Encuentros 5

Hasta que al fin nos pudimos poner de acuerdo no???.. Esta historia es en conjunto con Angie... los impares los publico yo y los pares ella... Espero y les guste!!!!

ENCUENTROS (5)

Camino hasta la choza del fondo con mi prima Adriana avanzando a mi lado derecho, con Robertico colgado en la pierna izquierda y en la espalda a Lucas, de lejos alcanzo a ver a mis tíos, echando bromas y con cervezas en la mano, son cinco en total, cada uno con su esposa, la única mujer de la familia fue mi madre, por la falta de iluminación en muchas zonas de la casa no detallo bien a las personas, pero una figura familiar hace que mis ojos se distraigan sobre su cuerpo, a escasos metros de su espalda, su aroma es inconfundible. Lucas empieza a gritar que quiere su paseo en burrito, aflojo a Robertico de mi pierna y mi corazón late fuertemente… imposible olvidar este contorno. Los niños se liberan de mí y otra de mis primas llega a saludarme.

- ¡Peke! Has venido, tantos años sin que te dignaras de aparecer en estas reuniones familiares, aunque… viéndote bien… ya no estás tan pequeña… Jajajaja - Sigue hablando pero al ver girar el cuerpo de la dueña de mi distracción, el mundo se paraliza por un momento y estoy completamente segura que tengo cara de desmayarme, el asombro por verla aquí… agarro un vaso lleno de cerveza y lo bebo de golpe. Al voltearse su rostro se encuentra con el mío, mientras su expresión de asombro se asemeja a la mía.

- ¡Esta es mi novia… Andreina!... Andreina esta es Peke… o mejor dicho la Doctora Roxana… - Nos presentó inocentemente mi prima… Lorena(OMG :S).

Sonriente termino de girarme y la veo… ¿QQQQUUUUUÉEEEEEE? Pero ¿CÓMO? ... Palidecí en un instante, creí qué me iba a morir. ¿En qué mundo puede ser posible qué Rox sea prima de Lorena? ¡Dios!.

Mi sonrisa se borra instantáneamente y me lleno de seriedad, tratando así de cubrir mis nervios y lo helado de mi cuerpo. ¡Diablos!

- ¡Mucho gusto doctora Roxana! - Le digo con voz fuerte y sobria ofreciéndole mi mano, tarda unos cuantos segundos en tomarla - Yo soy Andreina Montero.

- ¡Mi novia! - Recalcó Lorena agravando aun más la situación. Como si no acabara de decírselo ¿No?

- ¡Es un placer conocerte! - Dijo con aún más seriedad que yo. El contacto de su simple mano estaba llenando de electricidad toda mi piel. La solté abruptamente.

- ¡Vamos, sin tanta seriedad! - Intervino Lore - Amor puedes llamarla "Peke" ¿Verdad prima?

- ¡Claro! Somos de la familia - Respondió intentando sonreír y sentí la ironía de cada una de sus palabras. Lore se lanzó a abrazarla y yo seguía helada, estática en la posición en que me encontraba. Rox no apartó su mirada de la mía, ni un solo momento, mientras le correspondía el abrazo. Luego, Lorena volvió a colocarse a mi lado estrechando a ella. Y una chica que estaba cerca de Rox cortó distancia e hizo lo mismo... ¿Quién coños es esta cuaima?

El roce de su mano incendió la hoguera que existía en mí, se ve tan hermosa tan espectacular, tiene un jeans muy justo que no deja nada a la imaginación, una blusa que me permite ver toda su parte frontal, que me enloquece solo con admirarlo, sus ojos de un azul intenso, pero que lentamente se vuelven grisáceos… mis divagaciones mentales fueron interrumpidas por un abrazo… - ¡Diablos! No vine sola – Recordé a Marcela y antes que pudiera presentarla se presentó…

- Un placer, soy Marcela – Le da la mano a Lorena, ésta le devuelve una mirada de intriga y Andreina que desde el principio le hizo una cara de mil demonios.

- ¿De dónde conoces a esta preciosura? – Dijo Lorena, como siempre, tan prudente ella.

- Es… es del sitio que te comenté que escribía – Me acordé de una vez, que le comenté por email.

