Enseñeme profesor (3)

La sesión con mi amo no ha hecho más que empezar.

Mis manos y piernas fueron desatados de la cama, Él se levanto, fue hasta el sillón que había en la habitación y se sentó y me dijo- ven mi niña, acércate a mi, me puse a cuatro patas y comencé a acercarme a él, cuando estuve a su lado no sabía que postura adoptar por lo que quede de rodillas mirándolo expectante, esta situación me estaba excitando muchísimo, sentía mis muslos húmedos y calientes baje mi cara, me estaba ruborizando, me estaba comportando como una puta, como lo que soy para él, siempre dispuesta y siempre caliente.

Laura, cielo aceptas ser mi sumisa?- me dijo levantándome la cara, - Si mi Amo, lo acepto. –Aceptas también todas las imposiciones que yo te ponga de ahora en adelante? –Sí mi Señor las acepto. –Laura, siempre te pediré y te ordenaré cosas lógicas y posibles de realizar, pero no quiero ver en ti ni un atisbo de duda ni temor, ahora soy tu maestro, tu mentor, soy todo para ti. Recuérdalo.

  • Si, mi Amo.

  • Cuando estés en mi presencia si vamos a iniciar una sesión, como es ahora el caso quiero que estes siempre desnuda, con tus piernas abiertas, manos en la nuca y mirada al suelo ¿Me has entendido? Porque espero no tener que repetírtelo. Sere para ti un Amo justo y bondadoso, pero también has de saber que sere duro si no se hacen las cosas que ordeno como y cuando las ordeno.

Una vez que acabó de hablarme mi Señor David, abrí mis piernas al máximo mostrando mi coño en toda su plenitud y excitación, se podía ver a simple vista que estaba mojado y excitado, mis manos fueron a mi nuca casi a la vez que separaba mis piernas y mis pechos también quedaron ofrecidos a mi Amo. Me estuvo contemplando un largo rato, mis mejillas estaban encendidas de calor del deseo y de vergüenza, no podía remediarlo mi cuerpo pedía ser usado.

Mi Señor David estaba completamente vestido, no se había quitado ni la corbata que llevaba, me indicó que me recostara en sus rodillas con las piernas abiertas y empezó a explorarme el coño, dos dedos fueron introducidos en él suavemente, pero hasta el fondo, moviéndose en mi interior, involuntariamente mis piernas se abrieron mas para facilitar el tacto y mis nalgas subieron, de repente una palmada sonó en la habitación, un resquemor atenazaba mi nalga derecha, pero los dedos seguían hurgando dentro mi, y sentí una mezcla de placer y dolor que casi me lleva a un grandioso orgasmo – sube mas esas nalgas, ¡vamos! Facilítale la tarea a tu Amo, y agradece cada golpe que este te da – Si, mi Amo. Sus dedos salieron de mi interior para volver a entrar, pero no dos si no tres dedos de su mano izquierda, mientras la derecha me acariciaba las nalgas y mi ano, sin previo aviso otra palmada trono en la habitación de mi garganta se escapo – Gracias mi Amo casi en un jadeo, me estaba excitando mucho, sus azotes no tenían ningún ritmo no se sabía cuando iba a venir una caricia o un azote, así estuvimos unos minutos hasta que me corrí dos veces y mi culito estaba rojo y caliente

  • Sabes que es algo bonito Laura, tu culito rojo y tu coño húmedo por y para tu Amo, te estas portando muy bien en tu primera sesión. Se puso de pie y me ordenó desvestirlo lentamente, pasando mi lengua por cada cm de su piel que quedara al descubierto.

