Entrando en el mundo femdom, la iniciación
Pose mi mano en uno de sus glúteos y comencé a frotárselos, me di cuenta que su piel no solo se veía tersa y suave, también se sentía igual, parecía que estaba acariciando un durazno suave y tibio, Martha por su parte comenzó a hacer lo mismo con su otro glúteo, - se siente bien, no es así, - bastante bien Martha, - ahora entierrale las uñas un poco, que comience a sentir dolor,
Ver a mi esposo ernesto completamente depilado y reclinado sobre aquella mesa metálica, me provoco una emoción tremenda, tenia poco que me había sumergido en el mundo de la dominación femenina y me di cuenta que tenia frente a mi todo un mundo nuevo lleno de morbo y placer, camine lentamente hacia el y comencé a admirarlo, las medias con ligero hacían resaltar sus piernas bastante bien, de echo parecía que estaba viendo las piernas de otra mujer, centre mi mirada en sus nalgas y una delicada tanga de color negro se metía perfectamente en medio de ellas, note que su piel estaba algo enrojecida y pensé que Martha había estado castigándolo un poco, comencé a caminar alrededor de aquella mesa y sus brazos estaban completamente extendidos a los lados y sujetos a la orilla de la mesa por unos gruesos grilletes, me di cuenta también que Martha le había puesto una crema que hacia lucir su piel tersa y provocaba que su delgado torso pareciera como el de una mujer, camine hacia enfrente de el y tenia los ojos vendados y una bola anaranjada sujeta a su cabeza con unas cintillas negras salía de su boca, su respiración era algo agitada, pero se mantenía quieto, me fui de nuevo hacia atrás, encendí un cigarrillo y segundos después escuche los tacones de Martha bajar las escaleras,
Gabriela, veo que te me adelantaste,
si Martha, ansiaba ver como lo habías sometido,
es normal, con el tiempo podrás hacerlo tu misma,
esa idea me fascina,
a todas les pasa igual, y con el tiempo tendrás varias ideas,
si lo creo,
¿quieres comenzar?
claro,
Martha se paro tras de Ernesto y comenzó a decirle,
- ahora eres de mi propiedad, los siguientes días vas a ser usado, humillado y abusado de todas las formas que te puedas imaginar, entendiste,
Ernesto solo movió su cabeza de arriba hacia abajo,
- bueno Gabriela, quiero que sepas que los agujeros de tu sumiso pueden ser usados de mil formas, pero vamos a comenzar con sus nalgas,
Martha se acerco a el, poso una de sus manos en sus nalgas y comenzó a acariciárselas lentamente, Ernesto al sentir los tacomientos comenzó a moverse un poco, pero Martha no hizo caso,
- si sabes usar bien el trasero de tu sumiso te dara horas y horas de diversión, vamos, acarícialo,
pose mi mano en uno de sus glúteos y comencé a frotárselo, me di cuenta que su piel no solo se veía tersa y suave, también se sentía igual, parecía que estaba acariciando un durazno suave y tibio, Martha por su parte comenzó a hacer lo mismo con su otro glúteo,
se siente bien, no es así,
bastante bien Martha,
ahora entierrale las uñas un poco, que comience a sentir dolor,
Así como estaba mi mano, comencé a cerrarla y sentía como mis largas unas se iban enterrando en su piel, el cuerpo de Ernesto se agito un poco y me detuve
- bien Gabriela, ahora voy yo,
Martha cerró su mano pero con mayor fuerza, la dejo quieta unos instantes y Ernesto comenzó a gemir,
- lo vez, debe de sentir quien manda,
Cuando lo soltó, note que le había dejado las marcas de sus uñas en su trasero,
- ahora Gabriela, sujeta su tanga por los costados y bajasela, pero de una forma firme y de un jalón,
Me pare tras de el, sujete su tanga como Martha me había dicho y de un jalón se la baje hasta las rodillas, dejando sus nalgas expuestas,
- muy bien Gabriela, ahora vamos a practicar las nalgadas, este es el castigo que mas vas a usar, pero no por eso tiene que ser aburrido, ahora veras
Martha se paro a un costado de mi esposo, apoyo una de sus manos sobre su espalda y con la otra comenzó a nalguearlo, pero me di cuenta que lo hacia de abajo hacia arriba, lo que provocaba que las nalgas de Ernesto rebotaran con cada azote que recibía,
- lo vez, sus glúteos tienen que rebotar con cada nalgada que le des, ahora vamos a hacerlo las dos al mismo tiempo,
Me acomode del otro lado de la mesa y recargue mi mano sobre su espalda,
- bien, a las tres comenzamos, una dos....
