Engaños e Intercambios 12 - Final

El fin de todo, siempre es el inicio de una cosa diferente. Muchas Gracias por leerlo y lamento haber tardado tanto.

Las cosas con ese par quedaron zanjadas y por demás beneficiosas ya que al hacer reaccionar a Enrique sobre el papel que debe cumplir como esposo, lo más importante era el que su esposa esté segura de que su marido realmente si le importaba y que estaba dispuesto a moverse de su estado de comodidad a otro donde las aventuras y digamos incluso los deslices se encuentren permitidos y a su vez brinden una mejor relación entre ambos.

Enrique había estado desecho por el engaño de su esposa, pero también había tenido algún que otro desliz en estos años de casado, por lo que le ayudé a que pueda darse cuenta que su esposa aún lo quería y se interesaba por él, ya que si no hubiese sido así, apenas y se hubiera enterado de todo, mientras que por otro lado fue ella misma quien se lo contó. Eso me permitió poder abrir sus ojos a las posibilidades e ideamos el plan de poder crear una situación de stress en Lorena para que pueda abrirse la posibilidad de un entendimiento.

Al inicio Enrique no quería tener nada que ver con armas y por un acaso yo tampoco, así que compramos una de juguete bastante parecida a las originales y que nos daba toda la tranquilidad de no tener problemas. Por otro lado el tener que follarme a Lorena era parte del plan y aunque Enrique resintió el tema, mi insistencia se debía a que él debía quedar como conciliador e incluso con un par de cuentas por cobrar a Lorena; que seguramente serían pagadas posteriormente con otras "concesiones" de su esposa.

Pese a que por dentro sabía que las cosas con mi esposa habían llegado a un punto de inflexión del que no habría retorno, me sentía bien y contento, ya que con esto me quedaba la puerta abierta para en un futuro poder seguirme follando a Lorena, ahora sí con la complicidad y beneplácito de su esposo. Ahora, antes de poder seguir adelante con mi vida, tenía que cerrar un tema fundamental; que nos iba a suceder a mi esposa y a mí.

Era las 12:00 de la noche pero aún me encontraba caminando por la acera, de camino al coche pero sumergido en mis pensamientos, cuando un nuevo mensaje de mi esposa me despertó del letargo y me brindó la oportunidad de que esta noche aún sea más productiva. En el mensaje me decía que se habían ido a tomar unas copas y quería saber si le molestaba que fueran a nuestro apartamento. De mi parte me la jugué y le dije que yo estaba llegando allá, ya que se había presentado un problemilla con Lorena, nada importante, pero que ya estaba casi en la puerta. No contesté inmediatamente, para poder aprovechar el tiempo e ir al auto y dirigirme a toda carrera para mi casa.

Cuando apenas estaba entrando, me llegó un nuevo mensaje indicándome que no había problema; que habían decidido ir a casa de todas formas y que adicional me tenía una "sorpresita". A pesar de que su último mensaje me heló la sangre, me armé de valor y contesté que si quería que arregle algo para poder seguir en la juerga, ya que de mi parte también me había quedado muy enganchado y quería continuar. Carla melosamente me lo agradeció y por tanto me dio tiempo para armar todo lo que necesitaba para seguir con la "fiesta".

El aparcar de un auto me indicó que todo iba a comenzar, por lo que tras inyectar a mi sangre una buena carga de alcohol mediante un tequila que había destapado, encendí todo y me dispuse a tomarlo todo con la mejor predisposición. Pero como iba a prepararme para tremendo asalto a mi sano juicio, ya que tras unos minutos de espera entraban por la puerta dos parejas tomadas por la cintura y con claros signos de haberse pasado en buena manera en la ingesta de alcohol.

Carla: Hooola mi amor... que bueno que nos hayas esperado.

Santiago: Y encima más con unas copitas Žmás... que buen anfitrión eres...

Mi esposa se había lanzado unos segundos hacia mí, dándome un excitante beso, que había dejado a la otra pareja un poco cortada con el rollo que seguramente habían visto antes.

Carla: ... Vengan chicos... sigan...

Carla: ... Mi amor, te presento a... Sebastian, si, si...

Carla: ... Sebas, este es mi esposo, ya te había comentado algo de él verdad?

Sebastian: Hola que tal... Un ... gusto...

Sofía: ... Hola, lamentamos llegar a esta hora...

Carla: ... Mira esta parejita que nos encontramos en la disco y los hemos invitado que nos acompañen...

Las parejas se sentaron una frente a la otra, dejándome en el centro en un taburete de relleno. La situación me había sobrepasado al menos inicialmente, ya que no había podido imaginar que esa escena sería posible. Me recompuse un poco y como buen anfitrión, inicié el proceso de acoplamiento del escenario, pese al fastidio que me dio inicialmente, pude recomponerme y seguir adelante.

Yo: … pues menuda juerga en la que se debieron haber metido... los veo a todos bastante mareados ya... No creo que me aguanten mucho más...

Santiago: ... no lo creo, ya nos entonamos bastante bien, pero aún nos falta mucho para quedar fuera de combate... Aparte de que me la debes ya que la última vez me dejaste completamente fuera de combate; pero esta vez te aseguro será completamente diferente...

Yo: Pues de eso no cabe duda, ya desde hace un rato todo ya es muy diferente...

Mientras tanto, mi esposa había estado merodeando entre las cosas que había tenido preparadas; más bien pedido para que entreguen; así encontró algunas botanas y tres botellas de tequila sin abrir.

Carla: ... Que tienes por aquí? Ajá... esto nos puede ser de mucha ayuda. Mi amor, ven y ayúdame a preparar todo esto.

Yo: ... claro, vamos que te ayudo...

Dejamos a sus invitados en el salón, mientras que los dos nos juntamos en la cocina. Inmediatamente tras ingresar, Carla me asaltó nuevamente y lanzándose a mi boca me besó candentemente, estaba completamente salida y excitada, trataba de tocarme por todas partes y hacer que yo haga lo mismo. De mi parte intenté llegar al mismo estado de desesperación, pero en un momento dado me separé de ella, dejándola un poco a un lado y apartándome hacia las cosas que tenía compradas.

