Encuentros 3

Tercera parte!!! Y no solo fue sexo!!!!

Este relato es elaborado en compañía de una excelente escritora Ángela y pues yo.. jajajajaj

Para aquellos que apenas aterrizan, les coloco el link de las otras dos partes, las impares las publico yo y las pares las publica Ángela, esto es con el fin de compartir créditos.

Ángela, sabes que me encanta la forma en que escribes y full gracias… por dejarte convencer para hacer este relato… ;)

Para los que les ha gustado el relato, su continuación se dio por ustedes, esperamos no defraudarlos en lo que hemos creado hasta el momento… por cierto no es nada fácil cuadrar horarios para coincidir… sí o no Ángela?

LINKS

Parte 1 http://www.todorelatos.com/relato/73914/

Parte 2 http://www.todorelatos.com/relato/74204/

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PARTE 3

Me alejo de la cama, con la esperanza de que Roxana no me oiga y de que no se despierte y diga algo que Lore pueda escuchar.

-¡Hola amor! - Qué remordimiento de conciencia... pero qué descaro el mío, ya para qué, a buena hora me pongo moral... ya el pecado está hecho y disfrutado

-¿Dónde estás? - Me dice notablemente disgustada.

Me despierto, después de una noche sin igual... aunque esta vez fue ardiente y pasional, sentí... sentí algo más que solo sexo... - ¿Estaré hablando disparates? – Entre abro uno de mis ojos y palpo a mi lado pero no siento nada, me levanto rápidamente, pensando… - ¿Sería capaz de dejarme aquí tirada y dormida?... – Me vuelve el alma al cuerpo, allí esta, completamente desnuda, viendo a través de la ventana, la escucho hablar, pero aún estoy tan adormitada y exhausta que no puedo entender bien.

Supongo que es su novia - ¡Pobre novia!, por lo general, no apoyo esto de la infidelidad, pero es que... Andreina es tan perfecta - Me siento en la cama. Una rabia me invade, saber que su corazón tiene dueña, siento algo resquebrajarse por dentro, pero si esto es todo lo que tendré de ella - ¿Por qué me siento así entonces? - Las cosas han sido claras, ella tiene novia, la primera vez no lo sabía, pero la segunda sí… y no me importó

Trato de no hacer ruido, pero se gira y me ve... sin embargo sigue hablando por su celular, sus ojos verdes me nublan, me sonríe, a pesar de estar hablando con su novia...

La veo y esta hermosa, hermosísima… inevitablemente le sonrío y la vista que me da su cuerpo desnudo nubla mi mente, dejo de escuchar a Lore en el teléfono, no sé qué sucede, yo siento algo... siento...

  • ¡ANDREINA!!! - su grito me saca por completo de mi mente

  • Dime amor -

  • ¿Me estás oyendo? - Pregunta irritada... la verdad es que no, pero bueno...

  • ¡Si amor! te oigo

Siguió reclamándome un rato más y yo observaba el disgusto invadir el rostro de Roxana, se levantó con movimientos algo bruscos, llenos de ira, comenzó a juntar su ropa.

  • Lore, hablamos luego, debo irme - Le dije, sabiendo que todo esto me la iba a cobrar con una discusión más adelante, sin escuchar lo que dijo Lorena, corto la llamada.

  • Rox... ¿Qué haces??? – Le pregunto acercándome.

  • ¡Mmmm! ¿Qué crees?... Preparando el té - Digo con ironía, sigo recogiendo mi ropa... no voy a caer en los brazos de otra... de otra que venga a jugar conmigo como lo hicieron antes.

Su tono lleno de ira, provoca en mí un dolor ilógico, ¡Por dios! apenas la conozco pero que digo, si a cada rato que leía sus relatos, sentía una conexión con ella, no sé… es loco explicarlo, pero es como si me la imaginara, sentada en frente de una pantalla, el teclado sonando, suponiendo y pensando en cómo sería la autora de tan interesantes y maravillosas ideas, con cada historia que he leído de ella, me hacía sentir su presencia, jamás imaginé esto, que tendría la oportunidad de tenerla de frente… ¡jamás!!! Me acerco con cautela e intento tocarla, es que necesito tocarla, sentirla conmigo.

  • No se te ocurra tocarme. ¡Suficiente!... ¿Qué coño te pasa con tu novia?... ¿Qué coño quieres de mí? Yo... tu... hicimos de todo anoche – La señalo y la ira enciende mi rostro - Desde que te conozco no quiero dejar de tocar tu piel... pero tampoco para que contestes en frente mío... ¿Todo lo que soy, es ser tu amante? - Le pregunto, no sé porque me duele que me trate así, esperaba otra cosa... ¿Quizás?