Martha le soltó la primer nalgada e inmediatamente después lo hice yo, las nalgas de Ernesto al recibir ambos azotes, rebotaron de sobremanera,
- bien Gabriela así, vamos a darle diez cada una
Gabriela le soltó otra nalgada y después yo y así comenzamos a turnarnos para azotarlo, podía ver como las carnes de Ernesto rebotaban con cada nalgada que recibía y sus caderas se movían frenéticamente de un lado a otro, supongo trataba de hacer menos dolorosa la situación, voltee a ver a Martha y ella sin dejar de nalguearlo me sonrió, se veía que disfrutaba tremendamente lo que estábamos haciendo, continuamos unos minutos mas castigándolo de esa forma, hasta que Martha se detuvo,
- muy bien Gabriela, ahora observa sus glúteos,
Me separe un poco y observe detenidamente su trasero, su piel había adquirido un color rojo y su respiración era mas agitada,
- bien Gabriela, ahora vamos a pasar directamente a la penetración,
Ernesto al escuchar a Martha comenzó a moverse, pero ella le soltó dos tremendas nalgada a la vez que le decía que se estuviera quieto,
supongo jamás lo has penetrado, verdad Gabriela,
jamás Martha,
Ella soltó una sonora carcajada y me dijo,
- vaya, será una iniciación bastante buena, vamos primero a dilatarlo un poco,
Martha se fue hacia unos estantes metálicos que había a un costado de la mesa y de un cajón saco unos guantes de látex, me paso un par y después abrió un estante mas grande y alcance a ver que dentro había varios artefactos sexuales, tomo un pequeño dildo metálico bastante grueso y un pequeño bote de aceite,
- bien Gabriela, vamos a comenzar, quiero que separes sus nalgas para echarle un poco de aceite,
La idea me excito de sobremanera, sujete las nalgas de Ernesto y lentamente las separe hasta que deje a la vista su orificio anal, Ernesto comenzó a moverse, pero a Martha no le importo eso, tomo el frasco embarro un poco de lubricante sobre su mano y comenzó a esparcírselo justo entre las nalgas,
- bien Gabriela, ahora vamos a introducirle el tildo, sujétalo fuerte
Martha comenzó a introducir aquel aparato y pude ver como lentamente iba desapareciendo entre las nalgas de mi esposo, el claro comenzó a moverse y a gemir de una forma tremenda, pero Martha parecía que lo disfrutaba de sobremanera y de pronto, volteo a verme, me guiño un ojo y de un empujón se lo metió por completo, Ernesto se movía sin parar, aquello sin duda había sido demasiado para el,
- ya entro por completo, ¿dime que sientes Ernesto?
Mi esposo solo lanzo algunos gemidos y Martha comenzó a reír,
bueno, ahora viene lo interesante,
a que te refieres Martha,
meter y sacar querida,
Martha sujeto el dildo por la base y comenzó a sacarlo lentamente, la espalda de Ernesto se relajo un poco, pero instantes después lo volvió a introducir hasta el fondo, pero ahora con bastante fuerza,
- bien Gabriela, adentro afuera, adentro afuera…jajajaja
Martha en verdad disfrutaba haciendo sufrir a mi esposo, su mano no se detenía y aquel aparato entraba y salía rápidamente del ya enrojecido ano de mi esposo, cada movimiento que hacia, provocaba fuertes dolores a Ernesto su espalda se arqueaba de forma tremenda y no dejaba de gemir, pero a pesar de todo eso, yo también lo estaba disfrutando, y era verdad lo que Martha decía, cada vez veía su orificio anal mas dilatado,
- bueno Gabriela, es tu turno,
Martha me cedió el lugar y sujete la base de aquel aparato, y comencé a jalarlo hasta que logre sacarlo por completo,
- ahora metelo de golpe,
Obedecí a Martha y de un empujón se lo metí por completo, Ernesto volvió a gemir y a moverse, pero no me detuve, continúe con aquel mete y saca durante unos minutos, era algo hipnotizante ver con que facilidad desaparecía dentro de mi esposo, no sentía culpa alguna, me sentía poderosa y dueña de el, era algo nuevo para mi,
- bien gabriela, vamos a descansar un poco, déjale el dildo dentro para que se vaya acostumbrando,
sujete el dildo y no se por que razón lo introduje con mayor fuerza que las veces anteriores, provocando fuertes gemidos en ernesto, esto me estaba gustando de sobremanera, y estaba ansiosa por ver que mas seguía.............