Enseñándolo todo

Liana es una chica aparentemente débil y tímida que debe poner en su lugar a un molesto exhibicionista abusón. Historia femdom, ballbusting, humillación.

Liana y Julián siempre se quedaban en el salón de clases a la hora del almuerzo mientras todos los demás chicos salían al patio. Liana era una niña muy introvertida y algo débil de salud, era delgada y su piel era muy blanca pues sus padres le tenían prohibido tomar el sol.  Su cabello era largo y negro y ella siempre prefería quedarse almorzando la en su silla en lugar de salir a jugar con sus amigas.

Julián era un niño normal al igual que su compañera estaba entrando en la pubertad, y aunque aún no se masturbaba como todos los chicos de grados superiores ya empezaba a jugar demasiado a menudo con su pene. El tampoco salía al recreo pues se sentía mejor jugando con  su móvil.

La maestra les permitía a ambos quedarse en el salón mientras esta se iba también a almorzar fuera del cole. Muchas veces ellos quedaban completamente solos en todo el  3er piso, donde estaba el salón.

Un día a Julián se le ocurrió una traviesa  idea mientras Liana comía su almuerzo.

-¿Oye te gusta la salchicha? Dijo el chico. Ella sin voltear a verle le dijo que sí.

-Pues mira lo tengo aquí.-

Cuando Liana se volteo hacia su compañero quedo perpleja al ver como este exhibía sus genitales al aire, enseñándolos por fuera del pantalón.

-¡Kyaaaaa!- Grito la chica sonrojada y se cubrió los ojos. Julián rápidamente se guardo sus partes.

-¡Qué asco! ¿Cómo te atreves a hacer eso enfrente mío?- Dijo ella levantándose para ir a por él y pegarle.

-¡No te me acerques!  Dijo él y nuevamente saco su pene frente a la chica.

-¡Nooo!- Dijo ella retrocediendo asustada a lo que el chico reaccionó persiguiéndola con la polla por fuera.

Ella se sentó nuevamente en su silla y Julián se detuvo pues el sonido del timbre marcaba el fin del recreo y pronto todos los alumnos volverían.

No se dijeron nada el resto de la tarde y todo quedo como si nada. Al día siguiente Liana estaba tranquila, ella nunca había visto un pene antes pero pensó que aquella era solo una broma de mal gusto y no ocurriría nuevamente, después de todo, los chicos inmaduros son así.

Pero al salir todos los estudiantes y la profesora,  Julián se asomó fuera del salón y comprobó que no quedase nadie.

Liana se disponía a almorzar cuando vio a su compañero cerrar la puerta y entonces temió que todo empezara otra vez, él nuevamente saco su pequeño  pene y testículos  y esta vez los meneo de izquierda a derecha.

-Mira Liana, mira mi como baila mi serpiente.- Ella se volvió a cubrir los ojos, y gritó.

-¡Ya basta! ¡Guarda  eso  o se lo diré a la profe!-

-¡No te creerá, soy uno de los mejores de la clase pero  tú siempre sacas malas calificaciones y te castigarán a ti por mentir!-

El chico se acercó a Liana y esta huyó por el salón siendo perseguida por él rufián de pene alegre.

-¡Ya basta por favor! Dijo ella ya con lágrimas en los ojos. El se detuvo y solo se quedo meneando  su pilila frente a ella. Liana le miro entre sus dedos y aprecio tímidamente el pito bailarín del chico.

El pene de Julián no era precisamente algo de lo que estar tan orgulloso,  era pequeño  incluso para su edad  al igual que sus testículos, no tenía nada de pelo por supuesto. Además siempre estaba flácido y algo arrugado.

Sexualmente la chica estaba más desarrollada que él, ya sus pechos empezaban a crecer y sus caderas a destacar.

Julian se dio la vuelta y se fue hasta el asiento de la niña donde aun estaba el el bol con su almuerzo. Ella temió lo que este pudiera tener en mente.

-Mira, le pondré un poco de sabor a tu almuerzo, vale.- Destapó el recipiente y metió su polla entre los espaguetis que Liana pretendía comer hacia unos minutos.

-¡No! ¿Por qué haces esto?- Dijo ella rompiendo a llorar.

-¡Jajaja! Ñami ñami. ¡Qué ricos están estos espaguetis con sabor a Julián, vamos cómelos!- Dijo dejando el bol sobre la mesa y marchándose a su puesto entre risas.

La pobre Liana no tuvo más remedio que secar sus lágrimas y botar todo su almuerzo a la basura y pasar hambre toda la tarde.

