Encuentro en la cocina

lo prohibido de una relacion entre cuñados llevada a la lujuria de una ñoche...

Encuentro en la cocina

Jonás un chico de 18 años que tras haber terminado sus estudios preuniversitarios, en san Román de las Casas decidió que iría a la capital y comenzar la universidad. Para ello tendría que vivir en casa de su media hermana Maritza.

Maritza cinco años mayor que Jonás es una chica trabajadora y aunque gana muy poco en el puesto de secretaria en el gobierno, de vez en cuando manda un par de centavos a su padre. La idea de recibir a su medio hermano le mejoraba el panorama puesto que con cuatro meses de embarazo ya no podía atender las labores del hogar como ella acostumbraba, al igual sentía que había descuidado a Fabián su marido.

Fabián conoció a Maritza hace dos años en una campaña electoral, en ese entonces él trabajaba capacitando a las personas que estarían al frente de las urnas el día de las votaciones. Actualmente va de trabajo en trabajo no tiene un oficio fijo por lo cual su horario difiere algunas veces con el de Maritza.

Mas temprano que de costumbre Maritza salio de casa, su objetivo recoger a Jonás en la estación del tren. Después de quince minutos de espera un joven un tanto delgado y con valija en mano se le acerca y le dice: hola Maritza! Soy yo Jonás...

Después de tres años y medio sin verlo ella apenas y lo reconoce era increíble que aquel niñito paliducho y ojeroso que siempre estaba en las faldas de mamá ahora fuera aquel joven alto y de cuerpo integro.

-Si que a pasado el tiempo Jonás mírate estas echo un cuero!!

-Gracias, ¿mírate tu, estas esperando un crió? Eso yo no lo sabía

-Es una sorpresa, sabes estoy planeando ir con Fabián al pueblo y darle la noticia a papá, pero dime como están los viejos?

-Te mandan muchos saludos y muchas cosas y como siempre esperando el dia que les caigas de visita.

Después de platicar toda la mañana Maritza deja a Jonás en casa para que descanse del viaje y se acomode en el cuartito que da a la cocina. Es una casa pequeña pero bien organizada.

El resto de la mañana Jonás desempaco sus cosas y luego por cansancio se tiro en el sofá que esta en la sala y cerro su ojos; al abrirlos nuevamente vislumbro una silueta masculina era Fabián esposo de Maritza con solo un bóxer puesto. Este dormía en una de las habitaciones debido a que trabaja por las noches de vigilante en un hotel.

-Tu debes ser Jonás Cierto? Dijo Fabián mientras extendía su mano para saludarlo

-Heee si yo soy Jonás hermano de Maritza!, disculpa si te moleste con el ruido, pero estaba instalándome en el cuartito.

-No te preocupes esta es la hora en que me levanto discúlpame tu a mi por andar casi desnudo pero comprenderás que me acabo de despertar- asevero Fabián mientras se recogía las mechas doradas de su cabello que caían en forma de gajos cerca de su rostro.

La imagen de aquel hombre semidesnudo perturbo a Jonás nunca a su edad había visto un cuerpo tan perfecto como el que tenia Fabián. Brazos fuertes, espalda ancha, manos grandes un buen abdomen sin llegar a ser presuntuoso y unas bien torneadas piernas todo en un tono moreno avena, eso sin mencionar el buen paquete que se balanceaba dentro de ese bóxer ajustado.

Por la noche Maritza preparo una cena exquisitita en honor de su hermano y los tres se sentaron a la mesa.

Fabián se veía muy bien tras ese uniforme tipo federal que usaba para ir a trabajar y eso era algo que su esposa siempre le decía.

-Espero que les guste les haya gustado la cena......

-Mi amor tu siempre has cocinado rico.... murmuro Fabián

-Sabes Fabián quiero que le enseñes las partes básicas ciudad a Jonás podrás hacerlo mañana. Muy pronto comenzara la universidad y quiero que se valga por si mismo.

-No te preocupes, lo haré! Claro después del medio día cuando me levante. Te gusta la idea Jonás...

-Claro es una idea estupenda.

La idea fue buena puesto que Jonás moría de ganas de recorrer la ciudad y que mejor que hacerlo acompañado. En primera instancia fueron a la universidad y recorrieron algunas áreas, después a la biblioteca, a la estación de autobuses, a la zona centro de la ciudad y sus lugares en el trayecto Fabián y Jonás empezaron a tutearse y a conocerse mejor, por último se detuvieron en un parque cerca de la casa a descansar.

- Espero que te haya gustado el recorrido

-Si, si en verdad te agradezco que me llevaras a todos esos lugares.

-sabes solo falto que te enseñara algún par de antros muy buenos pero ya habrá tiempo de llevarte a alguno de esos.

