Enseñeme profesor (2)

Preparandome para el momento de la verdad la sesión con mi Señor.

Al fin se iba a cumplir mi deseo, si he de ser sincera estaba muy nerviosa, muy excitada, como vivo en casa de mis padres les dije que me iba a casa de una amiga a dormir que volvería mañana por la noche. Y ahí estaba yo en la habitación del hotel esperándolo.

Me paseaba por la habitación mis nervios estaban apunto de estallar, de repente sonó mi móvil, él me estaba llamando: -si, mi Señor (mi voz intento sonar con tono despreocupado), de repente me entró el pánico de que se hubiera echado para atrás y llamara para anular la cita, si así era mi corazón no podría soportarlo y se partiría en pedazos en la solitaria habitación de hotel, pero lo que me dijo distaba mucho de lo que yo había imaginado:-estoy en el pasillo Laura, quiero que corras las cortinas, te desnudes y te tumbes en la cama con las piernas abiertas ofréceme tu cuerpo como lo has hecho por teléfono esperare tres minutos para que lo hagas, y cortó la comunicación. Como una autómata empecé a hacer lo que me había ordenado mi Amo, David, en mi cerebro no había cabida para la desobediencia, solo para el total y sincero sometimiento hacia él.

Estaba desnuda en la cama, ahora la habitación estaba oscura, mi excitación estaba al límite, sentía un aire frío recorrer mi cuerpo cuando la puerta de la habitación se abrió oí la voz de David hablar al mozo de las maletas que las dejó a la entrada de la habitación, si hubiera entrado medio metro mas me hubiera visto tirada en la cama desnuda, eso me hizo excitarme más todavía, si, esa era su voz, ahí estaba mi Señor David.

Cuando el mozo de las maletas se fue la luz volvió a apagarse, no veía nada solo oía los pasos de David acercándose a la cama, encendió la luz del baño, yo solo podía ver su figura ya que la luz estaba a su espalda, pero el podía verme entera allí en la cama tirada abierta de piernas, como él me había ordenado.

-Ábrete un poco más, ¡vamos!, quiero mirarte. Como por un resorte mis piernas se abrieron para él, no dejando ninguna parte íntima de mi cuerpo que no estuviera bien expuesta a su escrutinio, ante esta situación, así de vulnerable y expuesta ante él, mi cuerpo se estremeció de placer, sentía mi coño muy mojado, sentía un anhelo por servir a mi Amo, este presintió ese anhelo, porque durante los días que estuvimos hablando me había estudiado, sabía como excitarme, como hacer que perdiera la vergüenza y el pudor, sabía que hacer para que me comportara como una verdadera puta, como su puta, porque ahora que ha pasado el tiempo me he dado cuenta que aunque en la ultima conversación telefónica se adopto el rol de Amo y sumisa siempre nos habíamos comportado así. Se acercó lentamente se recostó a un lado de la cama y cogiendo mi cara entre sus manos me dio un lento y apasionado beso en mi boca, a medida que nuestras lenguas se entrelazaban mi temperatura corporal subía y mis caderas se iban hacía delante y mis piernas se abrían más para él – así mi niña, así es como te quiero siempre expuesta y deseosa de mi. Un ruido gutural de deseo salió de mi garganta, no podía hablar en ese momento mi cuerpo solo anhelaba una cosa, a David.

Su boca volvió a apoderarse de mi boca, mientras lo hacía mis manos fueron atadas a la cabecera de la cama del hotel con finos paños de gasa, esto era nuevo para mi, no sabía que hacer, por un momento me asusté un poco, pero cuando su lengua gentilmente rozo mis labios y se introdujo nuevamente en mi boca todo terror había sido demolido por un deseo ardiente.