Con manos temblorosas de excitación y nervios empecé a quitarle el pantalón, quedó ante mis ojos un vientre moreno no excesivamente musculoso, pero tampoco fofo, para mi es y era perfecto, era el cuerpo de mi Amo, el cuerpo que había que adorar empecé a lamerle el vientre mientras el pantalón se deslizaba por sus piernas, quedando en bóxer una vez lamidas las piernas por delante y por detrás me dispuse a bajarle los bóxer, pero no me dejo usar las manos, me ordenó que lo hiciera con mi boca, tome entre mis dientes la tela de los bóxer y la fui deslizando lentamente por su cuerpo, primero por delante y luego por detrás, no fue tarea fácil, ya que los bóxer eran de licra y se pegaban a su cuerpo como una segunda piel, así que tuve que introducir mi lengua entre su piel y los bóxer para poder agarrarlos sin pellizcar y morder a mi Señor, le lamí las caderas la polla y los testículos, las nalgas y su ano también fueron atendidos por la lengua de su sumisa

Cuando estuvo completamente desnudo me ordenó tumbarme nuevamente en la cama muy abierta de piernas, se sentó entre mis hombros y puso su polla en mi boca, me ordeno lamérsela y empecé a saborearla, esa primera vez me dio instrucciones precisas de cómo le gustaba que lo hicieran, primero saque mi lengua y roce el capullo de la polla de mi Señor, mordiéndolo suavemente y jugando con el con mi lengua dentro de mi boca, sacando la lengua y pasando lentamente ésta por toda la polla, sabía que eso a mi Señor le encantaba, por lo que puse mucho interés y a los pocos segundos la lamía como si fuera el mejor manjar del mundo, luego comencé a meter mas y mas polla dentro de mi boca, pero poco a poco, tal como mi Amo me había ordenado, me follo la boca durante bastante tiempo, luego se puso de espaldas y le lamí sus nalgas las separe con mis manos y roce su ano con mi lengua, jugando con su agujero introduciendo la puntita de mi lengua en él, oía los jadeos y pequeños gemidos que escapaban de la boca de mi Dueño, por lo que me puse a lamer con mas ahínco intentando introducir toda mi lengua en su agujero, mientras estaba concentrándome en lamer el ano de mi Señor sentí una presión en un pezón y luego en el otro, cuando se apartó pude comprobar que me había pinzado los pezones, sus manos fueron a mi coño que estaba húmedo y dispuesto para él y me estuvo masturbando mientras me miraba a la cara y me decía – has visto Laura? Has visto lo putita que eres? Como te retuerces y solo con un dedo te das cuenta de las ganas de polla que tienes?

Esas palabras no hicieron otra cosa que excitarme mas y mas, cuando estaba apunto de llegar a otro orgasmo su mano paró de tocarme y sentí una presión en ambos labios de mi coño y en mi clítoris, también estos los tenía pinzados, era una sensación extraña, pero me lleno de morbo y de éxtasis ver la cara de placer de mi Señor.

Se levantó de la cama, yo seguía echada abierta de piernas y pinzada, caliente y deseosa de la polla de mi Amo, si Él tenía razón era una puta, su puta.

Se dirigió a su bolsa de viaje y sacó 4 collares de perro, cada uno fue puesto en una de mis extremidades, una vez que los cuatro collares estuvieron puestos me juntó mano con pie y los unió con un mosquetón y repitió la operación en la otra pierna, ahora sí que estaba expuesta a su antojo, me soltó las pinzas de los pezones, pero dejo las de mi coño e introdujo la punta de su polla en mi, mientras suavemente movía las pinzas de mis labios, provocándome otra vez mezcla de placer y dolor, entraba suavemente, pero yo necesitaba, deseaba sentirlo dentro de mi, ya no podía aguantar mas esta tortura y llore y suplique que me follara, que me usara.

Cuando la plenitud de su polla invadió mi coño de un golpe salvaje me corrí, mi cuerpo convulsionaba de placer y su polla quedó atrapada con las contracciones de mi vagina, me follo durante largo rato y varios orgasmos llegaron y se apoderaron de mi cuerpo, cuando mi Señor obtuvo su placer sentí una felicidad inmensa que inundaba mi ser

Le había dado placer, había conseguido mi meta.

  • Te has portado bien pequeña Laura, pero esto todavía no ha acabado, es más, no ha hecho mas que empezar.

Soltó mis manos y pies de los mosquetes y me dejó descansar un rato.