Encuentro en el tren ~2~

Mónica le cuenta a Damián su historia y eso lo decide a tener una verdadera relación con Mónica, aun cuando sea un secreto para todos.

Después de que se arreglaran la ropa Damián y Mónica salieron del parque y entraron a una cafetería, donde Mónica le conto a Damián su historia. Ella era hija única de una madre soltera hasta que se caso de nuevo. Sin embargo ella murió en un accidente hacia un año y ella se quedo con su padrastro. En cuanto su madre desapareció el empezó a comportarse muy severo con ella, no le permitía usar vestidos cortos o blusas con escote y la inscribió en la escuela para monjas. Primero pensó que su actitud era simplemente demasiado sobreprotectora, pero poco a poco mientras ella se desarrollaba durante ese año, noto que las miradas que le lanzaba eran mas de lujuria que de enojo. Sin embargo no fue hasta hacia unos pocos meses que lo oyó hablando con otra persona que estuvo segura de ello. Al parecer el estaba esperando a que fueran vacaciones cuando se iban a su viaje “familiar” de cada año para tomarla para el, ya que ahora que no estaba su madre sería muy fácil. También fue por eso que la había inscrito en la escuela de monjas, para cuidar de que nadie la desflorara antes de que el pudiera hacerlo. Debido a la impresión, el enojo y el miedo que esa conversación le provoco, decidió en un arranque de imprudencia acostarse con un chico que ya se le había insinuado. Para entonces ella ya sabía que estaba enamorada de Damián, pero entonces no tenía ninguna esperanza de conocerle y estar con él.

