Enculator (1)
De forma enigmatica llega a los Cayos de la Florida un ser sorprendente. Su cuerpo es como de modelo y su virilidad va a hacer historia. Le dicen Enculator que llega para dejarle el culo como un guante a sus amantes.
Enculator I
Hace un par de horas que la luz solar nos abandonó, yo sigo en mi coche hacia uno de los paraísos tropicales. Ahora voy conduciendo sobre el Puente de las 7 Millas. Voy rumbo a Cayo Hueso y de pronto el cielo se alumbra, se siente como un potente trueno, mi coche se estremece, freno en seco, es como si hubiera caído un meteorito gigantesco, la luz se disuelve y vuelve la oscuridad de la noche. Me pongo de los nervios, estoy varios minutos sin saber que hacer. Pero no me queda más remedio que continuar pues estoy en el medio del mar. Ahora conduzco con sumo cuidado, pues el susto aún no me ha salido del cuerpo y un par de millas más adelante veo una silueta en el medio de la carretera.
Uff, me imagino que debe ser un balsero que ha llegado de Cuba y me va a pedir que lo conduzca a tierra firme. Voy disminuyendo la velocidad, ya tengo la figura a menos de 100 yardas y aún no se puede distinguir nítidamente la imagen que tengo ante mis ojos. Pero en breves segundos ya está prácticamente delante de mi coche, me detengo en firme y se trata de un hombre totalmente desnudo que con una de sus manos me hace señas para que me detenga y así hago.
Ahora estoy detenido ante este sujeto y puedo observar que se trata de un hombre de una complexión fuerte, es un hombre fuerte pero no de esos músculos voluptuosos que da el gimnasio, no es un hombre de una musculatura fuerte y muy armoniosa, como la que regala el trabajo físico de muchos años.
No se le observa ni una gota de grasa en su cuerpo. Sus abdominales están perfectamente marcados, sus piernas son robustas, es un hombre velludo. Sus vellos son suaves y abundantes. Tiene sus brazos velludos, pero sus vellos comienzan en el pecho. No tiene un solo vello en lo hombros, ni en la espalda. Cuando se va llegando a su ombligo sus vellos se repliegan para volver a potenciarse alrededor de su polla. Y su polla es una polla preciosa, de un tamaño grande, pero no descomunal. Lo que tengo ante mis ojos es un verdadero modelo de cine porno, un hombre que despide masculinidad por cada uno de los poros de su piel. Uno de esos hombres que se miran y no se acaban.
No de ninguna manera este hombre puede ser un balsero. Se ve un hombre bien alimentado. Su piel está bronceada y tiene un color de miel encantador que provoca el deseo de saborearla con mi lengua. Me bajo del coche y me dirijo hacia él. Le pregunto que porque está así desnudo y me responde: He realizado un largo viaje, estoy agotado, necesito que me lleve a un lugar poblado donde pueda descansar.
No lo dudo, le invito a subir a mi coche. Ahora puedo observar de cerca a este ejemplar maravilloso de la especie humana. De verdad que mirarlo me da corte, trato de no ser indiscreto, pero mis ojos se me van de vez en vez y noto que se percata y en su rostro una sonrisa de aceptación lo delata, como si en realidad le gustara ser admirado. Comienzo a conducir por el puente, pero no se me quita de la cabeza el hombre que tengo totalmente desnudo y sentado a mi lado, en el coche.
Por fin termina el puente, ahora vamos por uno de los cayos, la carretera es oscura y de pronto el hombre me pide que me detenga, que necesita bajarse un momento para hacer una necesidad. Me detengo y se baja, pero me pide que me baje también. Este pedido me parece extraño, pero le obedezco, pues en realidad lo que estoy deseando es tener sexo con este desconocido. Me atrae como un imán.
Se acerca frente a mí, me abraza y comienza a darme un beso. Su acción tan osada me sorprende, pero sus labios carnosos me enloquecen, su lengua entra en mi boca, su saliva tiene un sabor delicioso, su lengua es grande y entra profundamente en mi boca. Yo comienzo a chupar esa lengua y ese beso me deja casi sin aire. El beso es un beso largo, necesito respirar, trato de sacarme su lengua de mi boca, pero solo lo logro en parte, puedo alcanzar a tomar un poco de aire cuando sus brazos me abrazan y continúan en ese beso apasionado.
Todo mi cuerpo tiembla, siento como este hombre comienza a sudar y cuando termina este largo beso su lengua se desliza por mi cuello y continúa lamiéndome de una forma ardorosa. Mientras me lame la piel me va despojando de mis ropas y así estoy desnudo ante este desconocido que tiene su polla empalmada hasta los cojones, sus líquidos lubricantes le tienen la polla babeante y con mi mano le palpo la polla. Es una polla grande y bastante gorda y su cabeza tiene una forma muy hermosa. Con una de las luces del carro le puedo observar ese rabo y como sus gordas venas parecen darle vida propia e independiente.
