Encuentro en el ascensor (6)
Quiero qué me expliques porqué cuando estoy contigo, no puedo dejar de mirarte, y cuando no estás conmigo, no puedo dejar de pensar en ti. Mi cuerpo no sabe qué hacer cuando estás a mi lado, tiembla, siente cuando estás cerca, cuándo te acercas y te quedas a un milímetro de mi boca mi cuerpo vibra,
Eran las ocho menos cinco, faltaban 5 minutos para las ocho, llamaron a la puerta, ¿Luna se había adelantado?, abrí la puerta y me encontré con una sorpresa, no era Luna...
No me esperaba que fuera ella, pero que hacía aquí, delante de mí se encontraba... Celia.
Estaba loca, ¿qué hacía aquí?, ¿que querría?, y faltaban solo 5 minutos para las 8, yo estaba realmente asombrada de que ella estuviera ahí, lo que había dicho antes en el ascensor me había demostrado que no quería saber nada más de mí, qué yo no podía darla nunca lo que le aportaba Mike, ni aunque pasaran un millón de años.
Celia miraba al suelo, yo esperaba a qué hablase, pasaron unos segundos hasta que levantó la vista del suelo y me miró.
La mirada de Celia me llevaba a otro mundo dónde el tiempo se consumía lentamente a nuestro alrededor, cuando nos mirábamos a los ojos, conectábamos, había una conexión tan fuerte, qué resultaba extraño que todavía no nos hubiera atrapado y quedado ocultas bajo la sombra de ésta.
Celia todavía estaba en la puerta.
Celia: ¿Puedo pasar?
¿Quién en su sano juicio la hubiera dicho que no con esa voz que me enganchaba tanto a ella?, Celia era mi adicción,y esta adicción se alimentaba porque su corazón y sus ojos querían saltar al vacío conmigo, pero alguna parte de ella, la echaba hacia atrás, seguía encerrada en una jaula que ella consideraba segura, pero en realidad no lo era porque ella lo qué quería era tirarse al vacío conmigo.
Iris: sí, pasa. (me aparté de la puerta, pasó y la cerré).
Celia: no sé exactamente que hago aquí, pero me estaba volviendo loca pensando en todo lo que ha ocurrido desde qué te conocí, quiero pedirte perdón por lo que ha pasado antes en el ascensor, tal vez me haya excedido un poco.
Iris: sí, bastante.
Celia: lo sé y lo siento mucho.
La verdad era que sí lo sentía, lo veía en sus ojos, la dolía el daño que me había causado antes en el ascensor, cada palabra qué había dicho, había sido una puñalada a mi enamorado corazón.
Iris: tengo poco tiempo, tienes 5 minutos exactamente, es que estoy esperando a alguien, ¿quieres sentarte?
Celia: sí, gracias.
Las dos nos sentamos en el sofá y continuó hablando.
Celia: lo que ha pasado en el ascensor antes, quiero decir lo de Luna y cuándo me he cabreado y he soltado muchas palabras sin pensar en las consecuencias, siento el daño qué te han causado, he estado reflexionando en mi casa durante bastante tiempo, muchas horas, y me he dado cuenta de que algunas cosas no las tenía que haber dicho.
Yo la escuchaba, no sabía que contestarla, ella siguió hablando.
Celia: no es que lo que dijera en el ascensor no lo pensara de verdad, pero... (en este momento no sabía cómo continuar, se paró y me miró a los ojos) Iris, desde que te conocí, he sentido cosas, estoy un poco confundida y no sé qué es exactamente, pero yo no soy lesbiana, quiero a Mike.
En sus ojos veía angustia y tristeza, era verdad que quería a Mike, en su mirada se veía que no quería ocasionarle daño.
Iris: entonces a qué has venido aquí, ha decirme que quieres a Mike y que no me quieres a mí, a que te diga que no eres lesbiana, yo creo que has venido a aclarar tus ideas porque no sabes lo que quieres.
Su mirada mostraba preocupación y desconcierto, en realidad yo creo que no sabía muy bien el porqué de su visita, pero ella decidió venir.