El periodo de clases comenzó y el embarazo de Maritza siguió su curso haciendo que esta cada vez se incapacitara mas, por lo cual Jonás se hacia cargo de la mayoría de las labores en el hogar después de la escuela, desde limpiar hasta preparar la cena, esto no era algo que lo incomodara ya que mientras vivía con sus padres el realizaba muchas actividades del hogar, una de las que mejor realizaba era cocinar, algo que había sorprendido a Fabián puesto que el no sabia absolutamente nada de cocina.

Todos los días camino a casa Jonás pensaba en lo que prepararía para el almuerzo, pero mas que nada que le gustaría comer hoy a Fabián, había que ver el empeño que dejaba en cada platillo para al final ver esa sonrisa de satisfacción que Fabián tenía después de comer. Sin darse cuenta a lo largo de los meses había desarrollado un sentimiento especial para con Fabián era definitivo lo deseaba con todas sus fuerzas mas sin embargo sabia que jamás seria para el y que si así fuera seria traicionar a su hermana.

Cierta tarde Fabián invito a Jonás a un bar, ya que lo habían ascendido de puesto y quería celebrar con el y un par de amigos. Jonás no pudo negarse por lo que accedió gustoso ya era justo que después de tanto encierro al fin saliera a divertirse.

Era una noche de juerga el ambiente oscuro en la barra, Fabián se divertía mucho con sus amigos y eso alegraba a Jonás. El humo de cigarrillos estaba en todo el lugar al igual que la cerveza. Jonás no estaba acostumbrado a beber pero por ser una ocasión especial accedió a la petición de Fabián. Mareados por el alcohol Después de un par de horas ambos salieron del lugar dirigiéndose a casa.

Para no caerse ambos se sostenían mutuamente, Jonás se regocijaba en Fabián, sintiendo el calor de su pecho sabiendo que seria lo mas cerca que estaría de el. Fabián por su parte lo sostenía abrasado por la cintura mientras cantaba y terminaban de llegar.

Al llegar a casa ambos se despidieron en la oscura sala y se dirigieron a sus cuartos. Jonás sabía que al día siguiente tenia que ir temprano a la universidad por lo cual decidió darse un baño y así bajar el alcohol de su cabeza. Listo para dormir solo con su bóxer viejo y roído se tendió en la cama, para darse cuenta que su estomago le pedía algo de comer; sabia que en casa todos dormían por lo cual salio tal y como se encontraba.

Abrió el refrigerador y empezó a sacar algunos ingredientes para hacerse un sándwich al darse la vuelta Fabián estaba parado junto a el y como casi siempre, se encontraba en bóxer.

-Hihhhh me asustaste Fabián ¿por qué estas despierto?

-Por lo mismo que tu... ¡tengo hambre!

-En ese caso te puedo hacer un sándwich si te parece!-- Dijo Jonás

Fabián solo asintió con la cabeza mientras se sentaba en una de las sillas del comedor para mirar trabajar a Jonás

-Sabes no había notado que te hace falta ropa se ve que ese bóxer ya no te queda además esta roto, yo tengo algunos que no uso, acuérdame que mañana escojas uno de los míos a ver cual te gusta

-Gracias por ser tan considerado con migo --profiero Jonás sin voltear y hacer gesto alguno

-Mira, este que traigo no me gusta porque a veces mi amiguito se sale sin que lo llamen, si te gusta este te lo regalo

Jonás trataba de no mirar a Fabián cuando se encontraba solo en bóxer ya que a veces su mirada y pensamiento lo traicionaban y esta no era la excepción.

-Te puedo ayudar, sabes, el sándwich es lo único que se hacer y me queda muy rico – murmuro Fabián mientras lentamente caminaba hasta Jonás, mientras hablaba se acercaba por detrás mas y mas hasta quedar pegado al cuerpo del chico; sin cambiar de posición después le tomo ambas manos y como si lo estuviere enseñando a escribir con la derecha sostenían el tenedor cargado de aderezo y con la izquierda sostenían el pan.

-Mira deja que te guié con el tenedor esparcirás el aderezo sobre el pan..... así así...lo haces bien ......

Jonás no podía articular palabra, por su mente pasaban muchas cosas aquella situación lo extasiaba y su boca se entreabría al compás de su corazón todo su ser se concentraba en las palabras que Fabián le decía al oído. De repente sintió algo más que palabras. Contra sus generosas nalgas el falo de Fabián despertaba y se apretaba en aquel trasero.

Por su parte Fabián seguía ganado terreno en aquel cuerpo al posar una mano en la cintura de Jonás mientras que con la otra introdujo uno de sus dedos en uno de los orificios del diminuto bóxer

-¿Fabián que haces? --Tímidamente alcanzo a balbucear Jonás

-Nada solo quiero saber hasta donde me conduce este agujerito...!! Sabes tienes un cuerpo terso y exquisito como tus platillos...

