Engaños e Intercambios 5
Las decisiones tomadas nos definen en un momento dado; sea para bien o mal hemos de aceptar las consecuencias de nuestros propios actos.
He soñado que vivíamos juntos, que despertaba entre sus brazos y me hacía suya en la mañana, antes de que el sol despierte completamente nuestros sentidos. Sé que no es posible, que tiene su esposa y que no podrá complacerme... siempre, siempre no, pero tal vez hoy si...
Las palabras de Sofía me habían dejado con un sin número de interrogantes, ya que se me presentaba la idea que todo hombre tiene respecto a las amigas de su esposa; pero de igual forma me planteaba la posible disolución de mi matrimonio por la interferencia de Santiago... Todo era un revoltijo de ideas e hipótesis que no se resolverían a menos que actuemos ejecutando alguna de ellas...
Tras la reunión con Sofía, Carla me invitó a cenar; me tenía que comentar como les había ido en definitiva y la resolución tomada, pero una vez en la cena, al ver su cara realmente no ofrecía gran incertidumbre; se la veía cansada, desesperada y principalmente muerta del miedo. No habían encontrado forma de salir del atolladero financiero que implicaba salir de un cliente como ese. Carla únicamente me confirmaba lo que su mirada me decía; con esta perspectiva me dijo que ella no encontraba mejor solución que salir de la empresa.
Carla: No hay otra alternativa mi amor, tengo que salir de la empresa y rogar que Santiago no cancele el contrato. Yo se que pierdo muchísimo en esto, pero más me dolería si te perdiera a ti si esto continúa...
Yo: Tengo algo que contarte, pero lo primero y principal es que te amo y tú no me perderás por nada. Hoy confío en ti incluso más que cuando nos casamos, y espero que esa misma confianza te la pueda transmitir a ti... Creo que si este matrimonio se basa en la honestidad y la transparencia, es seguro que podamos seguir adelante. Te amo con todo mí ser, y creo que no podré amar a nadie más en el mundo...
Carla: Yo también te amo mi cielo, pero no entiendo porque me dices esto?
Yo: No es por nada malo, pero he conversado con Sofía hoy en la tarde... Me ha llamado para decirme algunas cosas, que estoy seguro a ti también te dijo...
Carla: Esta amiga mía, siempre tan intensa... Ella no se resigna a que todo esto no es más que un error y que ya no nos queda más que salvar lo que se pueda en la empresa y cada quien por su lado.
Yo: Pues me ha dejado de una sola pieza, puesto que me ha pedido que analice la situación en la que se encuentran y que interceda en tus reparos para con tu ex...
Mi esposa me miró con un rostro de incertidumbre e incredulidad ante la afirmación que le acababa de realizar. Creo que al principio no lo creyó posible, pero al verme tan calmado aunque con el aliento contenido, se dio cuenta que la cosa iba en serio.
Carla: No entiendo bien... Te ha dicho entonces que permitas que Santiago me folle con tal de salvar a la compañía...
Yo: En palabras cortas, si.
Carla: Y tú que dijiste? Espero que la hayas mandado a la punta de un cuerno...
Su pregunta estaba cargada de significado, me estaba analizando minuciosamente, podía sentir su mirada inquisidora cuestionando cada movimiento en mi rostro. Ni mis labios ni mi rostro podían mentirle...
Yo: Por supuesto, le dije que estaba loca...
Carla: Y... te dijo algo más?
No supe si Carla ya había hablado con Sofía antes o mi rostro denotaba que la función no había terminado. Sea como sea, yo no iba a ocultar nada a Carla, incluso esta propuesta por demás indecorosa, que apuré junto a un buen sorbo de vino.
Yo: Si hay más... Me propuso que si acordábamos que vuelvas a ser la amante de tu ex... claro que solo por un período de tiempo... Tanto Sofía como Lorena se iban a acostar conmigo...
Carla: Esta hija de puta, no va a acostarse contigo... Eso sobre mi cadáver...