-¡Claro!… ¡Claro! Ese donde escriben cosas… locas… – Andreina fijó sus ojos en mí con rabia - ¡Se me había olvidado comentarte! ¡Mejor dicho no he podido comentarte, pues te me pierdes mucho tiempo! ¡Andre también escribe allí! – Confesó Lore apegándose más a ella  <Me estaba muriendo de los celos>.  Andreina la miró como si quisiera impedir que hubiese dicho eso ultimo. ¡Creo que Andri y yo “tragamos grueso” al mismo tiempo!

Apareció Lucas montándose en una silla y encima para mi espalda…

- ¡Las dejo un momento, tengo asuntos que atender! – Le lancé una sonrisa  a Andreina y salí a pasear a Lucas en mis hombros.  De lejos daba una ojeada, mientras ellas conversaban, traté de calmarme, pero cuando sentía que no podían verme, me deleitaba en ella, en esa mujer que apareció en mi vida y que el destino no quería que se fuera, feliz muy feliz de verla otra vez, pero mi prima… es novia de Lorena, eso fue un golpe bajo, llevaban años juntas -¿Cómo pelear con eso? – Pensé…

-¡Ota vuelta pima! – Gritó Lucas, cuando pensaba bajarlo.

Rox se va a jugar con los chicos. Estuve a escasos segundos de evitarlo, para que viniera y hablara a solas conmigo, pero recordé el sitio en que me hallaba y la compañía que tenía. Sonreí y tomé mi vaso de nuevo. Quedé a solas, con la niña que había traído Rox acá, una mujer bonita, lo admito... Lore, como es tan tímida mi novia (Irónicamente hablando), de inmediato empezó a sacarle conversación a la señorita.

El rencor y los... los celos estaban llenando mi mirada y ésta se estaba posando sobre ella. Marcela no era indiferente a mí mirar y me la devolvía con el mismo sentimiento. Ahora mi duda es ¿Sabe lo que pasó entre Rox y yo? O ¿Solamente le caí mal?

- ¡Voy por unos tragos! – Nos avisó Lore, dejando un fugaz beso en mis labios y huyendo hacía la cocina.

- Y… - Aclaré mi garganta en busca de un poco de amabilidad, recordando las normas de etiqueta - ¡Así que la conoces de la página!

- ¡Si, tengo la dicha de conocerla!

- ¿Desde hace mucho? - Pregunté. Ella sonríe.

- Si, ¡Pero hace poco, fue que decidimos verlo un poco más serio! - ¡Así que tienen algo! Pensé. Me llené de furia y de unas inmensas ganas de ir afuera a reclamarle. ¡Qué estúpida! ¿Reclamar qué? ¡No me pertenece!

- ¡Ah ok! - Respondí a medias, aturdida por lo que me decía ¿Cómo pasó todo esto tan rápido? Es prima de Lore  < ¡ES PRIMA DE MI NOVIA! La ansiedad estaba a punto de dominarme >  y de paso ¿Tiene novia?... Fuimos interrumpidas cuando llegó mi chica con las bebidas.

- … ¿Cómo les va a ustedes chicas? - Le preguntó mi novia, a la “novia” de la mujer que adoro.

- ¡Excelente! Bueno ya saben, salir con una doctora tiene sus sacrificios – Afirmó - Hay días que sólo nos da chance de ir a la cama - Apreté el vaso que sostenía en mis manos. Su tono de voz, lleno de descaro y picardía insinuando algo que hacia hervir mi sangre; y su mirada clavada en la mía llena de rivalidad. ¡Me estaba muriendo de la furia!

- ¡Ja, ja, ja! – Sonrió Lore – ¡Las entiendo!, Andre también tiene sus días, en los cuales, solo atina a mantenernos bajo las sabanas – La miré fulminantemente, a cambio me dio un beso muy fugaz. Ya me estaba dando fiebre de la ira. ¿Cómo es posible que Lore no vea las indiscreciones que hace?...

¡Quería salir huyendo de esa situación de locos!

Se acerca de nuevo la hermana de Lore, ésta vez para halar de su mano.

  • ¿Lore me das agua? - Decía con un puchero la nena, que ya cumplía los 9 añitos.

