Engaños e Intercambios 8
Demasiados engaños se han planteado, tal vez ahora tengamos un poco mas sinceridad... o tal vez no. Hay momentos en los que a cada vuelta de tuerca no hace mas que comprobar que siempre dará una vuelta más...
Me jugué todo por el todo para estar junto a él, aunque sea unas horas al día, unas tardes a la semana o una noche al mes; y lo volvería a hacer, arriesgaría mi bienestar económico, mi seguridad y mi vida si fuese necesario nuevamente, con tal de volver a estar junto a él, a quien le he entregado todo, ha hecho conmigo todo lo que nadie antes ha conseguido, he sentido con él lo que es gozar tanto en los sentidos del cuerpo al descubrir nuevos placeres como en los del corazón al compartir mi vida con el hombre que amo...
Los siguientes días transcurrieron sin inconvenientes tras nuestra pequeña conversación, hasta que el día miércoles Carla llegó a la casa un poco ofuscada, se notaba en su expresión la contrariedad que por algún motivo le había sobrevenido en las últimas horas, ya que hablé con ella horas antes y parecía que todo era normal hasta ese momento. Carla no me decía nada, referente a lo ocurrido, pero obviamente estaba afectada y se encontraba de un humor terrible.
Yo: Sucedió algo que te ha molestado?
Carla: No... Si... un poco... bueno no creo que un poco... Pero es algo que si me ha molestado...
Yo: Y es posible que me cuentes que sucedió?
Carla: Claro... pero no sé si debería... Porque realmente tú eres el principal involucrado...
Yo: Y ahora que es lo que hice?
Carla: No lo has hecho... y bueno es muy complicado. Lo que pasa es que almorzamos hoy día con Sofía y me dijo que como la habías llamado para "tener una cita" con ella y que se había excusado...
Yo: Eso te lo conté yo mismo...
Carla: ... sí, pero Sofía me pidió que te dijera que una vez pasada esa fase tan molestosa... "ahora está completamente a tu disposición" y que como en compensación espera que puedas acompañarla el día viernes a un coctel brindado por una empresa extranjera que quiere establecer relaciones en el país...
Carla: Eso me ha cabreado terriblemente, no le he dicho nada a tu nombre, pero me fastidió sobremanera...
El ver el fastidio de Carla y la desvergüenza que Sofía mostraba me provocó una sonrisa que en lugar de ayudar a mitigar su ira, no hizo otra cosa que incrementarla, el momento que me vio a los ojos y pudo notar cómo me divertía aquel asunto.
Carla: ... Y claro, tú con esa sonrisa de oreja a oreja, esperando con ansias poder llevarte a la cama a la loca de mi amiga...
Yo: ... pues que puedo decirte, me pareció bastante divertido el que sea tu amiga quien me busca, se ve que anda necesitada.
La mirada de furia que tenía mi esposa era todo un poema, sabía intencionalmente que picando su orgullo de esta forma solamente contribuía a aumentar leña al fuego, pero a mas de divertirme con lo de Sofía, me encantaba poder encelar a mi esposa con su propia amiga; aunque realmente con toda razón ya que no se trataba de una inocente invitación.
Carla no me dijo nada más y se marchó echando chispas por los ojos. Yo de mi parte llamé a Sofía, quien de lo que me contó mi esposa, estaba ansiosa por invitarme.
Yo: Hola Sofia, como estas...
Sofía: Hola como has estado... esperaba tu llamada. Seguramente Carla ya te comentó que quería invitarte a este coctel, realmente he querido aprovechar la reunión y lograr una cita contigo en una sola velada. Espero pases como mi acompañante e incluso si quieres como parte de la empresa, así no tenemos problemas si en caso nos encontramos con algún conocido, cosa que realmente dudo, debido a que las invitaciones entiendo son para empresas del exterior y un par de nacionales.
Yo: Claro, con gusto... no creo presente problemas... A qué hora paso por ti?
La conversación con Sofía me dejó algo perplejo, esperaba un poco de mayor entusiasmo con ella principalmente por cómo me lo dijo mi esposa, pero lo único que conseguí es una mezcla entre practicismo y frialdad, así que como no logré entrever que es lo que pensaba lo dejé pasar, no iba a desaprovechar la oportunidad de estar con aquella bella mujer, por lo que al mal paso darle prisa.
Tras el pequeño incidente, día a día la cara de mi esposa fue cambiando de a poco, al inicio entre enojada y rabiosa y después más animosa e incluso llegando a bromear. Los almuerzos con Santiago se venían sucediendo diariamente, incluso una que otra llegada tarde había sido una práctica que comenzaba a verse normal. Aparentemente la convivencia con esta nueva situación nos fue asentando en los sentimientos que guardábamos para con nuestro nuevo estatus de pareja liberal; aunque un poco a la fuerza y con algunos engaños de por medio.
Yo: Salieron hoy también a almorzar?
Carla: Si mi amor, hoy me tocó salir con Santiago únicamente, ya que ninguna de mis amigas podía. Creo incluso que estas sinvergüenzas me están haciendo los planes para que pasemos los dos solos.
Yo: Y de seguro se quiso sobrepasar un poco contigo, verdad?
Carla: Ya creo que se ha sobrepasado bastante no? Pero si quieres que te cuente; durante el almuerzo hemos ido normalmente sin nada que nos delate, ya sabes que aparte de mis amigas nadie sabe de lo de nuestro acuerdo... Ya cuando llegamos al restaurant, tomamos una mesa al fondo, un poco distante de la entrada...
Carla: ...comenzamos hablando un poco de todas las cosas que teníamos pendientes del proyecto nuevo, pero poco a poco salimos del tema y Santiago comenzó a rozar su pierna a la mía, casi casualmente al inicio, pero más descaradamente después... todo esto mientras hablábamos de tiempos anteriores y de lo bien que nos pasábamos juntos...
