Enseñándolo todo III
Continuación del relato sobre la venganza de un chico humillado y las trevesuras de su lujurioso primo.
Una veintena de chicos y chicas del salón de Julián y Liana disfrutaban de la piscina que se encontraba en un complejo de instalaciones deportivas, había canchas de distintos deportes, gimnasios y demás locales. Allí estaban media docena de padres y madres que usualmente asistían a ayudar con los temas del colegio de sus hijos más la maestra, además de Laura la hermosa hermana adolescente de Liana y Carlos el atlético primo de Julián que habían ido a acompañarles.
Pronto los padres y la profesora decidieron que irían a un bar aledaño a la piscina a por unas cervezas pues hacía mucho calor y a cargo de la tropa de críos dejaría a los dos adolescentes Laura y Carlos. Una vez los adultos se retiraron Carlos que desde que llegó no había hecho otra cosa que clavar sus ojos en el maravilloso cuerpo de Laura, decidió pasar a la acción. Se colocó los lentes de buceo y se lanzó a la piscina mientras la inocente chica miraba desprevenida su móvil inclinada sobre la orilla de la piscina con la mitad del cuerpo en el agua.
Julián también estaba caliente pero de deseos de venganza, a ratos miraba con ira a Liana que disfrutaba del agua junto a las otras chicas, desde que había logrado derrotar a Julián y dejarlo en ridículo frente a toda la escuela, se había vuelto más extrovertida y había empezado a hablar más con las demás niñas. Julián por el contrario se había vuelto más reservado y constantemente repasaba el plan para lograr su revancha sobre aquella mocosa.
Carlos ya había contemplado el fenomenal trasero de Laura un buen rato bajo el agua, ardía en deseos de meter su polla entra las carnosas y blancas nalgas de la adolescente. Salió a la superficie y acercó junto a Laura iniciando una conversación intrascendente a la que la chica correspondió únicamente por educación.
-Porque no vamos a un lugar más apartado.- Sugirió él muy cachondo, la joven se negó pero Carlos no estaba dispuesto a rendirse así no más, así que llevó su mano a la nalga derecha de Laura y la acaricio diciéndole en tono sensual:- Cuando veas lo que tengo aquí en el bañador cambiarás de opinión.-
El clásico estruendo de una cachetada potente resonó en toda la piscina, cuando el resto de los chicos incluidos Julián y Liana miraron hacia el lugar de donde venía el sonido de inmediato para ver a una Laura furiosa enfrentando al insolente joven que se llevaba la mano a su adolorida cara recién sazonada con el sopapo del año.
-¿Pero tú que te has creído imbécil? ¡No te me acerques de nuevo, cerdo!- Dijo la chica y salió de un brinco del agua, Carlos a pesar del bochorno no dejó de contemplar aquel gran culo mojado saliendo del agua. Laura se retiró a una de las sillas que estaban en el borde de la piscina a tomar distancia de lo sucedido y le dijo a su hermana que se acercara, algo conversaban ambas chicas mientras Carlos nadaba hacia su primo.
-¿Qué ha pasado?- Preguntó el niño a Carlos.
-¡Nada, las chicas se hacen de rogar pero solo tienes que insistirles, ya verás cómo hoy follo, mira y aprende!- Dijo el confiado chico y nado nuevamente hacia la orilla. Liana se había quedado cerca de su hermana que había vuelto a clavar los ojos en el móvil cuando se percató que Carlos se acercaba nuevamente.
-Creí haberte dicho que no te me acercaras.- Dijo ella amenazante.
-Oh vamos perdóname por lo de antes, es que cuando uno tiene tanta testosterona a veces… no se mi mano se mueve sola jajaja.- Respondió el sinvergüenza.
-¿Oh con que eres el más macho de la ciudad, eh?- Respondía la chica.
Mientras los jóvenes hablaban Julián había salido del agua y caminaba hacia Liana, esta era su oportunidad solo tendría que aprovechar que nadie miraba para desnudarla sería muy fácil ya que solo usaba un ligero bikini de dos partes. Liana estaba completamente abstraída mirando a su hermana mayor discutir con el primo de su enemigo.
-¿Es que no me crees? Mira, mira cuan peludo soy.-El chico bajo su bañador discretamente y exhibió ante Laura su mata de vello púbico muy negra y tupida.
-¡Vaya! Eso tengo que verlo de cerca.- Dijo ella poniéndose en pie y caminando hacia Carlos que sonreía satisfecho de haber llamado la atención de la chica. -¿Ves? Por eso te digo que debemos buscar un lugar más discreto.- Concluyó de decir el caliente muchacho.
