Enseñando a mi hijo

Desde que era pequeño siempre procuramos darle a nuestro hijo una educación sexual clara y sana .....

Desde que era pequeño siempre procuramos darle a nuestro hijo una educación sexual clara y sana, sabíamos que la mejor manera de que no fuera un tabú era que conociera sin tapujos el sexo, habíamos decidido responder con toda sinceridad a sus preguntas de adolescente y así lo hacíamos ante cualquier duda tanto mi marido como yo.

Juan es hijo único, sé que esto supone ser un poco consentido pero no me importa, los tres tenemos una buena relación, es un chico responsable, estudioso, nos ha dado pocos problemas, solo lo normal de críos.

Desde hace muchos años, los domingos mi marido se levanta temprano para practicar su gran afición, el coleccionismo, se reúne con sus amigos, intercambian objetos, etc, Juan aprovechaba para levantarse de su cama e ir a la nuestra, incluso mi marido lo despertaba para que viniera con migo y se quedaba hasta las 12, hora en que me suelo levantar, algunas veces mantenemos conversaciones bastante íntimas, el ambiente es bueno para que sea sincero así me entero de muchas cosas, cuando cumplió los 18 años la costumbre seguía y fue cuando sucedió lo que quiero contaros.

A pesar de que Juan babía tenido algunas relaciones, lo máximo que había hecho era tocar las tetas de un par de chicas por encima la ropa, le daba consejos de como tratar a las chicas, de lo que les gustaba que les dijeran, que tenía que ser muy respetuoso en temas de sexo…., él me preguntaba con total libertad.

El día en catión empezó a hacerme preguntas referente a la anatomía femenina, quería saber como era el clítoris, la vulva, los labios vaginales, el agujero del coño, me decía que lo había visto en dibujos pero nunca explicaban que sucedía cuando se excitaba, yo intentaba ser lo más explícita posible contándole con el mayor lujo de detalles posibles como era y lo que sucedía cuando la chica se excitaba, confieso que aquella conversación me resultaba un poco violenta pero sabía mi compromiso y que debía informarle en lo que pudiera, le pregunté:

  • Has visto alguna vez un coño de verdad?
  • No, me dijo confirmando lo que ya sabía.

Seguí respondiendo a sus preguntas, eran bastante fuertes, me preguntaba que notaba la mujer cuando la penetraban, que tenía que hacer para excitarla, como se tocaban los pechos y los pezones para que le gustara a la chica, si la penetración era suficiente o necesitaba masajear los pezones, el clítoris, el punto G…., estaba preparada para preguntas menos íntimas, tras responder siempre según mi experiencia lo mejor que sabía estaba bastante nerviosa cuando me preguntó algo inesperado:

  • Me dejas ver tu coño?

No supe que decir, desnuda me había visto un montón de veces, en casa nunca habíamos tenido muchos tapujos, él, hasta laos 12 o 13 años también lo hacía, luego empezó a taparse, cerrar la puerta…, nosotros guardábamos su intimidad, pero me estaba pidiendo que le mostrara el coño y solo podía hacer una cosa si quería ser consecuente, hacerlo.

Sin decir nada bajé la sábana hasta los pies de la cama, llevaba un camisón muy fino de verano con unas braguitas, todo blanco, temblaba al hacerlo, me subí el camisón hasta la cintura e incorporándome acabé sacándomelo por la cabeza, Juan se incorporó para verme mejor, sin dar mucho tiempo puse los dedos en las braguitas y las bajé, las saqué por los pies y abrí las piernas estando completamente desnuda, mi coño quedó expuesto.

Para que pudiera verlo mejor le dije que se pusiera entre mis piernas, mi hijo llevaba solo los pantalones del pijama y al hacerlo vi que lo que tenía entre las piernas estaba golpeando la ropa con fuerza, no pude evitar pensar en aquella pequeña pollita que limpiaba al ducharlo lo que había cambiado pero intenté mantener la calma, abrí los labios de la vagina y le hice una clase de anatomía íntima de la mujer sin dejar ni un solo detalle, los labios, el clítoris, el agujero del coño… pero aquella polla tan cerca de mí unido a que estuviera mostrando mi parte más íntima de manera tan clara ME EXCITÓ!, intentaba disimularlo por todos los medios, si mi coño se mojaba y se volvía brillante no podía hacer nada pero por lo menos que ni mis palabras ni mis gestos lo indicaran, seguí con las explicaciones, me pidió que le enseñara como le gustaba a una mujer que le tocara las tetas y los pezones, lo hice con mis manos mostrando como debía de tocarlas y avanzar hasta los pezones, realmente lo que hacía era lo que debían hacer las manos del hombre, después también como tenía que coger las puntitas, las agarraba suavemente para mostrárselo, siguió preguntando por el coño, quería saber como tocarlo, que nos gusta a las mujeres, solo podía hacer lo mismo que había hecho con las tetas, enseñarle como se masajeaba y hacerlo para que lo viera, también le describía como se tocaba el punto G, como tenía que doblar el dedo dentro del coño y localizarlo, a pesar de ser una clase no dejaba de ser real, le mostraba como se masajea el clítoris poniendo allí mis dedos y haciéndolo lo que lejos de calmarme me excitaba todavía más, notaba el coño encharcado y el clítoris duro y erecto, al preguntarme como podía saber si lo hacía bien le expliqué los síntomas de la excitación, como se humedecía el coño, que el clítoris se ponía duro y que los pezones también, miré los míos, estaban apuntando el techo como dos flechas, seguro que lo estaba viendo, le describía lo que realmente me estaba pasando!!!!!, y para colmo veía su polla casi reventar el pijama !!!!