- Carla estoy hablando ¿No ves? Además sobre la mesa hay agua, no sean tan bobita… - Le dijo con fastidio en su voz. Carla me miró, con esos pequeños ojos tiernos y llenos de inocencia.

- ¡Ven princesa, yo te doy el agua! - Tomé su mano, mientras le sacaba la lengua a Lorena – Ya regreso chicas.

- ¡No tardes amor! – La miré nada más y partí a la cocina. Le di su agua a la nena y desde allá podía ver a Rox jugar con todos los niños sobre ella, se veía súper linda y súper tierna, daba ganas de besarla.

- ¿Andre?

- ¡Dime Carla! – Me sacó de mi visión.

- ¡Ven a jugar con Peke! ¡Es súper, ven! - Me jaló de la mano y me llevó casi arrastras hacía el jardín.

Con paso lento me acerqué a ella y sus niños pequeños. La miraba con temor de su reacción de lo que me diría. Quería abrazarla. Detuvo su juego y me miro.

- Hola - Alcancé a decir suavemente.

- ¡Hola! – Tenía a los niños encima y la algarabía que teníamos no me dejaba escucharla bien, me levanté y Carla siguió con los niños – ¿Te gustaría jugar? – La miré con una tremenda sonrisa, sintiendo el jalón de Roberto por la pierna, caí de rodillas en la grama y me sostuve en sus piernas, mientras la jalaba por el brazo y Adriana de manera cómplice pero a la vez inocente la empujaba hacia mí. Siento su cuerpo sobre el mío, cada fibra de mi ser, me pide, me exige que estos instantes de dicha no pasen… el resto de mis primos nos caen encima y damos vueltas en el jardín, nos reímos a carcajadas y nuestros rostros colorados por la emoción se acercan un poco, quizás más de la cuenta. Cada uno empieza a levantarse y a quitarse la grama de la ropa.

La ayudo a levantarse.  Ambas sonreímos y la imagen de aquella tarde vino a mi mente. Sentada sobre la grama con sus lentes negros así la conocí y así me entregue a ella.

- ¡Claro! ¡Juguemos!  - Aunque ya habíamos empezado… ¿No?

Quisiera decirle tantas cosas y no puedo. Quisiera besarla y no debo, ni puedo. Estoy acorralada en este mundo del deber y el querer.

- ¡CORRAN QUE LOS PERSIGUE EL OGRO!... CORRANN JAJAJAJA! – Les dije con voz de ultratumba a todos los pequeños, Andreina cargó al más pequeño y salieron detrás de los arboles, fui atrapando uno por uno y los fui metiendo en una choza… todos corrían despavoridos mientras los agarraba por los pies y los llevaba arrastras, Carla un poco más grande que el resto me hizo correr por todas partes pero al fin la alcancé.

Me dirigí hasta detrás de los árboles y Robertico salió corriendo dejando atrás a Andreina, la miré fijamente, estaba roja por estar moviéndose de un lado para otro, la música sonaba a lo lejos, mi respiración estaba entrecortada por el esfuerzo físico, pero me encontré con sus ojos, mieles intensos, me perdí en ellos por demasiado tiempo, tanto que fue ella quien cortó el silencio.

- ¡Niños! – Afirmé cortando el silencio. Sonreí y tomé aire profundamente. - ¡Ya no estoy para estas cosas! - Sonreí de nuevo.

-¡Te quieren mucho! - Dije mirando a los chicos.

- ¡Un poco! – Se forma una bella sonrisa en sus labios  y mira en la misma dirección que yo - ¡Es sólo porque los jodo mucho! – Nos carcajeamos de la risa por su comentario. Me hipnoticé en su espectacular sonrisa unos segundos y luego de volver al mundo real recordé todo, mi novia, la suya… y me llené de ira. Quité mi mirada de su cara de golpe.

- ¿Te pasa algo? – Le pregunto directo, conocía esa mirada y necesitaba saber qué pasaba. Seguimos detrás de los arboles, bajé mi mirada y mi mano quedó a mitad de la suya, la vio y esbozó una media sonrisa, seguida de una expresión de odio en sus ojos.