Yo: Bueno, en esencia me dijo solamente eso; que el único camino que han encontrado es ese, y que debo ser más generoso, que piense en ti, en la fábrica y en sus empleados... Que no sea mezquino y que seguro podemos ganar todos.
Mi esposa se me quedó mirando fijamente, su rostro de enojo inicial había cambiado y se encontraba expectante de lo que tenía que decirle. El problema era que yo ya no estaba seguro de lo que quería y eso representaba un riesgo mayúsculo, porque ella podía interpretar que no me importaba lo que hiciera y que solo me importaba el dinero o con la otra posición que tampoco me importaba ni ella ni nadie sino mi propio orgullo de macho que se sintió amenazado. Todo esto estaba en mi cabeza, una turba de ideas girando sin control, empañando mi buen juicio y turbando mi razón.
Carla: No te veo con la seguridad de siempre, que te pasó? En serio estás considerando aunque sea lejanamente esta idea?
Yo: No estoy considerando nada... O bueno si estoy pensando todo... No lo sé... Es todo muy difícil.
Carla: Si no lo sabes; es que algo estás pensando...
Yo: Te quiero dejar claro algo; en lo primero que yo pienso es en ti, después está nuestra relación y al final estoy yo, ese es mi orden de prioridad ahora... Después está el trabajo y las demás cosas, incluida tu empresa y todos quienes colaboran en ella...
Yo: ... con esto claro, cual es mi preocupación principal; primero que bajo tu decisión de dejar la empresa, a la larga te llenes de frustración, ira y arrepentimiento y termines culpándote o culpándome de las cosas que no pudieron resultar. Además yo sé cuanto tú has trabajado en la empresa y todo el tiempo que le has invertido; creería incluso que ya la ves como un hijo que no quieres ver desaparecer...
Carla: La empresa no es un hijo...
Yo: Solo dame unos minutos, tengo que decir esto ahora o no lo haré nunca... Bueno, como te dije lo segundo es nuestro matrimonio y veo que si vuelven los engaños y las mentiras de seguro se irá a pique. Adicionalmente imaginé como fue tu relación con tu ex y creo que si realmente tu quisieras, incluso podrías volver a enamorarte de él y me abandonarías... Eso aunque tú lo dudes es algo que no lo podría soportar...
Yo: Por último estoy yo mismo... No voy a negar que todo esto me a afectado, claro que sí... De solo pensar que otro hombre pueda tocarte me revuelve el estómago y me entra una rabia indescriptible... Esto ha sido así hasta que tu amiga me ha hecho caer en cuenta algo que me parecía increíble... Después de lo sucedido, nuestra vida sexual se ha visto fortalecida y ha mejorado bastante en complicidad e intensidad...
Yo: ... esto último no tengo una razón pero siendo completamente sinceros, ha sucedido y no tengo una justificación... Tal vez se deba a que he tratado de demostrarte que yo también soy capaz de ser un buen amante... Tal vez quiero yo mismo demostrarme que tengo todo lo que tú necesitas para ser feliz... no se... Lo único cierto es que hemos recuperado una chispa que aparentemente estaba apagándose y eso a mí me ha parecido fabuloso.
Carla: Si eres un gran amante y no tengo quejas de todo lo que hemos disfrutado como pareja, es más, yo creo que estos meses han sido los más grandiosos que hemos vivido juntos...
Yo: ...eso es justamente lo que digo, hemos mejorado como pareja y ha sido para bien...
Carla: Y con todo esto, que estas pensando?
Su mirada me reflejaba que algo estaba sucediendo en su mente, estaba expectante a mis palabras en un nivel muy alto. Ella también lo había pensado seguramente y aunque estaba completamente segura de sus decisiones, no por eso había desechado la idea sin apenas dedicarle unos minutos de reflexión. Ella seguramente quería que diera el primer paso, quería que yo fuese quien tratase el tema, quería escucharme decirlo...
Yo: Eso que tú también estas pensando... Estoy seguro que no te hubieses enredado nuevamente con tu ex, también estoy seguro que no me engañaras nunca más y por último se que si tu pierdes tu empresa te arrepentirás para siempre...