-¡Oh, no será necesario, lo que me quieres mostrar debe ser visto por todas las chicas en la piscina, no solo por una!- Dijo Laura llena de energía y en tono sarcástico, Carlos estaba confundido y no había notado el momento en que Liana se le acercaba por detrás, tomaba su bañador por el elástico de la cintura y lo bajaba con fuerza hacia sus tobillos dejando todo el paquete del joven expuesto ante la vista de todos los presentes en la piscina.
-¿Pero qué estás…? ¡Ughh!- Rebuznó el adolescente sin apenas tiempo de entender lo que había pasado justo cuando el pie calzado con sandalia de Laura se estrellaba con fuerza contra sus desprotegidos y peludos huevos.
El pobre Carlos se llevó las manos a los genitales por el inmenso dolor y aunque trató de aguantar no pudo evitar caer de rodillas frente a una orgullosa Laura que con las manos en la cintura lo miraba con burla. Liana aprovechó la caída del joven para despojarlo totalmente de su bañador. Justo como era el plan trazado por su hermana mayor.
-Ups, lo siento creo que por tener tanta hormona anti-machito mi pierna se movió sola jajaja.- Se carcajeó Laura. – ¡Maldita perra! ¡Me las vas a pagar!- Bramó Carlos aun de rodillas. Todos los niños en la piscina habían dejado lo que estaban haciendo para ver el espectáculo, un desnudo y humillado Carlos frente a una hermosa y soberbia Laura. Julián estaba furioso por lo que su rival acababa de hacer, nuevamente, esta vez a su primo mayor.
-Caramba hermana menuda patada le has dado… ¿Crees que lo castraste?- Preguntó Liana ya conociendo el significado de esa palabra y más aún, muy interesada en ese tema.
-Jajaja, no hermanita aunque los chicos lloren y armen escandalo cuando los pateas se necesita más que esa patadita para castrarles.- Respondió la mayor.
-Y tú, si quieres tu bañador será mejor que vengas por él o puedes pasearte por ahí para que todos vean tu selva, tus cocos y tu pequeña palmera jejeje.- Se burló la chica y echo a correr hacia el gimnasio de al lado. Carlos llego a escuchar las risitas de las niñas que lo rodeaban buscando ver “algo” de lo que Laura había descrito, el joven chico estaba furioso y se repuso, poniéndose en pie y saliendo a perseguir a la chica de bikini rojo.
Liana y la gran mayoría de los chicos y chicas hubieran corrido tras ellos de no ser por lo que a continuación ocurriría. Julian en un rápido movimiento tomo a Liana por el hombro y la volteó hacia él y luego con fuerza desgarró la parte de arriba del bikini de la chica dejando sus pequeños pechitos al aire.
La niña al principio estaba completamente perpleja pero luego su expresión cambio a la de verdadera ira.
-¡Ya verás, maldita perra, ahora te hare pasar por lo que tú me hiciste a mí y a mi primo!- Gritó Julián colérico.
-¡Yo soy quien te hará pasar un mal rato, idiota!- Respondió la indignada Liana que como una fiera se abalanzó sobre Julián mientras los demás observaban incrédulos de lo que sus ojo veían.
Carlos entro al gimnasio, estaba vacío excepto por Laura que avanzaba corriendo entre los equipos de ejercicios, Carlos prontamente la alcanzó y la tomo de las caderas lanzándola al suelo la chica se preparó a defenderse pero el musculoso joven se le echó encima y con su cuerpo desnudo intento someterla, rodaban en el suelo del gimnasio y el rose del pene del chico con la cálida piel de Laura hiso que este se pusiera duro y erecto.
Laura estaba perdiendo, cada vez más Carlos lograba inmovilizarla, se colocó a cuatro puntos sobre ella y le dijo:
-Ahora vas a ver lo que es bueno, debiste darme ese culito por las buenas porque ahora te lo romperé por las malas.- Dijo él y comenzó a meter su duro pene dentro del bikini de la chica que aterrada de ser violada comenzó a resistirse con fuerza, logró liberar un brazo y tanteando el suelo mientras Carlos buscaba la manera de penetrarla, Laura encontró algo pesado y circular, era una pesa de 2 libras que se habían dejado en el suelo del gimnasio.
La agarro bien y arremetió con ella contra la oreja de su atacante, a Carlos el mundo se le oscureció y cayó desmayado sobre Laura que respiró aliviada.