- ¡Nada!, - Le miento; mmm, mentir últimamente como que se ha convertido en lo que mejor hago - ¡Sólo que ya deberíamos irnos! - Propongo seria alejándome de ella.

- ¡Vamos Andri! Mentiras conmigo no, ¡Por favor!, ya es bastante extraño que seas la novia de Lorena…- Coloqué una mano suavemente sobre su hombro y luego la quité despacio, mi voz sonaba dulce y suave.

Siento su mano en mi hombro y quiero sentir más, quiero que me abrace, que me bese, ¡La quiero para mí!

- ¡No es nada! Sólo que esto es tan irónico, tan extraño - Digo con frustración, con desaliento en mi voz - ¡Somos primas políticas! ¿Te das cuenta?  ¡Es una maldita broma del destino hacerme esto!

- Andreina… yo… - Apareció Carla, buscándonos para la cena familiar.  Andri salió antes que pudiera terminar alguna frase, caminé detrás de ella, mientras observaba el rostro de mis tíos cambiar ante su presencia, tomamos asiento en una gran mesa, alrededor de 20 personas reunidas, sin contar los niños. Hablaban de una y mil cosas, hasta que se centraron en la relación de Lorena y Andreina. Quedé perpleja escuchando las humillaciones y las bromas de mal gusto, simplemente no podía creer lo que allí pasaba.

La bendita cena familiar; sólo quería irme de allí.  Rox y su... su acompañante se sentaron frente a mí y Lorena, que para cuando me di cuenta ya estaba algo pasada de tragos, a mi lado. Lore comenzó a meter sus manos bajo la mesa para acariciarme. Yo la alejaba y volvía, siempre se ponía en estas cosas cuando había tomado un poco de más, pero hoy no toleraba para nada su comportamiento.

Por momentos fijaba mi mirada en la de Rox, pero solo por momentos. La conversación iba bien hasta que...

- ¿Entonces Lore? ¿Cómo sigue su "relación"? - Dijo uno de sus tíos, , con ironía y una burlita detestable.

Apreté mis dientes con disgusto, para lo único que invitan es para fastidiarme.

- ¡Perfecto! - Dijo Lore en medio de su ebriedad.

- ¡Puff aún no entiendo cómo diablos hacen! - Volví a apretar mis dientes. Lore tuvo el descaro de sonreír gracias al comentario, mientras yo ejercía al máximo mi auto control para no insultarlos y largarme sin que me importara nada.

- ¡Basta papá! - Dijo su hijo mayor - No hablemos de cosas asquerosas mientras estamos en la mesa - ¡Desgraciado! Lore ni idea tenía del lugar dónde estaba siquiera, creo pues, ni se inmuto ante el comentario.

- ¡Ahh las lesbianas lo que están es falta de un buen macho que las haga sentir y así se les quita la mariquera! - Dijo uno de los hombres más jóvenes con tono grotesco. Un imbécil que quiso ligar conmigo y como me negué me la montó. Lo miré para matarlo.

Me sonreí, Rox me miro expectante.

- Saben que su puta ignorancia me da es ¡Lástima! – Dije fuerte pero relajada, los miré con… con nada en mi, ni odio, ni dolor, yo creo que hasta ya ni lastima, solo son descerebrados…- Métanse su cena por… donde les sea más conveniente; ¡Yo me largo!

No mire a mas nadie solo mire a Lore como diciéndole “¡Tú ves si te quedas en este infierno pero yo no me quedo!”

- ¡Andre! – fue lo que alcanzo a balbucear. La miré con decepción y terminé de irme.

Salí del comedor y noté a Rox levantada diciendo cosas que no pude entender muy bien, pues gracias a la cólera que me cargaba, ya no escuchaba.

Fui a la habitación por las llaves de mi auto, ni mis cosas las empaqué; no me importaba dejarlas, solo me importaba irme a donde fuese.

Observé atónita lo que sucedía, Lorena casi dormida no decía nada ante los insultos que eran para ellas y que a mí por ser lesbiana también me caían. Vi como Andri perdía el control de sí misma, sus ojos de un gris pasaron a un marrón oscuro que no había visto. ¡Estaba furiosa y como no estarlo ante tanta basura! Así me da vergüenza decir que tengo algún parentesco con esos… a punto de intervenir ella me ganó, los puso en su sitio de un modo sutil… y se fue. Mi primer impulso fue ir corriendo tras ella. Pero debía sacar esto de mi garganta primero.

