Encuentros 7
La continuación de nuestra historia... Angela como siempre un placer y un privilegio escribir contigo...
ENCUENTROS (7)
La veo abrir la puerta, su rostro tensionado, sus ojos cristalinos y brillantes, me mira por uno segundos y el deseo se aloja en mi pecho. Sus manos me aferran por los hombros y me introduce con violencia al baño... sus labios me esperaban, ese sabor tan anhelado nuevamente, me enloquece el beso que nos damos, no existe más nadie, estamos aquí unidas por la pasión que nos ciega, por la lujuria que nos cubre, por el más bajo instinto que se posa sobre nosotras y nos hace desear y caer en los brazos de lo incorrecto, de lo inmoral, de lo prohibido… caer en la infidelidad.
Se aleja de mi un poco para retirar mi short, lo hace desesperada, agarro una de sus manos y la forzó a subir a mí altura nuevamente, la volteo para ubicarla en contra de la puerta, mis lentes salen volando, quería observarla en plenitud, mi poca cordura corre presurosa, espantada de las ganas que me producen esta mujer… tu piel me pide caricias, caricias que no niego ni un segundo, vuelo a sus labios... devorándolos, haciéndolos míos, sus manos alcanzan a quitar la parte de arriba de mi bikini, sus uñas se clavan en mi con fuerza, marcando mi piel con cada contacto, mi excitación sube mientras que yo bajo a su cuello para darle caricias, chupones, lamidas y hacerle subir el deseo por mí, la muerdo con fuerza y sus gemidos me indican el camino correcto para seguir, Me jala hacia a ella una y otra vez, mi deseo a flor de piel, su cadera empieza un vaivén hacia delante.
-¡Quiero hacerte mía, ahora! - Le digo, antes de llevarme wu pezón izquierdo a mi boca, lo empiezo a lamer de una y otra forma, sacando profundos gemidos de su ser, erecto y dispuesto a mis cariños, una vez en mi boca, con mi lengua lo recorro de palmo a palmo, lo hundo y lo libero, siento su piel escurrirse en mis manos, aprieto su seno con toda mi boca, intentado devorarlo por completo, su vientre empieza a tensarse y aflojarse...
Su piel está de nuevo en mis manos, estoy demasiado excitada, muriendo por ser suya. Con desespero arranco su bikini en la parte de arriba y atajo sus senos en mis manos, tocándolos con fuerza, exprimiéndolos, palpando su tersa piel con mis manos. Luego, mientras besa los míos y me hace gemir por la maestría de su lengua, marco con mis uñas su espalda. Mi cadera se mueve rogando porque me toque, pidiendo llegue a mi zona humedecida, mi vientre tiembla y mi respiración se agita con cada roce de su lengua en mis senos. Con una de mis manos pego con fuerza su cabeza hacía mi y con la otra sigo dejando huellas en su espalda.
- ¡Rox hazlo ya! ¡Hazme tuya! - Le ruego ya sin aliento.
Escuchar su suplica, su deseo hilarante, sus ganas por mi... me llevan al éxtasis total, sigo enloqueciendo de caricias su pezón, y con mi mano jalo la tanga que lleva puesta, me aparto unos momentos, para ver su figura nuevamente frente a mí, su piel divina... sus ojos incendiados de pasión. Mis ganas por hacer que se corra en mi boca, beso su abdomen y me arrodillo a sus pies para encontrarme con su sexo totalmente depilado y en posición para mis caricias.
Levanto una de sus piernas y la ubico sobre el retrete, mis manos acarician sus senos, los aprieto y los libero, sus caderas siguen moviéndose en un ritmo frenético, miro sus labios mayores y los rozo con la punta de mi lengua, un ligero grito se escapa de su boca y observo como muerde la palma de su mano para no gritar, con mi mano abro su sexo, dispuesto completamente para mi, para ser mío una vez más, un primer lengüetazo que recorre desde el clítoris hasta la entrada de su vagina la hacen perder fuerza, y sus rodillas temblar, se queda inmóvil y tensionada, ahorrando energías para lo que se avecina.
Sin esperar decido atrapar entre mi boca, su capuchón, su punto de placer, ese pequeño y minúsculo centro de sensaciones enloquecedoras que hacen rendir a cualquier mortal, con cada contacto de mi boca su cadera se relaja y se contrae, con cada movimiento mi lengua inquieta busca su vagina y la penetro con demencia, sintiendo sus flujos embriagar mi ser, mis deseos no merman, su vagina se contrae y se dilata con cada ingreso de mi lengua en su interior… en minutos un primer orgasmo llega sin buscarlo.
