Engañada,,

Tal vez esté relato, debería estar en otra sección, pero no existe.

Mi tío, siempre, había sido una persona muy huraña. Desde que le abandono mi tía, aún lo era más. Sólo conversaba con mi padre o con mis hermanos. Además, era muy homofobo y se le veía que era muy machista.

En mi casa el ambiente era muy diferente. Mis padres, habían aceptado, que yo había nacido con un gen distinto. Había pasado de ser un niño amanerado, a una señorita, que solo esperaba, sus últimos informes psicológicos, para poder afrontar mi operación de resignación de sexo.

Mis estudios de enfermería los hacía normalmente. Todo el mundo sabía mi verdadera identidad, y poca gente me cuestionaba.

Un hermano de mi padre, tuvo un accidente laboral, muy grave. Mis padres y mis hermanos, decidieron ir a visitarle. Vivía en otro país. Yo estaba en plenos exámenes, no podía acompañarlos. Ese mismo día, mi familia se fue. Yo tendría la casa para mi, sin que nadie me molestara para poder estudiar. Por supuesto que pensaba en el sexo, pero ahora lo tenía aparcado. Tenía un follaamigo, un hombre casado, con el que de vez en cuando tenía mi racion de polla. Sin compromisos y sin ataduras.

El día siguiente era sábado, yo deambulaba por la casa, únicamente con mis bragitas, estudiaba y paseaba, intentando memorizar, mi asignatura. Al llegar el mediodía, decidí cocinarme algo ligero. Estando de espaldas en la cocina, escuche a alguien a mi espalda. Mi tío había venido a comer como cada sábado. Le explique lo que había sucedido, intentando tapar mis tetitas. El con mucho desdén, me dijo, que le preparará, algo de comer también. Su tono era el habitual, pero percibí en su mirada algo diferente.

Le dije que subiría a mi habitación a ponerme algo de ropa, pero, con un gesto, me insinuó que siguiera como estaba. Yo me sentía muy incómoda, el estaba detrás mío, y, yo sabía que su mirada estaba clavada en mi.

Prepare algo de comer y puse la mesa. Comimos en silencio, yo no podía ni tragar. Cuando levantaba la mirada le veía observandome. No sabía si con asco, con desprecio, o con que. Retire las cosas de la mesa, y le dije que seguiría estudiando. El se fue al salón y empezó a ver la tele. Mi concentración había desaparecido, no entendía lo que leía. Me notaba nerviosa y a echada. Al rato me llamó, y con un tono muy dulce, el cual, yo nunca le había oído, me pidió que le preparará un café. Se lo hice como me pidió, y se lo lleve.

Joder sobrina, me dijo. No pensaba yo, que tuvieras un cuerpo tan bien formado. Pareces una tía de verdad.

Mi cuerpo, tembló cómo si hubiera un terremoto. Ahora si vi en los ojos de mi tío, algo que me hizo temerle.

Me hizo sentarme a su lado, el veía la televisión, y yo miraba al vacío.

"Cuando vas a tener chocho?" me dijo así de repente.

"Espero que la operación la programen para después de verano, tío"

"Y ya tendrás quien te lo vaya a estrenar, no?"

Yo no sabía que decirle, jamás hubiera imaginado tener esa conversación con mi tío.

Dejó su taza, en la mesa. Se volvió hacia mi, y me dijo que a él, le gustaba estrenar cosas. Yo no respondí. Siguió hablando, diciendo que lo justo, es que mi vagina nueva, la estrenarà alguien con experiencia. Me preguntaba, por mis experiencias, que si me follaban mi culo a menudo, que como la chupaba. Yo le respondía, con evasivas, y armandome de valor, le dije que esa conversación entre nosotros no era adecuada.

"Y esto te parece adecuado?"

Se bajo el pantalón, y me hizo ver, la poya más grande que yo había visto. Aún hoy, no se porque reaccione así. Me arrodille delante de él, y comenze a comerme aquel pedazo de rabo.

Tenía poca experiencia, pero puse todos mis sentidos en saborearlo. Su gusto era especial, solo existía, mi boca y su pene. El acariciaba mi cabeza, y me decía, muy bien puta, comérsela bien al tío, vaya sobrinita guarra que tengo, tu coño será mío. Yo estaba en otro mundo, nunca me habían tratado así, esas palabras, me encendían. Tragaba todo aquello, la notaba casa vez más dentro.

"Hoy no te voy a follar, no soy maricon, me gustan las mujeres, pero tu vas a ser mi querida para siempre. Te estrenare yo, tu serás solo para mí. Sobrinita."

Diciendo esto, enterró su poya, aún más en mi garganta, y empezó a expulsar litros y litros de leche. Yo me lo tragaba todo, era mi comida preferida.

Se la segui lamiendo, hasta dejarla reluciente. Después, se tumbo en el sofá, miro la hora, y me dijo que a las 6 le despertará. Pero con la boca guarra. Lo recalcó mucho.

Ese día me convertí, en la amante de el hermano de mi madre. MI TÍO.