Yo: ... Ayúdame con todo esto para que puedan seguir con la juerga...

Carla: ... ven mi amor, si la fiesta es contigo también... no quiero que te apartes de mi... esta noche será muy especial y creo que con ella podremos cerrar este capítulo y abrir otros mucho más interesantes, pero sin ti no tiene ningún sentido... No me dejes sola...

Mi esposa me había tomado de la mano, ya en sus ojos no podía ver la lujuria que inicialmente emanaban, me mostraba su rostro de niña buena, de mujer amante y de compañera comprensiva y conciliadora. Todo esto y el saber lo mentirosa que podía ser, me llenaba la cabeza de escenas contradictorias. Pero me dejé estar y seguí con la reunión, indicándole a mi esposa que estaba acuerdo y que todo iría bien.

Carla: Verás como todo resulta muy bien mi amor... Yo sé que no estás acostumbrado a estas aventuras, que estas muy ansioso y creo que incluso tienes algo de temor, pero te aseguro que no es más que un juego mi amor... quiero que tú te sientas cómodo y realmente disfrutes de todo lo que suceda.

Yo: ... Pero que tienes en mente?

Ya mi preocupación se había incrementado terriblemente, con el solo hecho de que me diga que no me preocupe, pero traté de mantener la calma y seguir adelante, mentalizándome que de igual forma incluso podría disfrutar de todo lo que ocurriría esa noche, la última noche. Lo realmente bueno era que tras mi polvo con Lorena, no me costaría mantener un poco más la calma y seguramente la sangre fría ante cualquier exceso al que me sienta avocado.

Carla: ... tengo que decirte algo muy importante mi amor... Esta es la última noche que nos acompaña Santiago, le han confirmado del Banco su retorno a las oficinas matriz para la próxima semana y por tanto al menos por un tiempo más solamente seremos nosotros...

Yo: ... que? entonces estamos despidiéndolo o algo así? ...

Carla: ... si mi amor, me lo acaba de confirmar esta noche, por lo que pensé que esta noche sea especial, un tanto para él y también para nosotros, que con todo lo sucedido creo nos hemos fortalecido como pareja y ahora nuestra vida juntos será mucho más excitante...

Yo: ... estás segura de esto? ... mira que tal vez esta noche no sea una compañía tan buena...

Quería dejarlos, saber que esta noche mi esposa quería aprovechar su última oportunidad de estar con Santiago y conmigo al mismo tiempo me daba un cierto hormigueo que hacía presentir algo no muy bueno, pero tampoco quería y no debía aguarles esta fiesta en el salón de mi casa.

Carla: ... claro que si mi amor, sin ti no tiene sentido, solo te quiero pedir que te dejes llevar, no tengo nada planeado en firme, pero creo que las cosas pueden salir muy bien considerando que Sofía y su chico han venido también... Déjate llevar que esta noche todo puede suceder...

El saber que Santiago, al menos momentáneamente, saldría de nuestra vida me abrió la puerta para que pueda indagar cuales eran realmente las intenciones de mi esposa, consciente de que ella consideraba que yo iba a seguir de acuerdo con sus intenciones de mantenerme como su marido consentidor, que permitiría que siga follandose a su amante después de todo.

Me resigne a seguir adelante y besé a mi esposa con una suave mordida a su labio inferior y antes de llevar las botanas, le di un cariñoso cachete en su como siempre precioso glúteo. Me encantaba sentir el placer y sorpresa que esa caricia que le generaba a mi esposa, su bello rostro siempre se volteaba a mirarme con una mezcla de enfado y picardía que tanto me enloquecían. Salimos a la sala y todo se relajó de a poco, mientras consumíamos lo que llevábamos y aumentábamos un poco más el alcohol.

Carla me había sentado en el sillón grande y se había acomodado sobre mis piernas, dando un claro espectáculo de sus hermosas piernas. Por otro lado, Santiago se encontraba con una copa en la mano y una mirada chulesca que no daba crédito de la suerte que tenía. Por otra parte, estaba Sofía y su acompañante a quien no conocía, que aunque no lo presentó como su novio, seguramente era algún chico que salía con ella de a menudo, ya que se lo notaba bastante relajado con ella e incluso relajado con todo lo que ahí se veía.

Estábamos conversando algo amenamente y claro, las piernas descubiertas de mi esposa hacía que los dos chicos se fijen claramente en ellas, mientras que yo, al estar fuera del rango visual, me dedicaba a acariciarlas y eso sí, me daba modos para poder espiar el despliegue de movimientos que Sofía hacía de su parte al otro lado de la sala, que aunque estaba muy acaramelada con su pareja, no dejaba de mirarnos.

Carla: ... y... porque no bailamos algo más movido eh!!

Sofía: ... si, si... estos chicos nos han dado ya tanto licor que estoy suponiendo nuevamente nos vamos a emborrachar.

Carla: Pues... tú ven conmigo...

Yo: ... Claro...

Me levantó del sillón al tiempo que sonaba una música movida, aunque permitía bailar pegados. Casi al instante, nos acompañó en la pista Sofía y Sebastian, ellos bailaban suavemente, de igual forma muy acaramelados. Al tiempo Santiago únicamente nos observaba como el cazador al cervatillo, su mirada nos mostraba su ansiedad, pero si su decisión de llevar las riendas de esta situación, que a esas alturas del juego no sabía en qué iba a terminar.

Poco a poco íbamos entablando una escena bastante extraña, ya que un pase y otro, acabé bailando ahora con Sofía, que al instante se había puesto muy cariñosa conmigo, sobándose y dejándose sobar con total descaro, mientras me susurraba directamente al oído con esa voz tan sensual que tenía, cosa que entendí le encanta hacerme cada vez que estamos juntos.

Sofia: ... Que rico poder volver a esta así junto a ti... Espero que me hayas extrañado mucho...

Yo: ... pues veo que te han tenido bien atendida, no creo que me hayas extrañado mucho...

Sofía: ... no te preocupes mi amor, ya sabes que solo soy tuya... pero como no siempre me atiendes, tengo que aplacar mis necesidades con algún amigo... ya sabes...