Damián se quedo muy impresionado con su historia y mas confundido que nunca. Cierto era que ella necesitaba a alguien que la ayudara sin embargo el era un adulto y si empezaba a estar con ella podrían tener muchos problemas. Sin embargo en su interior supo que ya no había marcha atrás. Se dio cuenta de nunca dejaría que alguien mas la tomara y mucho menos a la fuerza, se dijo que aun tenía tiempo y le aconsejo que evitara que su padrastro tuviera sospechas. El le dio sus señas por si algún día las necesitaba y regresaron al tren rápidamente, se separaron cada quien en su parada. Durante el trayecto ya no hablaron, ni siquiera se despidieron, aunque Damián ya sabía que la vería en el tren al día siguiente. Sin embargo al llegar al tren ese día no la vio y se inquieto, pues la plática del día anterior lo había dejado preocupado. Llego a su trabajo y aunque se puso a trabajar no dejo de preocuparse. Hacia el medio día, su secretaria le hablo por el intercomunicador. -Sr. aquí hay una chica que dice que tiene cita con Ud. me comento algo de una entrevista para el colegio.- Damián muy sorprendido le pregunto por su nombre –Mónica Sr.- El le indico que la dejara pasar y en cuanto entro, cerró la puerta con seguro. La abrazo y le pregunto por que no había estado en el tren esa mañana. Ella le comento que su padrastro la había regañado por llegar tarde y el regaño había durado mucho así que en la mañana no pudo levantarse a tiempo y por eso había ido a verle pues sabía que se preocuparía. Al verla a los ojos no pudo evitar besarla, en su interior se dio cuenta de que esa chica lo había hechizado pues con sus parejas anteriores no era así. Siempre se imponía su fría personalidad incluso en la intimidad. Pero con ella en sus brazos era imposible no tocarla, sintió como su lengua quería llenar su boca, hacerla suya. Sus manos se enredaban en su cabello acariciando su espalda hasta llegar a sus nalguitas respingadas. Llevaba uniforme deportivo que consistía en una playera blanca y pants. La sentó en su escritorio alzando la playera sobre sus hermosos pechos sin quitarla del todo. Desabrocho  el sujetador que los aprisionaba y empezó a mamarlos. Parecía un niño hambriento. Ella gemía en un tono bajo pues no sabía si podrían escucharla afuera del despacho de Damián. Su boca siguió bajando por el torso de Mónica. Bajo los pants, quitándolos del todo y se hundió entre sus piernas, haciendo a un lado su tanguita completamente mojado empezó a comérsela. Su lengua saboreaba cada centímetro de la cueva de Mónica, ella no tardo en correrse en su boca. Se puso de pie abriendo su pantalón, ya no podía mas, colocando la punta en la entrada de ella la tomo de la cadera y la penetro hasta el fondo como un pistón. Mónica tuvo que taparse la boca para acallar el gemido que salió de ella. Empezó a poseerla, ella movía sus caderas y el a su vez las suyas, lo que sentía era impresionante. Su concha atrapaba su miembro dentro de ella como si supiera que ahí era el lugar al que pertenecía, Mónica hacia verdaderos esfuerzos para que sus gemidos no salieran y Damián la beso para acallarlos del todo.   No supo cuanto tiempo estuvieron de esa manera, el único momento en que sus bocas se separaban era para tomar aire. Su miembro no salió en ningún momento, y poco después no pudo evitar inundarla. Ella se abrazo a el tapando su grito de placer en el hombro de Damián. Poco después el se separo y se sentó frente a ella en un sofá que estaba en el despacho respirando agitadamente. Mónica se bajo del escritorio respirando con dificultad y noto que Damián aun seguía muy recto. Ni siquiera lo había pensado cuando se dio cuenta de que se hincaba frente a el y empezó a chuparlo. Damián intento decir algo pero la boca de Mónica se sentía deliciosa y el solo jadeaba, acariciando el cabello de ella, empujándola suavemente contra el. Después de un rato ella se coloco sobre el sofá a cuatro –Ya no puedo mas, quiero que lo hagas así como en el tren- El se puso detrás de ella haciendo a un lado la tanguita nuevamente, empezó a bombearla. Mónica solo jadeaba pidiéndole mas y mas y eso solo lo inspiro. La tomo de los hombros arqueando su espalda, con una mano tapo su boca con la otra la guiaba. Siguió así no supo cuanto, hasta que en determinado momento ella se recostó solo respingando las nalgas sujetándose con fuerza del sofá, el empujo hasta sentir su útero y dejo salir toda la leche que quedaba. Ella ahogo su grito en el cojín, Damián la inundo a tal punto que el estomago de Mónica se noto expandido y leche se rego por sus piernas. Aun así se tuvieron que quedar en esa posición un rato hasta que Damián se quedo seco. Al momento pensó en que había sido un tonto pero la excitación le impidió pensar. Mónica lo noto y con una sonrisa lo tranquilizo diciéndole –Tu leche es tan espesa que si no tomara píldora seguro ya me habrías embarazado desde la vez que me tomaste en el tren.-

Se quedaron charlando un rato hasta que Mónica se dio cuenta de que si no se apuraba notificarían en su casa que ella había faltado a la escuela y tenía que llegar de prisa a dar una escusa.