¡Uy!... esas palabras se clavan en mí como puñales, pero tiene toda la razón - ¿Qué le estoy haciendo?, ¿Qué estoy haciendo???? - Bajé la mirada, mientras pensaba, mi expresión se tornó triste, cargada de tantas cosas y sentimientos que jamás las palabras podrían explicar.

La veo sentarse en la cama, su mirada triste, distante, me coloco la camisa y me siento a su lado... la irritación pasó de ser una llama explosiva a una mechera pequeña, en cambio, una inmensa ternura por Andreina, se alojó en mi corazón y crecía a paso lento, pero creía...

  • Andri... ¿Te puedo decir así? - Pregunté en broma, después de tocarla por cada centímetro de su piel, le pregunto semejante estupidez... me rio

Jajaja la miro con ternura sus ocurrencias me fascinan

-¡Claro! - le digo, ese brillo en sus ojos me tiene tonta, sigo desnuda enfrente de ella y no siento pena, de estar así, tirada en la cama, juntos nuestros cuerpos acostumbrándose a nuestro calor.

  • ¡Discúlpame!... Empezamos por lo que toda relación hace, pero al final... jajaja. Me gustas mucho, pero sé que tienes novia... ¿Están bien las dos?... ó... - Guardé silencio, conservaba la esperanza que su relación fuera un infierno, pero creo que solo era eso... esperanza

Llevo mis manos a mi rostro para cubrirlo - ¿Qué si está bien? – Me retumban sus palabras en mi cabeza.

  • Estamos bien - Alcanzo a susurrar, no sé si me oyó, mi rostro sigue cubierto por mis manos, la vergüenza me cubre, me siento mal, tan culpable, sucia… no se qué hacer y no sé qué pensar.

Mi brazo la toma por la espalda, siento nuevamente su piel electrificarme... - ¡Contrólate Roxana! - Respiro hondo, no entendí bien lo que me dijo, pero su actitud denotaba arrepentimiento... ¿Qué hacer?... ¿Qué hacer si yo no me arrepiento de un segundo a su lado?...

  • No te escuché bien... ¿Me repites? - La ternura, esa ternura que sale por cada poro de mi piel, ha hecho que jueguen conmigo de mil formas, pero algo me dice que Andreina no es así, aunque los hechos digan otra cosa.

No alcanzo a decir nada, solo puedo refugiarme en su cuello, sentirla cerca me hace sentir protegida y a salvo... tengo unas inmensas ganas de llorar, la abrazo fuerte… unos instantes en silencio, un tenso silencio domina esta habitación que anoche fue cómplice de todo lo que hicimos y ahora nos une para siempre.

Mis manos sobre su espalda, inician un recorrido, desde el cuello, el antebrazo, paso por su cintura y aterrizo en sus caderas, su suavidad me embriaga de sensaciones, jamás sentidas, me siento tan en paz, tan tranquila... es como si le perteneciera, como si hubiera estado esperándola toda la vida y cada mujer que pasó por mí, simplemente no eran... siento un cariño inmenso, mezclado con la fuerte pasión que despierta en mi...

Nos recostamos en silencio, no era pesado... solo un silencio cómplice... recorrí con mi mirada la habitación, la 703... Empecé a reírme... jajaja

Saliendo de mis pensamientos culpables, me alejo para verla riendo.

  • ¿Por qué ríes? – Mi rostro se divierte con su expresión, sentir su cuerpo al lado mío… su pecho subirse… me gusta su camisa sobre su cuerpo… me gusta todo de ella

  • ¡No pensé!... que locura21, fuera tan fogosa... - Seguí riéndome y vi su rostro radiante nuevamente

  • ¡Mmm!... A ver ¿Por qué no lo pensaste? - ¬¬ Sin darme cuenta, ella con su luz logró cambiar mi estado de ánimo en un segundo.

  • ¡Pues!, escribes cosas muy tiernas, tenías esto guardado solo para momentos especiales - Acaricié su rostro.

Creo que me ruboricé... Su tacto, me hizo suspirar

  • Eres muy linda... ¿Sabes? - Le pregunté, esta vez sin ninguna malicia.

  • ¡No, no lo sabía!... no me lo habías dicho - Dije con cierto tono juguetón antes de dirigirme a sus labios, con toda esa ternura que ella me brindaba.

Nos dimos un beso, un beso que me llegó a lo más profundo de mi alma y que me encantó. Sus labios perfectos, su lengua ya tan familiar para mi boca, su sabor, el roce de nuestras narices… me es tan familiar, que no puedo creer que solo hayan pasado dos días desde que la conozco. Veo tanta profundidad en su mirada, tanta paz, veo sus ojos, al fin los detallo bien, ahora están grises... no entiendo cómo es que le cambian así nada mas...

Y ahora... Nos separamos viéndonos a los ojos, escaneando nuestras almas, un momento, simplemente bello que me derrite y me hace sentirla dentro de mi... y mi desgraciado celular interrumpe el momento de nuevo, no quiero atender, pero su mirada se llena de impaciencia y furia otra vez. Me levanto con desgano a atender.

