Enseñando a mi primo
Cuando enseñé a mi primo a follar y acabó dominando mi cuerpo...
Faltan 2 horas para que empiecen mis vacaciones. Éste año iré a la playa a casa de mis tíos a pasar unos días y a relajarme.
Mis tíos son mayores, de unos 60 años y tienen 3 hijos. Una hija, Paula, de mi edad, 27 años y dos hijos, Juan de 33 que ya está casado y el pequeño, Daniel que acaba de cumplir los 16.
Conduzco durante unas horas y por fin llego al pueblo costero. Sigo por una calle y aparco delante de la casa. En la puerta me espera mi tía con un cálido abrazo. Ella es hermana de mi madre y se parecen mucho aunque mi madre es más joven.
Entramos en casa y me están esperando todos a la mesa para comer, Paula, Juan y su mujer Carmen, Dani y mi tío. Me saludan todos con mucho cariño pues hacía mucho tiempo que no nos veíamos, unos 3 años. Noté algún cambio en el físico de mis primos y tíos pero me fijé sobretodo en mi primo Dani que había pasado de ser un niño a ser casi un hombre y bastante guapo. La verdad es que noté que mis braguitas se mojaban cada vez que el me miraba y lo hacía constantemente. Yo también le miraba discretamente y notaba que se ponía nervioso. Me estaba empezando a gustar la manera de mirarnos.
Al terminar de comer tomamos un café y como estaba cansada del viaje dije que me apetecía una ducha y dormir un rato. Mi tía me acompañó hasta la habitación de invitados, que estaba al lado de la de Dani y organicé mis cosas en el armario. Cuando terminé, empecé a desnudarme para darme una ducha. La puerta estaba entreabierta y noté una mirada fija en mi cuerpo. Seguí desnudándome y me empecé a tocar los pechos. Miré a través del reflejo del espejo y pude ver la cara de Dani embobada mirando mi cuerpo desnudo.
Le invité a pasar y me senté en la cama. Su cara estaba blanca y sus ojos abiertos como platos. Le cogí una mano y la puse en una teta.
-¿Te gustan? Le pregunté.
-Si, me dijo casi tartamudeando.
-¿Porqué no las tocas? Insinué.
-¿Puedo? Preguntó nervioso.
-Claro, le dije.
El chico inocentemente e inexperto masajeó mis tetas como el que toca un perrito. Su gesto inexperto me puso muy caliente pero no podía quitarme la excitación con mi primo y menos en la casa, hoy no, sería muy agresivo.
Le quité las manos de mis tetas y me cubrí con una sábana. Le dije que se marchara y fui a darme una ducha.
Pobre chico, seguro que se fue muy excitado al igual que yo lo estaba. Me masturbé en la ducha pensando en Dani, en mi primo, ese crío de 16 años que me ponía tan cachonda tan sólo con mirarme. Metí un dedo en mi sexo mojado y hambriento de sexo. Mis gemidos eran discretos pero me producía placer pensar que mi primito Dani pudiera estar escuchando detrás de la puerta y tocarse la polla pensando en mis tetas y en mi coño.
Salí de la ducha y me metí en cama para dormir un rato. Cuando desperté me vestí y bajé a la cocina donde estaba mi tía. Me dijo que esa noche iban a salir a cenar con unos amigos y que después irían a bailar porque venía una orquesta y vendrían tarde. Paula trabajaba toda la noche y mi tía me pedía que si me importaba llegar antes de las 12 porque era la hora a la que llegaba Dani y no quería que se quedara sólo.
Por supuesto le dije que no me importaba y esa noche no salí. Me puse una película y me quedé dormida en el sofá. A las 12 de la noche se abrió la puerta y apareció Dani.:Venía del cine con unos amigos a los que despidió en la puerta. Entró y se sentó a mi lado. Me miraba con ojos de intriga, yo le miraba con ojos de excitada. Le pregunté si lo había pasado bien y me afirmó con la cabeza.
Le ofrecí algo de cenar y ya había cenado. Me dijo que se iba a cama porque había quedado temprano para ir a jugar al futbol con los amigos y le dí las buenas noches.
Encendí un cigarro y a medida que lo fumaba imaginaba como sería la polla de mi primito Dani, pensaba en lo inexperto que sería en la cama y en lo mucho que yo podría enseñarle. Mis bragas empezaron a mojarse y mis pezones estaban excitados. Me empecé a tocar por encima de las bragas y mi placer y excitación aumentaban por momentos. Estaba excitada y no sabía lo que hacer.
Me fui hacia mi cuarto y me puse el pijama, me tumbé en la cama y metí la mano por debajo de mis bragas. Estaba muy cachonda y estábamos solos en casa.
