Encuentro en el supermercado

Desde donde me encontraba tenía una magnífica visión de la chica, su falda se había alzado tanto que podía verle todas las braguitas bien hundidas en sub rajita...

El supermercado

Pasaban ya las nueve de la noche y apenas quedaba gente en el supermercado, de hecho en mi deambular de compras solo me había cruzado dos veces con la misma joven, la cual por cierto era bastante atractiva y vestía con una falda tal vez demasiado corta.

Coincidí nuevamente con ella en el siguiente cruce de pasillos, su carrito impedía el paso y ella graciosamente lo empujó suavemente de forma tal que el hueco abierto discurría entre el carrito y ella y era bastante ajustadillo por lo que al pasar no pude evitar rozar levemente el cuerpo de la joven.

Me disculpé con una sonrisa y ella me respondió con otra evocadora, levantando las cejas mientras se disponía a proseguir su compra.

Pero por un instante se detuvo allí mismo e inclinándose casi exageradamente pareció entretenerse en examinar las etiquetas del estante más bajo.

Huelga decir que en aquella postura la falda se le pegaba al culete tan divinamente que se le marcaba todo permitiéndome adivinar incluso hasta donde le cubrían las braguitas.

Obvio será decir que yo también me quedé fijo en aquella zona mirando más que de reojo a la preciosa joven y disfrutando de su graciosa y provocativa postura.

Instantes después se alzó sorprendiendo aún mi mirada sobre su culete y otra vez me sonrió aunque está vez su sonrisa me resultó más provocadora.

La verdad es que la chica parecía tener todo su interés en los artículos de la zona pues a continuación se dedicó a examinar el estante más alto y para ello se alzó de puntillas y claro como era lógico la falda se le subió arriba de sus muslos hasta descubrir pasajes que deberían estar prohibidos a las miradas.

La vista era inmejorable, la chica tenía unos muslos realmente ricos y con la faldita tan alzada me enseñaba casi el nacimiento de sus nalgas y desde luego no parecía tener la más mínima prisa en recuperar posturas, digamos menos provocativas antes bien, diría que se alzaba al máximo y claro la falda ya me enseñaba la deliciosa redondez de su culete.

Miro a ambos lados, estamos completamente solos, me dejo llevar y me aproximo "casualmente" a la zona donde ella se encuentra y con la disculpa de examinar no se que bote de tomate del estante bajo me agacho a poco más de medio metro de ella.

Hago como que miro el precio y enseguida alzo la mirada, joder, se lo veo casi todo, está tan alzada que su culete prácticamente al descubierto y desde luego tiene que ser consciente de que en aquella postura me enseña hasta el blanco de sus braguitas por cierto bien metidas en su rajita trasera.

Me caliento con las atrevidas vistas y la miro sin recato alguno, la joven se remueve como inquieta pero en ningún momento trata de bajarse la falda, antes bien, sus movimientos no hacen sino que subirla más y más y con ello claro me lo enseña todo, los ojos se me salen de las orbitas, unas blanquísimas braguitas contornean perfectamente un culito que está para comérselo, hilachas de vello púbico escapan de la íntima tela bien hundida en la raja de la joven, las imagino mojadas y noto que mi pene empieza a despuntar en el pantalón.

Durante unos instantes disfruto admirando la fruta más prohibida del supermercado, la chica está como un tren y yo cada vez estoy más caliente, la polla me abulta una barbaridad, completamente dura y erecta responde por si sola a las atrevidas vistas que la joven me regala.

Movido por un impulso me alzo hasta situarme a su lado y levemente dejo que mi mano se deslice por su falda en un leve roce que en todo caso puede pasar por casual.

Ella no se mueve, bien, mis dedos resbalan ahora por encima de su falda sintiendo efímeramente los contornos de su culete sin que ella haga movimiento alguno.

Enseguida mis dedos resbalan nuevamente por su falda, ahora la caricia ya no parece casual y espero su reacción, la joven alza ligeramente las caderas en respuesta y mis dedos saben que aquello va a ser algo más que un roce fortuito.

Sin que ella se mueva lo más mínimo mi mano se desliza por su falda descendiendo hacia sus muslos, raudos sienten el calor de su piel y un primer gemido escapa de su garganta en el momento en el que mis dedos se pierden entre sus piernas para toquetearle las braguitas.

Un nuevo gemido y mi excitación se dispara, mis dedos se deslizan por debajo de la íntima prenda para encontrarme ante la rajita más húmeda que había visitado, estaba completamente calada y sus bragas empapadas y llenas de jugos.

Con rápidos movimientos le toqueteo el coño mientras ella gime hondamente alzando el culete para permitirme más avances, mi polla está completamente dura y deseando saltar fuera para perderse en el interior del aquel coño tan caliente.

Le meto mano por la camiseta, tiene los pechos duros y respingones, no lleva sujetador y los pezones le apuntan erectos. Le masajeo las tetas mientras le deslizo las bragas de lado dejándola con el conejito al aire.

Está muy cachonda, su coño liba jugos sin cesar y con nerviosos movimientos me saca la polla del pantalón para menearla furiosamente al tiempo en que sus jadeos comienzan a descontrolarse.

Le meto mano por todo el coño y estalla, su corrida salta de súbito, alza las caderas mientras convulsiona la pelvis alocadamente al tiempo en que moja mis dedos con sus jugos del placer.

Durante un instante se queda quieta, su cuerpo tiembla de placer y deseo, y mi polla está a punto de estallar.

Se agacha apoyándose en la estantería y alzándose la falda me ofrece la mejor visión de su coño empapado y blanquecino de fluidos, su culo está en alto y su cuerpo resulta toda una invitación.

Morbosamente se abre los labios del conejo y comprendo que vamos a follar allí mismo en el supermercado.

Sin hacerme de rogar me coloco detrás de ella, resbalo mi polla hasta su rajita y humedeciéndola con sus jugos se la meto, está tan mojada que mi polla la penetra hasta el fondo y ella exhala un gemido de placer.

Comienzo a bascular dentro de ella, mi polla sale de su coño blanca de jugos mientras su estrecha vagina se dilata en mis arremetidas.

Sin saber como le saco las tetas, me excita tocárselas y una contracción de placer me hace adivinar que tanta excitación se aproxima a su fin.

Empujo hondamente en su interior mientras ella se toquetea el chichi locamente, está totalmente entregada a la follada y en un instante gimiendo como una posesa derrama toda su miel sobre mi polla, sus calientes jugos me empapan y me llevan al punto de no retorno mientras mi polla la cabalga sin descanso.

Con un ahogado gemido me derramo en su interior sintiendo las contracciones de su vagina en los estertores de su orgasmo exprimirme la polla hasta la última gota.

Ambos jadeábamos de placer mientras mi leche le llenaba el coño. Mi polla se desliza fuera de su ardiente coño resbalando mi semen de su abultaba rajita para mojarle las bragas, por un último instante pude admirar su magnifico coño hinchado y perlado de jugos instante, luego ella recompuso sus ropas y sin más se alejó, dejando en mi mano sus calientes y mojadas bragas.