Me acerco, la sostengo por la espalda... tengo mucha rabia, pero la abrazo, mientras susurro en su oído...

  • Si solo vamos a tener este día, regálamelo completo... por favor... - Tomé mi celular y le mostré cuando lo apagué.

Su voz suave me debilitó completamente y no tuve más nada que hacer sino que aceptar, giré para besarla, besarla con ganas, con sentimiento, con esta sensación que me recorre el cuerpo completamente, no es solo deseo… ¿Quizás algo más?... – Pero... ¿Qué pienso?... solo fue una aventura o ¿No?... esto se está saliendo fuera de mi control.

Nos abrazamos, le doy un beso... me separo de ella con rapidez y pido servicio a la habitación... ordeno dos hamburguesas con todo...

La miro mientras habla, me encanta su modo de hacer las cosas, me encanta todo de ella cada aspecto de su personalidad me seduce, es como si estuviese hecha para mí y yo para ella… tal vez

  • ¡Me harás engordar! - Le digo después que suelta el teléfono, hago un puchero y me extiende su mano.

  • Pedí hamburguesas... Yo las amo... ¿Te gustan?... y eso de engordar… - Coloco rostro de bonachona - ¿Engordar?... – Mis manos en mi mentón, como si estuviera pensando algo muy importante - ¡No creo!... ayer gastaste mucha energía conmigo, ¡jajaja!... es hora de que las recuperes… - Nos sentamos en la cama, sonriendo por mi bromita.

  • ¡No me hagas recordarlo! – Digo con algo de pena en mi rostro - Y me gustan con tocineta y salsa BBQ - Le sonrío con travesura, recostándome al lado de ella, sin soltar su mano y entrelazándolas. La veo pedir el adicional en mi orden, no recuerdo la última vez que me hayan tratado así de especial, pensando solo en mis gustos.

  • Hablemos sobre ti... pero no sobre tu novia ¿Ok? – Le hago una mueca de abogado, haciendo un trato.

  • ¡Ok! - Acepto un poco abochornada - ¿Qué quieres saber??? – Me coloco de lado y la observo, pensando en la entrevista que Roxana tiene pensado hacer.

  • ¿Cuántos años tienes? ¿Cuál es tu color favorito? ¿Estudias ó trabajas? ¿Con quién vives? - Mi cara de curiosidad por sus respuestas, le sacaron una sonrisa hermosa... - ¡Ahh! y la última... ¿Por qué cambian tus ojos? ¿Significan algo los colores a los que cambia?

  • ¡Jajaja!, tengo 21, mi color favorito es el negro - Comencé a responder con paciencia, tratando de saciar su curiosidad, mientras observaba su bello rostro mirarme los ojos.

  • Trabajo en una empresa de seguros, soy Supervisora de pólizas, vivo sola y mis ojos... - Sonrío, es lo que más me gusta de mi, esos cambios locos - Mis ojos cambian, representando mis estados de ánimo

  • ¡A ver!...

Me acerco a darle un fugaz beso, interrumpiéndola.

  • ¡Bueno! hasta el momento, he visto tus ojos de tres colores; azules, verdes y grises

Me dispongo a explicarle y nos interrumpe el sonido de la puerta, es del servicio a la habitación, me da un beso suave y se levanta a recibir la orden, toma una de las sabanas y envuelve su parte inferior con esta. Por mi parte me cubro con las que están sobre la cama.

Empezamos a comer, embelesadas la una con la otra, le cae salsa de tomate en el pecho y lo limpio con mi boca, me da papitas fritas en los labios, me siento en el paraíso realmente...

Ni siquiera recuerdo la última vez que viví tanto cariño y espontaneidad en un mismo día.

  • ¡Aja! dime lo de los colores - Digo con la boca llena

Me sonrío... - Y no te parece mejor ¿Si los descubres? - Le guiño el ojo con cierto grado de sensualidad y picardía

  • ¡Mmmm!... Bueno ahora están grises... supongo que eso es porque estas calmada o triste... – Le di el último bocado a la comida y me arrodillé en la cama. Empecé a tocarla, desde la punta de los pies hasta el muslo de la pierna, casi tocando su sexo, pero sin llegar, tomé la otra pierna y le propiné el mismo cariño... sus ojos pasaron a un azul intenso. Luego quité los platos vacios de la cama y me ubiqué sobre de ella, sin recostarme encima, apoyaba mi peso en mis manos y acaricié su rostro con el mío, exhalando mi respiración sobre su cuello y su pecho.

Mi color de ojos me delata, creo que ya se dio cuenta… del color que se ponen cuando me excito.

Sus ojos pasaron a un verde aceituna... continué mimando su cuello, pero sin tocarlo y bajé hasta sus brazos... la miré entre risas... - Ya veo… la idea es que estén verdes...