Subo nuevamente a su clítoris, para aprisionarlo con mi lengua, hago movimientos rápidos y continuos, lo empujo y lo libero las veces que mi lengua lo desea, su cuerpo se contrae nuevamente, la escucho aguantar sus gemidos, saco completamente mi lengua y hago caricias más profundas y rápidas sobre su clítoris, cuando la escucho gemir y contraerse totalmente, introduzco dos dedos de golpe en su vagina y siento su calor de mujer escurrirse por mis dedos, aún con la pierna arriba, busco sus labios para darle a probar su propio sexo y me recibe expectante, sudorosa y cansada.
- ¡Esto no acaba aún! - Le susurro antes de besarla. Empiezo un mete y seca en su vagina, golpeando su cuerpo contra la puerta del baño, sus movimientos se hacen uno con los de mi mano y sus uñas se entierran en mi espalda, produciéndome dolor y satisfacción, mis dedos ingresan una y otra vez en un eterno y constante suplicio porque no llevo un ritmo fijo para hacerla llegar. Retiro ambos dedos y vuelvo a acariciar sus senos, mi nivel de excitación no baja ni un segundo y aún quiero más de esa mujer que goza en mis brazos.
La miro ansiosa, busco el modo de besar sus labios, de probar mi sabor en su boca. Aún estoy muy excitada quiero más, con desesperación saco lo que queda de su bikini. Mi lengua está muy adentro de su boca y una de mis manos toma su pezón, ésta duro y me encanta. Mi otra mano busca su clítoris y lo muevo sin piedad, muerdo sus labios. Su humedad me seduce y me invita a entrar en ella, al tiempo que Rox hace lo mismo dentro de mí. Me penetra de nuevo y detengo nuestro beso para dejar escapar un gemido.
Sigo tocándola y me enloquecen sus suspiros. Mis labios bajan a sus senos.
El contacto de sus manos en mi cuerpo me encanta, la humedad de su ser me enloquece, la penetro con ímpetu y siento su vagina estrecharse ante mi contacto, comienzo a gemir con más fuerza y refleja esa potencia en el movimiento de sus dedos en mi cadera, se mueve fuerte y me acerco más a su cuerpo.
- ¡Alto! Quiero ponerte en cuatro - Le digo, primero con pena y luego con morbo.
La miro expectante en espera de que lo haga.
Saco ambos dedos y su rostro de sorpresa me excita
- ¡Hazlo!- Exclamo sin ningún tipo de pudor.
- ¡Coloca las manos en el lavabo! – Le ordeno, el espejo que tenemos al frente me permite ver tu rostro, me ubico detrás de ella y su rostro de perversión se refleja en el vidrio, mi excitación vuelve y sube hasta el tope
- ¡Me tienes súper excitada! – Digo entre gemidos.
La acaricio desde el cuello, pasando por la espalda y aterrizo en su cola, apretándola con demencia… completamente aprisionadas entre mis manos.
Miro tus ojos a través del espejo me encanta como me miras con lujuria, mi piel se eriza con su tacto, con esa manera de tocarme que despierta sensaciones en mi jamás vividas.
Inclino su espalda 90°, abro sus piernas, mi sonrisa de maldad es observada por la intensidad de sus ojos verdes, que me indican lo excitada que esta, muerdo mi labio inferior y sostengo aire para continuar con lo que mis ganas quieren. Sin permitirle dudar, introduzco dos dedos de golpe en su vagina, los dejo acomodarse a la estrechez de sus paredes y empiezo una fricción suave de mete y saca, a los minutos mis movimientos se intensifican y la penetro con firmeza, dejando en su piel toda la pasión que mi cuerpo puede entregar.
Sigo expectante deseando más caricias - ¡Ahhhhh! - Comienzo a gemir - ¡Sigue! - Le suplico.
- ¿Te gusta así? - Le pregunto, mientras que continuo penetrándola con fuerza, me agarro de sus caderas y empujo con demencia mis dedos en lo profundo de ella, alcanzo a palpar su punto G con el final de mis dedos.
- ¡Si Rox, así… sigue! - estoy sudando y muy agitada
- ¡Vaaamooosss! - Empiezo a morder su espalda y su rostro de satisfacción me tiene en la gloria.