Yo: ... pues cuando quieras... tú solo me lo dices y te puedo ayudar con cualquiera de tus necesidades...

Ya para ese momento mis manos acariciaban el cuerpo de Sofía, no me importaba lo que su amigo tuviese que decir, lo único que hacía era dejarme llevar por las circunstancias y pasarla bien al menos por el momento. Por su parte Carla había llamado al baile a Santiago que junto con Sebastian la tenían en el medio de ambos, aprovechando para sobarla y besarla descaradamente. Observar a mi esposa en manos de dos hombres me llenó de un sentimiento extraño, una mezcla de rabia, pena y porque no decirlo excitación, claro mezclada intensamente con los roces que Sofía me propinaba.

Sofía: ... en serio?... Mira que puedo llegar a necesitar muuuuchas cosas...

Yo: ... pues me las dices y de seguro te puedo dar todo lo que necesites...

Sofía: ... ok, entonces es un trato... y mira que te haré cumplirlo...

Yo: Cuando tú quieras preciosa...

En ese momento siento como Sofía me fue empujando hasta quedar junto a mi esposa y así sin dar apenas traspié, hizo que Sebastian se ubique a la espalda de Sofía, quien hábilmente tomó sus manos y mientras me miraba a los ojos las posó directamente en sus senos. Por un minuto Sebastian estuvo besando el cuello y el oído de Sofía, mientras que ella aferrada a mi cuello, impedía que me separara de ella. En un momento dado, se separaron y Sofía tomó mi cabeza al tiempo que sacaba su trasero para que Sebastian se lo sobe con toda diligencia.

Sofía: ... esta noche me vas a follar?... O vas a dejar que mi amigo se aproveche de mi?...

Yo: Puedes estar segura que esta noche te la voy a clavar con toda mi fuerza... de esta casa no vas a salir sino bien follada.

Sofía: ... entonces vas a dejar que a tu mujercita se la follen entre estos dos tíos que están aquí?...

Sofía: .... o crees que podrás follarme junto con este chico, a ver si realmente me dejan satisfecha...

Por un segundo regresé a ver la escena que interpretaban Santiago y Carla, quienes ya besándose descaradamente en la pista no hacían otra cosa que meterse mano por todos lados. En un momento dado pude ver como mi esposa miraba a Santiago, lo miraba expectante y completamente entregada a sus caricias y sus atenciones, apenas y nos regresaba a ver; pero pude entender claramente la veneración y pasión que sentía por él.

Yo: ... eres una puta... pero así me gustas... Ya veremos cómo terminas follada, pero que lo haces no hay duda...

Las cosas no podían estar tan claras, Carla me estaba ofreciendo un mar de nuevas sensaciones a cambio de que las cosas con su amante no cambien, pero ni ella ni yo éramos los mismos ya esa noche y como ella mismo me dijo... esta noche todo puede suceder.

En ese instante Sofía se abalanzó contra mí, pero únicamente empujándome, besándome y lanzándome de frente a la espalda de Carla, que abrazada de Santiago, seguía besándose y sobándose indiscriminadamente. Apenas y me impacté con su cuerpo, mis manos corrieron automáticamente a su cintura, chocando en algo con las de Santiago, que recorría sin cesar las curvas de mi esposa.

Carla: mmm... te estaba esperando...

Santiago: ... pensé que habías olvidado atender también a tu esposa...

Carla: ... mi marido nunca me desatiende... pero no te preocupes mi amor, Santi me ha tenido entretenida, aunque uno nunca sabe siempre es posible necesitar ayuda...

Mi esposa de su parte se había reclinado sobre mi pecho, dejando su cabeza en mi hombro y buscando mi boca en forma furiosa. Me apoye firmemente en su cadera y apegué mi cuerpo al suyo, de manera que de igual forma pude comenzar a acariciarla por sus senos mientras que su amante recorría con su boca toda la extensión de su cuello. A pesar de que el roce con Santiago me producía un completo rechazo, traté de mantener despejada mi mente y dejarme llevar, por lo que correspondí en todo a Carla y entre los tres formamos al unísono un mismo baile de caricias besos y roces.

Unos minutos más y la imagen de la escena me sobrepasaba, estábamos dos parejas y media en un mar de caricias y lujuria que iba ser muy difícil de frenar. Pasados unos minutos, de caricias y roces, Carla se había puesto frente a mí, dando la espalda a Santiago y obviamente facilitándole la tarea de sobarse a su trasero, que su amante no desaprovechaba para sobárselo. Después de unos minutos en esa posición y tras una señal de mi esposa, Santiago pasó a seguir su morreo con Sofía y Sebastian; dejando a mi esposa abrazada a mí y besándonos muy intensamente.

Carla: Este baile me ha dejado completamente excitada... y veo que también a ti...

Yo: No es para menos... hemos estado muy fogosos y creo que entre tú y Sofía me han dejado completamente empalmado...

Carla: Pues espero que haya sido más por parte mía eh!!!... de lo contrario creo me pondré celosa si es mi amiga quien te calienta más...

Mi esposa bailaba conmigo muy acarameladamente y con claras muestras de seguir llevando el juego adelante, creyendo ahora engañarme nuevamente con su idea de que las cosas entre nosotros estaban bien y que saldríamos fortalecidos como pareja de esta experiencia. Pero yo ya no iba a caer en sus engaños, ella tan solo trataba de que cualquier cosa que se refería a su relación con su amante me resultara completamente natural y por tanto aceptara cualquiera que fuera. Mas a pesar de que lo único que quería era engañarme, debía reconocer que ella era una parte fundamental en mi vida, que la amaba y la odiaba al mismo tiempo; pero claro yo también había contribuido encontrarnos aquí, por lo que de igual forma me odiaba a mi mismo el no poder terminar con todo esto de una sola vez, y tampoco me sentía con las fuerzas de poder pararlo.

Carla: A la putita de Sofía ya le están dejando desnuda...

Yo: ... ya la veo...

Carla: Santiago le tenía muchas ganas... y creo que esta noche se le dará el poder poseerla...