Liana Y Julián se habían enredado en un combate donde ninguno de los dos lograba dañar demasiado al contrario solo se daban monoplazos torpes y jalones de pelo, hasta que Liana vio una oportunidad y le dio un rodillazo muy fuerte en las bolas a su contrincante.
Julián cayó adolorido de rodillas frente a la niña como lo había hecho tiempo antes estando solos en el salón de clases pero esta vez no aceptaría la derrota tan fácilmente, mientras las chicas se alegraban de que la niña hubiera podido derribar al varón, los chicos contemplaban los pequeños senos de Liana con deleite.
El chico desde el suelo se olvidó de su dolor por un segundo y metiendo sus dedos dentro de la parte inferior del bikini de la bella alumna, tiró con rabia de él rompiéndolo y dejando a Liana esta vez completamente desnuda frente a la clase como era su objetivo. Su venganza estaba completa mientras la desconcertada Liana era observada con mucho interés por todos los chicos y las chicas algunas con lástima y otras burla.
Carlos se despertó con un gran chichón en su cabeza y atado a uno de los bancos de ejercicios de pecho, sus manos estaban atadas a ambos postes que sostienen la barra, por las dos piezas del bikini de Laura que desnuda se paraba frente a él con la vista clavada en sus testículos que descansaban sobre el banco de lo largos que estaban.
-Me alegra que despertaras, no sería divertido si no puedes sentirlo.- Dijo con voz calmada la chica, Carlos recorrió el increíblemente sexy cuerpo de la joven, tetas redondas y con pezones rosados, su cabello negro caía hasta la mitad de su espalda y su vagina totalmente depilada justo en el medio de sus jugosas piernas.
Carlos intentó liberarse pero aquel bikini era más resistente de lo que se pensaría y el chico no logro ni siquiera aflojar sus ataduras. Pero lo que en realidad lo detuvo fue el sentimiento de sus testículos siendo aplastados entre el puño de Laura y el banco, la chica le había dado con todas sus fuerzas de lleno en ambos huevos.
-¡Ghiaaaaaa!- Gritó el pobre joven al sentir sus pelotas machucadas. Laura no se detuvo y siguió pegándole un par de puñetazos más, aunque el chico intentaba cerrar las piernas ella era muy rápida y lograba golpear ambos huevos con precisión.
-¡Detente zorra de mierda! ¡Te voy a matar cuando…! ¡AHHHH!- Carlos fue acallado cuando la desnuda amazona agarró ambos huevos con su mano derecha clavándole bien las uñas.
-¿Cómo me llamaste? ¡Vamos repítelo si tienes huevos! Te aseguro que ya no los tendrás más.-
Refunfuñó la joven al tiempo que Carlos empezaba a sollozar de tanto dolor que le causaba el firme agarre de Laura sobre sus fábricas de semen.
-Ahora calla, que apenas estoy empezando.- Dijo ella y agarró ambos tobillos del muchacho mientras que se trepaba sobre el banco.
-¡NOOO! ¡Para por favor!- Suplicaba Carlos.
Liana salía de su estupor mientras estaba roja tanto de la vergüenza de ser desnudada en público como de la ira que sentía contra Julián que desde el suelo no hacia otra cosa que mirar la blanca y virginal vagina de la chica que estaba a pocos centímetros de su cara, aunque no era la primera que veía ya que gracias a la misma Liana una chica mayor ya le había mostrado su zona intima solo que para orinar sobre él.
Tan distraído se encontraba el preadolescente que no notó cuando la rodilla de la chica se alzaba y le pegaba directo en la barbilla lanzándolo hacia atrás con fuerza y dejándolo severamente aturdido. Liana no se detuvo allí y fue a por el bañador de Julián arrancándoselo prácticamente de sus piernas. Todas las chicas miraban ahora con curiosidad al desnudado crio que concentrado en el dolor de cabeza causado por el rodillazo a penas se preocupaba de la parte inferior de su cuerpo.
Cuando todas empezaban a apreciar los pequeños genitales de Julián la vista se desvió hacia el pie de Liana, pues con todas sus fuerzas la chica lanzó un puntapié directo a los desprotegidos cojones de su rival. Julián reaccionó a la patada con un severo grito de dolor y lanzándose hacia adelante pero sin tiempo a llorar agarró a Liana de las piernas y logro derribarla.