;)... la miro con deseo y me acerco a besarla... Intensamente

Nos fundimos en un beso, suave y profundo, su lengua es mi perdición, agarro su rostro con ambas manos, beso sus ojos, su mentón, sus mejillas... de estar acostadas, pasamos a estar arrodilladas sobre la cama, desnudas, sus pezones se erectan y siento la humedad brotar desde lo más profundo, sus manos se ubican en mi cintura y nos abrazamos cálidamente. Siento que se separa de mi cuerpo y cae sobre la cama, sus ojos se ponen miel… ese color no lo había visto antes… ¿Qué significará?

La miro, incitándola a colocarse sobre mí, mis ojos le piden que me haga suya y atendiendo a mis suplicas, lo hace, me siento divinamente con su cuerpo sobre el mío, me fascina sentir su calor y su piel cede a mi tacto, suspira por nuestros besos y caricias, mi anatomía responde rápido a su presencia mostrando de todos los modos posibles el efecto que ejerce en mí...

Estoy sobre de ella, le abrazo y siento que será la última vez que estemos así de bien, tengo tanta rabia, pero a la vez, tantas ganas de estar otra vez contigo... no controlo mis impulsos y le hago el amor nuevamente, esta vez... es distinto... me entrego... le doy todo... con cada embestida, con cada penetración sobre su cuerpo, siento que dejo mi corazón en ella… ¿A quién quiero engañar?... mi alma… simplemente vuela y revoletea de satisfacción por tenerla aquí, ahora… no me importa el más tarde, no me importa nada absolutamente, sin pensarlo y sin planearlo… solo me entrego en cuerpo, corazón y alma.

Siento tanto y quiero sentir más, me siento insaciable a su lado ¡Ésta magia qué nos une! Es más que cualquier otra cosa que haya podido tener la dicha de imaginar. Ése modo tan único y especial qué tiene de poseerme de hacerme suya me deja sin defensas ante su ser, su presencia imponente ¡A cada segundo que pasa y por cada beso que me da, estoy más entregada!

Le hago el amor, de las formas que he aprendido, de las formas que me ha enseñado y naturalmente, siento que ya no puedo hacer nada para evitar este sentimiento, caigo rendida a su costado luego de nuestro último orgasmo juntas. Nuestros cuerpos aún empapados de sudor y el alma en la boca del estomago, presurosa a salir a donde su dueña, pero en ese momento lo recuerdo... es de alguien más, esta noche... no dormirá conmigo sino en brazos de otra, no importa lo que haga... solo seré el revolcón de una noche… la tristeza me embarga… pero… no dejaré de disfrutar este tiempo robado… estos momentos que, aunque cortos, son los más dichosos de mi existencia.

  • ¿Quieres comer un helado? - Le pregunto, abrazándola, mientras veo que recupera el aliento.

Quisiera poder al menos, tener la posibilidad de pensar que seré sólo suya pero no puedo, simplemente ¡No puedo!... Mi respiración y mi cuerpo aún tratan de regresar a la normalidad, ése orgasmo me dejó totalmente agitada pero su abrazo hace que mi corazón se revolucione, Esa parte de mi cuerpo… me lanza señales, como si tratara de advertirme qué de ella no puedo alejarme. - ¡Sería genial un helado!, a ver si nos ayuda a bajar la calentura – Una sonrisa se dibuja en mí, entre un poco de pena y mucha picardía...

Fuimos y nos bañamos juntas, esta vez... creo que solo esta vez, nuestros cuerpos estaban tan cansados, que ya no podíamos pedir más. Nos cambiamos rápidamente y salimos de nuestro nido de amor. Caminamos hasta mi automóvil, algo viejo pero se movía, un sprint verde oscuro, subimos y nos dirigimos hasta la heladería. La vi colocar algo de música en el reproductor.

Me encuentro en su auto. Sólo estoy consciente de la sonrisa tonta qué inundaba mi rostro, entre la pena y la alegría se debate mi ser, mi mirada en ella se perdía... ¿Por qué me siento tan completa cuando estoy a su lado? ¿Por qué? Para cubrirme de mi mente, decidí colocar un poco de música. Estuve jugando con las emisoras hasta que encontré una de música suave, me recliné en el asiento a dedicarme a admirarla, solamente a admirarla. ¡Me encantas Rox!

  • ¡Esa canción me gusta mucho! – Exclamo, exaltada. Empezamos a cantarla al unísono... "Me muero por conocerte, saber qué es lo que piensas... abrir todas tus puertas y vencer esas tormentas que nos quieran abatir... besarnos hasta desgastarnos nuestros labios... ver en tu rostro cada día.... crear soñar, dejar todo surgir... aparcando al miedo a su fin...