-No deberíamos!

-Acaso no quieres!! – exclamo Fabián mientras presionaba su pelvis contra las nalgas indefensas de Jonás

Jonás se quedo pensando y entonces recordó la platica que habían sostenido un par de horas antes en el bar, en esta Fabián le había confesado que desde que Maritza se había embarazado no habían vuelto a tener sexo y que por el trabajo y el estrés, no se había refugiado en los brazos de alguna ramera.

El chico soltó el tenedor y el pan, dio media vuelta e introdujo un dedo con aderezo en la boca de su interlocutor.

Ambos se dirigieron a la pequeña habitación junto a la cocina y tras cerrar la puerta Fabián se abalanzo a besos contra Jonás, cayendo los dos sobre la cama

Jonás se da cuenta de la lujuria contenida de Fabián por lo cual se ofrece totalmente para satisfacer al león que tiene en la cama. Fabián frota su bien empalmado miembro contra la pierna de Jonás mientras sus manos desgarran por completo lo que queda del bóxer del chico

Ambos se besan y acarician sintiendo las formas de sus cuerpos apenas iluminados por la luz del farol que esta en la calle.

Por fin Jonás doma a su bestia y lo acuesta para besarlo a un ritmo más lento y romántico que va desde pequeños mordiscos en la oreja, barbilla y así llegar hasta las tetillas, todo mientras se encuentra sentado a discreción sobre el miembro aquel.

Mientras, Fabián se agita en placer con las enormes ganas de hacer suyo aquel culo, parecía que el semen se salía de su miembro, entonces le pidió a Jonás que con sus manos le acariciara el pené. Jonás comenzó a juguetear con sus dedos en su vello púbico mientras su otra mano acariciaba su pecho y pellizcaba ligeramente los delineados pezones.

La verga de Fabián apuntaba directamente a la cara del chico y este con su boca rozaba su pené, haciendo arder en deseo a Fabián. La lengua ávida de Jonás se abrió paso hasta los testículos para después para después chupar aquel falo bañado en preseminal que latía de calor frente a su cara.

Había que ver como Jonás se comía aquel tronco una y otra vez. Después de varios minutos de aquella postura Fabián toma a Jonás por la cintura y le da la vuelta y lo en camina a lo que será una buena tanda de envestidas.

-Anda deja que te penetre...... dame ya ese culito-- entredice Fabián

-Desde ya te digo que es tuyo tómalo es tuyo!!!

Las palabras de Jonás excitaban a su ardiente amante.

Entonces el chico se colocó de rodillas sobre la cama y ofreció su prominente y terso trasero que solo tienen los jóvenes a cierta edad. Fabián tomo un poco del semen que escurría en Jonás y un poco del suyo y con sus dedos lo empezó a rozar en el orto aquel. Jonás por su parte al notar que los dedos habían entrado, empezó a mover su cintura a manera de succionar un poco del líquido esparcido

Con su pene tremendamente duro y palpitante Fabián sintió que era la hora de introducirlo y sin pensarlo se incorporo sobre la cama y lo acercó hasta el orto de Jonás. Listo en aquella posición lo tomo por la cintura y comenzó la labor de penetrarlo poco a poco no era fácil pues aunque lo había visto en películas nunca lo había echo, si hacia movimientos bruscos su miembro se salía y tenia que comenzar de nuevo. Después de un rato de práctica ambos gemían y disfrutaban e incluso Fabián con su mano libre masturbaba a Jonás mientras este sentía como las bolas de Fabián golpeteaban en sus firmes nalgas haciendo que su excitación se expendiera.

Varios minutos después los gemidos de Fabián se aceleraron al igual que sus envestidas y en un destello se corrió majestuosamente dentro de Jonás, este su parte también aceleró su ritmo y termino corriéndose sobre la mano de su amante así ambos cayeron exhaustos sobre la cama Fabián sobre Jonás sin sacarle el miembro esperando a que este tomara la forma habitual dentro de Jonás.

A la mañana siguiente Jonás despertó aun desnudo y tendido sobre la cama un poco cansado por la agitación de la noche anterior lo busco a su lado, pero el ya no estaba se envolvió en la sabana y sonrió su cuerpo aun olía a el.

Aquella mañana muchas ideas pasaron por su mente pero hasta el día de hoy ninguna se ha hecho realidad pero vive con la esperanza de que aquel incidente se vuelva a repetir.

Agradezco el gesto de tomar un par de minutos para leer este y otros relatos. También agradezco los comentarios hechos a mis relatos anteriores, así como agradeceré los comentarios que le hagan a este, por medio de mi dirección de correos que es: Crafor99@hotmail.com

PD. Me gustaria saber de escritores y lectores que encuentren afinidad y se identifiquen con mis relatos si es así no dudes en escribirme... Bye.