Encuentros con la bella Lita
Conocí una secretaria agradable con quien intercambiamos experiencias académicas, que después pasaron al terreno de lo personal y se convirtió en una gran amante
Encuentros con la bella Lita
Un día fui a realizar unas actividades a una escuela nacional y estaba una hermosa secretaria con quien intercambiamos puntos de vista muy rápidamente y terminamos dándonos nuestros números telefónicos, al comienzo me pareció algo aburrida y carente de gusto pero tenía una sonrisa encantadora.
Los días transcurrieron y un día recibí una llamada telefónica por la mañana, era ella, atendí cortésmente e hicimos una cita en un lugar público, así me entretendría viendo la gente pasar por mi lado. Nos encontramos en la biblioteca de la ciudad, estuve esperando más de quince minutos en dicho lugar y de pronto recibí una alerta en mi teléfono que llegaba. Al llegar pude notarla que junto a mí era de estatura más baja, calculo 160 centímetros más o menos, de cabello ondulado y negro que caía sobre sus hombros, de contextura gordita pero muy excitante a mis ojos, de ojos grandes y penetrantes, de labios tentadores, sus piernas eran dos columnas firmes y rígidas, su trasero es grande y delicioso, sus pechos eran grandes que podía verlos desde el escote de su bividí bien sexy y ceñido al cuerpo.
Conversamos sobre aspectos académicos y mientras lo hacíamos me agradaba su forma extrovertida de hablar, su seguridad en sí misma, su alegría tímida, su comportamiento natural; empezaba a agradarme como persona y como mujer. En el transcurso de los días pasamos de lo académico a lo personal, preguntándonos y contándonos cosas íntimas de mujer a mujer.
Una tarde, después de tanto caminar por las calles de la ciudad nos fuimos a un restaurante a comer y beber algo, tratando de saber más la una de la otra, la química entre nosotras iba en aumento. Mi sexy amiga Lita, me contaba, vivía un gran triángulo de amor entre una amiga y el novio de su amiga. Observar como cada tarde, las ardientes caricias entre su amiga y su novio, los besos apasionados que se daban, como su amiga Mariela entreabría su boca junto a la de él y su boca era invadida por la lengua traviesa del chico, como sus manos en su espalda la sujetaban y la acercaban a su cuerpo, como sus manos se iban deslizando hasta acariciar y apretar las nalgas de su amiga. Las manos inquietas de la amiga fueran hasta la entrepierna del chico y con una mano apretó toda la verga de él; toda esta escena la calentaba, deseando al chico, excitándose con la amiga, yendo a su cuarto y empezar a tocarse, metiéndose los dedos con intensidad en un entrar y salir de su coño, chupándose para beberse sus mieles y volverse a penetrar, sin dejar de acariciarse el clítoris con la otra mano, y desear quien estuviera primero en su cuarto si la amiga o si el chico.
Mientras me contaba una tristeza invadía su rostro, había una necesidad de cariño. Decidimos ir luego al departamento de su hermana, ella lo cuidaba porque su hermana y cuñado estaban de viaje, así que estaríamos solas toda la tarde. Ya en el departamento se puso más cómoda de ropas, un pantalón de tela fino, de esos que se pegan al cuerpo, dejando ver toda su anatomía, sin duda unas piernas bien rellenitas, con unos muslos para azotarlos, con un trasero deliciosamente bien formado, que resaltaba demasiado cuando me daba la espalda; llevaba también puesto un bividí, color blanco, que traslucía delicadamente su cuerpo y podía ver la mitad de sus pechos al inclinarse.
Estaba sentada en la computadora de la salita del departamento, tratando de encontrar una historia caliente en todorelatos, descargué una de las pocas que he escrito, que me excitó mucho mientras la escribía recordando detalles. Ella se sentó frente a la computadora, con sus manos sobre el escritorio, golpeándolo con sus dedos, sus piernas las abría y las cerraba como si estuviera nerviosa por algo con sus ojos fijos en la lectura; a medida que iba profundizando en la lectura se mostraba más quieta, luego de un rato su rostro piel canela cambió de semblante, diría que excitado, sus ojos se mostraron vidriosos, como a punto de llorar, estaba excitada, sus pechos firmes y sus pezones erguidos, sin duda que tenía el coño húmedo y deseoso de ser tocado. Me puse detrás de ella para confirmar que había dado fin a la lectura, con mi mano derecha tomé el lado derecho de su cabello y lo puse detrás de su oreja, me acerqué suavemente e introduje toda mi lengua dentro de su oreja y con la punta hurgaba hasta el fondo como si la penetrara, con mi mano izquierda sujetaba su cuello y con mi mano derecha ya libre le acariciaba el coño por encima de su pantaloncito suave y pude notar débiles sobresaltos de su cuerpo, respiración entrecortada, suspiros que terminaban en suaves gemidos. Lita cogió mi mano que frotaba su coño por encima del pantalón y me la sujetó fuertemente como queriendo tener mi mano ahí todo el día.