Entonces Celia levantó su mirada y la posó en mis ojos. Se disponía a tirarse al vacío, lo presentía, el ambiente estaba cargado de emociones qué tenían que salir a la superficie y ver la luz.
Celia: quiero qué me expliques porqué cuando estoy contigo, no puedo dejar de mirarte, y cuando no estás conmigo, no puedo dejar de pensar en ti. Mi cuerpo no sabe qué hacer cuando estás a mi lado, tiembla, siente cuando estás cerca, cuándo te acercas y te quedas a un milímetro de mi boca, mi cuerpo vibra, cuando me miras, me hundo en tu mirada y el tiempo se para, cuando estoy contigo no importa nada, solamente nosotras, contigo me basta.
Iris: y de verdad quieres que te explique por qué te pasa eso.
Celia: sí, necesito escuchártelo a ti.
Iris: eso te pasa porque me quieres (lo pronuncié tan lentamente como pude, Celia estaba es un estado indescriptible, era como estar delante de una línea, y necesitaba la fuerza y la seguridad de que estaría bien cruzar esa línea, sin saber lo que habría detrás).
Mike se acaba de ir hace un rato... me ha pedido que me case con él.
Mi cerebro no pensaba, el mundo se había caído encima de mí, estaba congelada, me costaba respirar, no podía hablar.
Celia: no le he contestado que sí, le he dicho que me lo tenía que pensar.
No escuchaba, espera que había dicho, que no le ha dicho que si, entonces está hecha un lío, pero se tiene que decidir.
Celia: quiéreme como nunca antes has querido a nadie, necesito que me aclares mis dudas, no puedo seguir así.
Entonces ocurrió lo que esperábamos hace mucho tiempo, Celia se acercó a mi boca lentamente, yo me fui acercando a ella y en un susurro la dije.
Iris: si te beso se aclaran todas tus ideas y ya no habrá vuelta atrás.
La miré a los ojos, ella me miró, pero apartó la mirada.
Celia: si te beso pierdo el control, ya no soy yo, soy otra persona distinta.
Iris: eres la persona que me completa, contigo sale la mejor parte de mí, y nos descontrolamos, por la conexión tan fuete que nos une a tí y a mí.
Celia se acercó para besarme y las dos nos fundimos en un ardiente beso que me devolvió a la vida, a la realidad, mientras nos besábamos, nos agarramos las dos manos, y el tiempo se consumía muy lentamente hasta llegar a casi pararse, Celia era la chica de mis sueños, loca, divertida, preciosa y cuando ella estaba, no me hacía falta nada más, con tenerla a ella en mis manos me era suficiente.
Cuando terminamos aquel beso me miró, en sus ojos vi, que la había encantado, qué me quería a mí, pero en su mirada había un atisbo de miedo y preocupación, la agarré la mano.
Iris: todo saldrá bien.
Celia me apretó la mano.
Celia: :), contigo a tu lado, nada puede salir mal.
Nuestros corazones palpitaban al mismo son, boom boom, boom boom, boom boom, mientras nuestras miradas estaban conectadas por ese hilo tan invisible que nos unía a las dos.
Cuando me quise dar cuenta, Luna ya estaba en la puerta.
Celia: esa será tu visita.
Iris: sí.
Celia se disponía a levantarse y abrir la puerta, pero la sujeté.
Iris: entonces que es esto exactamente Celia, que pasa entre nosotras ahora, te has decidido ya supongo.
Celia: Iris me encantas, pero Mike también, si le conocieras verías que es un chico increíble, y tengo muchas dudas, antes de estar muy segura quiero probar.
Iris: ¿cómo que probar? pero si tú me quieres a mí.
Celia: siento algo por los dos, cuando contigo es fascinante, pero él me aporta otras cosas.
Iris: ¿cómo cuales?
Celia: salir con otras parejas por ejemplo, o ir a cualquier sitio juntos de la mano sin que nadie nos mire de forma extraña, Mike es muy guapo y me ha elegido a mí como su esposa, Mike les ha encantado a mi familia.