Carla: ... de repente sentí como la mano de Santiago comenzó a rozar mi pierna desde mi rodilla hasta el borde de mi falda, que aunque no era muy alta, dejaba ver una buena parte el momento que estaba sentada... mientras estaba haciendo esto, Santiago volvió a preguntarme por ti, que si me has hecho el amor en estos días, que si he pensado en el mientras he hecho el amor contigo, que si él me hace gozar más que tú, etc.
Carla: Todo esto estaba comenzando a calentarme sobremanera, intentaba que no se notara porque había otras mesas llenas en el restaurant, pero no podía ocultar que los colores subieron a mi rostro y me sentía cada vez mas excitada...
Yo: Y contestaste a lo que te preguntaba? Que dijiste tú?
Todo esto me contaba Carla mientras estábamos dialogando sobre el día en nuestra casa, con ropa mas liguera y cómoda, sentados en el sillón grande de nuestra sala y tomando algún bocadito. Ahí me di cuenta que escuchar lo que me contaba mi esposa ya no me generaba la misma contrariedad que los primeros días, poco a poco ella había estado contándome mas y mas, en pequeñas pastillas; caricias un día, roces casuales en otro, caricias y besos apasionados, simples y directos fajes que se daban cuando la ocasión lo permitía.
Carla: A todo iba contestando con la verdad, ya no hay porque mentir a nadie, jejeje... A todo contesté que si...
Yo: Claro, como siempre tú tan transparente...
Mi esposa mientras contestaba, estaba abalanzándose sobre mí, me besaba, pegaba su cuerpo al mío, forzaba mis manos a acariciar sus muslos y su culo, frotaba su cadera en mi verga, que como no podía ser de otra forma estaba lista para iniciar cualquier lance.
Carla: Pues no era eso lo que me pediste mi amor, que sea transparente y honesta contigo... Pues honestamente, tu si me has hecho el amor al menos una vez, si en ese momento pensé en Xavier y si, él es quien me hace gozar como una perra cada vez que me folla... Pero todo eso ya tú lo sabías mi amor...
Nuestros cuerpos comenzaron a jadear, nos besábamos apasionadamente, manoseábamos el cuerpo del otro a placer, nos quitamos la ropa casi sin darnos cuenta, quedando yo trabado de espaldas al sillón y Carla sentada sobre mí, juntando su cadera a la mía y colocando su concha justo en posición de poder penetrarla.
Lentamente mi esposa tomó el control del movimiento de su pelvis, comenzó a bajar de a poco y sin pausas hasta quedar completamente empalada por mi verga, la cual sentía como si atravesara una gruta llena de mantequilla que se abría parsimoniosamente al paso de la punta de mi sexo, dejando a su paso un suave y húmedo camino, que prontamente era recorrido una y otra vez, al vaivén de las caderas de mi esposa.
Carla: Crees que no debí decirle nada de eso mi amor? Crees que debí mentirle y no dejar que sepa que él hace que me vuelva loca cada vez que me folla?
Yo: No debemos mentir... Los engaños no nos traen nada bueno...
Apenas susurraba al oído de mi esposa, mientras ella cabalgaba sobre mi verga, hundiendo con fuerza su pelvis contra la mía, clavando sus uñas y gimiendo y haciéndome gemir, llenándome la cabeza de ratones por todo lo que me decía; abriendo una puerta que vislumbraba excitante desde el momento en que la tocamos.
Carla: Pero no te preocupes mi amor, que durante el tiempo que cada vez que me haga suya, yo pensaré en ti... cada vez que me clave su verga, pensaré en la tuya... cada vez que me encuentre boca abajo, siendo penetrada, levantando la cola para que mi macho disfrute de mi grupa, sentiré que eres tú...
Nos corrimos intensamente, los dos juntos sin remordimientos y sabiendo perfectamente cómo se planteaban las cosas, los dos disfrutamos completamente de esta nueva y excitante forma de vernos.
Ya calmados, recuperado el aliento y manteniendo nuestros cuerpos unidos, compartiendo el calor de estar pegados y el frío de estar desnudos, es mas fácil también desnudar el alma y presentar las cosas como son, sin tapujos ni papeles aprendidos.
Carla: Este viernes vas al coctel con Sofia, verdad?
Yo: Si, no hemos tenido ningún cambio... pero si te interesa saber que pasará después... no lo sé. Cuando hablé con Sofía la sentí bastante distante, casi incluso que apática al respecto, por lo que siendo sincero no sé si lleguemos a algo...
Carla: Dudo mucho que se mantenga así... sé que a la muy perra de mi amiga tú le gustas mucho, pero bueno, no ha intentado nada hasta ahora...
Yo: Vamos Carla, no creo que sea para tanto, los novios que le he conocido son todos unos modelitos, y pues yo no voy por ese camino...
Carla: Y que tiene eso que ver... tu no tendrás pinta de galán, pero tienes lo tuyo... O por que crees que me casé contigo?
Yo: Jajaja, tú te casaste conmigo por la insistencia que tuve al tratar de enamorarte y porque algún ángel me tuvo compasión y flechó tu corazón...
Carla: jajaja... en lo de la insistencia te tengo que conceder razón... en lo otro lo dudo mucho, tu solo conseguiste eso...
Yo: Y bueno, saliendo de coles a nabos; tú que vas a hacer el viernes?
El rostro de Carla se puso serio nuevamente, ella había comenzado a sentirse tranquila, pero el tema le produjo una cierta incomodidad.
Carla: Pues... Santiago también me ha pedido que salir el viernes... me dijo que tenía una sorpresa y que quería verme preciosa... No sé qué trama, pero supongo es alguna cena romántica o algo así, porque incluso me ha dicho si puedo escaparme toda la noche...
Yo: O sea que quiere volver a enamorarte?
Carla: Del amor que nos tuvimos ya no queda nada, pero... que lo intente no me desagrada, aunque sabe que no logrará nada... En eso no te preocupes mi amor...
Yo: Como no preocuparme, con tan grande competidor? Pero bueno y lo de pasar toda la noche, realmente no lo sé... no se supone que debes volver con tu amado esposo todas las noches? O le has dicho que estoy de acuerdo con esto?