Al salir del trabajo y entrar al tren enseguida noto que Mónica estaba en la esquina usual, la abrazo y no dejo de besarla hasta llegar a su parada. Durante los días siguientes, por la mañana que había luz en el tren Damián solo se atrevía a besar a Mónica y de vez en cuando acariciarla dentro de la falda, sin embargo por la noche, amparados por la oscuridad la poseía durante todo el camino. Incluso llego a pasarse de su parada con tal de no separarse de ella. Pasaron algunas semanas y un día Mónica le pidió a Damián que la viera un sábado en el centro. Al llegar al lugar indicado la vio esperándolo. Llevaba un hermoso vestido blanco de tirantes que le llegaba un poco mas arriba de las rodillas ligeramente escotado, y llevaba el cabello agarrado en dos coletas bajas que le caían detrás de las orejas. Damián pensó que era una visión entre inocencia y madurez. Como se le quedo viendo ella le explico que había salido de su casa con una falda que le llegaba a los tobillos y una blusa de manga larga pero se había cambiado en casa de una amiga en la que podía confiar y con la que se suponía estaba trabajando en un proyecto escolar. Le comento que tenía toda la tarde para estar con el y el no pudo evitar alegrarse con ello. Dieron un paseo en el cual Damián noto que ella no llevaba nada debajo de su vestido y se emociono. Después de ir a comer y pasear un rato siguieron caminando y Damián la guio hasta su apartamento. Ninguno dijo nada. La llevo a la recamara y empezó a besarla, lento, suave, sus  manos recorrían cada centímetro del cuerpo de Mónica, notaba los pezones de ella clavados en su pecho. Bajó los tirantes liberando sus pechos y la recostó en la cama –Ahora si lo haremos como debe de ser- le dijo el mientras se quitaba la camisa. No dejo de besarla mientras la desnudaba. Se detuvo un momento para admirar a la chica que tenia sobre la cama en su cara aun se notaba a la adolecente pero su cuerpo parecía haber sido creado para el placer, era realmente bella, inmediatamente empezó a recorrerla con la boca desde los hombros hasta la punta de los pies. Mónica no dejaba de gemir, al fin libremente sin tener que cubrir su boca para acallar los gemidos. Cuando termino de recorrerla, se tumbo en la cama y Mónica se coloco sobre el en 69, ella estaba empapada y el se hundió entre sus piernas gustoso recorriéndola como a un manjar suculento. Ella a su vez lo chupaba como a una paleta para después meterlo en su boca, no dejaron de hacerlo hasta correrse los dos. Sin esperar un segundo Mónica se coloco sobre el montándolo. Primero lentamente subiendo y bajando tomando ritmo. El la tomaba de la cadera aumentando el vaivén cada vez mas hasta hacerla botar. Sus pechos hacían círculos mientras subía y bajaba y el los tomo acariciándolos, apretándolos, masajeándolos haciéndola disfrutar. Noto que le apenaba un poco gemir con fuerza pero el le pidió que no los acallara así sabia lo mucho que gozaba. Ella arqueo su espalda, la vista que eran sus pechos al vuelo, su torso perlado y el mismo dentro de ella, le provoco una explosión inundándola, haciéndola gritar de placer, toda su leche quedo dentro de ella pero sin salir de su concha se incorporo sentándose, las piernas de Mónica inmediatamente rodearon su cadera, la abrazo a el sintiendo como sus pezones se clavaban en su pecho, la follo aun mas fuerte.

Mónica gemía en su oído y eso lo hacia excitarse aun mas, sintió como ella tenía un orgasmo tras otro.  La puso a cuatro sobre la cama. En cuanto entrara en ella su leche salió disparada pero el no se detuvo, no salía de ella, solo empujaba mas  y mas, y ella gemía descontrolada. La tomo de las caderas follando como nunca antes a una mujer, en un momento se dio cuenta de que tal vez era demasiado rudo pues empujaba como nunca, como un animal en celo, incluso la cama chirriaba. Frente a ellos había un espejo y podía ver puro placer reflejado en el rostro de Mónica y eso lo decidió. Sintió su leche estallar una y otra vez dentro de ella, ella a su vez no dejaba de correrse, tenían las piernas empapadas pero eso no los detenía. No supo cuantas veces la poseyó esa tarde, sin embargo cuando su reloj marco las 7 se dio cuenta de que ya era tarde, así que la tomo de los pechos alzándola, viendo su cuerpo completo siento penetrado frente al espejo, la bombeo como poseído. Sus pechos botaban como locos ella se sujetaba a el colocando las manos hacia atrás hasta que ya no pudo más. Dejo salir toda la leche en su interior, su vientre se expandió de nuevo, se quedo abrazándola de espaldas a el, sin salir de su interior. Su conchita succionaba sedienta, pero eso no evitaba que se regara por sus piernas. Se quedaron quietos durante varios minutos recuperando el aliento, esperando a que el torrente amainara. Al separarse Mónica, un gran chorro blanco salió de su interior. Después de eso, tuvieron que correr pues ya era tarde y Mónica tenía que regresar a casa de su amiga, pues su padre la recogería ahí.