Iris: entonces yo ahora que soy para ti.
Celia: ahora mismo eres mi amante, mi aventura.
Iris: ¿y algún día seré alguien para ti?
Celia: todavía no sé responderte esa pregunta, no lo sé, me tengo que decidir entre Mike y tú.
Iris: pues te lo voy a poner fácil, porque tú no eres la única que me quiere de verdad, tal vez me haya nublado la vista tanto contigo, que en realidad no he visto como eres hasta ahora, yo no quiero que nadie se arrepienta de estar conmigo, todo eso que has dicho que hacías con Mike, quiero que alguien qué me quiera haga lo mismo conmigo, que no se avergüence de mí cuando estoy a su lado, sino que vaya con la cabeza alta, porque tiene a alguien como yo.
Celia: ya claro, tú estás tan enamorada de mí, que no vas a encontrar a nadie que te haga sentir como te hago sentir yo.
Dicho esto, Celia abrió la puerta y delante de ella se encontraba Luna, la chica de las fantasías de mis sueños, estaba espectacular, como esta mañana, vaqueros ajustados, camisa ajustada también, su melena rubia espectacular, y sus ojos salvajes, en la mano llevaba una botella de vino, Luna me encantaba, pero estaba segura, de que para ella solamente era una diversión.
Luna se quedó sorprendida a ver a Celia allí, pero me miró y me sonrió pícaramente.
Luna: hola Celia, ¿habíamos quedado para cenar, no, preciosa?
Celia estaba celosa, en sus ojos saltaban chispas, yo me preguntaba como alguien que se negaba tanto a quererme podía estar así, en serio, me resultaba muy contradictoria, ya no sabía si me quería, si no, si lo que decía iba enserio, sino, o si lo que quería era que la parase y la mostrase el camino.
Pero yo no podía seguir así, necesitaba un cambio al ritmo de vida que llevaba, y ese cambio me lo darían Sara y Luna, ahora me acordaba de Sara, ella no me había llamado, la llamaría yo.
Iris: sí habíamos quedado, pasa, (eran las 8 y diez)
Luna: siento el retraso encanto pero he tenido que hacer unas cosas antes, (mientras decía esto se fue acercando a mí, y me besó en los labios), pero para compensarte por el retraso, he traído vino :)
Iris: entonces quedas perdonada, la besé.
Celia seguía mirándonos desde la puerta, estaba cabreada, celosa, rabiosa y muy roja, muy enfurecida.
Luna: Iris, ¿has invitado a Celia a cenar?
En ese preciso instante, vi en los ojos de Celia una remota esperanza. Pero ella me estaba volviendo loca, y cuando vi a Luna en la puerta, solamente pensaba en ella, en su cuerpo, en sus besos, su sonrisa, su cuello, su mirada, sus pechos...
Iris: no, solamente había venido a aclarar unas cosas, pero me ha dicho que ya se iba.
Luna: vale, adiós Celia :)
Luna se acercó a mí y me besó mientras miraba a la puerta, la ponía mucho dar celos a Celia, Luna me agarró el culo y me mordió el labio, las dos miramos a Celia, entonces esta se marchó dando un portazo. Luna se apartó de mí.
Luna: ¿qué te pasa con esta chica?, ¿ha pasado algo entre vosotras dos?, creía que le encantaba su novio, hizo una sonrisa traviesa, pero parece que tu le gustas muchísimo más, pero no se atreve a estar contigo.
Me quedé sorprendida mirando a Luna, era eso exactamente lo que la pasaba a Celia.
Luna: yo no perdería el tiempo como ella, si algo me gusta, lo pruebo, sin tener en cuenta ninguno de los riesgos que ello conlleve :)
Iris: ¿cenamos?
Luna: sí :)
Nos sentamos a cenar, me gustaba muchísimo Luna, era perfecta, para mí era perfecta, para ella yo no sé que era, pero la tendría que gustar o simplemente era una diversión, no me importaba lo que yo fuese para ella, con estar con ella un segundo ya merecía la pena.