Muevo mi cadera con furia y mis gemidos se vuelven gritos - ¡Estoy a punto! - Le informo en medio de mi frenesí.
-¡Ahhh! ¿Estás a punto?... ¿A punto de qué? - Le grito, mientras mi mano se introduce más y toco las paredes de su vagina completamente...
- ¡Agarra mis senos! – Le pido entre mi deseo y mis gemidos.
Sigo penetrándola una y otra vez, con más fuerza, mis uñas la arañan y bajan hasta una de sus tetas, la acaricio con fuerza y sus caderas siguen moviéndose contra mí en un ritmo salvaje e incontrolable.
- ¡A punto de llegar Rox! me matas mami así
- ¡Tú me matas a mi Andreina! Me encanta tu cuerpo... si vieras lo que siento al estar dentro de ti... estas demasiado buena... yo te… - Si seguía hablando confesaría lo que siento y ella solo quiere un rato de sexo y ya ¿o no?
- ¡Que ricooo! – Digo disfrutando lo que me hace
- ¡Sí!... rico cogerte... así... - Mi mano sube a su hombro y la jalo con más fuerza, el mete y saca se intensifica aún más, veo que cierras sus ojos
- ¡No aguanto más mami! ¡Quiero correrme! – Grito entre mis jadeos, mientras mi cabeza se arquea hacia atrás.
- ¡Córrete ya mi vida! - Su vagina se contrae en mi mano y con la que aún tengo libre la ubico de inmediato en su clítoris y empiezo a frotarlo con demencia.
- ¡Me corro! ¡Me corro! – Grito - ¡AHHHHHHHHHHH!
- ¡Grita!... ¡Grita sin tapujos! - Su clítoris hinchado y su vagina succiona mis dedos, se expande y se contrae completamente, imposibilitando que siga moviéndoles, los espasmos en su cuerpo... me indican que ha tenido un último orgasmo, entre mis dedos se escurre su flujo, nuestras respiraciones agotadas y cansadas, dan por finalizada este nuevo encuentro entre ella y yo.
Me quedo estática, con mis manos aún sujetas al lavado, esperando que mi respiración y mi cuerpo se normalicen. Me siento débil y agotada. Rox con ambas manos acarició mi espalda logrando que la arqueara de nuevo. Suspiré y abrí mis ojos encontrándome los suyos en el reflejo del espejo. Caí en cuenta de que lo había hecho de nuevo, que volví a caer ante mis deseos y los suyos, volví a ser suya. Tomé aire, irguiendo de nuevo mi cuerpo, sintiendo las gotas de sudor recorrerme y sus ojos clavados en mi. Lo primero a lo cual atiné hacer, fue a levantar del suelo mi bikini.
La veo levantarse, pensé que diría algo, pensé que luego de hacerlo nuevamente, diría algo sobre lo ocurrido, pero sus manos buscan su bikini, por el orgullo que me cargo hago lo mismo, empiezo a vestirme, mi rabia y decepción va en aumento. La adoro con todo mi ser y solo se viste en frente de mis ojos sin decirme una sola palabra… ¿Quién demonios se cree que es?, me abrocho el botón del short y busco mis gafas negras. Mi corazón una vez más empieza una batalla campal, entre el hablar ó callar, entre el confesar mis sentimientos ó hacerme la de la vista gorda…
Sus manos giran la perilla de la puerta, la entreabre y vuelve a cerrarla de golpe, una lágrima cae por sus ojos y se abalanza sobre mí, de una forma tan tierna, tan especial; la recibo con todo el cariño que tengo… pasamos mucho tiempo aferradas la una a la otra, olvidándonos del mundo y de todos a nuestro alrededor, sus brazos en mi cuello, los míos en su cintura, su olor impregnando el ambiente… Aún con mis ojos cerrados, siento el roce de sus labios con los míos, tan suave… una explosión en mi corazón que solo me dice que esto es amor, con ambas manos toma mi rostro y me regala el beso más tierno que he podido tener en mi vida, su lengua juega con la mía en una perfecta sinfonía, se separa y a escasos centímetros de mi… susurra levemente…
Traté de abrir la puerta de marcharme sin decir nada. Fingiendo ser insensible, impidiéndome a mi misma sentir esto, pero no puedo. Una lágrima inunda mis ojos y solo atino a lanzarme a sus brazos a sentirme refugiada por su protección una vez más. Deseando miles de cosas y siendo clara en que no puedo lograr ninguna.
