Encuentro en el tren ~3~ [Final]

La conclusión de esta serie. Mónica y Damián después de ser el uno para el otro a escondidas, al fin logran tener un plan para escapar, pero tendrán que ser muy cautos.

El año escolar llegaba a su fin, el clima se volvió más caluroso conforme llegaba el mes de julio.  Cada que entraba en el tren por la mañana Damián veía a los chicos más jóvenes deseando que llegara el verano para irse de vacaciones aunque la única que le importaba siempre estaba en el rincón usual, y lo suyo seguía siendo un secreto, notaba que su tensión iba en aumento. Mónica le había comentado esa semana que su padrastro ya le había insinuado el viaje familiar diciéndole cosas como que su madre querría que todo siguiera igual, pero notando la avidez en su mirada.

El tiempo se les venía encima y no sabían cómo arreglar la situación. Cierto día, el jefe de Damián le comento que lo habían invitado a dar una conferencia y en una escuela y que el debería acompañarlo para lo que surgiera. Al llegar se dio cuenta de que era la escuela de Mónica y se sorprendió pues al parecer era como un día de familia. Sabía que tenía que actuar con cautela. Pasaron frente a los salones y cuando pasaron por el de Mónica sus ojos se encontraron y supieron que debían tener la máxima discreción. Ella estaba junta a un hombre que hablaba con la profesora y la mantenía junto a si. Dedujo que era su padrastro por como la sujetaba de los hombros.

Después de un rato todos se juntaron en el auditorio para la conferencia, las alumnas se sentaron al frente y los padres detrás. Damián se sentó en el publico como le indicara la directora y se sorprendió mucho al ver que estaba sentado junto al padrastro de Mónica. Una ira lo lleno por dentro pero se relajo y pensó que eso podría ser ventajoso. Antes de que comenzara la conferencia principio a hablar con el. Estaba acostumbrado a tratar con clientes de todo tipo y supo ganarse la simpatía de aquel hombre. Logro que hablara del trabajo, de su familia y en fin, junto datos suficientes para trazar un plan. La conferencia duro una hora y después las alumnas irían por diferentes materiales para presentar a los padres mientras ellos esperaban en una sala aparte. Entre la confusión Mónica le hizo una seña a Damián y el la siguió como si fueran por el mismo rumbo y no como si la fuera siguiendo. Lo hizo entrar en un aula vacía y luego se colaron en el armario del material. En cuanto entraran Mónica se abalanzo sobre Damián besándolo apasionadamente. Apenas cabían apretujados en el armario, sus cuerpos estaban pegados y Damián que no pudo evitar evitarse le devolvió el beso con pasión abrazándola, podía sentir sus pezones pinchándolo atravez de la tela que los separaba. Abrió de un tirón su blusa y ni siquiera desabrocho el sujetador, solo lo bajo dejando salir sus pechos que devoró con pasión. Sabía que no tenían demasiado tiempo antes de que notaran su ausencia, pero la práctica que adquiriera en el tren era útil en ese momento, coló sus  dedos en el tanguita de Mónica y noto que ya estaba húmedo, abrió su pantalón he hizo que Mónica le rodeara la cadera con las piernas y cargándola la embistió.

Rápidamente la beso para que no saliera sonido alguno de su boca, ella se sujetaba rodeándole el cuello con los brazos, sus pezones desnudos se clavaban en su pecho. El la sujetaba de las nalguitas y pegándola a la pared la poseyó una y otra vez. En un momento que sus bocas se separaron para tomar aire ella le susurro al oído –Estas más potente que otras veces- Sintiendo como Damián estaba tan grueso dentro de ella que creyó que se quedaría atascado dentro de su conchita. Damián inundo a Mónica ahogando sus gemidos con otro beso. Ella a su vez se corrió. Sintió que la leche la inundaba y apretó las piernas decidida a no dejar salir ni una gota. A pesar de la prisa tuvieron que quedarse pegados un momento hasta que Damián descargara toda la leche en Mónica. Cuando se reacomodo la blusa, ella se dio cuenta de que sus pezones seguían excitados y tuvo que ir por una chaqueta que le cubriera. Mónica llego justo a tiempo para ayudar a sus compañeras que solo habían notado que había estado mucho tiempo en el baño. Como se notaba un poco inflamada dedujeron que no se sentía bien, aunque ella sabía que solo era la leche de Damián dentro de ella que la hacia verse así.