Yo: Ahora te pregunto, tú estarías dispuesta a hacer lo que tendrías que hacer para salvar tu empresa?
Carla: Te... refieres a volver a acostarme con Santiago...
Yo: Si, a eso... a acostarte con él, ni más ni menos y teniendo muy en cuenta que no vas a hacer el amor con él, eso solamente lo haces conmigo y eso debes tener muy claro...
Vi directamente a los ojos de Carla, la pregunta la tomaba de sorpresa pero no se la veía desprevenida... Ella aunque no lo admitía abiertamente, había pensado en la posibilidad, pero de seguro no la consideraba como una opción por lo que yo hubiera podido pensar de ella, pero considerando que era yo el que planteaba el tema, ya para ella no significaba dar el primer paso.
Carla: Tu me estás hablando en serio? No estás tratando de jugar a sonsacarme la verdad por mentira?
Yo: Acaso hay alguna verdad que no sepa... Yo lo dudo, porque te repito que ahora confío en tí...
Mi esposa no podía creer, o tal vez no lo quería aceptar. Estaba en sus manos nuevamente el futuro de su empresa, pero de igual forma estaba jugándose nuestro matrimonio. Mi esposa es muy inteligente y claramente comenzó a sopesar todo lo dicho, podía ver como su mente volaba en esos momentos.
Carla: Esto es porque quieres follarte a mis amigas verdad? Es eso lo que quieres...
Me lo dijo tranquila, sin exaltarse, era una pregunta con la intención de tener la verdad entre sus manos y de esta manera poder decidir; no trataba de juzgarme, al menos no lo entendí así. Pude sentir que ahora ella es la que confiaba en que yo iba a decir la verdad, por dura que esta fuera.
Carla: ... no me malinterpretes, si es lo que quieres creo que incluso tienes el derecho a ponerme los cuernos del mismo modo que lo hice yo, pero quiero saber que te motiva...
Yo: No niego que esa es una motivación, pero no lo hago para satisfacer mi orgullo de hombre engañado... Si yo hubiera querido buscar desquite lo habría hecho desde antes y no precisamente con tus amigas... Yo lo hago porque no podría ver como después de un tiempo te echas la culpa de que todo el esfuerzo que desperdiciaste y que ahora tienes que empezar nuevamente. Ahora tal vez no lo veas, pero estoy seguro que si te alejas de la empresa o si la pierdes te afectará muchísimo.
Carla: Entonces lo haces por mi...
Yo: Si... por ti, por la mujer que amo y que la quiero ver feliz. Y para que mentirlo, por mi también, para poder mirarme en un futuro y al menos con tus amigas y conmigo mismo no pasar como un cornudo.
Carla: Yo... también había pensado en la idea de volver a acostarme con Santiago; primero con la idea de ocultártelo pero inmediatamente lo deseche no quería engañarte nuevamente, después me vino la idea de engañar a Santiago, dándole dilaciones o excusas para no llegar al sexo, pero me di cuenta que no funcionaría; claro está última te lo iba a contar y esperaba que me puedas entender.
Carla: ... después de eso pensé si tú realmente aceptarías esto, ya que si con Santiago no tendríamos sexo, al menos abrazos y besos si habría, por tanto no lo seguí pensando porque nunca supuse que lo aceptarías y que seguramente si solo llegaba a proponer el tema, este me acarrearía una pelea monumental contigo... Por eso eliminé cualquier opción de estar con Santiago y ya no la volví a pensar tan siquiera en ello, mucho menos pensé involucrar a mis amigas.
Carla: Ahora vienes y me desbaratas mi razonamiento, ya que nunca creí que tú podrías estar de acuerdo en algo parecido a esto...
Yo: Bueno no digamos que de acuerdo... yo solo quiero dos cosas; que seas feliz a mi lado y que me seas leal y sincera... Y por su puesto yo quiero ser feliz contigo y como podrás notar en este dialogo, te soy leal y sincero al querer que tú seas quien decida todo sabiendo que estaré a tu lado siempre... Que necesitaremos grandes esfuerzos para conseguirlo, pues no cabe duda, pero siempre que estemos juntos podremos salir adelante.