Nuestro tono de hablar no denotaba enojo ni fastidio, todo lo contrario era como una charla entre amigos que confabulan para obtener un mismo objetivo, habíamos logrado tener nuevamente esa complicidad que nos permite llevar adelante las más osadas empresas, sentía nuevamente esa compenetración y habíamos ganado realmente confianza en lo que nos decíamos, por lo que ahora más que una charla, era un conjunto de confidencias que nos decíamos acerca de nuestros gustos, deseos e incluso creo que fantasías.
Carla: No, no... No he dicho nada, le dije que no podía ser pero me argumentó que la velada sería grandiosa y que lo mejor era poder aprovecharla al máximo y el mayor tiempo posible... Aunque no le aseguré nada, acepté la velada hasta una cerca de las 11 de la noche...
Yo: Bueno señora, tal vez si le dice a su marido que va a quedarse a dormir con su amiga Sofía por motivos de trabajo? Pueda ella dar una coartada convincente y así disponer de toda una noche... Pero claro si estas dispuesta a pasar la noche en una cama diferente a la suya...
Carla: Pues creo que mi esposo tiene la misma brillante idea y de seguro se quedará en casa de algún amigo o amiga; aunque como es un poco falto de imaginación, seguro me dirá que se quedará a dormir toda la noche con su amiga... Sofía, verdad?
Yo: Ya conoces a tu esposo, siempre es un poco falto de inventiva en esto de presentar excusas correctas a su adorada esposa...
Unos besos mas, unas caricias menos y el día nos encontró nuevamente abrazados, juntos y pendientes de la nueva forma de ver nuestra relación, estamos pendientes del otro y principalmente de poder encontrar una correcta manera de describir nuestros sentimientos que aunque encontrados ciertas veces, son siempre tan intensos que nos hacían sentir realmente vivos. La complicidad encontrada y el placer de lo prohibido se mezclaban para darnos un empuje tremendo en esta fantasía hecha realidad.
Llegó el fatídico viernes, que tanto anhelábamos, nos levantamos ese día juntos, entrelazados, con nuestras manos acariciando el cuerpo de nuestro cónyuge, pero pensando en lo que esa noche nos esperaba, en lo que esa noche habría que hacer o dejarse hacer. La vida diaria nos absorbió rápidamente y salimos cada quien a nuestros respectivos trabajos, que pese a lo tensionante de la situación logramos sobrellevar de una buena manera. Ya en la tarde, tan pronto se terminó las actividades, regresamos a reencontrarnos en nuestra casa.
La necesidad de trajearnos y perfumarnos nos llevó a tomar las cosas más de prisa de la que era realmente necesario; pronto terminamos nuestras tareas y era aún temprano. De mi parte me puse un terno formal, corbata y zapatos de charol que junto al engominado de mi cabello denotaba que mi compromiso era completamente formal. Carla por su parte, había escogido un vestido negro con falda hasta su medio muslo y un escote sugerente aunque no digamos completamente atrevido; su cabello alisado y su aroma dulce completaban el look de mujer arrasadora aunque no demasiado formal como el mío.
El mantener las apariencias me obligó a llevar a mi esposa hasta sus oficinas, desde donde se supone saldría con Santiago en dirección a la sorpresa prometida, cubierta por un abrigo negro no permitía que ojos atentos vislumbraran ningún atisbo de la sensualidad que su dueña emanaba. El último beso del día y el último roce con su pierna nos dejó más ansiosos de lo que ya estábamos.
El ambiente se notaba distendido, llevábamos la excitación a flor de piel; sentíamos cada roce que nos hacíamos como si fuese la premonición de caricias más obscenas; reíamos y nos calentábamos por cualquier cosa. El saber que cada uno teníamos una larga noche por delante nos dejaba una incertidumbre tan alta que realmente no podía dejar de escapar por nuestra piel. Ansiábamos estar con nuestras respectivas parejas, pero de igual forma el no saber que hacía el otro nos dejaba esa desazón de la incertidumbre.
Yo: Que te vaya muy bien mi amor, Mucha suerte.
Carla: Igual a ti corazón, nos vemos mañana...
Yo: No vayas a llegar demasiado tarde ah!! Tu maridito puede ser que se mosquee y no te deje salir después.
Carla: No hay problema, mi maridito seguramente dormirá hasta tarde, esta noche tiene una larga faena también y dudo que se acuerde de su mujercita... Jejeje.
Yo: Creo que si la recordará, creo incluso que no podrá dejar de pensar en ella...
Nos separamos por caminos distintos, pero juntos en la misma senda; habíamos pasado el límite de la cordura al sentir como nuestro amor crecía, mientras crecían las personas que por nuestras respectivas camas pasaban. Era una sensación realmente placentera y a la vez dolorosa, un dolor que hacía sentir ansiedad, la ansiedad generaba deseo, el deseo generaba imaginación de lo que sucedía y esta a su vez dolor... La mezcla mas traicionera que pudiese encontrarse dentro del corazón de cada persona.
Mi destino me condujo al departamento de Sofía; llegaba como seguramente muchos hombres habían alcanzado esa puerta, expectante de la bella mujer que pronto abriría la puerta a un mar de posibilidades que sucederían esa noche. Claro que con diferencia de saber a ciencia cierta cómo terminaría esa noche entre la preciosa mujer que se encontraba al otro lado y este humilde servidor. Cuando la puerta finalmente se abrió, dio paso a una sorpresa mayúscula, la bella mujer que esperaba encontrar fue reemplazada por una Diosa que emanaba sensualidad y lujuria, en un traje de exaltación al pecado, que si por mi hubiese dependido no hubiese permanecido pegado al cuerpo de su dueña por más de 10 segundos.