De inmediato nos fuimos a la habitación de su hermana, había una cama amplia y cómoda, aire acondicionado por el fuerte calor que hacía, sumado al nuestro que estábamos ardiendo. El inicio se dio con un beso tímido, luego entreabrimos nuestras bocas y nuestras lenguas fuera de ella empezaron a juguetear mientras nuestros labios seguían tocándose, nuestras manos acariciaban nuestros cuerpos, nuestra espalda, subiendo a nuestros cabellos, y bajando siguiendo nuestra espalda hacia nuestras nalgas, aprisionándolas firmemente una con cada mano.
Nos desnudamos despacio, admirando nuestros cuerpos y reconociéndonos una a la otra. Yo estaba de pie y ella sentada al filo de la cama con los pies en el suelo, abrí sus piernas, me metí entre ellas, pegué mi coño al de ella y me froté fuertemente sujetando mis manos a sus piernas mientras Lita me tenía sujeta de la cintura. Empujé su cuerpo a la cama y sus piernas fuera de la cama y abiertas, me arrodillé con mi cara frente a su coño. Con la punta de mi lengua recorrí el contorno de sus labios del coño, luego con dos de mis dedos separé los labios de su coño y mi lengua empezó a buscar el clítoris, mi boca lo empezó a morder con mis labios mientras ya mis dedos frotaban la entrada del coño. Con la punta de mi lengua empecé a mover el clítoris de la do a lado, golpeándolo luego con la punta de mi lengua traviesa, dos de mis dedos empezaron a penetrarla, entraban y salían sin cesar, así húmedos cada vez más entraban rápidamente; mi dedo índice de la mano que tenía libre, la izquierda, empezó a penetrarle el culo, ese gran y delicioso culo, Lita contorsionaba su cuerpo sobre la cama, sus orgasmos eran inminentes, disimulaba sus gemidos golpeando con sus manos la cama, pero aun así la escuchaba. Así seguía penetrando su culo y su coño a mi placer para el gustito de mi Lita, sintiendo como sus flujos venían, como su cuerpo ya no se contorsionaba sino que ahora se ponía tenso, rígido, tratando de aprisionar mi cuerpo entre tus piernas, como un sobresalto de ella me avisaba que tenía su flujo blanquecino entre mis dedos, los cuales me chupé con ganas.
Al levantarme y darte tus flujos desde mis dedos, observaba tu boca abierta, tu respiración entrecortada, tu rostro sudoroso, tu mirada perdida y satisfecha. Acerqué mi boca a sus pechos y mi lengua jugueteaba con sus pezones para después con mis labios morderlos delicadamente, la palma de mi mano frotaba su coño de arriba hacia abajo.
Me subí en la cama con mi coño sediento de sexo, me lo frotaba con ganas a su muslo izquierdo mientras le comía la boca a besos. La puse boca abajo, me subí en ella y mi coño lo froté duro a sus nalgas y ella giraba su cabeza y yo acercaba la mía para darnos un lujurioso beso. Esto motivó más a mi nena, crucé mi cuerpo, y empezamos un lento y delicioso 69, nuestros coños en nuestras bocas, nuestros dedos penetrándonos, moviéndonos sin parar hasta bebernos nuestros jugos. Quedamos ahí en la cama, descansando, luego nos fuimos al baño. En el baño, juntamos nuestros cuerpos, donde nuestros pechos se besaban y el agua fresca caía sobre nosotras, nuestras manos acariciaban nuestros cuerpos.
Lita: no necesité que me hablen bonito para hacerme ceder al capricho, con tus deseos y los míos he disfrutado plenamente.
Angie: siempre la primera, siempre maravillosa, cada vez más cerca de mí.
Lita: oh Angie, mis metas son claras contigo.
Angie: mi nena linda, estoy admirada de ti, eres ardiente y decidida.
Me fui hacia la pared del baño abrí mis piernas y Lita de rodillas ante mí puso su boca en mi coño y me dio una lamida mientras el agua caía sobre nuestros cuerpos confundiendo el agua con la humedad de mi coño. Luego del reparador baño, nos encaminamos a la habitación a vestirnos.