Yo: y crees que lo logrará? Nunca la vi muy entusiasmada con él...

Carla: ... es cierto, no es su tipo... pero en cambio Santiago está loco por poder follarla... y creo que como va la noche lo va a conseguir...

Carla: ... pero bueno, ya veremos lo que si es no quedarnos atrás eh!... que esos tres ya están más que listos.

Veía como cuatro manos iban desnudando a Sofía al tiempo que un par de bocas devoraban su rostro, su cuello y sus senos; pero como un flash pude verla a los ojos, ella me miraba a mí, directamente buscando mis ojos, buscando mi mirada al tiempo de notar como esas cuatro manos se esforzaban en desnudarla. Sentir su mirada me perturbó, ella tal vez no había llegado aquí por algo que había planeado, pero lo que en ese momento pude presentir era que si permanecía aquí si se debía a que lo quería de esa forma.

A la par mis manos empezaban a desnudar a Carla, bajando el cierre de su vestido y dejándola apenas en un tanga y un finísimo sujetador, que más que ocultar sus formas lo único que hacía era hacer que se vuelvan más deseables. En ese instante los dos hombres que estaban frente a mí, habían ya desnudado completamente a Sofía y se intercalaban para desnudarse, sin dejar abandonada a su presa. Por otra parte ahora Carla procedía a eliminar toda mi ropa y dejarme desnudo; al final, hábilmente se había colocado a mi espalda, sobando sus senos y pubis a mi cuerpo y manteniendo su mano derecha bien sujeta y pajeando mi verga.

Santiago y Sebastian habían ya terminado de desnudarse y habían hecho que la amiga de mi esposa se siente al borde del sillón y dándonos un claro espectáculo hacían que Sofía realice una muy intensa y húmeda mamada alternadamente a cada uno de ellos, mientras que el otro aprovechaba para con su mano más cercana acariciar y sobar la suave y húmeda concha de la chica, que fruto de toda la excitación de la escena se encontraba ya muy lubricada.

Carla: uuuuuuy!... ese par se van a comer de lo lindo a tu putita mi amor...

Carla: ... ella siempre ha sido muy puta, pero ahora va a saber lo que es bueno... entre estos dos machos van a enseñarle lo que es una buena follada...

Carla: ... pero no te preocupes mi amor, si después de que se la follen, tú también lo deseas, ten la seguridad que ella no rechazará una nueva verga el día de hoy.

Yo: ... y acaso tú no quieres probar lo que es que dos hombres también te follen?

Carla: ... pues claro que me encantaría mi amor, pero y tú? acaso quieres participar con otro hombre para que juntos me posean?... o lo que quieres es ver cómo me montan esos dos?

Yo: ... quiero verte... quiero ver como esos dos machos te toman y hacen de tí lo que quieren...

Carla: ... ujujuy no te conocía tan salido mi amor... pero como te amo y te quiero feliz, te voy a complacer...

Estábamos acariciándonos y besándonos al tiempo que esta plática se tornaba cada vez más descarada; por un lado pretendía que Carla se lo montase con ambos chicos y por otro quería tener un rato más a Sofía entre mis manos. Todo caía en beneficio del plan, pero el ver a Carla entre dos hombres era algo que no estaba entre mis más húmedos deseos, pero la idea y la imagen me vino a la cabeza y me inundó completamente, llevándome a un estado de excitación único.

Pese a nuestras intenciones, tanto Sebastian como Santiago habían ya colocado a Sofía en medio del sillón y ubicándose Sebastian en la cabecera, ofreciendo su verga completamente ensalivada a que sea atendida por la deliciosa boca de la chica, mientras que Santiago ubicado en el otro extremo estaba presto para comenzar a follarse a Sofía, que atenta a sus movimientos mostraba y elevaba su grupa para que sea más apetecible al hombre que se disponía a penetrarla.

Santiago: ... mira mi amor... esta putita ya está chorreando y pidiendo a gritos que me la folle...

Carla: .... siiiiii, tienes que dejarla bien folladita, no vayas a dejarme en ridículo, mira que siempre he alabado tus habilidades como amante...

Santiago: ... por supuesto que no... te aseguro que después de esta noche vendrá siempre a pedirme que la llene con mi verga... Tal vez así esté completamente satisfecha y no ande follándose a los maridos de sus amigas... jejeje.

Esa clara alusión me llegó justo a la herida, ya que se supone que ahora Sofía era quien sucumbiría a los artes del amante de mi esposa, que como ella misma había comentado, le hacía sacar chispas cada vez que estaban juntos. Y creo que en ese momento lo entendía, la imagen de macho triunfador que proyectaba Santiago era lo que hacía que mi esposa y muchas otras mujeres lo consideraran mucho más de lo que realmente era. Seguramente ahora Sofía iba a caer fruto de esos encantos, pero ya no me preocupaba, tras esta noche nada sería igual y si todo debería caer, pues que lo haga completamente.

Un fuerte gemido llenó el salón el momento que Santiago penetró la chorreante concha de Sofía, él había tomado por la cintura a la que desde hace poco era también mi amante y con toda la parsimonia comenzaba sus embestidas hasta lograr que su verga se pierda completamente en el cuerpo de Sofía. Al otro lado, Carla me había lanzado a otro sillón y se había colocado a horcajadas sobre mí, clavándose sin miramientos mi verga hasta lo más profundo de su concha, que en ese momento y fruto de toda la excitación se mostraba completamente inundada.

Sentir los fuertes golpes de cadera que mi esposa me propinaba al tiempo de ver de refilón a Sofía como mansamente mamaba la verga de Sebastian y por otro lado era embestida ferozmente por Santiago me estaba llevando a un punto de no retorno que trataba de evitar a como de lugar; pero tras luchar algunos minutos, me descubrí con la mirada fija al trío que se desarrollaba frente a mis ojos y pude comprobar cómo Sofía tenía un orgasmo de antología en manos de sus dos amantes, aquello si fue más de lo que podía controlar y exploté dentro de la húmeda conchita de mi esposa que igualmente agitada destrozaba mi verga con su movimiento de cadera pero sin lograr aún tener su orgasmo.