Sofía se presentaba completamente preciosa; un vestido negro de noche casi hasta la altura de sus tobillos, un poco ceñido pero con una enorme apertura por su pierna derecha en una muestra de equilibrio entre lo que dejaba ver en cada balanceo de cadera; no tenía escote, pero ceñía a su dueña dejando entrever claramente una figura estupenda a pesar de no mostrar un centímetro de piel, que por otro lado si mostraba en la espalda de Sofía que simulando un reloj de arena llegaba hasta casi el filo del fin de la espalda.
Pero al fin de cuentas era solo un trapo, lo que realmente me alucinó era la luminosidad que se presentaba Sofía, ese rostro maquillado y cuidado para mostrar todo los mejores aspectos que una mujer sabe presumir cuando le son favorables y que en este caso eran casi infinitos. Sofía siempre fue una mujer extremadamente bella, coqueta y por supuesto llena de pretendientes; mas pese a todo el tiempo que la conocía, jamás la había visto tan preciosa.
Sofía: Veo que ya no soy tan indiferente...
Yo: Como podría ser indiferente ante la preciosa mujer que tengo a mi lado... Ni estando muerto podría dejar de percibir toda la belleza que transmites, mas creo que es lo que pretendes pues has hecho que mi corazón se detenga tan solo al verte...
Sofía: Zalamero como siempre, pero agradezco el cumplido... Estoy casi lista, si me puedes esperar un minuto nos podemos ir...
Yo: Si a tanta perfección le falta algo pues así sea necesario esperarte una eternidad...
Sofía reía a todos mis piropos, que pese a estar realmente ya fuera de práctica de decirlos a otra mujer después de años casado con Carla, aún lograban el siempre ansiado efecto en la mujer; hacerlas sentir todo lo bellas y deseadas que quieren transmitir. El minuto de espera se transformó fácilmente en 30 minutos de paciente espera de mi parte, que tras un poco de alcohol y una conversación detrás de una pared fue pasando rápidamente hasta que nuevamente me reencontré con la preciosa dueña del departamento al que seguramente volvería mas tarde para quitar todo lo que en aquel momento se interponía entre mi y el cuerpo desnudo de su dueña.
Salimos del departamento tomados del brazo, pero con nuestros cuerpos siempre en contacto; el tacto como el aroma que emanaba de Sofía me estaban comenzando a embriagar, pese a haber notado lo bella que era desde que la conocí, no me había dado cuenta lo peligrosamente cautivadora que podía llegar a ser, tal vez por nunca haberla visto con buenos ojos, pero era una mujer que hacía derretir a cualquier tempano, y a esa altura yo era mucho más que una olla de presión...
El tiempo que tomó el trayecto al coctel fue consumido rápidamente por la alegre y despreocupada conversación que seguimos, hablando de todo y de nada en particular. Sofia siempre había sido muy extrovertida y abierta; por lo que con todas las parejas que le conocimos la tenían adorándola y babeando por ella. Pero como suele suceder con mujeres muy bellas, es un poco complicado alcanzar el nivel para poder presentarla como esposa.
Cuando llegamos, el coctel llevaba una hora o más, por lo que la mitad de la gente ya se encontraba ahí y el resto estaba llegando o muy cerca. Me sentí tremendamente orgulloso poder andar del brazo de aquella preciosa mujer, pese a que no encontré ningún conocido quien me envidiara, no faltaron los ojos lujuriosos de muchos de los presentes que no se perdían de cada movimiento que mi acompañante daba.
Yo: Cuantos admiradores has conseguido hoy día... Has causado un impacto demoledor dentro del salón, incluso he llegado a pensar que me envenenarán con algún con tal de tener un momento contigo…
Sofía: jajaja... supongo que al menos uno más que los que tenía ayer si habrá aumentado....
No podía despegarme de esta chica, mientras me hablaba su magnetismo me inducia a acercarme cada vez más, su roce, su entonación e incluso su mirada hacía que no pueda separar mi atención de Sofía, pese a existir otras hermosas mujeres cerca no podía de dejar mi mirada fuera del campo de acción de mi bella acompañante.
La noche transcurría entre risas, conversaciones discretas con algunas personas con las que Sofía quería cerrar algunos negocios, tan solo unas cuantas copas nos acompañaron aunque realmente no alcanzaban para marearnos, si nos hacían pasar un rato agradable. Lo que me pareció completamente divertido era que Sofía me presentaba ante todos como su novio, cosa que tras la primera presentación me dejó completamente desconcertado, pero ella me supo explicar que era para espantar a los gavilanes que merodeaban cerca.
Entre tantos otros, nos encontramos entablando una conversación con dos representantes de una empresa de seguros radicada en el país era una pareja de ejecutivos que trabajaban de la mano para lograr concretar su participación de mercado, ellos se habían conocido anteriormente, se presentaron como Steven y Claude; yo como era de suponer nuevamente pasé como el novio de Sofía. Podía ver como Steven devoraba con los ojos a mi acompañante y aunque aparentemente no tenían relación sentimental con Claude, ella se sintió un poco opacada por parte de Sofía, por lo que hábilmente se separó de nuestro lado, dejándonos unos minutos solo los tres.
La conversación era amena y había sido llevada hábilmente por Sofía a temas de negocios; notaba claramente como impulsaba rápidamente ideas a Steven referente a todo el apoyo que la empresa les podía ofrecer si establecían una relación de negocios; cuando me encontraba absorto por la belleza e inteligencia de Sofía, pude sentir que mi corazón se detuvo por un segundo.
A dos pasos de distancia se encontraba Claude, acompañada de igual forma por una pareja que sonrientemente saludaba a la elegante ejecutiva, era un hombre alto y fornido con barba rala y un traje fino, acompañado por una mujer de exquisita figura, denotada en un vestido rojo ceñido al cuerpo en la parte delantera y de la espalda; dejando un escote muy sugerente a la vista de todos, así como unas preciosas piernas casi descubiertas por la minifalda que acompañaba al vestido. Solo por la ayuda de Sofía no solté mi copa cuando se voltearon y descubrí que la bella acompañante de ese hombre no era más que mi esposa Carla, en algún momento de la noche había cambiado su ropa y alisado el cabello, pero que indudablemente era ella.
