Enseñandome a ser una amazona

Mi joven señora me enseña a ser una con los caballos

Mi padre me instruyó en los caballos cuando era niña, amo a los caballos, pero mi padre…

Para el eran un medio de hacer dinero.

No paraba de entrenarlos hasta la extenuacion, los azotaba y los gritaba, yo intentaba que los tratase bien pero el siempre me decia “¿Qué sabra una mocosa?”

Actualmente tenemos problemas para mantener el negocio y mi padre me presionaba a mi y a mi caballo para ganar, incluso me prohibio ir al colegio, el muy…

El dia de la carrera, Escalibur (mi caballo) y yo estabamos nerviosos, demasiada presion.

-¿tu primera carrera? Te deseo suerte – dijo una hermosa voz femenina de forma maternal.

Cuando la vi supe que no podia ganar.

La jockey que me deseó suerte era Simone Torres, conocida como la emperatriz, ella y su caballo Hipocampo estaban bien comprenetrados, hay gente que asegura que nació con el caballo.

Pero no podia perder, mi padre me amenazó con vender a Escalibur a una carniceria, no podia hacer eso.

Simone y yo estabamos juntas, dios, parece tan segura de si misma, tan calmada, con ese porte tan noble.

Cielos, que hermosa era.

Empieza la carrera, yo doy todo lo que tengo dejandolos a todos atrás, pero Simone y Hipocampo estaban delante nuestro, corro con fuerza, pero ella seguia adelante, segura, la alcanzo, la alcanzo.

Pero por desgracia se acabó la pista, la foto finish indicaba que ganó Simone por una nariz, me abracé a Escalibur, no queria que lo matasen, escuché a mi padre insultandome hasta que Simone se acercó y le propuso comprar su negocio.

Mi padre, materialista como el solo, aceptó, pero Simone puso tambien una condicion, que renunciase a mi como hija suya, lo cual aceptó rompiendome el corazon.

Pero por otro lado sentí alivio, no sacrificarian a Escalibur, mi caballo.

La mansion de Simone era enorme, ella era huerfana por un terrible accidente de trafico y acababa de cumplir su mayoria de edad, de modo que la fortuna de sus padres era suya y tuvo tutores que la administraron bien en inversiones y en la educacion de Simone.

Ella fue a dos colegios, uno de dia, un colegio normal y otro de noche, para genios, con su C.I de 171 aprendia rapido y bien.

La envidiaba, era una diosa mientras que yo era un gusano.

Siempre me permitia ir a su mansion, me trataba como su hermana pequeña, hablabamos, siempre me animaba porque me sentia cohibida.

Un dia, mientras cuidaba de los caballos, no vi a Escalibur, me preocupé, pensaba que le habia pasado algo hasta que vi a Simone montandolo.

Parecia que lo conociera de toda la vida, lo que le gustaba (le gusta que le rasquen la crin mientras trota) su fuerza, sabia sacarle el maximo partido, lo mismo pasaba con todos los caballos.

Le pregunté como lo hacia para tener esa conexión.

Ella me susurró al oido que vaya al establo esta noche.

Esa noche fui al establo y alli estaba ella, totalmente desnuda, cielos, era preciosa.

Me dijo que me desnudase, yo pensaba que era lesbiana, pero me dijo que no.

Me costó mucho deshacerme de mis ropas.

Entramos, los caballos aparecieron, parecian alegrarse de ver a Simone.

Ella los acariciaba con dulzura, como si fueran ¿amantes?.

Sacó a Hipocampo y a Escalibur, ella montó desnuda sobre Hipocampo, sin sillin ni nada, yo lo hice con Escalibur.

No se por que, pero sentir a Escalibur en mi cuerpo desnudo me daba cosa.

Vi a Simone abrazar el cuello de Hipocampo, sus pechos acariciaban el lomo de su montura y su concha recorria el espinazo.

Me daba vertigo.

Ella me animó a que hiciera lo mismo, temblando de frio y de vergüenza, froté mis pechos en el lomo de Escalibur.

-asi, hermanita, como si tomases a un hombre – dijo Simone con una sonrisa.

No podia mirar a Simone y lo peor, es que me ponia cachonda con esas caricias, los cascos de Hipocampo me indicaban que se acercaba Simone, no queria verla, no queria que me viera asi.

-¿nunca lo has hecho? – me preguntó.

Yo soy virgen, de modo que no pude decir otra que la verdad.

Simone sonrió, descabalgó y me hizo descabalgar, nos pusimos debajo de Escalibur.

Ella lo tocaba con sus labios, sus manos acariciaban suavemente los genitales de mi caballo.

Poco a poco, su…cosa… iba creciendo.

Me asustaba, pero Simone seguia besando esa tranca y acariciandola con sus pechos.

-es tu semental, se una buena jinete y llevalo al paraiso – dijo Simone.

Mi mano temblorosa tocaba esa dura y calida tranca.

Simone me agarró las manos y me hizo masturbarle.

Notaba como Escalibur se excitaba.

-usa tus pechos –me dijo Simone.

Asi hice, la noté entre mis senos, la acaricié suavemente entre mis simbolos de mujer además de metermela en la boca.

-asi hermanita, si – decia Simone.

No sabia por que, pero me excitaba de sobremanera, tenia fuego en la entrepierna entonces ella me susurró que tenia que ofrecerle mi virgo, fuimos a una cabaña privada llena de aparatos y vi un aparato que simulaba una yegua para recoger el semen de las montas y me puso dentro, mis piernas estaban abiertas, los cascos de Excalibur se acercaban.

Tenia tanto miedo, la tenia enorme, me iba a reventar.

Entonces la sentí, entrando con fuerza en mi, rompiendome la inocencia.

Solo me metió la punta debido al aparato, pero me habia llenado de sobremanera, clavé mis uñas de dolor, pero luego se convirtió en placer, sentir como Escalibur me bombeaba, me hacia su yegua, relinché como una yegua.

Eso al parecer le llego a Escalibur y me llenó de calida leche, al desacoplarse, sentí como se derramaba abundantemente su leche de mi castigado coño.

Simone me besó y me dijo que asi se hacen las buenas amazonas.

Desde entonces he mejorado muchisimo en las carreras, pero Simone siempre insiste que entrene con ella de noche.

Y no me puedo negar ;).