Pasaron los días hasta que acabaron las clases. Mónica estaba muerta de miedo, y le dijo a Damián, pero el de manera tranquila le dijo que ya lo tenía todo planeado y que no se preocupara. Aun así llego el día en que ella se iría con su padrastro de vacaciones. El le había dicho que le había comprado ropa nueva para que se la pusiera y fuera cómoda en el avión. Al verla se dio cuenta de que realmente el pensaba tomarla pues consistía en un vestido muy corto anudado en el cuello con un escote que antes no le permitiera usar y una tanga aun más pequeña incluso de las que ella solía usar, en realidad era solo un hilo. Confusa y aterrada guardo su pasaporte y durante el trayecto al aeropuerto noto que su padrastro no dejaba de mirarla. Se dirigieron a su sala de espera pero el aeropuerto estaba lleno, así que tenían que moverse entre las olas de personas y se distanciaron un poco. Estaba Mónica estaba luchando por salir del tumulto cuando sintió un brazo sujetándole los hombros y guiándola por un camino distinto al de su padrastro, oyó la voz de Damián en su oído que decía, sigue caminando como si nada, rápido y sin hablar. Caminaron rápidamente, simplemente pareciendo que llevaban prisa, el le pidió a Mónica su pasaporte y llegaron a otra sala de espera donde una señorita los miraba con reproche y le decía a Damián cuando el le pasaba dos boletos con los pasaportes –Estamos a punto de partir, casi se pierde su vuelo Sr.- el se disculpo con ella cortésmente y los guio a la primera clase, los últimos asientos en la esquina eran de ellos. Ninguno hablo hasta que el avión estuvo en el aire.

Mónica estaba completamente sorprendida y Damián comenzó a explicarle que se había sentado con su padre en la conferencia y que el sin darse cuenta le había hablado del día de su viaje y a que hora salía. El sabía que no iba a poderla sacar de su casa, y que no habría otra salida mas que ese mismo día tomar un rumbo distinto. Además así el no levantaría sorpresas. Ya había dicho en su oficina que se tomaría vacaciones y había dado una pista falsa para que todos creyeran que seguía en el país. Damián la miro completa y le dijo –Debo agradecerle a tu padre por haberte vestido así para mi- pues el vestido mostraba sus hermosos pechos y sus largas piernas asomaban por la falda corta. Damián coló sus dedos por debajo de la falda. A la luz del avión no podía hacer mas. Mónica se retorcía en su asiento, tapando su boca. Tuvieron que esperar a que se apagaran las luces y empezaran a oír los ronquidos de sus compañeros de viaje. Vieron que no había nadie de servicio a la vista y Mónica entro en el baño, a pesar de haber sido solo unos minutos la espera se le hizo eterna hasta que vio entrar a Damián por la puerta y cerrarla con seguro. Damián bajo la tapa del baño y se sentó bajando su pantalón, estaba completamente erecto pues había aguantado un buen rato a que todos durmieran. Mónica le dio la espalda y empezó a sentarse en el, el tanga era tan pequeño que ni siquiera tuvieron que moverlo. Damián se deslizo dentro de Mónica hasta el fondo de un sentón y le tapo la boca para que no se oyeran sus gemidos. Con la boca desanudo el moño del vestido que Mónica tenia en la nuca liberando sus pechos quedando el vestido arrugado en su cintura. Ella empezó a botar sobre el, y el a su vez la empujaba con la cadera y con la mano que tenia libre le masajeo los pechos lo cual provoco que Mónica se corriera rápidamente. Después de un momento el la lleno con su leche. Mónica se dio la vuelta ahora mirándolo de frente y volvió a sentarse sobre el. Damián se apodero de sus pechos mamándolos deliciosamente. Mónica apretó sus labios y cuando Damián termino de mamarla se apodero de su boca nuevamente. El entraba y salía de ella. Mónica lo montaba con fuerza, como una amazona mientras sus lenguas se comían la una a la otra. Una pequeña turbulencia les recordó que seguían en el avión y el sabia que pronto habría alguien que querría entrar así que la pego a la pared y con una ultima estocada salvaje la inundo. El cuerpo de Mónica había adquirido tal destreza que toda la leche de Damián quedo dentro de ella. Satisfechos los dos, volvieron con cuidado a sus asientos y se quedaron dormidos. Mónica no supo a donde iban hasta que se bajo del avión. Era una isla con hermosas playas y Damián la condujo a un hermoso hotel. Le dijo que subiera a la habitación mientras el arreglaba unos papeles.