No lo pensé más y me desnudé por completo. Entré en la habitación de mi primo que estaba a oscuras y encendió la lámpara de la mesilla de noche. Estaba desnuda delante de mi primo y el estaba desnudo debajo de la sábana. Me acerqué a su cama y se puso frente a mi.
Su cuerpo estaba casi totalmente desarrollado aunque también tenía algo de niño. Cogí sus manos y las puse en mis tetas. Volví a ver lo inexperto que era y eso me ponía muy cachonda. Lo tumbé en la cama y me dijo que nunca lo había echo, que era virgen. Le dije que no se preocupara, que yo le enseñaría todo. Puse su mano en mi coño y me empezó a tocar, mis gemidos empezaron y noté que su polla empezaba a ponerse muy dura. Dani observaba atentamente como gemía, como me estremecía. No quería perderse ningún detalle.
Le dije que a las mujeres nos gustaba que nos lamieran el sexo y abrí mis piernas. Su cabeza bajó y al instante noté su lengua en mi excitado coño, Lo hacía bastante bien para ser la primera vez. Este niño me estaba haciendo vibrar de placer.
Le pregunté si se la habían chupado alguna vez y me hizo un gesto negativo. Le dije que se tumbara y que se relajara. Me puse frente a el y le empecé a chupar suavemente la punta de la polla, noté que le gustaba pero tenía miedo a que se corriera y que se acabara la faena. Seguí chupando y su cara de niño mostraba placer, estaba flipando.
"Ahora viene lo mejor" le dije. Me miró serio y le dije que no se preocupara. Lo tumbé. Su polla estaba erecta y lista para ser follada por su prima que tantas ganas le tenía. Abrí mis piernas y me senté sobre su polla. Empecé a follármelo y al niño le gustaba mucho porque apretaba con fuerza mis tetas. Ahora se estaba espabilando y gemía al ritmo de mis gemidos. Sabía que no duraría mucho y me aparté para que se corriera tranquilo. Acerqué mi boca y chupé el semen que rebosaba de su polla.
El chico estaba fascinado, se durmió en seguida. Cuando volví de fumar un cigarro ya estaba durmiendo y no lo quise despertar.
Me fui a cama pensando en lo que había echo. Desvirgar a mi primo de 16 años.
Me costó dormirme pero al final lo hice. Por la mañana me levanté y desayuné. Me puse el bikini y cogí una toalla. Conduje un rato sin saber a donde ir. Al final aparqué el coche y me senté en la playa. Hacía sol y me quité la parte de arriba del bikini. Me tumbé a tomar el sol y al rato sonó mi móvil. No conocía el número pero lo cogí.
Era mi primo, mi primito Dani. Me decía que había terminado el partido y que le apetecía verme. Le indiqué donde estaba y en 10 minutos llegó con su bicicleta. Tendió su toalla junto a la mía y se tumbó a mi lado. Observaba mis pechos desnudos y me dijo que era preciosa. Le miré a la cara y le besé. Sus manos empezaron a tocarme y noté un bulto bajo su bañador. Le dije que ahí no y me dijo que no podía aguantarse. Que me quería follar igual que yo le follé por la noche.
Eso me excitó mucho y le dije que me siguiera. Cogimos las toallas y corrimos hacia la playa, por detrás de unas rocas, donde yo jugaba cuando era niña.
Allí escondidos, Dani, el inocente niño de 16 años me puso de espaldas y me bajó las bragas del bikini. Me introdujo un dedo en el coño y me dijo que ya estaba mojado y preparado para follarlo. Me apoyó contra las rocas y penetró mi excitado coño por detrás. El niño me agarraba con fuerzas las caderas y me follaba como nunca antes me lo habían echo. Me estaba haciendo enloquecer de placer. Ya no era el inexperto niño que había desvirgado la noche anterior. No podía creer que hubiera aprendido tan pronto.
Nuestros cuerpos estaban fundidos y explotaron de placer. Dani se corrió sobre mi culo y restregaba su semen por los muslos. Su cara estaba llena de placer y mi coño estaba realmente satisfecho.
Nos vestimos y fuimos a casa. Nos esperaban para comer. Yo estaba nerviosa y el parecía excitado. Me miraba sin parar. Sus ojos reflejaban deseo y mi mente imaginaba una y otra vez a ese niño follándome contra las rocas de la playa.
Era el segundo día que estaba en la casa y ya había follado dos veces con el. No me encontré bien después de comer y me acosté un rato. Quería estar tranquila y cerrar los ojos para descansar. Mi mente no paraba de pensar en el sabor de su virgen y puro semen, en su polla dura, en su cuerpo casi infantil. Una mujer casi de 30 años pensando en follar con un niño de 16, me estaba volviendo loca pero estaba deseándolo otra vez. Me dormí, no sé cuanto tiempo.