La canción termina y no puedo evitar mirarla, sus ojos azules, tal cual como la conocí... esta paz que me transmite es inigualable... - ¡Me estoy enamorando!... ¿Qué coños hago?... - Una expresión seria se apodera de mi rostro.

Me sorprende la pasión con la que ambas cantamos esa bella canción. Mi mirada se fija en la de ella, sus ojos me llenan de ternura, pero su expresión se torna seria y vuelve a mirar al camino, tal vez a recordado la sombra que opaca esto tan lindo, que prohíbidamente nace entre nosotras -¡Aja Andreina! ¿Pero qué es eso que nace?... – Me increpo internamente - ¡No! ¡No!... Yo no puedo estar enamorándome de ella, ¡imposible! - Dejo de mirarla y mi vista, se pierde en la ventana con cierta perturbación cubriendo mi ser.

Llegamos hasta la heladería, en silencio... me lleva por el antebrazo, esa sensación tan cálida, me encanta, nos miramos y sonreímos como unas tontas, me siento tan bien a su lado, creo que le gusta... ó solo son ideas mías, infundadas por mis deseos… Nos dirigimos hasta el segundo piso, una terraza enorme, con una vista al parque sin igual. La mesera nos atiende.

  • ¡Un fresa Glaze! para mí por favor y... - La señalo, para que diga que quiere pedir.

Me quede cómo tonta mirándola y no me di cuenta que era mi turno de ordenar, su mirada llena de impaciencia e intriga me hicieron volver a la realidad.  - De mantecado y fresa para mi, gracias - Dije con tono de voz bajo. - ¿Qué pasa mujer? ¿Acaso no puedes ni disimular por un segundo todo lo qué te gusta? – Repasé. La observé y sonreía divertidamente, enarqué mi ceja, mirándola profundamente.

  • Casi dejas esperando a la señorita... Jajajaja. - Miro sus ojos, siento como me suben esas mariposas de arriba a abajo, su mano sobre la mesa y no puedo evitar tocarla...

Toma mi mano y me sonríe... Relajo mi expresión de inmediato y le devuelvo la sonrisa - ¿Cómo suprimo estas ganas de besarla? - La miro a los ojos y como un impulso totalmente involuntario y natural llevo mi otra mano a su mejilla para acariciarla, mi corazón late… late muy fuerte, ni con Lorena toleraba las expresiones de amor en público y ahora… ¡Hago esto!... Cierra sus ojitos al sentir el contacto de mi mano, se ve de lo más bella y tierna que he visto. Quiero besarla, estar más cerca de ella.

Dejo de pensar en la gente que está a nuestro alrededor y la beso... le beso... me encantan sus labios, me encanta su sabor, nos separamos, veo sus mejillas sonrojadas, creo que no se lo esperaba.

  • ¿Solo nos besaremos? ó ¿Quieres hablar de otras cosas? - Le pregunto, viendo que aún sigue con los ojos cerrados... me encanta esa expresión.

Abro mis ojos regresando del paraíso, vuelvo a sonreír como una completa estúpida - Me la pones difícil pues tus labios me encantan - Sonríe con un cierto aire de orgullo en su rostro gracias a mi frase, me fascina su seguridad - ¿De qué quieres hablar? - En ése momento llegan los helados

  • Me gustaría saber... ¿Qué significa el miel?... ósea… azules es norma, tranquila; gris… triste, algo de melancolía, supongo; verdes... pues verdes ya sabemos... jajaja - Veo que se apena - Pero el miel... no logro entenderlo.

  • Ja, ja - Me rio del verde. Me sonrojo tal vez; pero volviendo a su pregunta… ¿El color miel? ¡No se!, no tengo la respuesta, con ella es la primera vez que se muestra de ése color - ¡No lo sé! - Admito mirando mi helado, ella toma mi rostro y me obliga con delicadeza a mirarla - Lucen hermosos - Me dice en un susurro suave, uno de esos que lo derriten a una y te debilitan por completo.

  • No sabes que significa él color miel... pero es el que más me gusta... te luce mejor con tu rostro, con tu color de piel, con toda tu… - La observo fijamente comer su helado, sus labios aprisionan la cuchara y la veo disfrutar de cada bocado con suma delicia - Ya veo que no quieres saber nada de mí, ni siquiera me preguntas qué hago ni nada - Me burlo de ella, al ver que casi se atraganta...

  • ¿Qué? ¿Por qué dices eso? - Digo en medio de la tos recia que me provocó la sorpresa y el helado mal ingerido - ¡Claro que quiero saber de ti! - Me mira cómo diciéndome que no me cree ni una palabra, de lo que le acabo de decir - ¡Verás! - Comienzo a explicarme algo más calmada - Es qué yo no tengo tú habilidad de preguntar - Sonreímos - ¿Qué haces acá? Tú eres de Colombia… ese acento - Que me encanta – Digo para mis adentros - Y tú información en la página te delatan...

