Enfermero ayudando a paciente

Historia de como ayudando a un paciente a ducharse, acaba en un momento excitante.

Me llamo Manuel y vivo en una pequeña ciudad en España, soy un chico de 27 años, delgado, rasurado y con mucho vicio… Trabajo en un hospital de enfermo, muchas horas, muchas guardias, pero es algo que me apasiona. Pasa mucha gente por mis manos, desde una simple prueba, hasta personas que necesitan ser ingresadas por diversos motivos.

Esto que os voy a contar me pasó hace unos días, uno de esos pacientes ingresados (nada grave), necesitaba una cura, después de haber sido operado en la zona abdominal. Para ello me llamaron y fui a la habitación de este paciente, allí me crucé con su familia que ya se iba para casa ya que se había acabado el turno de visitas, y nos quedamos él y yo solos en la habitación, un hombre de 45 años, moreno, fuerte y con de vello (en resumidas un buen macho).

En primera instancia no me pareció gran cosa, pero en cuanto empezó hablar todo cambió, era simpático, agradable y educado, me contó que tenía dos hijos, que no podría jugar con ellos hasta que se curase del todo, y lo que más le preocupaba es que no iba a poder follarse a su mujer; cuando me dijo eso yo le dije, tranquilo que para eso el que quiere puede, y le guiñe un ojo, a lo que él me sonrió e hizo lo mismo.

Una vez entablamos conversación le dije que le me enseñase la herida para poder curársela, él apartó las sabanas y dejó a la vista todo su cuerpo desnudo, ya que solo llevaba el camisón del hospital, cuando destapé los apósitos que cubrían la herida vi que estaba algo sucia. Y le pregunté.

-          Cuanto hace que no te pegas una ducha?? Pregunté extrañado, al ver la herida.

-          Desde hace tres días que no me ducho, me vienen a lavar en la misma cama. Respondió él.

-          Pues vamos hacer una cosa, te vas a levantar y te vas a dar una ducha con cuidado que no te hagas daño en la herida. Y luego te la curo y así duermes limpio y relajado.

En ese momento salí al pasillo a avisar a un compañero para que pasase a ayudar a levantar al paciente y a lavarse. Pero en ese momento estaban ocupados con otro paciente. Así que volví a entrar y dirigiéndome al paciente le dije:

-          Mis compañeros están ocupados, tu puedes ducharte solo??? Le dije con cara de preocupación, ya que estaba dolorido.

-          No lo sé, me dijo el preocupado.

-          No te preocupes yo te ayudo a levantarte y a entrar en la ducha, y para lo que necesites me llamas, dije yo, en ese momento pensé…. Espero que me llame porque quiero ver ese cuerpo de arriba abajo más de cerca. Jejjee

Entonces lo ayudé a levantarse de la cama, poco a poco fuimos hasta el baño, el problema que tenía no era el andar sino el agacharse, llegamos al baño y le ayudé a quitarse el camisón del hospital que llevaba puesto, ahí pude observar ese cuerpazo, con algo de vello en el pecho, unas piernas y brazos grandes, su vientre con vello rizado que se unía al de su pubis, escondiendo una polla bonita.

Lo ayudé a meterse a la ducha, y le indiqué que estaría esperando fuera del baño a que terminase, ya que no tenía prisa. En cierto momento escuche mi nombre.

-          Manuel!!! Dijo en voz alta. Puedes ayudarme??

-          A lo cual yo antes de preguntármelo ya estaba a su lado jejjeje

-          Es que quería lavarme las piernas y es que no puedo doblarme, me dijo preocupado.

-          No te preocupes, yo te ayudo, le dije.

Cerré la puerta del baño por si acaso venia alguien, y cogí la esponja y me puse a lavarle primero un pie, subiendo poco a poco, y mirando de reojo su rabo que estaba a un palmo de mi cara, cuando estaba llegando al muslo noté que se estaba poniendo morcillona, y lo noté un poco agitado. Entonces pasé a la otra pierna y empezando por el pie, fui subiendo poco a poco hasta llegar a su muslo, en todo momento yo miraba de reojo su rabo, y cada vez era más grande, tenía una buena erección que de su polla empezaba a emanar liquido preseminal, por mi mente pasaba la idea de cogerla e introducirla en mi boca hambrienta, en cierto momento miré para hacia arriba y vi que estaba con los ojos cerrados y con la cabeza ligeramente hacia atrás.

Cuando estaba a punto de rozar sus huevos me dijo:

-          Para, a partir de aquí ya puedo yo, con una voz entrecortada por la excitación del momento.

-          Tardé un segundo en reaccionar, y le dije, tranquilo, hay que tener cuidado porque igual con la herida te haces daño, así que tu relájate y deja a un profesional que lo haga.

En ese momento no sé cómo pude decir esas palabras, pero en mi cabeza estaba el deseo de tocar y comer todo aquello que tenía a un palmo de mi boca, y mi polla estaba estallando dentro de mi ropa interior.

Entonces me dispuse a frotar con la esponja primero sus huevos, y su polla empezó a ponerse más y más dura, a continuación pasé a su vello púbico, para terminar en su rabo, él ya no decía nada, sólo cerraba los ojos y se dejaba hacer. En cierto momento dejé caer la esponja y con mi mano recorrí esa polla de unos 19 cm  con mi mano, ya dura y en todo su esplendor, de repente no me contuve y acerqué mi boca, la abrí y me fui tragando centímetro a centímetro todo su rabo, miré hacia arriba y vi que me miraba fijamente y sonreía, y me dice:

-          La chupas mejor que mi mujer; guiñándome el ojo.

-          Mi boca es toda tuya y quiero tu leche dentro de mí; contesté yo, en un momento de excitación y lujuria.

En ese momento cogió mi cabeza y empezó a follarme la boca como si no hubiese follado una boca en su vida. A cada embestida el gemía más y más, llegó un momento en el que me dijo;

-          Estoy a punto de correrme, haciendo amago de sacarla.

-          Córrete dentro de mi boca, que te la voy a dejar bien limpia. Respondí yo, sacándome un segundo su rabo de mi boca.

Entonces llegó la explosión de toda su leche dentro de mi boca, mientras yo le miraba a los ojos, él gemía y tenía un gran orgasmo. Se la limpie con mi lengua después de tragarme ese néctar de un buen macho.

Terminó de ducharse y le ayudé a salir y a vestirse para volver a la cama. Mientras le hacia las curas, me dijo que nunca había estado con otro hombre, pero que con su mujer follaba sólo una vez al mes más o menos, ya que trabajaban mucho los dos.

También me dijo que nunca antes le habían hecho una mamada como la que yo le hice, ya que a su mujer no le gustaba mamar y menos que se corriera en su boca.

Antes de marchar me dijo que tenía que volver en un mes a operarse de otra cosa que me avisaría…. Así que esto continuará….