Mónica impresionada vio que era precioso y había un pequeño jacuzzi. Después de haber estado en el avión nada le pareció mejor que meterse y ahí la encontró Damián. Al entrar el sol de la tarde bañaba la habitación al ver a Mónica se detuvo extasiado pues la piel mojada brillaba dorada con el sol. Los pechos perfectamente bien redondeados el cabello caía a los lados de su cara y sus nalgas definían las hermosas piernas hundidas en el agua, no supo cómo se desvistió y en medio segundo estaba pegado a la espalda de Mónica. Ella hizo ademan de taparse la boca por costumbre pero el le susurro –Aquí no tienes que ocultar nada, quiero que gimas todo lo que quieras, que me muestres lo mucho que disfrutas- Masajeo sus pechos y Mónica instintivamente se inclino hacia adelante. La espada de Damián ya buscaba su vaina y la envaino hasta el fondo con fuerza, haciendo que Mónica gritara mas fuerte de lo que la había oído antes. Sujetándola de sus pechos la follo rápido y fuerte desde el principio. Verla en el jacuzzi lo había excitado demasiado. Sintió como ella tenia un orgasmo tras otro, gimiendo sin parar. El agua los salpicaba pero el no se detuvo hasta estallar. Paso mas de la mitad de la noche dentro de ella, haciéndola gozar, llenándola sin parar.

Por la mañana fueron a comprar mas ropa para Mónica pues las maletas las llevaba su padrastro y ella se había quedado sin nada. Fueron a la playa y Mónica le mostro a Damián el bikini que había comprado. El tuvo que llevarla a un lugar apartado entre las rocas pues se había puesto duro al verla. Ella le dio la espalda y respingo sus nalguitas. Estaba a punto de entrar en ella cuando cambio de dirección. Dirigió su miembro a su ano que mojado por el agua de mar se expandió con facilidad. Mónica se sobresalto pero no pudo hablar de los gemidos que brotaron de su boca. Los dedos de Damián se habían apoderado de su perla mientras que el la penetraba por el ano. Estaba en éxtasis. No supo cuanto duro ni cuantas veces se corrió. Solo que había descubierto un nuevo lugar para explorar y le fascinaba.

Fueron las mejores vacaciones de los dos y cuando iban a regresar Mónica de asusto pues no sabía lo que iba a pasar. Sin embargo Damián le explico lo que tenían que hacer. Cuando regresaron Mónica se instalo en casa de Damián y desde ahí le envió un correo a su padrastro diciéndole que nunca volvería con el, que sabía de sus intenciones y que tenia la grabación de lo que le dijera a su amigo por teléfono sobre ella por que Damián hábilmente le había burlado el celular en la conferencia y la había encontrado. Obviamente su padrastro, la amenazo, regaño y se puso furioso. Fue a la escuela a hacer indagaciones pero nadie sabia nada y ella no volvió. Al final sabia que no podía reportarla pues la grabación lo hacia culpable.

Como era menor de edad Mónica sabia que le podría causar muchos problemas a Damián si alguien sospechaba que vivía con una adolecente y los siguientes dos años se recluyo en el departamento. Damián le decía que era exagerada y que debía salir pero ella no lo hizo. Además le aseguro a Damián que era muy feliz viviendo con el y cada noche lo hacían sin parar. Los compañeros de Damian en cambio se dieron cuenta de que estaba distinto. Siempre parecía mas feliz y vital, incluso parecía mucho mas joven y cuando le preguntaban el solo decía que estaba muy contento con su vida.