La chica intentó liberarse pero él estaba muy excitado de nuevamente estar desnudo frente a todos, aparentemente Liana había roto su mente y lejos de sentir vergüenza el niño disfrutaba de mostrar su cuerpo siempre y cuando pudiera someter y humillar a Liana, ambos desnudos forcejeaban en el suelo pero el chico tenía las de ganar, ya su cuerpo no era el de un niño y sus músculos empezaban a desarrollarse.
Julián había logrado poner a Liana boca abajo y el chico sintió como las nalguitas de la bella escolar tocaban su pequeño pene semierecto, ahora la rabia de la pelea se había convertido en un deseo de poseer aquel pálido y frágil cuerpo que tenía debajo del suyo, ninguna de las chicas se animaba a intervenir para ayudar a Liana pues temían ser golpeadas y los chicos tampoco pues preferían ver el cuerpo desnudo de la niña, su vagina era la primera que veían en su vida y todos experimentaban en aquel momento una pequeña erección.
Pero no como la de Julián que con su pequeño miembro de 7 cm completamente erecto ahora sentía la necesidad biológica de meterlo en la raja caliente de la chica, cuando vio aquel coño supo que debía ser suyo por derecho, ella se lo debía luego de toda la humillación que le había hecho pasar.
Laura ya había pateado a voluntad los huevos de Carlos unas 8 veces, cada puntapié hacia que las bolas se deformaran y se inflamaran cada vez más la adolescente ya tenía mucha experiencia pateando testículos, aunque nunca había dado tantos golpes a un par y menos uno completamente descubierto. Carlos estaba hecho un mar de lágrimas suplicándole a la morena que se detuviera, ella soltó entonces sus tobillos y bajó del banco.
El chico no hacía más que quejarse y lloriquear por sus huevos molidos, pero ella no sentía ninguna lástima por él de no haberle hecho esto seguramente no hubiera parado hasta violarla pero ahora el atrevido joven era completamente inofensivo.
-Como me has llamado zorra, haré lo que una zorra hace.- Dicho esto Laura se reclino sobre el banco y puso sus enormes tetas entre las piernas del Carlos, luego tomo el flácido pene del muchacho y le dio una buena lamida con su lengua, él estaba asombrado de este cambio de actitud pero no pensaba quejarse.
La chica escupió sobre el glande como toda una profesional y luego de que el falo alcanzó a ponerse duro por la masturbación a la que ella lo sometía, lo engullo dentro de su boca rodeando el cuerpo con sus rojos labios y le dio a Carlos la más increíble de las mamadas que el chico habría podido soñar.
Mientras Julián buscaba la forma de meter su corto pene dentro de la vagina de su rival desde la espalda de ella, Liana intentaba sacárselo de encima con todas sus fuerzas sin éxito, las chicas comentaban:
-Yo pensaba que los penes de los chicos eran más grandes.-
-Sí, yo también pero son más bien del tamaño de un dedo.-
-Creo que mi hermanito de 3 años lo tiene más largo que Julián.- Dijo una provocando las risas de todas las pequeñas féminas y algunos chicos.
Al oír los comentarios, el pichicorto no resistió tanta humillación y abandonó el proyecto de insertar su pilila en la vagina de Liana para responder diciendo.
-¡No es pequeño, lo que pasa es que con el frio de la piscina se encoge!- Chilló
-¡No es verdad!-Dijo Liana aun inmovilizada.
-¡Siempre lo tiene igual de pequeño, el me lo enseñaba en el salón cuando no estabais y por eso le desnudé para que todos pudiesen ver lo diminuto que es su pito!- Termino de decir la niña.
Todos los alumnos echaron a reír y las risas se clavaron como un montón de agujas en el orgullo del pobre Julián, que mando a callar a todos pero sin éxito.
-Vamos acéptalo, si fuera de tamaño normal no seguirías intentando meter tu picha sin éxito, lo que pasa es que no llegas- Dijo uno de los chicos.
-¡¿Qué quiere meter qué?!- Gritó Liana indignada al conocer lo que Julián había intentado hacer.
Llevó su cabeza atrás y partió la nariz de Julián que de inmediato la soltó y Liana pudo liberarse de su agarre.
El placer que la lengua y labios de Laura le brindaban al pene del Carlos era indescriptible, el adolescente había olvidado por completo su dolor y ahora estaba a punto de correrse en la boca de la chica.
-Vaya, parece que lo de pichacorta no es de familia, no he visto el de tu primo pero según mi hermana tiene un pito minúsculo, menos mal que tu portas un gran chorizo entre las patas.- Dijo la chica luego de sacar el venoso miembro de su boca.