Empezó a tocarme lentamente, primero el cuello y los hombros luego mis pechos, se detuvo en ellos mas de lo que yo podía soportar, temblaba de deseo, necesitaba ser usada, quería que me follara como a una puta, sus manos retorcían mis pezones suave pero intensamente, mi espalda se arqueaba todo lo posible para ofrecer mas mis pechos a esas manos que tanto placer y deseo despertaban, en ese momento mis caderas estaban ya muy arriba, mi cuerpo pedía a gritos ser tocado, ser amado por él.-mmmmmmmm mi niña, veo que estas muy excitada, dijo con voz ronca de deseo –sssi mmi Ammo logre balbucear yo entre jadeos y sudores, sus manos bajaron por mis caderas y bajaron por mis piernas hasta llegar a mis tobillos, los cuales fueron amarrados igual que mis piernas, esta situación de indefensión, de entrega absoluta de mi cuerpo a sus deseos me hizo gemir de deseo contenido y le suplique _ Mi Señor, mi Amo, úsame, no puedo soportarlo mas._Pero hacía caso omiso de mi y se dedicaba a acariciarme las piernas y los muslos, mientras mirándome a los ojos me decía – mi pequeña ahora eres mía, tu cuerpo me pertenece y con el tiempo tú misma te entregarás a la entera sumisión hacia mi, ahora estoy comprobando lo que es mío, lo que me pertenece, más tarde si te lo ganas y me complaces quizá te use como la puta que eres- diciendo esto se levantó de la cama y se adentró en el baño, de refilón pude ver que era moreno, de cabello ondulado ahí, sola, tendida en la cama me di cuenta de que me estaba entregando a un hombre al que jamás le había visto la cara, mientras pensaba en estas cosas vi como mi Amo salía del baño, tenía algo en la mano, pero en ese momento no supe que era, aunque la incógnita duraría poco tiempo.

De repente un pañuelo de gasa cubrió mis ojos y fue atado a la parte de atrás de mi cabeza, muchas sensaciones se agolparon en mi cuerpo al ver el grado de indefensión tan enorme que tenía en estos momentos, mi cuerpo temblaba, ya bien por el miedo a lo desconocido, o por el nivel de excitación que tenía previamente. Pasaron unos minutos que a mi me parecieron horas, pero no paso nada, no oía nada, no sentía nada, intenté agudizar el oído para ver si podía deducir donde estaba mi Señor, pero solo oía el silencio, roto por mi propia respiración.

Un súbito terror se acogió en mi cuerpo y en mi mente, mi excitación se había calmado y ahora tomaba conciencia de mi situación, sola en un hotel con un desconocido, desnuda y atada a la cama, y además con una venda en los ojos, un sollozo contenido escapo de mi garganta y me revolví inquieta intentando zafarme de las ataduras que me inmovilizaban el cuerpo, pero aunque estas eran suaves y no dañaban mi piel, estaban fuertemente atadas, por lo que no había modo de desatarlas, cuando la desesperación estaba haciendo presa de mi sentí su maravilloso contacto en mis piernas, sus manos iban directamente a mi sexo, pero en mis ingles estas pararon y sentí el contacto de algo húmedo y esponjoso que estaba siendo extendido por mi pubis y mi culo, sentía las manos de mi Amo como habría mis nalgas para extender… lo que Él considerara oportuno extenderme, sentía el contacto de algo suave, no podría decir que era un dedo, se parecía mas a una pluma, esta después de untar mi culo volvió a mi coño y ahí estuvo masajeando mi clítoris hasta que me excito bastante, entonces el contacto paro, desapareció tal y como había venido, note una ligera presión en mi pubis y un ruido de rasgar, ¡me esta afeitando el chocho¡, no sabía porque, pero esa situación hizo que me excitara todavía mas, mi coño y mi culo fueron afeitados cariñosamente y a conciencia, ni un solo pelo quedo en ellos, para cerciorarse de que estaba perfecto mi Amo empezó a lamerme el pubis, los labios vaginales y mi culo, mientras yo me retorcía de placer y de deseo, seguidamente introdujo dos dedos en mi coño y un dedo en mi culo, y comenzó a moverlos, que después de sus lamidas estaba más que preparado para ello, y así penetrada por mis dos agujeros me preguntó – Dime Laura, ¿Quién eres tú?- sus dedos seguían moviéndose, con voz casi inaudible le conteste – Tu puta, tu zorra, tu sumisa- En tono duro me dijo- di lo que tengas que decir en todo alto y claro, esa situación pudo conmigo y solo pude hacer lo inevitable, rendirme, con mis barreras completamente rotas le dije –Mi Señor soy su puta su zorra su sumisa, puede usarme cuando le plazca, mi placer es que usted tenga placer

Saco sus dedos de mi interior y sonriéndome me dijo – Bien, zorrita, ahora estas preparada para convertirte en una perfecta sumisa me quitó la venda de los ojos, me obligó a mirarle a la cara, ahora había luz y pude verle el rostro.

Continuara.