  • Estoy en una Maestría, gané una beca y mientras estudio, trabajo en el Hospital de la Universidad de los Andes… tengo clases en las noches de lunes a viernes y turno de 7am a 3pm… Pues… soy de Colombia… - Sigo mirándola sin creerle mucho, quizás solo quiere un rato de relax y yo creyendo que quiere saber de mí, acabo de quedar como una estúpida.

La veo mirarme diferente, tal vez algo triste o "down". No me gusta el aire de tristeza que adquiere su rostro; miro a través de la terraza al parque… me alegro - ¡Vamos! – Le ordeno levantándome, tomando mi helado y su mano - ¡Ven Rox! - ¿Pero a dónde? - Me dice sin entenderme - ¡Toma tú helado y ven! - La llevo casi a rastras a la salida, pagué los helados y terminamos de salir; no dejaba de preguntar a dónde la dirigía, así qué me detuve, coloqué mi dedo índice en sus labios, suplantándolo luego por mis labios, para darle un tranquilizante beso - Déjate guiar ¿sí?

¡Woaa!... me arrastra por fuera de la heladería, cruzamos el parque a todo pulmón, mientras le sigo preguntado - ¿Para dónde rayos me llevas? - Su dedo en mis labios, siento mis piernas desfallecer solo con eso, pero hace que guarde completo silencio, al darme un beso.

La sigo ¿Qué más puedo hacer?, la seguiría hasta el fin del mundo y aún más si me lo pidiera, si con eso bastase para estar junto a ella... después de pasar por varios árboles y personas que nos observaban con cara de todo... llegamos al lugar del principio de nuestra historia.

Veo los mismos patos nadar sobre el agua, el sol cayendo sobre nuestras cabezas, Andreina juega conmigo... o no juega... sácame de esta duda de una buena vez, toma asiento en el mismo árbol, donde la hice mía por primera vez.

Los recuerdos caen en mi mente de golpe, nos colocamos en la grama, ubicándonos contra el árbol y nuevamente el silencio, ya no me agrada este silencio, nos cubre otra vez, este pesado ambiente sin las palabras, sin una sola muestra de qué esto no es… lo que parece ser.

Admiro esté lugar que resulta ser épico y trascendental para mi historia con ella, para nuestra historia. El lugar en que nos conocimos, en dónde me hizo suya por primera vez, se eriza mi piel al recordarlo, al sentirla en mi de nuevo. El silencio nos hace presa de nuevo y no sé por qué, pero prefiero estar a su lado en silencio que en cualquier otro lugar. Se sienta un poco lejos de mi y no permitiré ésta distancia, me acerco y me hago a su lado, recostando mi cabeza sobre su hombro su brazo lentamente, como si no quisiera hacerlo, me rodea, brindándome seguridad. Con mi mano busco la suya y comienzo a jugar con sus dedos... - Me alegra mucho haberte conocido - Le confieso de manera sincera.

Un nudo se forma en mi garganta, quería escuchar eso, pero ahora que lo escucho... sé que no es mía... aprieto sus manos, solo quiero estar entre sus brazos... - Te has metido en mi ser, Andreina... eres... eres mejor de lo que imaginé - Quería decirle tantas cosas, pero... el recuerdo de su novia… no voy a dejar que su novia se meta en lo que siento, saco fuerzas, no sé de dónde y sigo - ¡Me encantas!... no tienes idea... yo sé que es una locura, pero... es la verdad... no cambiaría ni un segundo nuestra historia

La veo y me encanta, aunque me muero del miedo por esto que siento, aunque me duela traicionar a Lore, me acerco a besarla, rodeo su cuerpo con mis brazos sintiéndola cálida junto a mí. Nos mantuvimos abrazadas por un rato, que pareció eterno, hasta que al fin nuestros cuerpos se dieron la libertad de alejarse pero no mucho, eso no lo resistiríamos, nuestras miradas se cruzaron diciendo miles de cosas a la vez.

Volvimos al estado inicial con su brazo rodeándome y mi mano jugando con la suya. - No pregunto tú edad porque ya la se - Digo alegre, recordando sus 26 años - Pero quiero preguntarte algo más - Me dolerá la respuesta si es sí, aunque es un descaro, una desvergüenza mía - Tienes no... ¿A alguien en tú vida? - Ni siquiera puedo decirlo bien, no quiero que su respuesta sea "si tengo" eso me dejaría sin aire.

  • Si hay alguien... - La observo

Es obvio Andreina - ¡Por Dios! ¿Tan bella y va a estar sola? Claro que ¡NO! - Siento algo en mi partirse pero ¿Por qué? ¿Por qué maldita sea? Si yo, ya sabía que esto iba por el camino de la aventura, yo tengo novia ¿De qué me quejo? ¿Qué voy a reclamar? - Entiendo - Susurro y miro al suelo. No resisto estas ganas de llorar, pero me aguanto.