El desconocido quiere darme por el culo, pero de verdad que semejante polla me la tengo que pensar para dejar que entre por mis entrañas. Nada de eso, trato de resistirme pero es un hombre de una fortaleza extraordinaria y rápidamente me tiene bajo su control. Me inclina sobre el coche y tiene mi culo a su disposición. Comienza de inmediato a lamérmelo con su lengua. Siento unos escalofríos deliciosos y su lengua comienza a acariciar mi ojete persistentemente, mis piernas me tiemblan cuando comienza a mamarme el culo de forma imponente. No solo me lo mama, me lo chupa, siento como su abundante saliva me corre por mis entre piernas y continúa con su mamada.
Mi culo empieza a ceder y poco a poco su lengua me empieza a penetrar, me estoy enloqueciendo de placer, esa lengua parece una polla, tiene en ella una gran fuerza y entra en mi culo y continúa mamándomelo, como si me estuviera follando. De pronto sentí que su polla se aproximaba a mi culo, no necesitaba ponerse lubricante para nada, entre la saliva de su mamada y los jugos de su polla eran suficiente, colimó mi culo con suma facilidad y comenzó a penetrarme poco a poco, la entraba y la sacaba y en su nueva embestida entraba un poco más. Ese ritmo me hacía estremecer, me dolía con cojones, pero sus embestidas eran cada vez más profundas. Aquel rabo era tan gordo que sentía que mi pobre culo se iba a rajar. Comencé a protestar pero sus fuertes manos sujetaban mis caderas y continuaba imperturbable en su penetración progresiva, cuando ya siento que sus huevos se pegan a mis nalgas y es entonces que él suelta un suspiro de placer y me dice: voy a dejarte ese culo como un guante y nada más. Comenzó a follarme con embestidas fuertes, de punta a punta y a un ritmo descojonador.
Yo me estaba reventando de dolor y de placer, mi culo estaba siendo destrozado por este macho, me folló de esta forma salvaje hasta que descargo su leche en mi interior. Gemía de placer, me apretaba las nalgas y así se quedó por unos instantes recostado sobre mi espalda.
Pensé que me había dado una follada histórica, nunca había sido penetrado con tanta violencia, sentía que su abundante leche me corría por las piernas. Pero aquella polla no me la sacaba y tampoco se ponía flácida y casi a los pocos segundos de haberse corrido comenzó a follarme de nuevo. Esto era inaudito, me acababa de dar una tremenda follada y casi no había necesitado tiempo para reponerse y ya estaba de nuevo en plena acción.
Ahora mi culo destrozado no hacía ninguna resistencia y su polla empalmada entraba y salía de mi culo de forma salvaje y lujuriosa. Mis piernas temblaban y este macho seguía follándome. Y ahora empecé a sentir que estaba a punto de correrme, que no podía contenerme y exploté. Me corrí con la follada que me estaba dando. Pero esté tío nada le importó, continuó dándome polla de la misma forma. Ahora el calor de mi empalme se me había pasado y sentía cada vez más intensamente sus embestidad, pero ellas continuaron y solo escuchaba sus gemidos de placer. Me tuve que resignar a continuar siendo follado, pero mis piernas temblaban, mis fuerzas me estaban abandonando y sentí de nuevo como se corrió en mi culo.
De nuevo su cuerpo se estremecía de lujuria y sus brazos me abrazaban, pero no me sacaba la polla del culo. Sentía su leche caliente en mis entrañas y de nuevo comenzó a embestirme como si no se hubiera ya corrido dos veces seguidas. Su polla ni se puso flácida y continúo en esta follada interminable.
Mis fuerzas me abandonaban y perdí el conocimiento. No se como terminó esta follada. Cuando desperté, ya no estaba en aquella oscura carretera, ahora mi coche estaba aparcado en un Hotel Gay de la Calle Duval, estaba solo. Estaba muy cansado y de verdad que si no fuera por el dolor que tenía en mi culo, hubiera pensado que todo había sido un sueño. Enculator ya no estaba a mi lado, no sabía nada de él. Parece que cuando me desmayé el condujo el coche hasta este lugar y aquí me dejó. Cuando pude me incorporé, alquilé una habitación. Cuando entré en la habitación me di un baño y ahí fue cuando vi la cantidad de leche que tenía pegada en mis piernas y pensé que este tío parecía un extraterrestre que había llegado del cielo.
De pronto, en un club Gay de la misma calle Duval un hombre está haciendo entrada. Va con unas bermudas y una camiseta y todos los clientes del sitio no pueden dejar de admirar al nuevo visitante. El barman de una forma muy jovial advierte su entrada y lo anuncia: Queridos clientes, tenemos un nuevo visitante, carne fresca. Y continúa diciendo: los que le guste follar con un macho así pueden hacerlo saber con simplemente levantar su mano.