La turbación fue mayúscula, Sofía se dio cuenta rápidamente de la situación que se avecinaba, me sujetó del brazo haciendo que mi atención vuelva a ella nuevamente un segundo; con su boca me solicitó una copa nueva, pero con sus ojos me suplicó que me tranquilice y salga a tomar aire. Obedientemente salí un momento de la recepción hacia la parte de fuera, mi estado de ánimo había sido golpeado seriamente por lo que no me sentía nada bien, una cosa era que la imaginación llene los espacios que dejaban los relatos de mi esposa y otra muy diferente verla del brazo de otro hombre.
Respiraba lentamente, tratando de tranquilizar mis nervios; podía ver a Carla y su ex charlando amenamente con Claude, cuando sorpresivamente Steven vio a Carla y Santiago y les emitió un fraterno saludo, haciendo que todos se reúnan en medio del salón. El rostro de mi esposa era un mar de angustia una vez que vio a Sofia sola, volteó a ver por todos lados supuse que buscándome. De mi parte me encontraba expectante del comportamiento de todos, pero de repente Carla y Sofía fueron hacia los baños sujetos del brazo, lo que me hizo suponer que Sofía le iba a dejar al tanto de todo a mi esposa.
Tras unos minutos las chicas asomaban nuevamente ya cada una por su cuenta y con el rostro calmado. Ahora me tocaba a mí, no podía esconderme el resto de la noche y dejar plantada a Sofía frente a todos, pese a que si me hubiesen preguntado hubiera preferido salir corriendo de aquella escena. En eso una idea se me cruzó por mi mente, tomé el celular y llamé a Carla... sonó una y otra vez la musiquita, pero mientras miraba a Carla, ella no hacía ningún esfuerzo por contestar, por lo que supuse no llevaba su teléfono o no lo escuchaba. Así que me arme de valor y fui al bar y tomé dos copas de champagne y me dispuse a enfrentar la situación.
Steven: Hola, que bien que hayas vuelto.
Yo: Hola como están...
Sofía: Ven mi amor, no he tenido el placer de presentarles a mi novio; ven... esta bella chica es Carla mi socia y este gallardo caballero es Santiago es representante de nuestro principal cliente...
Yo: Hola... un gusto...
Santiago: Un placer conocer al hombre que ha contado con la suerte de entrar en el corazón de esta preciosa dama...
Yo: He tenido que vender mi alma... pero ha valido la pena...
El ver el rostro de mi esposa era todo un poema, aunque para ser sincero el mío creo no debió haber sido diferente. Tras las presentaciones la conversación nuevamente se entablaba ahora con 6 participantes; cada segundo que pasaba podía sentir en mi cuerpo un cosquilleo y una ansiedad terrible, aunque era casi doloroso cada vez que el ex de mi esposa la tomaba del brazo o incluso la abrazaba con una mano suavemente de la cintura... Toda la conversación versaba sobre cosas que realmente no me interesaban y casi no prestaba atención, mientras que los más atentos eran Sofía y el amante de mi esposa. A lo que si no perdía detalle era a cada ademán realizado por Carla, cada roce y cada caricia era dada o recibida por mi esposa.
Carla por su parte aparentaba estar absorta en la conversación de su socia y su amante con Claude y Steven, pero realmente estaba pensando en cualquier otra cosa, se la notaba muy inquieta y bastante distraída, a pesar de todo el empeño que hacía en poner toda su atención.
La conversación llevaba ya 10 minutos cuando de pronto se llegaron a acuerdos y se estableció una siguiente acción a ser realizada, las chicas estaban contentas y aunque no lo demostraba, incluso el ex de mi esposa estaba de muy buen humor por el acuerdo conseguido. Brindamos y poco a poco la alegría del momento también me contagió y pude compartir un rato ameno entre todos. Poco después nos despedimos de Claude y Steven, quedando únicamente los 4...
Santiago: Esto hay que celebrarlo, si todo sale bien pronto cerraremos el negocio con ellos y esto sí que nos impulsará a todos...
Carla: Tienes razón, ha sido completamente increíble haber podido contactarlos aquí a Claude y Steven, esto sí que nos afianzará mucho...
Sofía: Cierto tenemos que celebrar... Que les parece si nos vamos a tomar algo más fuerte que estos jugos de naranja...
Santiago: Por nosotros no hay problema, no sé tú?
Yo: Claro... no hay problema...
No podía creerme lo que estaba sucediendo, ahora estaba saliendo en una cita doble, por una parte con la que si Dios no permite otra cosa se convertirá en mi amante con migo y por otra mi esposa y su amante; nos disponíamos a salir de ese inocuo lugar y buscar algo más emocionante, pero que tanto podría ser si ya estaba por explotar mi corazón.
Santiago: Pues andando... yo conozco un bar bastante animado a poco de aquí... nos echamos unos tragos, bailamos y celebramos a lo grande...
Santiago tomó de la cintura a mi esposa y comenzaron a avanzar hacia la salida del coctel, que poco a poco iba perdiendo adeptos, de igual forma y para no quedarme atrás tomé de la cintura a Sofía y salimos todos juntos.
Yo: A que están jugando? Porque no me contaste que ellos iban a estar aquí?
Sofía: No lo sabía... Carla me dijo que había sido una sorpresa de Santiago, que incluso le había llevado un ajuar nuevo para el coctel, ya que sabía que su traje no sería el adecuado...
Yo: Y porque les has dicho para ir a celebrar, tu sabes que con Carla estamos tratando de llevar esto de manera al menos mas intima y no es la idea de ir mostrándonos al mundo, ya de por si es muy violento tener que vernos el uno al otro en brazos de un compañero diferente...
Sofía: Me pareció buena idea, al menos inicialmente... pensé que así pueden de una vez quitarse los conflictos que tienen por vivir algo tan excitante como la vida que al momento tienen... O tú crees que todas las parejas pueden darse el lujo de disfrutar independientemente con otras personas... Acéptalo de una vez y deja que las cosas sucedan tal como son, no pienses; solo siente y disfruta de todo...
