Ente

La oscuridad invade de placer su cuerpo.

Ente

Podía sentirlo, húmedo, caliente, duro entre sus piernas. Entrando y saliendo frenéticamente, sin darle descanso. Se encontraba boca abajo, con las caderas levantadas, las piernas lo más separadas que le permitía su anatomía, su espalda creaba una sensual curva y sus pechos se apretaban sobre las sábanas revueltas. Su orgasmo estaba cerca, el falo que la penetraba lo hacía deliciosamente, en el ángulo perfecto para estimular su punto g, sintiéndose cada vez más cerca de explotar, apuró el final masturbándose, acariciando violentamente su más que inflamado clítoris. No le tomó mucho tiempo acabar, un fuerte orgasmo la envolvió dejándola desecha sobre la cama, floja y sin fuerzas; sin embargo sus caderas seguían en lo alto y quién la penetraba con aínco aminoró el bombeo, pero al parecer no pretendía parar.

Hace tres meses que Viviana experimentaba estos encuentros en la soledad de su casa en Avellaneda. Al principio le dio mucho miedo, ya que su amante no era precisamente un ser de éste plano, y no sabía si se trataba de un fantasma o un demonio. Sin embargo, rápidamente dejó atrás esa preocupación.

Los primeros encuentros fueron sólo de caricias entre sueños, suaves toques por todo su cuerpo, manos que la recorrían generando un placer nunca antes había experimentado. Ella creía que sólo se trataban de sueños húmedos, se despertaba tan caliente y urgida de un polvo que no podía salir de la cama sin antes recurrir a la habilidad de sus manos para aliviar su necesidad.

Pero una noche, las caricias se transformaron en un manoseo descarado, seguian siendo suaves, a pesar de que las manos ahora apretaban sus carnes, y alojaban la mayor parte de atención entre sus piernas, es su vulva, en sus labios calientes que no tardaban en mojarse. Viviana dejó de creer que sólo se trataban de sueños la noche en que se despertó por la sensación de una lengua y boca libidinosas recorriendo, sobando, chupando su hinchado clítoris. No podía razonar, el placer era tal que sus caderas se despegaban del colchón buscando sentir más y más, allí entre sus piernas se encontraba el vacío de la oscuridad, que al momento en que pudo procesar lo que estaba sucediendo, nuestra protagonista fue arrasada por el orgasmo más intenso que alguna vez tuvo en sus 35 años de vida.

Luego de eso cada noche se volvió más intensa, con una experiencia nueva, convirtiendo pequeños momentos en largas sesiones de lujuria. Aquello que al principio casi aterró a Viviana ahora era su mayor obsesión, casi no salía por las noches ya que no soportaba estar alejada de las fantasmales atenciones del ente que invadía su habitación y su cuerpo. Pronto se dió cuenta que éste ser la escuchaba y atendía a sus peticiones, ella sentía como si aquella cosa la estuviera sirviendo cual patrona de esclavos.

Y así fue como sin quererlo Viviana encontró al amante de su vida y quién sabe hasta cuándo durarían sus atenciones. Mientras tanto ella seguiría disfrutando de esa pija dura y gruesa que no podía ver pero si sentir a todas luces.

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Buenas noches verriondo lector, comparteme tus fantasias en los comentarios, a veces las demonias necesitamos algo de inspiración 😉🔥