Pensaba que la clase se acabaría pronto y podría distraerme con cualquier pensamiento para que se me pasara la calentura que llevaba pero mi hijo me hizo otra petición:

  • Puedo hacerlo yo?

Que podía decirle?, solo aceptar, le cogí sus manos, hice que las abriera y las puse sobre mis vientre haciendo los movimientos y avances que me gusta que un hombre haga antes de tocarme las tetas, él se dejaba, fui subiéndolas hasta que se quedaron abarcándomelas, en este momento noté un pequeño calambre, como un mini orgasmo que pude controlar y disimular, le enseñé el masaje que debía darle y tras esto a jugar con los pezones, Juan lo estaba haciendo muy bien, demasiado bien!!!!, de nuevo se repitió el calambre que también ahogué, tiraba de mis pezones con la fuerza justa para darme placer, tras un rato hice que una de las manos la sacara de las tetas y alargando un dedo y se lo puse sobre mi clítoris, le enseñé como debía mover la mano, ME ESTABA MASTURBANDO!!!!!!, y yo siguiendo con las explicaciones lo mejor que podía pero lo cierto es que me estaba matando de placer, tenía una mano recorriéndome las tetas y la otra masajeando el clítoris, me pidió tocar el punto G, le cogí la mano que usaba para acariciarme las tetas poniéndole un dedo en forma de gancho lo introduje en el coño, lo buscaba y yo le decía como moverlo, tardó poco en dar con él, hacía lo que podía para no correrme, seguía orientándole sobre como tenía que hacer todo lo que hacía, el chico aprendía rápido y cuando le solté las manos continuó los movimientos, yo ya no aguanté más, estaba en el punto de no regreso, cerré los ojos y dando unos fuertes espasmos y gemidos ME CORRÍ!!!!!!, Juan seguía haciéndomelo sin parar, aquel orgasmo parecía que nunca se acabaría, me estaba retorciendo de placer con un dedo en el punto G y otro masajeando el clítoris!!!!!!!, mis tetas querían algo así que sin dejar de retorcerme y gemir puse mis manos parea tocar los pezones, me estaba dando uno de los mejores orgasmos de mi vida y no parecía que tuviera deseo de parar, cuando abrí los ojos entre corrida y corrida vi que su polla asomaba por encima de la goma del pijama, era gorda y dura, la excitación me impidió que fuera consciente que pertenecía a mi hijo, adelanté la mano Y SE LA COGÍ!!!!!!!, la saqué del pijama, era la polla más gorda que había tenido nunca en la mano, empecé a masturbarla y en tres o cuatro movimientos tubo la reacción de cualquier chico de su edad sin experiencia, empezó a correrse, gemíamos los dos, mi mano empezó a llenarse de leche, era como una fuente sin fin, los chorros iban a parar sobre mi vientre, tetas, incluso en el pubis y coño.

Tras acabarse la eyaculación sacó las manos, yo seguía teniendo su polla en la mano, para nada se bajaba, estaba dura como una piedra, y yo tan caliente como antes, me incorporé y le hice tumbar a mi lado, poniéndome entre sus piernas abrí la boca y ME LA PUSE DENTRO!!!!!!,  me importaba poco que se la estuviera chupaba a mi hijo, para mi solo era una maravillosa polla de un tío que me había dado mucho placer, me tragué toda la leche que había quedado en la punta, Juan empezó a gemir, no en balde soy una gran experta en chupar pollas, le cogí la mano para que siguiera acariciándome, sabía que le gustaría, por suerte esta vez duró bastante más, jugué con sus huevos, los chupé, le lamía la polla alternando con comidas y chupadas…., hasta que dio síntomas de que volvía a correrse, pero esta vez no dejé escapar ni una gota, toda impactaba con fuerza en mi garganta y yo me la tragaba!!!!!!

Cuando saqué la boca no la dejé, seguía cogiéndola con la mano, aquello que tenía agarrado lo necesitaba para mi coño, Y SEGUÍA ERECTO!!!!!, que maravillosos son los 18 años, se había corrido dos veces y seguía dura, me abrí de piernas y puse el coño encima de aquella enorme polla de mi hijo, fui bajando mientras entraba en mi agujero de follar, notaba los roces en las paredes de la vagina, nunca algo tan gordo y largo había estado allí dentro, a medida que iba penetrándome notaba como se abría, parecía que mi coño necesitaba tragársela toda, y cuando al final el culo impactó con los huevos ME CORRÍ!!!!!!.

Este fue el primero de los muchísimos orgasmos que obtuve con la polla dentro, entre corrida y corrida le enseñaba posturas, a acariciarme, a hacer gozar a una mujer como solo un gran experto sabe hacer…., hasta que vacío la leche en lo más profundo de mi coño!

Y solo fue la primera clase, Juan aprendía domingo a domingo, ambos esperábamos que mi marido y su padre se marchara para gozar del sexo salvaje, sin barreras, sin tapujos, sin que ser madre e hijo importara a la hora de gozar, he moldeado a Juan para que me de placer, sabe perfectamente lo que me gusta y como me gusta, estoy orgullosa de mis enseñanzas, no solo porqué me han permitido tener un gran amante, me cuanta todos sus ligues, como las chicas quieren follar con él porque es un experto, ninguna sale de su cama sin quedar absolutamente satisfecha.

Ahora tiene 25 años, mi marido se extraña que con su edad y teniendo novia siga con la costumbre dominical, lo que no sabe es que no solo es nuestro hijo, también es mi amante, que su polla me da muchas más satisfacciones que las que es capaz de darme él, que si no la tuviera cada domingo podría volverme loca.