  • ¡Claro que tengo a alguien! - La observo, sus ojos vidriosos... ¿Es lo que creo que es?... naaa, no creo, pero verla así, apesadumbrada… ¿Será posible que no sea solo un juego en su vida? ¿Algo más que una buena noche?... esto abría la puerta de esperanza, cerrada hace pocas horas, un fresquito me entró en el cuerpo… seguía viendo su actitud perdida… ya no podía aguantar la broma, así que le confesé... - ¡Hay alguien!, pero eres tú... tontica - Le di un beso en la nariz y seguí comiendo mi helado ó más bien, mi sopa de helado.

Miles de sensaciones despertaron en mi, quería matarla ¿Cómo juega conmigo así? Miro mi helado y sonrió; que tonta soy - ¿Estás segura qué soy yo? Porque tienes cientos de admiradoras en la página… - Pregunto tratando de simular indiferencia y comiendo mi helado.

  • ¡Claro que eres tú!, Estoy soltera hace mucho tiempo... creo que tuviste que notar mi sed insaciable... en el día de ayer y el de hoy ¿no? - La miro con gracia

  • ¡Sí! la noté, estabas como insaciable… - Me lleno de pena, me acerco a besarla...

  • ¡Si sigues besándome así! nos perderemos esta noche también... - Veo que baja su mirada - ¡Tranquila!... no tienes que decirme nada... ¿Hasta hoy nos vemos? - Pregunto al fin, directo y sin anestesia… necesitaba saberlo… tenía que escucharlo de sus labios.

Perderme otra noche a su lado, me perdería miles... Pero estoy en la tierra no en el cielo y acá tengo una novia por la cual soy responsable... - No lo sé - respondo dudosa - Lo más sano es que así sea – Concluyo, sintiendo que es un error gravísimo decirlo, pero no quiero dañarla, no quiero prometerle algo que sé que no haré

  • ¡Entonces!... esto es todo... ¿Soy una puta aventura? - Me salgo de mis casillas.

Reacciona exactamente como me lo temía, como lo esperaba.  Simplemente la miro no sé qué decirle; su mirada ésta cargada de ira al igual que en la mañana. Voltea su rostro con brusquedad para no verme y se levanta de golpe, da un par de pasos más allá recostándose a un árbol cerquita al lago, su mirada se pierde en las aguas. Me levanto y me acerco a ella, alzo mi mano para tocarla pero me detengo indecisa. - No eres sólo eso - y la abrazo por la cintura de atrás hacia adelante...

  • ¡Bien!... ¿Dime que soy?... - Hablo más calmada... siento ganas de llorar, veo el atardecer llegar, sentir su abrazo... tantas emociones encontradas... no va a dejar a su novia, ni siquiera me conoce... tampoco ha querido conocerme... ¿Acaso necesito plastilina para saber que solo fue sexo y ya?

  • Tú... Yo... Ehm.... - ¡Que desgracia! Tartamudeo como idiota. La suelto y me coloco al frente de ella, quiero ver sus ojos - No eres una aventura, no eres sólo sexo, tú no... Tú no entiendes lo que yo siento por ti – Bueno Andreina, a decir verdad, yo tampoco lo entiendo - Eres más qué algo simple... Esto… Es complicado - Término por decir hecha un lío.

  • Yo quiero algo contigo... - Observo su mirada, no le cae para nada bien lo que le digo, pero lo diré... - No quiero ser una aventura... no quiero ser solo una noche… quiero… yo te quiero… ¿Entiendes?

Mi mente se revuelve toda, me lleno de confusión, de pena, de moral, de alegría por su confesión, de Lorena, de dolor por decir lo que diré – Eso, simplemente no es posible, lo siento… tengo novia - Culmino por decir de manera seca y tajante...

  • Pero... Andreina... yo... ¿No sien...? - Quise preguntar, pero ¿Seguir humillándome?... eso ¡no!... - ¡Mejor Vámonos!, tu novia debe estar buscándote... ¿Puedo llevarte a tu casa? - Un tremendo dolor se alojó en mi pecho, sentía el mundo partirse en dos... fue tan directa, fue tan fría, sus ojos, ahora grises, me mostraban toda su indiferencia... todo lo calculador de su actuar, tan tonta yo… creyendo… soñando… ilusionándome con algo diferente… ¿Qué hice?... pensando que era una mujer distinta a las otras. - Eres una tonta Roxana, una gran estúpida… - Pensé

En la vida me había sentido tan mal como en ése momento, la herí, lo sé… soy una... una... No tengo ni el valor para decirme a mi misma lo que merezco oír. No puedo seguir a su lado, no puedo herirla más. - No es necesario, yo puedo ir sola, gracias por todo - La miré como mi despedida, por última vez - Fue un placer conocerte - Di media vuelta y comencé mi camino lejos de ella.