- ¡Que buena primo!, excelente tu comentario… Ya veo porque no sales de subir y bajar cajas en el mercado – Dije furiosa, ya levantada de mi asiento.

- Prima yo… - Empezó a tartamudear…

- ¿Tú qué? Hablas de las lesbianas, que les falta un tipo con algo entre las piernas, más bien faltan tipos con algo entre las orejas… cosa que ni en tus sueños vas a tener.

- ¡Sobrina! No lo tomes a mal, no es para tanto… - Dijo uno de mis tíos en tono conciliador.

- ¿Qué no lo tome para tanto?... ¿Es que ustedes son brutos o se las tiran? ¡Yo también soy lesbiana!... ¿Se les olvidó?, Lorena y Andreina tienen una relación de “n” años, ¿Cuánto duró tu última esposa tío? Ó tu… ¿Tan mal te sientes porque una mujer te rechazó?...

Todos tenían la cara cabizbaja, apenados por la situación…

- Y ¿tu?... Mauricio, de todos tu… ¿Acaso no sabes que toda la familia está enterada que te acuestas con tipos por plata?... ¡¿Ahh es que si tu les das no es ser gay, según tú?!... Encima hablas de asquerosidades… asqueroso, es ver tu billetera y encontrar crack, marihuana y éxtasis… ¿Se te olvida quien atendió tu última sobredosis?....

- Ustedes, grandes hombres de esta familia, que son mantenidos por sus mujeres, ahí está Lorena dueña de su propio restaurante y Andreina Ejecutiva en seguros, yo doctora… el mundo avanza, si siguen en la edad de Piedra se van a extinguir… Lo siento tías, pero si vuelvo a ver ó escuchar una sola palabra de desprecio, en contra de ellas, retiraré los fondos de mis padres de sus empresas… ¿Esta claro?...

Los dejé mirándose las caras como lo idiotas que son y me fui a buscar a Andreina. Me importaba ya muy poco lo que pensaran ¡Qué diablos! Solo me interesa ella y quiero saber como esta, necesito saberlo.

Ni si quiera pensé en Marcela, que lamentablemente presenció esa vergonzosa escenita familiar, ni en Lorena que estaba a un paso de desmayarse. Solo ella, solo Andri. Mi Andri. Puede ser novia de quien sea y seguirá siendo mi Andri.

Ya estaba en mi auto, introduciendo la llave para encenderlo y la veo acercarse. Se detuvo al lado del auto, baje la ventanilla. La furia aun incendiaba mi mirada.

- ¡Andri! ¡No sabes cuánto lamento eso! – Expreso con tono suave y sincero.

- ¡No tienes porque lamentarlo! – Dije tratando de suavizar mi tono y mi mirada, tanto como me fuese posible, pues ella no tiene la culpa de las babosadas de su familia – De todos modos me voy.

- Andri es demasiado tarde y esta carretera no es muy segura. Bueno si es que le podemos llamar carretera a este montón de barro y piedras. Mira que se me espichó una llanta de venida esta tarde. Y ¿si te pasa lo mismo? ¡A estas horas! Es un riesgo. ¡Quédate! – Me miró suplicante, traté de sonreírle para negarme a su petición.

- ¡No importa prefiero dormir bajo un árbol! – Sin decir nada abrió la puerta del auto y me ofreció su mano.

- ¿Por favor? – Su rostro repleto de suplica y ternura. - ¡Andri!

Tomé su mano y bajé del auto.

- ¡No entremos, vamos a caminar y luego cuando ya se hayan dormido, pues regresamos y así no les vemos las caras de nuevo! ¿Sí? – Dijo sonriendo. Me limité a asentir solamente.

Salgo corriendo, la busco por toda la casa, pero no aparece, una de mis primas me dice que ellas se quedan en la habitación de huéspedes, es un alojamiento aparte de la casa central que está detrás de la piscina. Avanzo, pero con cada paso, siento la rabia volver… ¿Por qué Lorena no hizo nada para defenderla? Hasta se burló de los chistes y humillaciones que le hacían a Andreina… ¿Cómo es posible que ella tolere eso?... - ¡El amor tonta! El amor te lleva a hacer estupideces… - Claro… estupideces como la mía, de defenderla, de buscarla y ahora hasta de estar pendiente de ella… ¿No puedo ser más obvia?