Yo: Y que te hace suponer que yo disfrutaré viendo como mi esposa se divierte con su ex?
Sofía: Pues porque tú harás lo mismo conmigo... O es que no te parezco lo suficientemente atractiva para poder al menos hacerte sentir bien?
Su cara mostraba a una niña grande haciendo un puchero que sencillamente hacía que se retuerzan todas las defensas que se tiene como hombre hacia una bella y cautivadora niña, que aprovechando de su feminidad hace que ninguna objeción se pueda plantear. Salimos como dos parejas del coctel, encaminándonos directamente hacia mi vehículo; al llegar un pequeño lapsus me hizo trastrabillar el momento que al lado del conductor se sentó Sofía, en lugar de mi esposa; quien se sentó en el asiento de atrás junto a su ex.
La minifalda de Sofía se había levantado escandalosamente mientras se sentaba junto a mí en el auto; lo que aproveché para satisfacer en parte mis propios delirios de ver a una mujer en falda mientras se encontraba en un coche, aunque hubiese preferido que ella misma maneje, no podía ser tan descortés como para solicitarlo; considerando que nuestra pareja de "amigos" se encontraba junto. Pese a esto, no desperdicié oportunidad para poder observar esas descubiertas piernas e incluso pude lanzar unos pocos roces nada inocentes el momento de manejar.
Como una ráfaga de fuego me vino al corazón el momento que un ligero gemido se emitió del asiento trasero, donde debido a mi ensimismamiento en Sofía no pude observar como Carla y su ex habían comenzado a besarse y acariciarse. Un semáforo me permitió parar y cuando iba a regresar a mirarlos directamente, la mano de Sofía acercó mi rostro al suyo para darme un pequeño pero intenso beso, tras el cual con una rápida mirada a los pasajeros del asiento trasero pude comprobar cómo Carla seguía completamente desconectada del mundo mientras besaba intensamente a su ex, mas él con sus ojos completamente salidos, observaba intensamente las piernas de mi acompañante, al tiempo que acariciaba las de mi esposa.
Sofía: Tranquilo guapo... No desarmes algo que tanto nos ha costado, ya habrá tiempo para pagarles con la misma moneda...
No dije nada y arranqué de nuevo, mas esa breve imagen retumbó mi mente mientras llegábamos hacia una disco de moda, el muy hijo de puta del ex de mi esposa encima de estar con sus manos bien agarradas a una mujer que no es la suya, tenía los ojos en la preciosa Sofía; quien al menos en papeles se encontraba ennoviada conmigo... Peo que era de esperar, si al fin de cuentas estaba bien fajado con una mujer que era casada. Al llegar parqueamos y abrazados de cada una de nuestras parejas nos dirigimos a la entrada, podía ver como la mano ahora mucho mas descarada del amante de mi esposa se posaba discretamente justo en su cadera, de manera que en la penumbra de la noche se podía adivinar que entre el vaivén propio de las caderas de mi esposa, su ex podía fácilmente rozar por fuera el culo de mi esposa.
De mi parte y con el mismo beneplácito, hizo lo propio con Sofía, quien en una muestra de total descaro metió su mano en el bolsillo posterior del pantalón, demostrando claramente cómo eran las cosas. Tras sentarnos en una meza en forma de U y pedir unos tragos, la pista invitaba a ser visitada; por lo que prestos a lo que habíamos venido, nos dirigimos a la pista para poder sacar el licor con los movimientos y aumentar nuestra lujuria entre cada roce presentado. Inicialmente bailábamos un set de música muy alegre, que hizo que las chicas se esmeren en rozarnos e incitarnos con cada movimiento de cadera; después un set de música más calmada pero que invitaba a abrazar a su pareja llenó la pista; haciendo que las dos parejas nos enfrasquemos en un abrazo por demás candente.
Entre cada voltereta, quedamos mirándonos frente a frente Carla y yo, una mirada que denotaba cuan excitados estábamos y una sonrisa que me decía que Carla estaba pasándola sumamente bien. Un "TE AMO" final me indicó que un nuevo giro haría cambiar el ritmo de nuestra breve comunicación de señas, quedando mi esposa de espaldas a mí y mostrándome claramente como la mano de su ex había estado acariciando descaradamente el culo de mi esposa, lo que hizo retorcerme entre los brazos de mi acompañante, que claramente supo que algo estaba sucediendo y me dio una vuelta quedando ahora nuevamente de espaldas a Carla y su ex.
Sofía: La estás pasando bien? Porque si no lo has notado el par que tenemos a nuestro lado se muestran sumamente excitados...
Yo: El tener a mi lado a una bella mujer como tú, es casi garantía de que la noche no tendrá ningún reproche, pero aún no me acostumbro a ver a Carla junto a su ex.
Sofía: Tranquilo amor, date a la idea que por esta noche, quien es tu pareja y a quien debes celar es a mí... Deja que ellos se diviertan y trata de divertirte a también...
Yo: Pues es algo extraño verla en manos de otro hombre... No se si pueda soportar algo mas... Creo incluso que mejor nos vamos a otro lugar, porque de un momento a otro tal vez no pueda quedarme sin decir nada...
Sofía: No te preocupes cariño, trata de enfocarte en disfrutar tú conmigo... Del resto del mundo no te preocupes... Tú sabes perfectamente en que van a terminar esta noche, ahora lo que debes preocuparte es como va a terminar la nuestra...
Yo: Es muy extraño, por un lado quiero desatar las pestes de Egipto contra él y por otra quiero seguir adelante contigo... Es una mezcla que me hace no poder sino seguir adelante, pero con los sentimientos y las sensaciones a flor de piel.
Sofía: Lo que pase entre nosotros solo depende de los dos, a ellos, déjalos a un lado y trata de que nuestra velada sea magnifica... Mañana será otro día y verás como nada ha cambiado; Carla seguirá siendo la misma esposa que te ama, pese a que esta noche seguramente dormirá en otra cama, al igual que tú...