La casa quedó en silencio. Creo que marcharon todos. Todos menos Dani que se metió en silencio en mi cuarto. Abrió mis piernas y empezó a lamerme el coño. No sabía muy bien que me estaba pasando pero abrí los ojos y lo vi. Le dije que parara y Dani ya estaba casi penetrándome. Su mirada era lasciva, dominante y me dijo que me quería follar una y otra vez. Me estaba dominando. No pude hacer nada por evitarlo
Ese inocente niño de 16 años se había vuelto mi amo, me obligaba a follar con el a todas horas, siempre que estábamos solos. Irrumpía en la ducha y se metía dentro para follarme.
Una noche salí de fiesta con mi prima Paula y estábamos tomando unas copas en un local y vino hasta nosotras. Nos dijo que necesitaba que alguien lo llevara un momento a casa de un amigo que vivía en las afueras y Paula no tenía el coche. Me dijo que si le hacía el favor y acepté.
Subimos en el coche y arranqué. Le pedí que me dirigiera porque no sabía donde era y acabamos en la playa. Le dije que no pensaba que su amigo viviera aquí. Me sonrió y me dijo que me desnudase. Le dije que no era el momento y metió su mano por debajo de mi falda. Mi tanga ya estaba mojado con tan sólo cruzar la mirada con el.
Abrí mis piernas y me introdujo un dedo. Yo gemía y el me decía que estaría follando conmigo a todas horas. Que lo ponía cachondo todo el día y que sólo pensaba en follarme una y otra vez.
Empezó a darme un poco de miedo pero me pudo la excitación y placer que estaba haciéndome sentir con sus dedos en mi coño.
Fuimos a la parte trasera de mi coche y me senté sobre su polla, le follé una y otra vez. No se cansaba nunca. Ese niño era imparable y le encantaba que me bebiera su semen. Se corría en mi boca, le gustaba ver como su semen resbalaba en mis labios. Me tenía dominada. Sólo tenía que decirme que quería follar y mis bragas se encharcaban. Tocaba mi coño y al rato me follaba sin parar.
Tengo que admitir que lo hicimos más de 5 ó 6 veces al día y que a mitad de la noche Dani entraba en silencio en mi cuarto y me follaba una vez tras otra.
La noche anterior al de mi vuelta a casa salí a dar un paseo con Paula por la playa y nos dimos un baño bajo las estrellas. Luego fuimos a casa y me metí en la ducha. Mi cuerpo todavía estaba recibiendo las primeras gotas de agua de la ducha cuando escuché que la puerta se abría y que alguien echaba el cerrojo.
Era Dani, abrió la mampara de la ducha y se metió conmigo. Le dije que se fuera porque había gente en casa y podrían pillarnos. Me dijo que me relajara y me puso de espaldas apoyándome contra la pared. Metió un dedo en mi culo y empecé a excitarme. Me susurraba que todavía no lo había probado todo y que me metería la polla por el culo para hacerme chillar de placer.
Cogió su polla que estaba durísima y la metió de golpe en mi culo. Sentí dolor, me dolía mucho, pero poco a poco y con el movimiento de sus caderas el dolor se convirtió en placer y unos gemidos excitantes salían de mi garganta. Tocaba mis pechos con fuerza. Mordía mi cuello y me decía que me echaría de menos y que no podría estar sin follar conmigo, me pedía que me quedara solo para follar con el, para chupársela, para tragarme su semen .
Estaba enloquecido, me follaba sin parar. Penetraba mi culo y penetraba mi coño. Se corría dentro de mí y me tenía dominada. No podía creerme que un niño pudiera dominarme así de esa manera. Pasó de ser un dulce e inocente niño a ser un ser lascivo, sátiro, un vicioso sexual que sólo pensaba en follarme.
Al día siguiente me volví a casa y no volvía saber nada de mi primo. Unos días después sonó mi móvil y era el. Estaba en mi ciudad y quería verme. Quedé con el y nos fuimos a un hotel porque ya sabía a lo que venía. Su rostro estaba desencajado y no medió dio tiempo a desnudarme cuando se sacaba la polla y la metía en mi sexo que se excitaba con tan solo verlo. Me follaba sin parar, mordía mis tetas y reventaba mi culo con cada movimiento de su cuerpo, me violaba pero me gustaba. Era una sensación rara pero excitante. Estuvimos toda la noche juntos. Me penetraba sin parar, se corría sobre mi cuerpo y sus impulsos ponían mi cuerpo a mil.
A la mañana siguiente me levanté temprano y me marché a casa, le dejé dinero para el autobús de vuelta y le escribí una nota. "Ya has aprendido todo lo que tenías que aprender, disfruta con otras chicas, un beso de tu prima".
Nunca más volvió a llamarme y desde antonces yo no paso una sola noche sin pensar en su polla follándome. En su semen resbalando por mis labios y en sus huevos rebotando en mis nalgas ..