  • ¡La última vez me dejaste sola!... ¿Vas a hacerlo otra vez?
  • Le grité adolorida por su actitud - Déjame llevarte... ¡por favor!... - Vi como se detuvo.

Su grito me hizo detenerme en seco, apreté mi mano hecha puño ya, respiré profundo, a más no poder para apagar mis lágrimas. Me giré para verla.

Sus ojos... esos benditos ojos, que me han hecho subir y bajar, desde el cielo al infierno, me acerco... sostengo su rostro y la beso, al principio, siento que no quiere, pero al poco tiempo, se entrega, nos besamos con fuerza, con pasión, si este era el último beso, quería que lo sintiera... que no se le olvidara... sé que soy mala por hacer esto... pero la mordí... la mordí durísimo... tanto que sentí su sangre... Se apartó de mí y llevó sus manos a su boca, me miró con odio...

Su beso apasionado me dominó totalmente, aunque trate de resistirme, no pude que débil y vulnerable soy ante ella. De pronto, sus dientes se clavan en mi labio y ése líquido tibio recorre mi boca, me alejo y palpo con mis manos la sangre de mi labio; la miré con un odio fulminante. Quise seguir mi camino y me detuvo del brazo - Te vas conmigo, y punto - Dijo como mandato, en un tono netamente dominante, un tono soberbio que me excitó. Me moría por besarla y hacerla mía en ése parque, pero ¿Qué diablos me pasa? Asentí sin poder articular palabra y nos dirigimos al auto me dolía el labio fuertemente,- ¡Animal! – Pensé, mientras la veía manejar - ¿Es posible esto? ¡Por Dios! Me estoy muriendo de la cólera y la excitación a la vez...

Me indicó el camino hasta su casa, sentía mi sangre correr por mis venas, de vez en vez, apretaba fuertemente el timón con mis manos, mis ojos se desviaban entre el camino y sus piernas, tenía la respiración agitada... verla a mi lado, me gusta mucho... me encanta... quiero verla siempre así, a mi lado. Giro a la derecha varias veces y llegamos a una casa... un auto estacionado al frente, las luces apagadas, una banca de madera a la derecha de la entrada, mi corazón en la mano, con una estaca clavada en lo más profundo de mí, tantas cosas por decir y expresar, pero ninguna quiere salir.

Si supieras, todo lo que crece en mi interior por ti, quizás entenderías, que dejarte en el portón de tu casa, es lo más difícil que he hecho, más difícil que decirle a mis padres de mi inclinación, más difícil que estudiar medicina, mas difícil que ver como la mujer que amé durante mucho tiempo, prefirió formar familia y casarse con un tipo, dejarte en tu casa... es tan difícil Andreina… te acompaño hasta la puerta de tu hogar, es hora de dejarte ir, pero no quiero, no quiero que te vayas pensando que soy lo peor...

  • Lo siento mucho, Andri... no quise... o bueno si quise... Perdóname de todos modos… por lo del labio...

Mi rabia estaba en su máximo nivel a las afueras de mi casa, pero oigo su voz... Su voz suplicante, pedirme disculpas por mi labio y ya no se más de mí, ni de mi rabia, sólo sé, de su bello rostro apenado, de su voz suave. Ya no hay ni rastro de cólera, no hay nada, sólo quedan unas inmensas ganas de besarla y abrazarla y asegurarle que todo estará bien que lo olvidaré todo si me besa y me deja en sus brazos de nuevo.

La miro, como suplicante... ¿Que mas espera de mí?... abre la puerta de su casa y se queda en el marco, no quiero irme así... toco su rostro... - Quiero que sepas... que me robaste el corazón en ese árbol y me importa cinco tu novia - Le di un beso tiernísimo - ¡No creo que te soy indiferente! Bueno no solo lo creo… lo aseguro – Afirmé convencida de mis palabras, aunque me duele todo por dentro, no dejaré escapar a esta mujer así. Saco un papel de mi bolsillo. - Este es mi número y la dirección de mi apartamento - Bajo los escalones del portón, pero su voz me detiene.

  • Espera - Le digo, luego de recibir su número - ¡Espera! - Se gira, me acerco a ella, la beso con toda la ternura que existe en mí ser por un par de minutos. Me separo pero dejo mi nariz rozar la suya... – Si te digo que me eres indiferente, mentiría vilmente, sería la peor de las mentirosas - Respiro profundo, mandando por el caño todo.

  • Ten, no puedo - Le digo ofreciéndole el papel con su número, me soporta la mano y la cierra, con el papel aún adentro - Tal vez algún día puedas… ese día estaré aquí… - Me susurra, besa mis labios fugazmente y se va.

Me quedo cómo boba viéndola, sintiendo a mi voz interior suplicarme que no la deje ir.