Tras esta última afirmación, Sofía se lanzó a mi boca para besarme con desesperación, mientras que instintivamente mis manos se deslizaban por su cuerpo, degustando cada curva y cada inflexión que ese precioso cuerpo tenía... Esa promesa brindada, me daba la certeza que esa noche afirmativamente me follaría a esta preciosa mujer a mi lado.
Bailamos un poco más y tras finalizar los tragos decidimos que era hora de marchar. Por fin mi martirio doble terminaría, por una parte ver a mi esposa tan acaramelada con su ex y por otra parte poder llevar a un lugar más intimo a Sofía. Las chicas como era lógico fueron a los baños una última vez, dejándome junto a Santiago ya sin el ensordecedor sonido de la música de fondo...
Santiago: Esta noche Sofía me ha deslumbrado... Se la ve preciosa...
Yo: Ella siempre ha sido una chica espectacular... Incluso si no supiera que soy millonario, supondría que está conmigo por el dinero... Tu chica también está muy bella...
Inquirí un poco, para saber sobre que terreno pisaba lo suyo con mi esposa. Esperaba que con los tragos y la camaradería generada pudiera darme una luz de lo que este sinvergüenza pretendía de mi esposa.
Santiago: Carlita es una hembra de bandera... A mas de seductora es sumamente fogosa, por lo que me trae loco desde hace muchos años...
Yo: Y pues entonces ya deberían casarse... jajaja
Santiago: Pues para serte sincero, estamos casados... jajajaja...
Justo en ese momento regresaban las chicas, por lo que no pude confirmar si realmente lo que me quería decir era que cada uno estaba casado a su manera o si aún él veía que seguían los dos juntos como el matrimonio que fueron hace ya mucho tiempo.
Carla: Ya están listos chicos... Estábamos conversando con Sofí, y creo que mejor nos vamos a terminar la noche en su casa... Así podremos tomarnos unas últimas cervezas...
Santiago: A mí me parece fantástico... si no tienen ningún inconveniente claro?
Sofía: Como dijo Carlita, por mí no hay problema...
Todos al fin de cuentas esperaban saber si yo tenía algo que agregar, pero al haberme sorprendido tan hábilmente y con los tragos encima, me quedé atónito y sin posibilidad de respuesta, por lo que con una señal de la cabeza confirmé que si no hay más remedio...
Sofía echó sus brazos a mis hombros, dándome un sonoro y escandaloso beso; mismo que era seguido ávidamente por los ojos de Carla al mirarme a los ojos mientras besaba a su amiga y de su amante que no perdía detalle del culo de Sofía, que casi había quedado al descubierto cuando al alzar sus brazos la falda se levantó casi hasta el borde de sus glúteos.
Nuevamente serví de chofer, pero esta vez las chicas iban en el asiento posterior, mientras que el actual amante de mi esposa me acompañaba en el asiento de adelante. Las chicas hacían broma de todo y de nada, en forma muy jovial charlaban, adulándonos o increpándonos, a los dos por igual, pero obviamente mucho más atentas al copiloto, quien era el que mas se afanaba...
Llegamos al departamento de Sofia, las chicas se pusieron cómodas y se sacaron esos zapatos tan complicados que habían llevado toda la noche, por nuestra parte el permanecer en camisa era suficiente aliciente, por ahora. Un par de cervezas y dejamos la bebida, no estábamos completamente borrachos, pero el alcohol se estaba subiendo rápidamente.
El ambiente era bastante ligero, ambas chicas trataban de hacerme sentir lo más bien posible, claro que sin desatender al amante de mi esposa. Reíamos de ocurrencias absurdas y a ratos empezábamos a calentarnos sumamente rápido, ya sea por los besos o las caricias que nos brindábamos.
Mientras estábamos en esas lides, sentados cada pareja en un sofá grande, pude contemplar como las manos del amante de mi esposa, se posaron directamente en su trasero; abiertamente comenzó a sobarlo, lenta pero enérgicamente, al tiempo que ella besaba su cuello y acariciaba su nuca. Por otra parte y simultáneamente, Sofia estaba de igual forma con una pierna cruzada a la mía y susurrándome lentamente al oído, al tiempo que mi mano acariciaba sus firmes piernas.
Sofía: ... de aquí en adelante ya podrás estar tranquilo... ya no tendrás que imaginar nada...
Sofía: ... hoy día podrás evolucionar, desde mañana serás una criatura diferente... Más claro en lo que tú quieres y en lo que estás dispuesto a hacer para ello...
Sofía: ... esta noche podrás ver claramente a tu esposa con su amante... no tendrás que seguir en la incertidumbre de saber si realmente él la hace gemir más que tú...
Mientras Sofía susurraba en mi oído, pude ver como Carla comenzaba a acomodar su cuerpo al centro del sillón; podía ver como su amante tomaba su cabeza indicando el camino que recorrer, indicando que esperaba de ella al acercarla lentamente hacia su torso.
Sofía: ... hoy podrás confirmar como con tus propios ojos como le hacen el amor a tu esposa... solo unos pocos matrimonios pueden disfrutar de estas mieles y a partir de hoy tú tendrás uno...
Sofía: ... Mírala como se entrega al placer, mírala como disfruta del placer que otorga, mírala disfrutar sabiéndote cerca...
Miraba a Carla, mientras ella lentamente liberaba la verga de su amante de la prisión de tela que la atrapaba, miraba a mi esposa lentamente tomar ese grueso mástil con sus manos mientras la mano de su hombre le indicaba el camino que debía seguir. Miraba la dulce boca de mi esposa cerrarse a la circunferencia del sexo de otro hombre.
Miraba todo y sentía todo lo que por otra parte Sofía hacía conmigo, ella también había liberado mi verga, con gracia sujetaba entre sus dedos mi sexo, apretaba con fuerza y me masturbaba rabiosamente al tiempo que seguía hablándome al oído, susurrándome tal cual la conciencia lo haría.