Y no hubo uno solo de los clientes del bar que no levantara la mano y dejara de mirar con lujuria a aquel hombre que estaba medio entrecortado en la misma puerta del establecimiento. Ante tanta aceptación, el dueño del lugar se apresuró a anunciar que todos los consumos del nuevo visitante serían gratis durante el tiempo que durara su presencia en el lugar. Y lo nombró Cliente de Honor, lo que fue aplaudido por el público delirantemente.
Enculator fue a la barra, pidió una cerveza y comenzó a bebérsela para mitigar el calor de la noche caribeña. Una pareja se levantó de su mesa y caminó por el pasillo que conduce a las cabinas, iban a follar, no había duda y eso comenzó a elevar la libido de Enculator. Los chicos hacía una pareja guapa. Eran dos chavales de no más de 30 años con unos cuerpos que podían despertar la lujuria de cualquiera. Uno tenía un cuerpo atlético y sin un solo vello, sus músculos se marcaban de forma muy interesante. El otro tenía un aspecto más varonil, era velludo y fuerte. Si tuviera que adivinar este sería el Top (Activo) y el otro el Bottom (pasivo) o nadie sabe en estas cosas, pero ambos tenían la piel deliciosamente dorada por el sol. Lo cierto que la pareja despertó los deseos de Enculator quien no dejaba de mirar el camino que tomaban. Ellos entraron en una cabina y no perdieron tiempo para empezar a devorarse con pasión salvaje. Estaban en plena faena, cuando de pronto Enculator abrió la puerta de la cabina, de nada sirvió que la puerta estuviera cerrada con pestillo. Enculator sin mucho esfuerzo empujó y entró, lo que dejó perplejo a los felices enamorados. Cuando uno de ellos, el que se estaba follando al otro, trató de reprochar al intruso visitante, recibió un bofetón que lo lanzó por el aire hasta un pequeño sofá. Su hembra seguía en cuatro patas, brindándole el culo al macho intruso que se había ganado el derecho a poseerlo. Enculator no fue nada diplomático, tiró al piso su ropa, y desnudo, con su polla dura como un palo, como un animal en celo fue a poser el culo que se le ofrecía y lo hacía de forma violenta. No se preocupó por lubricarlo. Colocó la cabeza de su verga en el culo del chico y de un solo golpe metió su robusta polla hasta chocar con sus huevos en las nalgas del chico que soltó un grito de dolor escalofriante, mientras que Enculator se retorcía de placer, sujeto las caderas del chico y comenzó a encularlo con tan violencia que las piernas del chico temblaban. El ritmo de sus embestidas era tan enérgico que el chico gemía y se lamentaba de la forma en que le estaban destrozando el culo, pero aquellos gemidos no surtían otro efecto que elevar el morbo y llenar de placer a Enculator. Le estuvo gozando el culo sin clemencia por varios minutos hasta que descargó un potente chorro de su leche caliente en el maltrecho culo del chico que movía sus nalgas con lujuria. Y como de costumbre sin dar respiro, sin sacar la polla para un descanzo, Enculator volvió a comenzar a follarse de nuevo al chico que sorprendido se sometía a la follada más grande que había tenido en su vida. Cuando estaba en plena gozada, Enculator invitó al otro a que se incorporara y le dijo al chico que se estaba follando: Mámale la polla a tu pareja y este después de pensarlo por unos segundos se acercó e introdujo su polla en la boca de su amante, que sudaba como un bendito.
Cuando Enculator se volvió a correr, sacó su polla del culo de su victima y se puso a mirar como le mamaba la polla a su amante. Enculator seguía con deseos de continuar follando. Se acercó al amante del chico y puso sus manos en sus caderas. El amante trató de resistirse, no quería que le cogieran el culo. Pero Enculator era un tipo muy dominante, con toda su fuerza retuvo las caderas del amante y le proporcionó la misma medicina que a su pareja. La polla de Enculator entró de un golpe, lo que provocó un grito desgarrador del amante y comenzó a follarselo, sin siguiera lubricarlo con una gota de su saliva. Y lo hizo a un ritmo violento desde el principio. El amante se retorcía, chillaba, pero Enculator continuó follándoselo como si sus lamentos le elevaran el morbo y se corrio un par de veces en el culo virgen del amante que quedó destrozado, pero sintiendo el placer y la lujuria que provocan una follada tan espectacular como la que le habían dado.
El amante estaba asombrado de la virilidad de Enculator, por eso que cuando todo había terminado y los dos acariciaban a Enculator que estaba acostado boca arriba en la cama. Le exclamó: nunca había visto un hombre tan viril y potente, parece como si fueras un extraterrestre. ¿De donde eres?
Enculator se sonrió y dijo: Has adivinado, no soy de aquí y no viene al caso que te cuente de donde vine, pues no me lo vas a creer.