Carla: ... que rico mi amor... me has dejado completamente inundada... pero me has dejado con ganas de más...

Carla: ... será mejor que te recuperes pronto corazón... porque ese par acaban de hacer correr a tu putita y seguramente vienen por mí... jajaja.

Esto me decía Carla al tiempo que notaba claramente como mi hasta hace un minuto firme verga, perdía su potencia y salía de su entrepierna. De mi parte podía ver claramente como Sofía se había quedado exhausta y desmadejada boca abajo en el sofá, haciendo de igual forma que sus dos compañeros se detengan en sus intentos de seguir cogiéndosela.

Santiago: ... creo que hemos fundido a esta putita... Yo me voy a tomar un descanso, pero tú puedes continuar con Carlita, que según noté, no terminó y seguro tiene ganas de más verga...

Sebastian: ... será un placer... ven conmigo nena, verás cómo te dejo bien atendida...

Carla: ... mi amor - dirigiéndose a mí en un tono realmente mimoso y de niña mala - verdad que no me vas a dejar que me lleve este hombre? Porque me va a hacer cosas muy malas mi amor... no dejes que me lleve...

Decía eso mientras se levantaba de encima de mí y tomaba la mano del chico. Era clara la intencionalidad, ella intentaba picar mi hombría, pero tras una corrida tan reciente, no me era posible nuevamente atender a mi esposa. Y tal vez incluso no lo quería hacer. Carla y Sebastian se fundieron en un beso apasionado en el medio del salón, mientras el resto y desde distintas posiciones éramos testigos del encuentro.

Tras unos segundos, ya habían adoptado una posición más cómoda, arrodillándose ambos detrás de la mesita de centro y haciendo que mi esposa se acomode recostando su torso en la mesa dejando sus piernas abiertas al borde de la misma, de esta forma permitía que Sebastian se acomode a su espalda y proceda a penetrarla mientras sujetaba su cabello y su cadera. La visión era sumamente erótica, por lo que nuevamente comencé a excitarme, pero ahora estaba ya solo en el salón y por el momento solo me quedaba mirar.

Los fuertes golpes de cadera que Sebastian propinaba a mi esposa se mezclaban con los gemidos que ella emitía, invitando a los espectadores a disfrutar de una muestra de lujuria y erotismo. Pero una nueva escena capturó mi mirada cuando vi como Santiago se acomodaba a la espalda de Sofía, quien tras el orgasmo obtenido se mantenía boca abajo en el sofá principal, Santiago aún no se había corrido, por lo que mantenía su erección al máximo y no quería dejar de aprovecharla.

Tan pronto como Santiago se acomodó a la espalda de Sofía, tomó una almohada y colocándola en su cadera, hizo que levante su apetitoso trasero aún más, mostrándolo completamente empinado y listo para ser penetrado. Pero Santiago no se apresuró y acariciando las piernas y espalda de la chica, susurró unas palabras a su oído, recibiendo una afirmación de su parte. Tras esta confirmación Santiago colocó su mano en la boca de Sofía, quien en un acto reflejo, depositó una buena cantidad de saliva, que Santiago no desperdició y untó los orificios de Sofía, dejándola completamente encharcada.

Mi corazón comenzaba a palpitar intensamente, mientras veía como Santiago iniciaba la penetración, al principio pensando que era su jugosa concha, pero al notar el rictus que tomaba el rostro, pude afirmar que estaba enculando a Sofía. No podía dejar de ver como la cadera de Santiago hacía fuerza para poder penetrar cada vez más profundamente el cuerpo de Sofía, que mansamente levantaba la cola para que la penetración pueda ser aún más profunda. En un momento dado, retomé conciencia y miré el rostro de Sofía, que en un indicio del claro malestar que estaba sufriendo, no dejaba un minuto de mirarme, entregada a otro hombre y de igual forma pendiente de mí.

Unas cuantas embestidas fueron suficientes para que Santiago se descargue completamente en el precioso culo de Sofía, por lo que con fuertes envites y un gruñido gutural descargó profundamente su cimiente. Eso hizo que de igual forma los envites que recibía en ese momento mi esposa fueran aún más fuertes, haciéndola estallar en un orgasmo fuerte y espasmódico, acompañado nuevamente por la descarga que Sebastian realizaba en su concha. Sofía de su parte se había reincorporado y tras un minuto en el baño había vuelto igual de bella y con aire de que aquello no iba a terminar ahí, por lo que sentándose a mi lado agarró mi verga que nuevamente estaba completamente erecta tras el grandioso espectáculo.

Sofía: ... por lo que veo te gustó el show? jejeje.

Yo: No sabes cuánto, todo ha resultado completamente increíble...

Sofía: ... puedo sentirlo, te vi observarme muy atentamente... Hubieras querido ser tú el que me enculaba?

Yo: ... claro que si... y creo que no desperdiciaré la oportunidad si se presenta...

Sofía: ... pues no creo que tengas que esperar demasiado, ya que esto no es más que un respiro... jajaja...

En ese instante volvían del baño los otros tres participantes, que en conjunto habían ido a refrescarse un poco. Pude ver como mi esposa, sujeta de la cintura de Santiago y de la mano de Sebastian se disponía a sentarse entre los dos hombres. Al sentarse, tomó con cada mano una de las vergas que esa noche habría de probar y procediendo a pajearlas suavemente iba haciendo que sus respectivos dueños vuelvan a tomar fuerza.

Carla: ... amiga, no puede ser que ni entre tres chicos puedan satisfacernos completamente...

Sofía: ... ya no los hacen como antes... jajaja.

Carla: pero estos no es que nos van a dejar así... todas calientes y listas para todo... esta noche nos van a cumplir...

Sofía: eso si... si no quieren que vayamos a buscar más, tendrán que recuperarse muy pronto...

Todo ese tiempo habían estado pajeandonos lentamente, haciendo que nuestras vergas vayan creciendo y retomando su esplendor. Sofía inclinándose un poco había iniciado una increíble mamada conmigo, mientras que alternándose uno a uno, Carla hacía lo propio con los otros dos partícipes. Un par de minutos después, ya estábamos nuevamente listos para cualquier combate, pero las intenciones de estas chicas nos habrían de llevar por otros derroteros.