La veo llegar hasta su camioneta, entre ruegos, palabras dulces y mi preocupación a flor de piel, la convenzo de quedarse, de caminar conmigo para que se le baje esa rabia, en penumbras y en silencio, avanzamos hasta un claro en medio de la nada, el frío arropándonos con su manto, el cocuyeo de los animales silvestres…

La miro a mi lado, deseando simplemente congelar el momento, mi alma en paz por tener su presencia a mi lado, unas inmensas ganas de protegerla, de amarla, de dejar salir de mi este volcán de emociones, que solo ella me produce, es lo que más quiero y deseo pero es lo mas prohibido también. Me limito a seguir su paso, a estar a su lado, hasta cuando decide hablar.

Dejándonos llevar por sólo el instinto y nuestro sentir, caminamos hasta llegar a un claro. Sentía la suave, muy suave brisa fría en todo mi cuerpo, pero esa sensación chocaba con el calor de mi ira, trataba de relajarme con los vivos sonidos de la naturaleza, pero no surtía efecto. Estaba demasiado enojada y aunque trataba de hablar, no lograba decir nada. Pero su presencia a mi lado, allí, acompañándome en silencio, me tenía fascinada y sorprendida; mi carácter es fuerte y lo he tratado de dominar a toda costa, pues se lo hiriente y cortante que puedo llegar a ser. Pero de vez en cuando sucede lo de hoy, exploto, pierdo ligeramente el control (¿ligeramente?) y me cuesta algún tiempo recuperarme. Y mientras me recupero estoy acostumbrada a que las personas huyan de mi lado.

El que se alejen de mi no me molesta en lo absoluto, más bien es algo que agradezco, pero Rox es diferente, sigue acá y no sé si es porque aún no me conoce del todo ó porque sabe que su presencia tiene cierto efecto relajante sobre mí. Esté silencio suyo resulta ser mi mejor compañía, mi mejor consuelo; saberla conmigo me relaja. Me quedo mirándola fija mientras seguimos nuestros pasos, la noche oscura nos cubre y realza mis dudas... Hay tantas cosas que quisiera preguntarle, que quisiera confesarle. Al cabo de ésos minutos logro relajarme un poco más, pero aún no en su totalidad.

- ¿Rox? - Llamo su atención con mi voz suave...

-¿Si?... – Pregunto, como niña pequeña, viéndola fijamente y deteniendo mi caminar, evito su mirada, para no caer presa de mis sentimientos.

Detuve en seco mis ideas dudando si expresarlas o no, dudando, confundida en medio de esa línea que define lo correcto y lo incorrecto.

- ¿Por que tú familia es así conmigo y Lore? A ti te tratan normal, hasta bien – Pregunté, huyendo de mis ideas anteriores; abordando una duda que inundaba mi mente desde que la vi hablar perfectamente bien con sus tíos.

-Hay varios factores, pues uno porque mis padres eran los mayores de la familia y siempre los respetaron, yo salí del closet a los 15, jamás se ofendieron, me apoyaron y me ayudaron en todo lo que la vida les alcanzó… lo tomaron bastante bien, hicieron que mis tíos me respetaran y siempre los pusieron en su sitio en los momentos como hoy, en que se les da por ser “moralistas” - Observo su mirada curiosa ante mi respuesta  - La otra, que pienso yo, es la de más peso, es que mis padres cuando vivían amasaron un buen capital y lo invirtieron en la empresa familiar, así que legalmente soy dueña de la inmobiliaria que tenemos… así que o por hipocresía o por respeto me tratan bien y no se meten en mi vida. Y la última es que conozco los secretos de cada uno de ellos y saben que no soy de las que se deja “joder”… - Esbocé una sonrisa.

Como un rompe cabeza al cuál le encajan perfecto todas las piezas.