-Te lo dije, te dije que tenía algo muy buen ahí.- Respondió el reconfortado chico.
-¿Ah sí? Bueno veamos qué tan eficiente es.- Dijo Laura y se colocó con sus piernas abiertas cobre el banco, dejando su coño justo sobre el pene del chico, tomo el miembro palpitante y carnoso y lo acerco a la entrada de su vagina, preparándose para una buena cabalgada.
Frotó la cabeza contra sus humedecidos labios vaginales, haciendo que Carlos gimiera de placer al sentir con su pene la caliente entrepierna de la chica, Laura llevó el falo adelante y atrás por todo su sexo pero cuando iba a introducirlo la polla del adolescente estalló en chorros de semen que empaparon la vagina y los muslos de Laura pero sin que para ella existiera placer alguno.
-¿Qué? ¿Eso es todo? ¿Tan solo unas pocas chupadas y apenas tocas un coño te corres?- Peguntó enfadada la chica.
-¿De qué te sirve tener esa polla tan grande si ni siquiera puedes esperar a meterla para soltar tu carga?- Eres una vergüenza como hombre, ahora verás.
-Perdona que no te ayudáramos antes Liana, no sabíamos lo que este granuja te había estado haciendo, pero ahora le daremos una lección. ¡Ah por él chicas! - Dijo una de las niñas y acto seguido alrededor de 7 jovencitas tenían completamente sujetado a Julián que por más que luchaba no podía liberarse. Le abrieron las piernas y dejaron que la aun desnuda Liana se acomodara entre ellas agarrando las pelotas del chico.
-¡Que no se hoz ocurra intentar nada, o les cascaremos los huevos a todos!- Gritó amenazante una de las chicas.
Los chicos no tenían el valor de acercarse a ayudar a su compañero y menos luego de ver lo que Liana haría con sus pobres pelotas.
Laura se paró sobre el banco nuevamente y puso los huevos de Carlos entre su chancla y su talón con ambos pies sobre el banco para luego pisar con fuerza los testículos del joven que grito desgarradoramente al sentir el peso de la chica sobre su hombría.
Ella aisló uno de los huevos bajo su talón y sin perder un segundo levantó el otro pie dejado sus 60 kg reposar directamente sobre el débil testículo que no soportó el peso y estalló dentro del escroto de Carlos, que luego de un agudo chillido perdió el conocimiento.
Laura bajo del banco y examino el daño que había logrado.
-Vaya no pensé que un huevo se pudiera romper tan fácilmente, bueno al menos ahora aprenderás a respetar a las mujeres. Espero que cuides bien del huevo que te queda tesoro.- Dijo ella, desató las manos del chico y se vistió para regresar a la piscina.
Liana exprimió con extrema fuerza las bolas de Julián, y entre los sollozos del niño y las risas de las niñas al ver la agonía que este abusón estaba sufriendo a manos de una aparentemente frágil chica le dijo mirándole a los ojos…
-Todo esto es por este par de pelotas que tienes colgándote entre las patas, si no las tuvieras solo con desnudarme te habría sido suficiente para vengarte pero quisiste meter tu micropolla en mi coño y ahora pagarás caro, capullo.- Terminando de hablar Liana grito con fuerza y con más fuerza aun tiro de los huevos que tenía bien agarrados con ambas manos logrando su objetivo.
Los chillidos de Julián habían atraído la atención de los padres y la maestra que a toda prisa regresaron a la piscina, mientras Liana se vestía con sus ropas explicaba a sus compañeras:
-Eso es lo que significa castrar, chicas, pensaba que sería más difícil pero con vuestra ayuda ha sido muy sencillo.-
-¿Pero qué es lo que ha pasado aquí?- Preguntó la maestra atónita cuando vio la entrepierna de Julián sus huevos estaban extremadamente inflamados y muy largos, demasiado largos, el chico estaba desmayado y fue llevado de urgencia al hospital.
-En el gimnasio hay otro chico que necesita ayuda.- Dijo Laura llegando al lugar y dirigiéndose a su hermana.
-¿Qué ha pasado? ¿Has sido tú la que ha dejado así a ese chico?-
-¡Si, él quiso meter su cosa en mí así que lo he deshuevado!- Dijo alegre la niña.
-Oh bien, seguro nos esperan buenos problemas, sobre todo a mí, pero por lo menos es un gran día para el sexo femenino que ha dejado claro lo que les pasa a los que quieren ir por ahí enseñándolo todo.- Terminó de decir la adolescente dando palmaditas en la cabeza de su hermana menor.