Yo: Ahora sabiendo esto, te pregunto nuevamente. Te acostarías nuevamente con tu ex, para salvar tu empresa.
Carla: Bueno... me volvería a acostar con Santiago, pues mi respuesta es que si... Y para ser de igual forma sincera, ya sabes que no solamente lo hubiera hecho para salvar mi empresa, ya que como sabes él me atrae mucho...
Carla: Y tú, te acostarías con mis amigas, como parte del trato...
Yo: Como parte del trato, si lo haría... Y siendo de igual forma sincero, incluso fuera de trato estoy seguro que me encantará follármelas.
Mi esposa me abrazó durante al menos un minuto, sabía que la amaba y sobre todas las cosas buscaba su felicidad y también la mía, aunque por ello tengamos grandes esfuerzos que hacer. Ella de su parte, nuevamente enredarse con Santiago, que pese a que a Carla le gustaba sexualmente, yo sabía que no era el hombre con el que quería estar sentimentalmente; adicionalmente Carla debía sobreponerse a que el hombre que realmente amaba empiece a follarse a sus amigas de toda la vida ante sus ojos. Yo de mi parte, tendría que soportar el saber que mi esposa era follada por su ex, el que en palabras de mi propia esposa "le saltaba chispas" cuando se la follaba, pero claro está, ahora tendré el bálsamo de poder follarme a esas hermosas amigas de mi esposa.
Inmediatamente nos besamos apasionadamente, un fuego interior se encendió entre nosotros y casi sin decir más palabras al respecto terminamos la cena y regresamos a casa. Claro que apenas al cruzar la puerta, esa oleada de calor nos abrazó y nos obligó a besarnos, acariciarnos y desnudarnos en la misma sala. No hubo reparos ni mezquindades, esa noche tuvimos para mí el mejor polvo de nuestras vidas, no hicimos el amor, aquello era únicamente el desencadenamiento de un hombre y una mujer que se gustaban y que se entregaban sin reservas.
Besé todo el cuerpo de mi esposa, bebí todos sus manjares y escuche todos sus orgasmos. Ella de igual forma besó mi cuerpo, tomó todo mi néctar y disfrutó mis más fuertes envites el momento de cada orgasmo. Esa noche empezaba un nuevo nivel en nuestra relación y lo festejamos como se debía, con un tremendo orgasmo. Así sellamos el acuerdo al que habíamos llegado, uno sin palabras y sin aclaraciones, los dos sabíamos que era lo que iba a suceder y realmente eso nos hizo explotar nuevamente en una lujuria sin límites.
Al día siguiente Carla había llevado la noticia de la decisión que "ella" tomó a sus amigas, de lo que me supo contar después, ellas aunque contentas y entusiasmadas por el hecho de poder seguir con la empresa, habían demostrado su inquietud a viva cuenta de que ahora las tres tendrían que pagar con su cuerpo el poder seguir con su sueño en la empresa. Mi esposa me contó que Lorena lo había tomado decididamente y que le había dicho que si mi esposa podía hacerlo pues ella también. A Sofía la noticia no le preocupó mucho y más se concentró en la alegría de poder seguir operativas con la empresa. Ahora solo faltaba volver a enganchar a Santiago al juego, claro está sin tener que decirlo abiertamente ya que la idea original era engañarlo haciéndole pensar que Carla me seguía engañando con él, ya que al fin de cuentas mi esposa no era ninguna puta y había que guardar las apariencias.
En la noche y tras haberme puesto al tanto de las reacciones de sus amigas, Carla me pidió que le haga un masaje mientras estábamos recostados en la cama, yo como buen esposo me dispuse a satisfacer a mi amada esposa, así que tomé un bote de crema y mientras ella se colocaba boca abajo y como única prenda un tanga yo me senté encima de sus piernas para poder tener mayor facilidad de acceso a su cuerpo.
