darme cuenta que el timbre sonó nuevamente y para mi desgracia me quede afuera, pase varios minutos tratando de convencer al portero para que me dejara entrar pero ese hombre era muy odioso y no importaban que tanto le jalara y actuara lindo para que me dejara entrar, nada funciono.
No se me ocurrió otra cosa más que llamar a mi padre, el tardo un buen rato para bajar y hablo con el portero, este me abrió la puerta y corrí al salón lo más rápido que pude, me pare frente a la puerta la toque y luego de unos minutos el profe salió y abrió
-Llega tarde joven!.- El profesor ni me miro
-Disculpe profesor, puedo ingresar a clases?
-Si promete que no será una interrupción.-
-No lo seré, nunca lo he sido.-
-Pase.-
Entre al salón y estaba Fernando sentado de primero haciendo señas con su reloj recordándome que llegue tarde, lo mire feo y ni me acerque el puesto que guardo para mi detrás de él, seguí caminando y me senté en uno al final del salón, no quería verlo a la cara, no quería hablar con él, estaba enojado y no sé realmente porque ya que me quede afuera por mi propia culpa. Seguía metido en mis pensamientos hasta que escucho como el profesor me pidió que me pusiera de pie y pregunto por la mancha verde en mi pecho, intente explicar que fue un accidente pero este ni me escucho y solo me quito algunos puntos en higiene.
La clase continuo, el profesor dijo que tendríamos que hacer un examen sorpresa en parejas y rápidamente Fernando me hizo señas para que me sentara a su lado en el puesto que guardo para mí pero hice como si no fuera visto nada y le pedí a Andrés que se sentara conmigo y el solo se me quedo viendo un rato y luego le toco hacer el examen con Luis.
Termine muy rápido el examen y saque mi teléfono, tenía como quince mensajes de Fernando, los ignore, salí del salón de clases y me senté en el pasillo a esperar a mis amigas, al rato Fernando entrego su examen, cuando vi que iba a salir del salón, me levante rápidamente e intente irme muy rápido pero este me miro muy enojado, seguí caminando sin voltear a verlo, escuche sus pasos apresurados aproximarse y luego sentí como me jalaba del bolso y me detenía, me quede parado sin voltear a verlo a la cara, el solo paso delante de mí y tomo mi mano y comenzó a arrástrame junto con él a algún lado.
Caminamos un rato hasta que llegamos a la cancha, estaban todos los que estudian con nosotros, después de esta clase ya no tendríamos más por este día. Educación física era mi tormento pero aprendí a soportarlo gracias a Fernando pero justo ahora era él quien causaba mi tormento y no tenía una forma valida de explicarle mi aptitud de hoy con él.
Tomamos un lugar en las gradas y no dijo nada solo se limito a permanecer sentado a mi lado y contestar la asistencia pero no me decía nada, el profesor señalo las actividades que realizaríamos por hoy y que como siempre serian en pareja, rápidamente el me agarro más fuerte la mano y dijo que me no me escaparía esta vez, solo acepte con la cabeza.
Camine detrás de él hasta que tomo un lugar, se acostó sobre una colchoneta y me senté a su lado, luego de hacer todas las series que le tocaban más las mías es que comenzó a hablar.
-Qué coño te pasa hoy Héctor? Acaso estas celoso porque fui a desayunar con Luis?.- El me miro enojado y yo solo miraba el piso
-No me pasa nada Fernando, tu puedes desayunar y hacer lo que quieras con quien te dé la gana.-
-Por qué coño no te sentaste en el puesto que te guarde y luego cuando el examen hiciste como si no me viste y te pusiste con Andrés?.- dijo él un poco alterado
-No quería sentarme allí Fernando, no sé si lo notaste pero tengo una gran mancha verde en el pecho y no quería que la vieran el profesor pero igual se dio cuenta.
-Y que me vas a inventar para el examen?
-Nada, no quería hacer el examen contigo!
-Qué coño te pasa hoy?! dijo el gritando fuerte y todos voltearon a vernos
-Te dije que nada y no me grites que no soy sordo, estoy aquí al lado tuyo.