Al llegar a casa, Liana, toda acongojada le dijo a su hermana mayor lo sucedido. Laura era 5 años mayor que su hermana pequeña y ya estaba en el instituto, al oír el terrible relato de la niña, Laura enfureció.

-¡¿Pero que se ha creído ese para tratar así a mi hermanita?! ¡Tienes que darle su merecido, la próxima vez que lo haga acércatele y PUM!-

-¿PUM?-Pregunto Liana.

-Sí, cuando le tengas a tiro dale una patada en las pelotas, pero muy fuerte. ¡Así… yyyaaa!- Explico la adolescente alzando el pie contra el aire.

-Pero es un chico, es más fuerte que yo y me golpeará luego.-

-¡Todos los hombres son muy machitos hasta que le dan una patada ahí, entonces lloran y se tiran al suelo gimiendo y agarrando sus huevos!- Dijo Laura.

-No lo sé, se oye difícil.- Se lamentó Liana.

-Tienes que hacerlo, yo lo he hecho y se siente genial poner a un tío en su sitio de esa forma, además no es solo por ti, es por todas las chicas de las que él pudiera abusar en el futuro si no le detienes ahora.-

-¿Basta con un patada?-

-Normalmente sí, pero en este caso, lo mejor es que le des varias para que así aprenda a respetar a las mujeres. Solo ten cuidado no se te vaya la mano y termines castrándole, Jajaja.- Dijo la hermana mayor sonriendo.

-¿Cas… Qué?- Pregunto la niña

-Castrar, es cuando…-La chica dejo de hablar al sentir sonar su móvil, eran sus amigas  que esperaban por ella abajo para irse a una fiesta esa noche.

-Bueno ahora debo irme, mañana te lo explicaré.- Dijo Laura poniéndose su chaqueta y se marchó.

Al día siguiente Liana no había podido continuar charlando pues su hermana había regresado de madrugada y aun dormía, así que se fue a la escuela sin saber que era aquello de castrar.

Llegó la terrible hora de almuerzo y Julian al quedarse solo con Liana, se acercó a esta quien ya sabía qué hacer.

-Espero que hoy si tengas hambre pues mi chorizo se siente muy rico y es hora de que finalmente  te lo meta en la boca-

-No te atrevas a hacerlo o te arrepentirás.-

-¿Que harás, vas a salir llorando como ayer?-

-No, hoy el que llorarás serás tú.- Dijo Liana muerta de miedo por dentro, al saber los planes del chico.

-Pues venga, veamos como huyes de mi serpiente.- Diciendo esto Julian sacó su pito y sus huevos, quedando expuestos frente a Liana que ya se había puesto en pie.

Ella recordó lo que su hermana le había dicho y, aunque tímidamente, lanzó una patada directo a las pelotas de su compañero.

Pero el chico fue más rápido y se hizo para atrás justo a tiempo, por lo que la niña solo consiguió patear el aire.

-¿Qué haces, crees que puedes patearme? ¡Eso solo pasa en las películas!- Dijo Julian un poco asombrado del atrevimiento de la chica.

Liana ahora tenía mucha más preocupación el plan de su hermana no había funcionado y ahora seguramente Julián la obligaría a hacer algo horrible.

-Pero sabes qué, te dejaré intentarlo, solo para que veas que ninguna tía en la vida real puede vencer a un tío.- Julián abrió las piernas y bajo sus pantalones hasta sus rodillas.

No hace falta explicar que con su corta edad, Julian nunca había recibido ningún tipo de golpe en sus infantiles  testículos por lo cual, estaba seguro de que esas escenas de en las que un hombre se retorcía de dolor por una patada en los testículos era solo cosa del cine.

-Venga, vamos, dame tu mejor patada.-Dijo entre risas el ingenuo niño.

Liana no desaprovecho esta segunda oportunidad y rápida como un rayo pateo en las pelotas a Julian.

-PUM.- Fue el sonido del pie de la chica al encontrarse con los genitales descubiertos.

-¡Ja!-Se jactó Julian.-Sabia que no era para tan…- De pronto algo no fue bien.

Un horrible dolor se inicio en el bajo vientre de Julían que sintió como todo su cuerpo se congelaba.

-PLACK.- Una segunda patada de Liana, el doble de fuerte de la otra, confirmó que recibir golpes en los testículos voluntariamente no es una buena idea.

-¡AAAHHHHGGG!- Chilló Julian

El rostro de Liana se lleno de emoción al ver como el chico se agarraba la entrepierna y llorando se lanzaba al suelo.

-¡Si funciona!- Celebró ella.

-¡OUCH! ¡Waaaa!- Sollozaba Julian echo una bola en el suelo.