-¡Entiendo! - Me limité a decir devolviendo su bella sonrisa. - ¡Con razón! - Reí, que poca clase la de esa gente. En fin, no me importan.  Un par de minutos se llenaron de silencio. No sabía qué hacer, me hallaba indecisa.

-¡Gracias por esto! - Le dije con sinceridad, ya totalmente relajada, gracias al efecto de su compañía.

-¡No me des las gracias!... me gusta esto, aquí contigo… - Lo dije sin pensar y mi corazón se aceleró al tope - ¡Yo…! – Me enredé como papeleta y así como el primer día que la vi, empecé a tartamudear torpemente, dejando mi seguridad por el piso.

Sonreí ante su tartamudeo, y ante el regreso de tantos recuerdos, de tantas imágenes que sin ella no tendrían sentido ni vida, recuerdos que sin su presencia serían la historia de un día más en el parque, escribiendo mis historias, inventando fantasías que me liberan y jamás tendré el placer de vivir, pues sólo en mi mente tienen lugar.  Me acerqué con lentitud, perdiéndome en la vista de sus bellos ojos, dejando a mi cuerpo hacer, permitiéndole a mi alma estar cerca de la suya. Sonreí con timidez colocando mi mano en su mejilla, cerró sus ojos al sentir mi piel sobre la suya.

- ¿Sabes? Nunca antes tuve la dicha de ver a alguien que se pudiera mostrar tan excesivamente tierna y hermosa en un momento tan torpe - Sonreí llena de ganas de besarla.

-¡Ummmm! Tomaré eso como un cumplido – No puedo evitar que un suspiro escapara de mí, sostuve su mano con delicadeza y la bajé hasta mi pecho, justo donde se encuentra el corazón, sus ojos con ese color que me encanta, que me cautiva. - ¡Te late fuerte! – Dice en tono bajo – Late por ti… - Sin importarme nada, cerré el espacio que nos separaba y mis labios se inundaron con los suyos, de su sabor, su lengua tan familiar, un beso con sabor a reencuentro, con tantas noches soñando, con tantas horas deseando poder perderme en ella nuevamente, no perdería la oportunidad, que se cayera el mundo después, pero necesitaba urgentemente, cubrirme en sus labios. Mis manos en sus caderas, estrechándola suave pero firmemente contra mi cuerpo, el calor de nuestra pasión pidiendo más, mis hormonas a punto de enloquecerse, el beso subiendo de nivel, sus manos alrededor de mi cuello, sosteniéndose sobre mí.

Nos separamos despacio, con nuestras frentes y narices unidas, sin querer que se acabe el tiempo, -¡Te extrañé!- Afirmo -¡Te extrañé demasiado!- La abrazo, entregándole todo en un acto, siento que no me rechaza, siento que me quiere también… siento y siento… pero no sé si lo que siento es porque tengo la vaga ilusión que así sea ó porque es real.

Sus actos me matan, me dejan indefensa deseando su protección su modo único de amarme. Escuchar por parte de ella “Un te extraño”  era lo que necesitaba oír, era lo que quería saber, era una de mis dudas más fuertes; el saber si también me extrañaba.

-¡Yo también te extrañé! - Le confesé en medio de un momento perfecto - Estos... - Inhalé aire profundamente- ¡Estos días sin ti se me han hecho eternos! No sabes cuánto te he soñado, cuánto te he deseado y cuánto he aspirado tenerte conmigo. Poder decirte lo que siento. Confesarte mi verdad. Declarar ante ti sin temores "sin miedo a nada" - Sonreí levemente - Que si yo te robe el corazón en aquel árbol, entonces tú te llevaste mi alma, pues sólo a tú lado siento que respiro, me siento viva - Volví a unir mis labios a los suyos con toda la suavidad que tuve a mi alcance.

Sin querer hacerlo y con mucha lentitud me fui apartando de su boca. Quisiera poder callar mi corazón, frenarlo, evitar qué sienta esto; evitar su debilidad ante ella pero no puedo. Clavé mi mirar en la suya, deseando ser más, deseando estar en otra realidad. Deseando ser libre, libre para amarla. La miré un par de segundos pero no resistí, tuve la inmensa necesidad de girarme, ver hacía los árboles y respirar profundo para evitar que mi llanto saliera a flote. Sentí mis ojos humedecerse.