El día que Mónica se convirtió en mayor de edad fue un día memorable. El había comprado un hermoso vestido de seda, que le quedaba como un guante pues se sabía sus medidas de memoria. En los dos años anteriores Mónica termino de desarrollarse, marcando sus curvas aun mas, sin perder la inocencia de su cara, su cuerpo era una escultura perfecta. El la llevo a cenar y los comensales se quedaban viéndola, los hombres con lujuria, las mujeres con envidia. Damián sabía que no llevaba ropa interior pues sus pechos se marcaba delicioso y la parte baja no notaba ningún hilo. Comieron sin quitarse los ojos de encima y al final no volvieron a casa si no que fueron a un hotel que se parecía mucho al que hacía dos años escaparan y empezaran su nueva vida. Damián la abrazo besándola primero lento y suave para después comerse su boca, mientras sus manos bajaban los tirantes del vestido, su boca recorrió el contorno de su cuello. Sus manos terminaron de bajar el vestido a la vez que recorrían su cuerpo, deteniéndose en sus hermosas y respingadas nalguitas, instintivamente sus dedos buscaron su ano y empezaron a dilatarlo. Ella jadeando suavemente le quito la camisa besándole el pecho. Abrió su pantalón dejándolo caer al suelo. Se metieron al jacuzzi y Damián la sentó en sus piernas. Ella acariciaba su poderoso miembro mientras lo besaba. Cuando ya no pudo mas, el la pego a la pared del jacuzzi y la empalo. El agua lo hizo deslizarse como una máquina bien aceitada. Empezó a follarla con fuerza sujetándola de las piernas colocándolas en sus hombros. Desde que la follara diariamente ella se había hecho mas elástica y al pasar tanto tiempo en casa estudiaba y se ejercitaba de manera didáctica y era muy seria en eso. Siguió fallándola hasta llenarla, sin darle tiempo para pensar le dio la vuelta y sentándose la tomo de las caderas y empinándola se indio en su ano. Ella grito de placer los dos movían sus caderas acompasadas, el la empujo colocándola a cuatro haciendo que se sujetara del borde del jacuzzi, frente a el había espejos y noto como sus pechos se movían al ritmo de sus embestidas. Aumento el ritmo haciéndola gozar como solo el sabia hacerlo, la inundo ahí también.

Se movieron a la cama y disfrutaron la noche completa. El sol de la mañana los descubrió sobre la cama, con Mónica a cuatro sobre la cama y Damián fallándola como un animal por detrás en su conchita. –¿Cuántas veces te has corrido en esta posición?- le preguntó Mónica a Damián entre gemido y gemido. –No lo se, no lo he contado y no creo que pueda detenerme aun, durante un buen rato- Al decir eso su leche la inundo, pero ya no cabía nada dentro de ella y se rego por sus piernas –Es como estar en un programa de inseminación- dijo Mónica sonriendo después de gritar de placer, pero Damián no pudo dominar sus caderas que siguieron embistiéndola durante varias horas mas. Durante sus dos años escondidos los dos adquirieron mucho mas aguante pues al pasar tanto tiempo en casa siempre estaban el uno sobre el otro.  La juventud y el carácter de Mónica hacían que Damián estuviera loco por ella y nunca volvió a mirar a otra mujer. Esa día aunque Mónica lo dijera de broma no se había acordado de tomar la píldora que fielmente tomaba desde que conociera a Damián y se embarazó. Ya que como dijera al principio si no la hubiera tomado seguro se hubiera embarazado desde que lo hicieran por primera vez en el tren. Incluso después de dar a luz, su cuerpo felizmente recupero la hermosa forma que tenía y su vida estuvo completa pues Damián se caso con ella.

Aun después de años y los demás hijos que siguieron pues un solo descuido la hacía embarazarse (hasta que termino por operarse y ya no preocuparse por eso), en el aniversario del día en que se conocieron, hacían el mismo recorrido en el tren  que los unió y disfrutaban de la excitación y los nervios de ser descubiertos igual que la primera vez, cuando ella llevaba un uniforme de colegio para niñas mientras el iba de camino al trabajo.