Carla: ... vengan chicos, no sean tímidos... Acérquense que ya saben que no mordemos...

Carla: ... Santi, que tal si ahora esperas un momento tu turno...

Sofía me tomó de la mano y haciéndome sentar junto a Sebastian en el sillón principal procedió a sentarse a horcajadas sobre mí, haciendo que mi verga se inserte directamente en su concha, que nuevamente se encontraba completamente dispuesta para el combate. Al mismo tiempo Carla había realizado un movimiento idéntico, clavándose la verga de Sebastian, que cual amante deseoso, se encontraba nuevamente listo para satisfacerla.

Carla: ... que delicia... verdad amiga... Esto sí es vida...

Sofía: ... si Carlita, así es como unos verdaderos hombres atienden a unas damas como nosotras...

Carla: ... pero yo me siento algo desatendida... y creo que aún un chico no tiene ninguna tarea... Ven aquí Santi, enséñales como hacerme gritar...

Santiago atento a la jugada hizo un amague de pegarse a un costado de Carla, que viendo sus intenciones, lo destinó a una misión diferente. Así, su amante se ubicó detrás de ella y tras una fuerte descarga de saliva en su mano, procedió a lubricar y dilatar el apretado esfínter de mi esposa.

Carla: ... uuuuuy amiga, creo que me gané la lotería y voy a cobrar doble o nada...

Sofía: ... pues el premio que te tocó va a reventar tu monedero amiga... jajajaja.

Carla: ... y yo que nunca me he ganado nada... será mi primera vez... jajaja

Carla comenzó a sentir la dilatación que Santiago comenzaba a realizar por lo que entre jadeos y estremecimientos seguía cabalgando al chico que estaba sentado a mi lado. Por su parte el desgraciado de Santiago se había colocado entre nosotros y con su otra mano procedía a estimular el dilatado culo de Sofía, que al sentir esta atención se sobresaltó, apretándome intensamente entre su entrepierna.

Sofía: ... pues amiga creo que también compre boleto y me va a tocar un premio doble igual al tuyo...

Ambas chicas rieron, manteniendo el buen ambiente y por supuesto esperando expectantes quien iba a ser la primera. De mi parte podía sentir como Sofía me cabalgaba más intensamente, pero controlando sus movimientos, ya que suponía no quería que termine antes de tiempo. Tras un pequeño instante más, Santiago se decidió por probar el jugoso culo de mi esposa, que ansiosa esperaba su primera vez.

Podía ver como el cuerpo de Carla se estremeció al tiempo que Santiago enfilaba su verga directamente en el culo de mi esposa, que inmóvil esperaba mansamente ser empalada. Unos instantes más tarde y tras claras muestras del dolor que le provocaba, Santiago penetró todo lo largo que podía el culo de mi esposa, que claramente descompuesta no mostraba indicios de recuperarse de aquel tratamiento. Santiago se encontraba completamente inmóvil, pero sin aflojar la presión que mantenía al tener penetrada a mi esposa, esto claramente buscando que su culo se adapte a la tremenda arremetida que sufría, tras un par de minutos más, en el que el ambiente era totalmente expectante, mi esposa comenzó a aflojar su cuerpo, dando señales inequívocas que sentirse a gusto ante la doble penetración que le brindaban.

Por otro lado Sofía que se mantenía completamente expectante, aunque clavada firmemente en mi verga, apenas y movía su cuerpo, pero las contracciones que tenía me estaban dando aún más placer que su propio movimiento. Esto y la imagen de mi esposa doblemente penetrada me estaba llevando a la locura, pero gracias a los orgasmos que había tenido me podía controlar para no terminar nuevamente. Pero la muy mustia de Sofía se dedicó a murmurar en mi oído, llenando mi mente de insinuaciones y provocaciones que por poco me causaron un ataque al corazón.

Sofía: ... uuuuuy que rico amor... le están rompiendo el culito a tu esposa... yo ya quisiera estar en su lugar...

Sofía: ... aunque creo que no me debo sentir celosa... verdad?... Seguro el macho de tu esposa viene a romperme el culo otra vez... pero ahora mientras seguro lo disfruto mucho más...

Al mismo tiempo podía ver como mi esposa era taladrada sin misericordia en medio de gritos guturales y espasmos que hacían estirar sus brazos y piernas hasta su máxima extensión. Los dos hombres estaban en ese momento con lentos pero inequívocos movimientos de sincronización penetrando alternativamente a Carla, pero por los gemidos de mi esposa seguramente no tardarían en hacerla llegar al orgasmo.

Sofía: ... la muy zorra disfruta como loca, no?... De ahora en adelante ya la podrás tener por sus dos agujeritos sin ningún problema, aunque creo que seguro extrañará la otra verga adicional... jejeje...

Sofía: ... o harás que también otro machito le rompa su colita para que no extrañe estas sensaciones?... porque así seguro la vas a tener muy contenta y satisfecha...

Mi esposa en ese momento estallaba en un orgasmo fuerte y sin precedentes, que hacía que se sujete a Sebastian con sus dos brazos y piernas, casi inmovilizándolo por completo y forzándolo de igual forma a llenarle su conchita con su hirviente semen. Esto fue aprovechado por Santiago para salir rápidamente del culo de mi esposa, dejándola completamente en brazos de Sebastian, pero sin haber terminado dentro del culo de Carla.

Santiago: ahora es tu turno putita... abre bien esa cola que vas a sentir lo que es bueno...

Sofía: ... ven y muéstrame si me puedes hacer gritar lo mismo que a la zorra de mi amiga... jajajaja.

En ese momento Santiago enfiló su palpitante verga al culo de Sofía, que tras haber sido abierto anteriormente, no brindó ninguna defensa a tan feroz penetración y se abrió cual mantequilla ante el ataque de un cuchillo ardiente. El momento de sentir completamente la verga en su trasero, de igual forma sentí yo mismo la forma y el calor de aquella herramienta apenas y separada por una pequeña cantidad de piel que no hacía más que generar aún mas excitación a la sensación que tenía.