Carla: Desde mañana voy a comenzar a asistir a las reuniones para el nuevo proyecto... Seguramente mañana mismo me encuentro nuevamente con Santiago...
Yo: Seguramente... creo que tú ex asiste a todas esas reuniones...
Mis manos untadas de crema acariciaban ya toda su espalda, centrándome en el centro de columna pero desplazando mis manos a los costados de su torso apenas deslizando mis meñiques por el inicio de sus senos hasta terminar en su cintura para volver a empezar.
Carla: Claro, él es quien dirige la mayor parte de las coordinaciones mayores... seguramente mañana mismo me pide salir a alguna parte... Pero creo que me voy a resistir un poco... no tengo la misma predisposición de antes.
Yo: No lo sé, eso es completamente tu decisión...
Carla: Seguramente para el viernes si acepto salir un momento... Tienes algún inconveniente...
Yo: No, ninguno... Bueno, tal vez es un poco apresurado... Pero es ridículo pensar que no pasará nada si ya no es cuestión de dar el primer paso...
Al inicio cuando me habló de su ex, la incipiente erección nacida de acariciar su cuerpo se deshizo como una simple idea, ella estaba ya pensando en lo que sería nuevamente estar con él y eso me producía malestar, pero obviamente no podía decírselo puesto que se arruinaría el momento y seguramente pondría dudas en su mente, aunque para ser sincero; ya veía las dudas en sus ojos, podía ver su nerviosismo al tratar el tema, sabía que cada palabra era pensada muchas veces por mi esposa ya que observaba como medía mi reacción ante ellas, buscando cualquier indicio de enojo o molestia.
Carla: No lo creo... ya las cosas deben salir lo antes posible para poder terminarlas cuanto antes y poder pasar la página, no crees?...
Mis manos con una carga nueva de crema ahora se deslizaban completamente por su cadera, sus piernas y sus glúteos, acariciándola hasta el borde de la tanga. Carla sin dejar de hablar alzó su cadera dejando su colita en pompa, en claro mensaje de que saque esa barrera que impedía su desnudes.
Carla: Creo que también deberías invitar a alguna de las chicas el día viernes, así no tendrás que pasar solo, mientras yo ... bueno tu sabes.
Solícito a su invitación tomé el tanga con dos dedos y empecé a bajarlo por entre sus piernas que al momento se encontraban suaves y distendidas, tras el pequeño masaje ofrecido. Tras ese comentario mi miembro recobraba su fuerza, no se si por la imagen de mi esposa o la idea de que sus amigas han de venir a consolarme.
Carla: Esas manos son exquisitas... pero seguro tienes algo que hace maravillas...
No respondí, deslicé mis pantalones quedando de igual forma desnudo en la cama, aproximé mi torso a la descubierta espalda de mi esposa colocando mi boca justo entre su cuello y su oreja al tiempo que comencé a besarla... mis manos fueron acompasándose con sus suspiros y mi verga ya firme y briosa, se fue colando entre sus piernas justo en la entrada de su concha, que depilada esperaba húmeda la invasión de mi verga. Sentí como Carla abría sus piernas lo justo para que pueda colocarme en posición de penetrarla...
Centímetro a centímetro fui introduciéndome en su interior, gemido a gemido, temblor a temblor... Nos desbordamos en un mar de sensaciones y sentimientos, embestí con toda la fuerza que me brindaba mi cuerpo, mordí su espalda y arañé sus caderas, una fuerza inusitada me inducía a follar a mi esposa con la mayor pasión y deseo. Hasta que al fin, el momento justo del orgasmo, en ese último segundo donde la muerte y la vida se vuelven una, casi sin fuerza y en un trance de los sentidos escuché o me imaginé...
Carla: Oooooh siiiii.... siiiii .... aaaaaah Santiiiii.....
Mi esposa había acabado junto a mí, al ritmo de mis envestidas, con la fuerza de mis manos sujetando sus caderas, con mi boca mordiendo su oído, con mi verga muy dentro de su concha... con la imagen de otro hombre en su cabeza...