La beso, la beso con mis labios pero entregándole mí ser, mi alma y todo el amor que puedo sentir. El beso se alarga y nubla con ternura mi corazón, ciega mis sentidos. Y al hacerlo solo me separo un poco, un centímetro solamente para susurrar muy bajo.
- ¡Yo... Te quiero Rox! - Confesé a medias, sin poder decirle de lleno que la amo, sin poder expresarle que sus labios son mi vida y sus gestos mi alegría - ¡Te quiero! - Repetí un poco más fuerte - ¡No te miento cuando te lo digo! - Volví a besarla con la misma ternura por un corto tiempo y alejarme de nuevo.
Sus palabras son mi sustento, lo que quería escuchar antes, lo confiesa ahora, se aleja de mí, pero lo impido… mi sonrisa, este sentimiento correspondido… siente por mi… mis rodillas tiemblan, mi cuerpo es recorrido por una sensación cálida… esta vez soy yo quien toma su rostro entre mis manos -¡Yo también te quiero!... – Le doy besos cortos en sus labios, la inundo de besos y la abrazo -¡DEJALA! Escápate conmigo, vivamos esto… vámonos lejos… - Se aleja de mi nuevamente y un nudo en mi pecho y garganta se forma rápidamente.
Abro la puerta con intenciones de salir corriendo, con el fin de que no me vea llorar intensamente, como tengo ganas de hacerlo… Antes de salir, antes de que alcance a decirme algo, la interrumpo - Desearía que las cosas fuesen diferentes - La miré a los ojos. Dio un paso queriendo detenerme pero no hizo más. Estaba declarándole que no tenía fuerzas para luchar contra nuestra extraña situación, me estaba rindiendo - ¡Lo siento, no puedo hacer esto! - Me disculpé, ahora sí dejando huir mi llanto y sin más me fui a la habitación.
Llegué al cuarto que compartía con Lore, como una niña sólo alcancé a arrojarme a la cama, lanzándome boca abajo, escondiendo mi rostro en una almohada, mojándola con mis lágrimas, sintiendo este dolor abrazarme por completo. Queriendo poder hacer lo que me pidió, huir lejos y permanecer a su lado, amarla, dejarla que me ame, asegurarle con dulces besos cada mañana que mi corazón le pertenece. En medio de pensamientos tormentosos y con las lagrimas agotándose, al cabo de no sé cuánto tiempo me quedé dormida.
Una vez más me deja tirada, una vez más soy una idiota masoquista con una mujer que no es capaz de estar conmigo y vencer sus miedos… como me recuerda esto a mi primera novia, aquella que tuve cuando salí del closet y nunca pudo corresponderme igual, era su noviecita a escondidas, mientras la veía salir con cuanto tipo existiera, aparentando algo que no es…
Con la rabia a cuestas y un dolor punzante a rastras, salgo del baño, busco en la cocina una botella… de lo que sea, no me importa… atino a atrapar entre mis manos una botella de Aguardiente. Bebo un gran vaso de golpe y el líquido caliente se mezcla con mis lágrimas, Marcela aparece sin ser llamada y al obsérvame su expresión cambia, me agarra de la mano y me lleva hasta la habitación.
Miles de preguntas me hace, ni una respuesta obtiene, con cada pregunta un nuevo trago, mis lagrimas se hacen incontenibles y lloro, lloro por una mujer que no me pertenece, una mujer que ha sido mía tres veces pero que con cada contacto me hace suya en cuerpo y alma. El licor hace sus efectos, mientras que la tarde cae y nos arropa con su manto.
No he dicho una sola palabra porque no tengo palabras que decir, mi compañía solo se queda conmigo en silencio, hasta que empiezo a hablar… disparates e incoherencias, de lo mucho que empiezo a querer a Andreina, del dolor que me consume, así como consumo yo esta botella. Intento levantarme pero estoy demasiado ebria para hacer algún movimiento, me ayuda a cambiarme la ropa, una franela sin mangas azul marino, con un pantalón a media pierna blanco.
Salimos y mi vista intenta ubicarla, Lorena está en la piscina y mucha gente se fue a dormir ya. Me acerco al asado y el solo olor revitaliza mi mente, Marcela me acerca la comida y con desgano alimento mi cuerpo, mis ojos la buscan pero no aparece… -No está desde que se fueron – Escucho un susurro de Marce. Asiento y me pierdo observando el agua de la piscina.