Santiago llevaba el ritmo y hacía que tanto el cuerpo de Sofía como el mío se movieran al son de su cadera, que ya indicaba que su dueño no tardaría mucho en rendirse ante el orgasmo que venia concentrándose desde el momento que penetraba a mi esposa. La misma sensación tenía con Sofía, que ahora si cual serpiente se movía entre los dos cuerpos, emitiendo fogosos y estruendosos gemidos de placer y excitación que al mismo tiempo me hacían llegar a un estado de no retorno.

Pero pese a que todos estábamos a la puerta de aquel orgasmo, fue Santiago quien con fuertes arremetidas terminaba llenando el culo de Sofía y de esta forma llevándola hasta su propio orgasmo que al igual que lo sucedido con Carla hizo que me abrazara y atenazara casi hasta asfixiarme. De mi parte estuve a punto de terminar dentro de Sofía, pero me faltó un par de movimientos de cadera para llegar al no retorno. Me contuve con toda la fuerza de voluntad que tenía, no quería acabar la noche cuando todos ellos quisieran, eso al menos lo decidiría yo.

El orgasmo de Sofía iba cediendo poco a poco, al igual que su fuerte abrazo hacia mi. Ahí tomé cuenta que tanto Sebastian como Carla se encontraban completamente atentos a nuestros movimientos, tal y como nosotros habíamos estado hasta hace unos minutos. En eso, Sofía se había dado cuenta que mi verga aún no perdía su fuerza y se encontraba firme entre sus piernas, por lo que igualmente en mi oído me volvió a susurrar.

Sofía: ... no has terminado aún campeón... pero no te preocupes que eso lo arreglaré en un minuto...

Yo: ... no... no lo creo... esto ya se acabó...

Dejándola desconcertada me desenganché de Sofía y me marché hacia el baño a asearme un poco y retomar conciencia. Los dejé a todos en el salón sin preocuparme por lo que dirían o no, al fin y al cabo ya tenía lo que había buscado durante esta sesión de sexo desmedido. Tras la ducha que tomé, a propósito demorada, me encontré que tanto Santiago como Sebastian ya se encontraban vestidos y listos a partir. Mientras tanto únicamente Carla se encontraba puesta un albornoz, pero aún con los vestigios claros de haber tenido una noche de pasión. En otro baño se encontraba adecentándose un poco Sofía, por lo que tampoco me preocupé por ella. Al minuto más o menos salió vestida aunque con casi todo su maquillaje perdido bajo agua y jabón.

Santiago: Bueno tortolitos... los abandonamos... ya es muy tarde y tenemos que marcharnos.

Sofía: ... espero organicen estas reuniones más frecuentemente... han sido completamente increíbles.

Carla: ... no cuentes con ello, pero tal vez en algún momento si lo hagamos... jajaja.

Nos despedimos como siempre lo hemos hecho y nos quedamos solos con mi esposa y frente a una realidad que superaba todas las expectativas. Tras indicarme que estaba muerta y solo quería dormir, Carla me dio un beso y se fue a duchar dejándome solo en el salón donde todo había sucedido. Tras recuperarme un poco comencé a arreglar lo que encontraba a mi paso, pero concentrándome principalmente en las cosas que había preparado antes de aquella orgía de consecuencias impensables.

Carla: Hasta mañana mi amor, estoy muerta y solo quiero dormir... Mañana descansados podremos hablar.. TE AMO.

Con el sonido de la ducha prendida, señal que me indicaba que mi esposa aún seguía en bañándose, desmonté el equipo de filmación que había instalado antes de la llegada de mi esposa; que como parte del plan que tenía me serviría de principal excusa el momento de plantear una demanda de divorcio, claro si las cosas no llegan a arreglarse; pero contaba que con un poco de edición y cortes tendría pruebas suficientes para mostrar a mi esposa con otro hombre, claro está eliminándome y eliminando a Sofía y Sebastian de la escena. No creía tener más problemas, estaba claro que Carla nunca dejaría a Santiago y él menos a ella, así que les dejaba libre el camino y así yo también podría seguir con el mío.

Cuando Carla salió, rápidamente fue a la cama y se quedó completamente rendida tras la terrible sesión de sexo que había tenido. De mi parte, tomé todo, las cámaras y el disco duro con la filmación y fui a dejarlo a un la hotel cercano a fin que ya fuera de la casa se encontrara en un lugar más seguro y que no por supuesto evitar que caiga en manos más malas que las mías. No pude dormir el resto de la noche, me pasé todo el tiempo pensando que iba a decirle a Carla, ya que esta vez definitivamente terminaríamos y aunque la amaba, ya no podía estar con ella. Con una taza de café en la mano y la maleta con mis cosas hecha y lista cerca de la salida, esperaba a que mi esposa despertara y así poder cambiar el resto de nuestras vidas.

En la mañana, cuando eran casi las 8 am, me encontró Carla tras levantarse y bajar al comedor donde me encontraba, sentado en la mesa, lejos del escenario donde todo había pasado la noche anterior.

Carla: ... buen día mi amor... veo que te has levantado muy temprano... Más bien creo que no has dormido nada, estás con la misma ropa...

Yo:... pues no te equivocas, no he dormido nada... pero bueno ya habrá tiempo...

Carla: ... Qué pasa? Seguro estás molesto por lo de anoche... Mira mi amor, siento mucho no haberte avisado con tiempo, pero sinceramente no creía que ibas a estar aquí y menos aún que te nos unieras, pero creo que igual que todos lo disfrutamos mucho...

Yo: No lo niego, ha sido una experiencia bastante excitante... Y principalmente me ha dejado en claro muchas cosas... Pero ven siéntate toma una taza de café...

Mi esposa se sentó a mi lado, mientras que yo iba a traer una taza de café caliente, esta calma me estaba ayudando a concentrarme para desatar todo lo que sentía para con mi esposa. Cuando volví, me senté junto a ella, besé sus manos y acaricié su antebrazo. La amaba, más que a nada en el mundo, pero ya no podía...

Carla: ... que pasa cariño?

Yo: Anoche pude darme cuenta que aún lo amas... verdad?