Su confesión me deja sin palabras, también me extrañó como yo a ella, no sé si emocionarme, gritar de la alegría... no sé nada en este momento, solo siento su beso, suave y cálido que inunda mi corazón y me envuelve en un manto de ternura incontrolable... Se aleja suavemente y su mirada no es igual, esta capacidad que tiene de subirme y bajarme en dos segundos, solo lo tiene ella, mi corazón se comprime, se aleja un poco de mi para darme la espalda, una vez más huye, una vez mas solo me da su espalda... -¡Rayos! No otra vez, no te arrepientas otra vez - Mi mente suplica.

Si me mente no me atormentara con el recuerdo de sus besos, si mis sueños no me acosaran con su presencia en ellos, si no culminara drásticamente cuando al fin la tengo cerca y puedo besarla, si mi alma no exigiese su mirar, si... Si yo no la quisiera como la quiero; tal vez si las cosas fuesen diferentes, tal vez si pudiera dejar de lado mis miedos; tal vez pudiera entregarme de lleno a esto. Lento muy lento me di la vuelta para verla de nuevo. Ella esperaba expectante a mi reacción pero yo no tenía ninguna para darle, solo quería tener ése momento, sólo quería tenerla en una imagen eterna.

Está pensando, se que está pensando... pero ni idea que le pasa por la mente, continuo en silencio a su lado, siento mi corazón pequeño, ansioso, una vez más decide mirarme y su silencio para mi espíritu sepulta la felicidad que en menos de 5 minutos me hizo sentir. Lo menos humillante es hacerme la loca, mostrarle que estoy bien, que no me pasa nada, pero no puedo ocultar mis sentimientos... es demasiado difícil, quererla así...

Sin más pronuncio palabras que no quiero, pero esta situación tan vergonzosa para mí es inaceptable, no puedo seguir quedando como una idiota enfrente de ella... - ¡Esta algo tarde! ¿Regresamos? - Pronuncio cada palabra, esperando que diga que no, que desea lo mismo que yo, quedarse aquí conmigo.

Su sequedad me sacó de mi impulso imaginativo de besarla de nuevo. Moví levemente mi cabeza haciendo un gesto de negación. - ¡Claro! Ya es tarde - Apoyé su frase y recordé la situación que nos esperaba en esa casa. - Tú acompañante ha de estar buscándote - Declaré con celos.

Y aún con más sequedad que la de ella afirmé - ¡Vamos! - Comencé a caminar sin verla de nuevo, no quería que notara mi estado de ánimo. Recordar como esa niña insinuó su relación con Rox, pensar que ella está disfrutando de quien yo quiero, la rivalidad en sus ojos como si supiera que está logrando arrebatarme lo que más añoro. Todo eso me daba furia; quería dejar que el dolor y la ira dominarán mi ser, solo deseaba reclamarle, decirle miles de cosas; de explicarle como me ha hecho sentir la presencia de ella acá, pero ¿Para qué? O mejor dicho ¿Con qué moral lo haría?   Seguí mi paso con el ceño levemente fruncido y sin mirarla.

Sus palabras se clavan como dardos en mi, su frialdad... ¿Cómo es posible que de un momento tan profundamente sentido, pase a ser una hielera?, decidí seguirla, pero su comentario sobre Marcela, abrió una ventana que no pensaba desaprovechar...

- Claro, Marcela debe estar preocupada - Caminaba detrás de ella, a dos pasos de distancia, con una sonrisa traviesa en mi rostro... Jajajaja, esta celosa la niña pues.

Llegamos nuevamente a la casa, todo se encontraba en un inquietante silencio, bordeamos la piscina y al llegar a donde estaba durmiendo, apareció de repente Marcela, lanzándose en mis brazos y estampando un beso en mis labios, sin dudarlo, le correspondí.

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PD. Disculpen enserio la demora... ha sido dificl encontrarnos Angie y yo pa seguir con la continuacion, lo bueno es que ya tenemos escrita casi las 3 siguientes partes entonces no esperaran tanto...

Como siempre un privilegio escribir con una Autora tan excelente como tu... si tu Angie... jajajaja... Me encanta poder desarrollar esta historia contigo y pues... espero que no sea la ultima...