Salimos del departamento como dos grandes amigas, con la promesa de no dejar de vernos. Así sucedió que pasados dos días, decidimos encontrarnos en un lugar, en el centro de la ciudad de Piura, a las siete de la mañana, viajando por el interior de la ciudad, conociendo lugares y haciéndonos más amigas. Y después de este breve recorrido, llegamos a mi casa.
En casa estaba mi hermano, quien no tardó en comerse con la mirada a mi amiga Lita. Ella, era algo esquiva de contacto como si temiera que los chicos le hagan daño, pero su sonrisa era cautivante. Me fui a la cocina unos instantes mientras mi hermano y Lita intentaban conocerse un poco más. Al llegar a la sala nuevamente, Lita se acercó a mí, le pedí ir a mi cuarto y la pasar por delante de mí, le azoté las nalgas sobre ese jean azul que llevaba puesto, la tomé de la mano y fuimos a mi cuarto a estar a solas, sin duda que mi hermano entendió el mensaje, que la nena que estaba conmigo sin duda es muy ardiente.
En el cuarto, Lita se tiró en la cama y sobre ella yo, confundimos nuestras bocas en un ardiente beso mientras nuestras manos acariciaban nuestros cuerpos. En un instante estábamos desnudas, mis manos recorrían todo su cuerpo. Mis labios mordían sus pezones y después mi boca estaba pegada a su coño, Lita desnuda en la cama con las piernas abiertas y dobladas con la planta del pie sobre la cama y debajo de ella, en su delicioso coño estaba yo, con mi lengua dentro de ella, haciendo círculos con mi lengua dentro, masajeando las paredes de su coño. Y en ese preciso momento, mi hermano atraviesa la puerta, nos encuentra en plena sesión de sexo. En el rostro de mi amiga se dibujó el asombro. Salí rápidamente del cuarto rumbo al baño.
Al regresar del baño me quedé fuera del cuarto, observando atentamente por un rincón lo que sucedía en mi habitación. Pude notar que mi hermano acariciaba las mejillas de mi deliciosa amiga, ella sonreía, de un momento a otro ella se sentó sobre la cama, pegó sus pechos al cuerpo de mi hermano y le ofreció sus labios en un beso cargado de lujuria y deseo. Dos dedos de la mano derecha de mi hermano se introdujeron en el coño de Lita y en su excitación, ella lo abrazó fuertemente. La mano de mi amiga se deslizó suavemente sobre la verga de mi hermano, cogiéndola por su parte media del tronco, frotándola de arriba hacia abajo, dándole una suave masturbada, provocando la excitación de ambos.
Mi ardiente amiga se puso a cuatro patas, con las piernas abiertas, en posición de perrito, dándole la espalda a mi hermano, ofreciéndole una gran vista de su culo. Mi hermano estaba de pie en el piso del cuarto, y luego se inclinó hacia el culo de mi amiga, lamiendo desde su coño hasta el final de la raja de su culo, cuyo recorrido de su lengua excitaba más a mi amiga. Luego mi hermano fue hacia su culo, metiéndole toda la lengua por ahí para humedecerlo aún más, lo cual arrancó grititos de placer de mi amiga mientras los dedos de su mano le penetraban el coño.
Mi hermano luego se subió en la cama, repitió el beso negro, metiendo su lengua en su culo y masturbándola con sus dedos en el coño de ella. Con los dedos húmedos por la excitación de Lita, mi hermano se humedeció la verga, luego puso sus manos en la cintura de ella y acercó su humedecido ano a la punta de su verga. En un segundo, la cabeza de su verga estaba dentro del culo de mi amiga, lo cual le provocó un grito de dolor; ambos se quedaron quietos, dándose caricias para dar tranquilidad a mi amiga y calmar el dolor. Poco después el culo de mi amiga se había comido media verga, el placer se abrió paso al dolor y suavemente se fue introduciendo la verga en el culo de mi amiga, hasta que sus bolas golpearon sus nalgas, quedándose quietos una vez más, para después moverse muy despacio, y alcanzar el punto máximo de excitación en que los cuerpos se movían rápidamente y a placer hasta que juntos llegaron al orgasmo mientas Lita con una de sus manos se masturbaba el coño para aumentar su placer.
Me dirigí nuevamente al baño, me entretuve ahí más de cinco minutos, cuando regresé al cuarto, encontré a Lita echada en la cama, con una sonrisa de satisfacción, con una mirada de felicidad. Me acerqué a ella, acomodé los cabellos que cubrían su rostro, le di un tierno beso en los labios, y una sonrisa cómplice se dibujó en nuestros rostros.