-Como vas a llamar a esto nada? Primero pasas del puesto que te guarde, luego me ignoras en el examen, te busco para poder hablar contigo y así me expliques pero me ignoras nuevamente e intentas huir.-
-No sé qué decirte Fernando, realmente no sé qué me pasa hoy, no me siento bien.-
-Si no te sientes bien, no te alejes de mí o mejor dicho no pagues lo que sea que tengas ignorándome a mí.-
-Lo siento, realmente lo siento mucho!.- no sabía que decirle a Fernando, me sentía mal por tratarlo así pero ni yo mismo sabía lo que me pasaba
-No sabes lo mucho que me duele que me ignores, eres el mejor amigo que tengo aquí Héctor y solo por eso duele más. No me vuelvas a tratar así, te aprecio mucho como para que me hagas esto.-
-Realmente lo siento, no volverá a pasar. Me disculpas?.-
-Ya está olvidado pero que no vuelva a pasar o me veras enojado.- * dijo el levantándose y dándome un beso en la frente*
-Sabes, si estaba un poco celoso por lo de Luis.- * le dije un poco apenado y bajando la cabeza*
-Por eso lo hice, quería que estuvieras celoso y lo admitieras.- dijo el orgulloso
-Quédate con Luis, quizás si te ignoro el resto del día dejes de hablarme.- camine a su lado y se quedo allí parado mirándome, escuche sus pasos rápidos y me abrazo por la espalda fuerte y me susurro al oído -Me gustan listos como tú, Héctor.- me dio un beso en el cuello, le pedí que me soltara pero no, me dio la vuelta y me cargo sobre su hombro hasta las gradas
Cuando Fernando me soltó en una de las gradas le pegue lo más fuerte que pude pero el solo se paso la mano y dijo que eso no fue nada. Me quede allí sentado en las gradas, en mi pequeño mundo, suspirando y cuando la clase termino, tome mis cosas y me fui.
Ya no quería saber más del liceo por hoy pero creo que el universo conspiraba en mi contra nuevamente, cuando salgo del liceo y camino a la parada de buses una camioneta muy linda se para frente a mí y pita muy fuerte, se quién es y no quiero subir a ella. Después de que la mama de Fernando me obligara a subir a la camioneta, comenzó a darme una charla sobre como trate a su hijo hoy y luego de hacerme prometer que lo ayudaría y todas esas cosas me dejo cerca de la parada de buses que pasan directo por mi casa.
Puedo decir que el resto del día fue muy normal solo hasta que llego la noche, eran casi las siete y necesitaba salir a tomar aire un rato, camine a un puente que se encuentra en el estacionamiento y divide mi calle de otra, me senté un rato a revisar mis mensajes, note que no abrí ninguno de los mensajes de Fernando así que me puse a leerlos.
Estoy en el salón, las muchachas dijeron que fuiste a buscarme
¿Dónde estás?
¿Qué tienes?
Siéntate junto a mí!
¿Qué te pasa?
xq tienes una mancha verde?
¿Vomitaste? xd
El profe va a hacer un examen, no me dejes solo
xq me ignoras?
Luis no sabe nada, el es bruto
ayúdame
Pásame la 4, 5 y 6!
te espero afuera, tenemos que hablar,
Yo pensé que exagere con decir que fueron quince pero nunca pensé que fueran tantos, escuche unos pasos detrás de mí y no voltee, la gente siempre pasa por aquí así que simplemente las ignoro pero esta persona no paso de largo como las otras, esta persona se sentó a mi lado y no quería ser ignorada, era Juan.
-Que haces aquí? Esto está muy solo y te puede pasar algo malo.-
-Ahh, nada vale. Aquí pensando y riéndome solo.- dije tartamudeando
- El que se ríe solo, de sus picardías se acuerda o eso dicen.
-Picardías? No creo. No tengo recuerdos de ese tipo mentí
-No? Vamos, camina conmigo un rato.-
-No quiero caminar, quédate aquí y protégeme.-
-Está bien, esto se encuentra un poco solo, no crees? Eres un poco flaco y si te ven por allí así te pueden robar.-
-Sí pero igual, aquí estas tu o no? Si alguien trata de hacer algo tu peleas por los dos! trate de ser gracioso
-Bueno si pero, y si soy yo el que te roba?.-
-Vamos! Que me puedes robar tu? Te conozco desde que éramos niños.-
-Es fácil robarte un beso.
-ehh… ahh… las palabras no me salían pero no le importo, me robo un beso
-No vas a decir nada
-Acaso te gusto? Deja de hacer eso, desde niños te gusta besarme y esos se ve muy feo.
-No te emociones, no soy marisco ni nada. Solo quería darte un beso y tú te dejaste.
-Déjame tranquilo entonces, nos pueden ver.
-Cálmate.
Creo que estoy condenado a estar solo, a no ser amado por nadie, el único chico que me gusta y desde que era un niño, le gusta besarme por juego y no quiere nada conmigo, mi vida no podía ser más miserable. Juan al rato se levanto y me acompaño hasta mi casa, se despidió y me volvió a pedir que lo disculpara por lo de esta mañana, le dije nuevamente que no era importante y entonces se fue a su casa.