Sofía: ... pronto él va a pedirle ir a una habitación... pronto él va a querer poseer completamente el cuerpo de tu esposa... pronto ella se desnudará, y le invitará a poseerla...
Sofía: ... pronto tu mujercita pedirá a su amante que se queden... pronto ella le susurrará al oído que quiere ver cómo hacemos el amor... pronto ella le dirá que quiere ver cómo me haces tuya...
En ese momento y casi sincronizadamente, ambas mujeres cambiaron posición, ahora Sofía era quien bajaba lentamente hacia mi sexo, ahora ella lo engullía con avidez y lujuria, ahora su boca era la perfecta envoltura donde mi verga era albergada. Al tiempo que Carla, tomaba con su mano la verga de su amante, mientras besaba su cuello y susurraba a su oído, ahora ella era quien instigaba y consultaba a su amante...
Podía oírlos, o tan solo era mi imaginación; no podía imaginar que decían, pero mi esposa me miraba directamente; altivamente y lujuriosamente. Podía verla disfrutar cada momento de este encuentro, la veía con sus piernas cerradas mientras la mano de su amante acariciaba su grupa, podía verla completamente excitada y tremendamente lujuriosa en cada palabra que a su amante dirigía. Él mientras tanto veía a Sofía, miraba su cuerpo y su boca mientras aprisionaba mi sexo, podía ver su rostro casi babeando al tiempo que mi esposa seguía creando imaginarios en su mente.
Tras una última frase y tras penetrar con su lengua el oído de su amante; mi esposa levantó lo poco que de su vestido quedaba y fue subiéndose a horcajadas sobre su amante, quien sujetándola por sus piernas ayudaba a direccionar su mástil a la tierna y jugosa conchita de mi esposa, que expectante esperaba su penetración. Sofía a su vez, volvió a su posición original, besando mi cuello y llenando mi mente con lujuria.
Sofía: ... ya vas a ver lo que siempre imaginaste... se la va a follar en tu propia cara... ese macho nuevamente va ha hacer que tu mujer grite, gima y se corra como una ramera... pero siéntete alegre, él no podrá verla como tú la ves, él no podrá oírla gemir tan claramente como tú lo harás, él no podrá ver como su concha se dilata al recibir tan tremenda penetración...
Sofía: ... él tampoco podrá sentir ese deseo y pasión que tu sientes, porque claro; el no verá a su propia mujer entregada al placer que otro hombre le da...
Mientras sus palabras hacían arder mi mente y mi corazón; Carla lentamente deslizaba entre sus piernas el firme mástil de su amante, soltando a su vez un gemido opaco, fuerte y con toda la fuerza de las sensaciones que estaba sintiendo. Un segundo más tarde mi amada esposa era quien a fuerza de su cadera, iniciaba el bombeo dentro de su cuerpo, subiendo y bajando al compás de una marcha que se precipitaba rápidamente. Las manos de su amante recorrían toda su piel, tirando y arañando el vestido que aún ocultaba parte del cuerpo de su dueña.
Viendo esta increíble escena, me precipité a tratar de subir a Sofía en igual posición que mi esposa se encontraba, pero hábilmente se negó a moverse, pero sin rechazarme por completo, ya que aún mantenía su mano apretando mi verga que en ese momento ya se encontraba a punto de explotar.
Sofía: ... tranquilo mi amor, primero disfruta del espectáculo; ya tendremos tiempo de poder seguir nosotros...
Sofía: ... marca en tu retina todo lo que tu esposa adora hacer, graba en tu mente sus gemidos y sus orgasmos, ya más tarde podrás llevarla tú a sentir cosas iguales... o tal vez mejores...
Los amantes en ese momento, se encontraban recomponiéndose; los cuerpos se reorganizaban en el estrecho sillón dejando a mi esposa boca arriba con sus piernas enlazadas al tronco del hombre que poseía su cuerpo, quien en el intervalo había perdido su ropa y que en conjunto con mi esposa se encontraba prácticamente desnudo.
Mi preciosa acompañante a la par hizo que mi camisa, mi pantalón y su vestido vuelen por los aires, dejándonos igual que nuestros compañeros de habitación; pero nuevamente no me permitió poseerla, se sentó nuevamente a mi lado, arrodillada en la cama, con su boca a la altura de la mía y sus manos acariciándome a destajo.
Sofía: ... no te corras cariño, primero disfruta de este espectáculo que tu esposa ha montado... más bien dicho disfruta de la montada que a tu esposa le están propinando ya que es todo un espectáculo...
Sofía: ... no te sientas mal corazón... es cierto que tú no la haces gemir así... ni que tampoco puedes aguantar ese ritmo de envites... menos aún hacerla tener un orgasmo mientras a ti te falta por completar...
Sofía: ... pero eres tú a quien mira en ese momento... es tú placer el que busca al mostrarse así... es tu pasión la que encuentra cuando disfruta de otro cuerpo... y eso nadie se los puede quitar...
Mi esposa en ese momento aullaba y gemía sin cesar, mientras su amante desencajaba su cadera de los fuertes envites que daba sobre el cuerpo de mi amada esposa... Pero como todo tiene un final, el último aullido de mi esposa retumbó en la estancia, al tiempo que un fuerte orgasmo inundaba su cuerpo obligándola a cerrar los ojos por un minuto; unos segundos después la cadera de su amante ejecutaba el último esfuerzo y entre bufidos de satisfacción depositaba su semilla en el interior de mi esposa.
Carla aún mantenía cerrados los ojos cuando su amante comenzó a recuperar conciencia y restablecerse al costado del sillón; yo miraba directamente el rostro de mi esposa cuando sus ojos nuevamente la trajeron a la luz y vi claramente como estos no se habían perdido en el espacio y se dirigieron directamente hacia donde me encontraba. Me miró directamente, con seguridad, con tranquilidad, con pasión, con lujuria y amor. Al menos creí que me miró diciendo que estaba conmigo, a pesar de encontrar a otro hombre entre sus piernas; amándome y sabiendo que no podrá decirlo, al menos no en este momento.