Carla: ... a Santiago? No no no... El me excita y es un excelente amante, pero nada más, de quien estoy enamorada es de ti.

Yo: ... tranquila mi amor, no te lo reclamo... involucrarnos con Santiago ha sido un error terrible... Pero creo que más que eso, me has tendido una trampa... Y estoy seguro que no precisamente de parte de él...

Mi esposa estaba con sus ojos fijos en los míos, estaba buscando algo para ganar tiempo y dejarla pensar, pero no se lo iba a permitir, no me dejaría embaucar nuevamente.

Yo: Tal vez y hasta te comprenda... seguro que nunca olvidaste a Santiago y por tanto no eras feliz conmigo... Al inicio me sentí muy mal por todo, TE AMO, quiero tu felicidad y en base a estos puntos es que nos encontramos aquí, pero no es suficiente...

Yo: De veras me esperancé en creer que estabas enamorada de mí, pero me equivoqué... Sientes afecto hacia mí, pero nada más... Tú no me querías a mí, querías tu antigua vida con Santiago... buscabas nuevas sensaciones y sentimientos, pero para ti, para satisfacer tus placeres y deseos, no para que como pareja podamos crecer...

Carla: ... pero cariño... no han sido las cosas así... yo nunca quise engañarte o herirte pero vi la oportunidad de evolucionar como pareja y superar nuestro anterior problema... ya habíamos superado nuestros límites al haber compartido cama con otras personas y traté de que disfrutemos de un nuevo estilo de vida...

Yo: ... tal vez si me lo hubieras dicho francamente te hubiera comprendido e incluso tal vez me hubiera llegado a acoplar a las cosas, pero lo has hablado y acordado antes con tu amante, con el hombre con el que inicialmente me engañaste, a quien nunca has dejado de amar, no?

Carla mostraba un rostro de consternado, la calma con la que había iniciado su dialogo se había perdido y al final incluso se había dado cuenta de que en mi rostro ya no encontraría al hombre con quien ella se casó. Ya no me interesaba nada, las cosas que me diría solamente contaban como un mar de mentiras que seguramente tratarían de embaucarme. Incluso peor, ella misma se estaba embaucando y pensando que realmente eran las cosas así.

Yo: ... porque ahora no me vas a decir que ya no sientes nada por él, ahora puedo confirmar que tú nunca lo has olvidado, que para tí soy únicamente una marioneta con la que jugaste todo lo que quisiste. Que te sirve de apoyo y consuelo mientras vuelves con él, que únicamente te sirvo como esposo cuando acordamos pagar las cuentas o visitar a tus amigos... Pero a quien extrañas en la cama y por quien gimes el momento de correrte es por él...

Carla: ... no mi amor... Déjame explicarte... yo se que merezco algunas de tus palabras, pero no todas...

Carla: ... Desde hace tiempo mi vida se ha vuelto un remolino de sensaciones intensas y decisiones desacertadas... tal vez creí que la estúpida idea de no tener que perder a ninguno de ustedes y poder continuar con lo mejor de ambos mundos podría hacerse realidad y no tendría que decidir en quedarme sin uno de ustedes...

Yo: ... ya lo habías decidido, mi amor... Solo que no te habías dado cuenta... Decidiste quedarte con él, pero no te preocupes, ni mucho menos lo sientas... Nosotros no siempre mandamos en el corazón, pero si en nuestro destino...

El tono de mis palabras y principalmente la frase afectuosa con que la acompañe hizo que Carla reaccionara inmediatamente, alzó su rostro con una muestra de sorpresa y esperanza que nunca he de olvidar. De mi parte esperaba poder conversar con ella de todo lo que implicaría esta nueva etapa de nuestra vida, pero no como ella se lo imaginaba.

Yo: ... pero no te preocupes, mi amor, te entiendo y tal vez yo hubiera hecho lo mismo y hubiese querido jugar a las cartas para quedarme con dos chicas... el sueño de todo hombre verdad?

Yo: ... Creo que todo esto me ha ayudado a regresar a la realidad y ahora estoy muy claro con lo que debemos hacer... Nos tenemos que divorciar...

Carla: ... pero...

Yo: ... Si... es la única forma de seguir adelante... pero no te preocupes, tienes mi apoyo mientras se resuelven los papeles y principalmente mi compromiso que este divorcio no te dejará desprestigiada en absoluto...

Carla: ... pero... no no no... Si somos felices... si tenemos todo el futuro delante... no me dejes...

Yo: Mi amor... yo no te dejo... date cuenta que nunca hiciste que estuviera a tu lado...


PROLOGO

Tras un corto divorcio, las cosas con Carla se solventaron el momento que llegué a enviarle cierto video donde aparecía con otro hombre en el salón de nuestra casa, tras lo cual y sintiendo que las cosas realmente iban en serio, se rindió a las consecuencias y firmó el divorcio.

Un año más tarde y como de casualidad, que estoy seguro que no fue así, me encontré nuevamente intentando rehacer mi vida y llevaba un par de semanas saliendo con una chica, cuando en la otra vereda encontraría a la mujer con la que terminaría casado seis meses después. Una bella y preciosa empresaria que hasta ahora no tengo la más remota idea de porque se fijó en mí, pero de lo que estoy seguro, me ha permitido tener los mejores años de mi vida, hasta ahora.

Con mi actual esposa, descubrí lo que realmente el mundo que Carla me quería mostrar, entendí y disfruté del placer del sexo sin amor, pero más aún disfruté del amor complementado completamente con el sexo. Llegamos a tener una relación medianamente abierta, ella se pega unas escapadas de vez en vez, nada serio obviamente y ha aceptado que mantenga una relación un poco más fija con otra chica, que al momento es mi amante...

Incluso ellas ahora son verdaderas amigas y pese a nuestra extraña relación se llevan bastante bien...


Su esposa ahora sabe que estoy embarazada y me ha felicitado; nos hemos abrazado y se ha alegrado conmigo y me ha felicitado de corazón porque ahora seremos una familia más grande...

Mi amante: Te quiero Sofía...

Mi esposa: Y yo te quiero a Ti Carla...