Liana entonces se agachó, preocupada por su compañero, junto a él.

-Ups, perdóna pero tú lo pediste, vamos déjame ayudarte.-

-Me duele…mmfff…me duelen mucho…-

-Tranquilo ahora te llevaré a la enfermería.-

Liana ayudó al pobre chico a incorporarse sosteniendo ambos brazos de este.

-¿Te duele mucho?-

-Si…yo…mfff… le diré a la profesora lo que me has  hecho y te vas a enterar. -

-¿Me amenazas aun después de intentar ser buena? ¡Toma esto!... ¡Yyyaaa!-

Y Liana llevo su rodilla derecha con extrema fuerza contra la ingle del varón aplastando sus testículos contra el hueso pélvico de este.

-¡UAAAAAA!- Grito el chico antes de caer nuevamente al suelo de rodillas.

Liana lo mantuvo sujetado por las muñecas y antes de que este pudiera romper a llorar de nuevo, le pateo con todas las fuerzas de su joven cuerpo nuevamente en los desnudos y ya enrojecidos testículos.

La tremenda patada fue demasiado para Julían que perdió el conocimiento y quedo como un trapo colgando en manos de Liana.

Ahora la chica ya se había probado a si misma que si se podía poner a un chico a llorar golpeando sus huevos como había dicho su hermana aunque este fuera más fuerte.

Segundos después la niña examinaba los genitales de Julian, desmayado sobre el suelo, sus huevos estaban rojos por todos los golpes recibidos.

-Pero aun no seque era eso de “castrar”, pero es mejor no saberlo.- Dijo ella.

-Su pipi no es tan grande ahora que lo veo bien, ¿En serio alardeaba de esto? Mas que una serpiente parece un pequeño gusano.- Pensó  tocándolo con un dedo.

En realidad el pene de Julian no llegaba a los 6 cm, ahora a Liana le parecía una estupidez haberse asustado de algo tan diminuto. Lo tomó en su mano y esta lo cubría por completo.

La niña llena de curiosidad deslizo la piel de aquella pilila hacia abajo y descubrió el rosado glande del miembro, ella estaba embelesada, subió y bajo el prepucio varias veces pues le parecía divertido jugar con aquella cosita.

Pero Liana no tardó en notar que la polla del chico crecía y se hinchaba con su juego, continuo haciéndolo intrigada por aquella extraña trasformación, el falo llego a medir 9 cm y estaba muy duro ahora.

De pronto un líquido blanco y viscoso empezó a salir del pequeño pito de Julian que daba señales de haber vuelto en sí, el chorro mojo toda la mano y hasta la blusa de la chica que se asqueo pues pensó que aquello era orina.

-¡Cerdo! ¿Ni siquiera puedes contener tu orín? ¡Esto es el colmo!-

-No… espera por favor-

-¡Cállate!-

Ella se incorporó y con toda la rabia del mundo empezó a patear nuevamente las pequeñas bolas de Julian, una y otra vez. Alrededor de 8 veces las zapatillas de Liana impactaron de lleno los huevos del chico amoratándolos y que entre gritos ya había vuelto a quedar K.O.

-Bien, me he pasado un poco, aunque aun no sé lo que es castrar pero supongo que mientras no te haya matado estarás bien.- Dijo la niña mirando que uno de los huevos ya no estaba.

-¿A dónde se fue tu otro huevo? Bueno no me importa de cualquier forma son muy feos y frágiles, no sé porque estabas tan orgulloso de ellos, los chicos son tontos.-

Liana se aseguro de que aun no viniera nadie y llevo a Julian a rastras hasta el baño de chicas, allí le despojo de todas sus ropas y lo dejó completamente desnudo sentado en un inodoro, con una nota colocada en su mano.

Al despertar con el sonido del timbre, el pobre Julian vio sintió el peor dolor de su vida viniendo de sus testículos, se llevo las manos con nota y todo a los huevos para sobárselos pero solo encontró uno de ellos.

El otro estaba alojado en el interior del abdomen y el dolor era insoportable.

Leyó lleno de pánico la nota en la que decía:

Ahora puedes enseñarle a todo el colegio ese pequeño pito que tienes, tu ropa está en el bote de basura del primer piso. Buena suerte y disfruta tu dolor de huevos. Jajajaja.                                                          Liana

Muy bien espero que disfrutaras el relato y estés listo para soltar la carga que esta rebosando en tus pelotas maldito pervertido. Si quieres que continúe con este relato y se ponga más interesante en la segunda parte házmelo saber. Dime sobre que te gustaría que escribiera y nos vemos en el próximo relato. Bye.