-Prima… ¿Qué te hizo Marcela que estabas extraviada? – Grita Lorena
-¡Nada que quieras saber! – Le respondo, se acerca a mí y sus ojos observan mis hombros.
-¡Ja, ja!... pero si mira como te volvió, tienes una fiera en… - Guarda silencio y aparece en mi campo visual… la dueña de mis tormentos, la que envenena mi alma con una caricia y regresa mi alma al cuerpo con una mirada.
Me despierto no sé ni la hora, pero la tenue luz que se escurre por la ventana me dice que finaliza la tarde. Con movimientos lentos y desganados me levanto hacía el baño. Tomo una ducha que dura mil horas, siento el agua buscar relajarme sin mucho éxito, al salir del baño me coloco un paño que cubre mi cuerpo, me detengo ante el espejo. Observo mis ojos, de color marrón muy claro por haber llorado. Un recuerdo fugaz se hace presa de mi mente, su mirada a través del espejo, esa conexión que existe entre su mirada y la mía… y con mucho dolor me alejo del baño. Quisiera solucionar esto de una sola vez, olvidarla o luchar por ella pero esto no, ya no resisto más esta situación. ¡Quiero una salida! Lo que sufrí al sentir los cambios de mi relación con Lorena no se compara, pero ni siquiera un poco, con el dolor que siento por no poder tener a Rox.
Me coloqué un short y una franelilla, bajé en busca de algo que me distrajera, un poco de comida... ¿A quién engaño? En realidad iba en busca de noticias de ella, quería saber cómo se encontraba. Regresé a la piscina y me encontré a Lore sumergida en el agua viendo en dirección de Rox y Marce, me aproximé mientras hacía un comentario de las marcas que yo hice en el cuerpo de Rox y ella creía que Marce había hecho. Lore al verme salió de inmediato del agua en busca de mis labios.
-¡Amor al fin despiertas! Te quedaste dormida hace horas.
-¡Sí! Estaba agotada - Afirmé sin ganas, devolviendo su beso.
-Es mi culpa por no dejarte dormir en la mañana - Sonríe con picardía pegando su cuerpo al mío, mojando mi ropa. Fingí una leve sonrisa.
-¡Claro que…! - Continuó, girándose a ver en dirección de Rox - No fui la única que entretuvo a su chica. ¡Mira amor! Como esta Rox de cansada - Se ríe. Lore no puede ser más imprudente - Se perdieron toda la tarde ja, ja, ja, haciendo travesuras - Furiosa clavé mi mirada en la de Rox.
Ella evadió mi mirada. Yo respiré profundo y me acerqué a la mesa, el aroma del asado había despertado mi apetito por completo, Lore me siguió tomando mi mano .
Su mirada me tuvo sin cuidado, pero los tragos me tenían supremamente mareada… Lorena y Marcela hablaban sin parar, como me gustaría tener un control para callarlas y apagarlas, luego de comer, fui hasta la orilla de la piscina, me senté con las piernas en el agua y mi prima apareció.
-¡Bueno!... ¿A ti que te pasa? – Me pregunta
-Estoy enamorada y no me corresponde – Bebo un trago de gaseosa (refresco)
-Si es así… ¿Qué hace aquí contigo? – Me quitó el vaso de gaseosa y lo cambió por una de cerveza
-¡No es ella! Es otra mujer – Sonrío
-Mmmmm, veo… te estás sacando el clavo con esta…
-Piensa lo que quieras…
-¡Uy! Pero que geniecito… - Uno de mis tío la apartó, la jaló por el hombro y se la llevó en medio de la conversación, tuve deseos enormes de decirle que era Andreina, que la dueña de las marcas de mi espalda era ella… pero no pude. No entiendo que sucedió ó como llegaron hasta este punto las cosas, pero Andreina y Marcela se encontraban en franca discusión a lo lejos de aquí, quizás pensaban que nadie las veía, pero desde mi ubicación pude observarlo… Manoteaban y el rostro de ambas incendiado en ira, al final una sonora cachetada de Andreina hacia Marce, cerró la discusión.
Mi reloj marca las 3am y viendo que la fiesta se desarrollaba en otro lado de la casa, decidí levantarme y llegar hasta donde ella se encontraba.
-¿Y eso tan sola? – Pregunto con la cerveza aún en mi mano.