En la cena nos estuvimos acariciando y seduciéndonos.
Cuando terminamos de cenar, Luna se acercó a mí y cruzó sus manos por detrás, encima de mis hombros y me besó.
Luna: dime que me quieres tanto como yo te quiero a ti.
Iris: y si no solamente te lo digo y te lo demuestro :) la besé pasionalmente, nuestros labios ardientes de pasión se movían a un ritmo cada vez más rápido.
Luna: demuéstramelo.
La sujeté con las dos manos su hermoso culo, la levanté, se engancho a mi cintura y nos fuimos besando por todo el pasillo, la apoyé sobre la cama, me estaba poniendo muy cachonda, que besos tan salvajes, sus ojos y su cuerpo pedían más y más.
Luna: todavía la cama no, bésame el cuello.
Me levantó de la cama y me empujó contra la pared, nos besábamos salvajemente, Luna me desgarró la camiseta, estaba desenfrenada, había soltado a la chica desenfrenada, de acción, de aventura que mostraba ser por fuera, pero a la vez era encantadora y delicada, cuánto me gustaba.
Me desgarró la camiseta, estaba desatada, me masajeó el pecho con una mano mientras con la otra tiraba de mi pelo y rozándome los labios me respiraba, aassshhh aaaa, aaaaasssssssssshhhhhh aaaaaa, el ambiente estaba muy caliente, la empujé hacía la cama, me puse encima suya y la desgarré la camisa, estaba deseando este momento desde el ascensor, estaba bajo mi control y ello la excitaba mucho, mi mano pasó desde su cuerpo deslizándose hacia abajo, pasando entre sus dos pechos, por su abdomen, (gemía de placer), hasta llegar al botón de su pantalón, pero no me dejó seguir, me dio la vuelta y ella se puso encima de mí.
Luna: eres mi noche :)
Me cogió las dos manos y las posó en su cintura, mis dedos se deslizaron por su cintura y por su abdomen, y se puso a bailar encima de mí, mis manos se posaron en sus delicados pechos, la desabroché el sujetador con una mano y se lo quité con la otra, me levanté, las dos quedamos sentadas, y comencé a chuparla los pezones de sus deslumbrantes pechos, uno a uno, primero un chupetón en uno, y luego en otro, Luna miraba al techo, estábamos muy cachondas, me encantaba su culo en mis manos, y su excitante pezón en mi boca, jugando mi lengua con él de un lado para otro, en círculos, para abajo para arriba, tintineando con mi lengua, gemía de gusto.
Ella me tumbó en la cama, estaba demasiado cachonda, metió su mano por dentro de mis pantalones, y comenzó a moverla suavemente mientras me besaba ardiente y me gemía al oído a...a...a...a aaaassshhh aaaa
Sus besos me hacían necesitarla cada vez más y más, la quería en mis brazos toda la noche.
La di la vuelta en la cama, sus dos manos se posaron sobre mi espalda, se deslizaron por esta, desbrocharon mi sujetador, y siguieron mi espalda hasta abajo, yo la quité el pantalón, me atrajo hacía sí y nos estuvimos besando mientras nuestros cuerpos casi desnudos se rozaban y gozaban a cada roce, la quité las braguitas con la boca y mi boca se introdujo en su vagina, la encantaba.
Luna: mmmm, no pares a....a...a...a...a..a.a.aaaaa
Ella me hizo lo mismo, y luego se puso encima de mí, puse mis manos en su cintura, y ella las puso en mi abdomen, y empezó a moverse salvajemente, nuestros clítoris se rozaban, un suspiro tras otro, gemido tras gemido, diversión más diversión, de arriba a abajo nuestros clítoris jugaban a tocarse, a rozarse, me gustaba, la gustaba, nos sumergimos en ese ambiente de perversión, nos excitábamos hasta dónde el límite había trazado la línea.
Sigue no pares, a..a...a, y yo, a..a...a, mmmm....mmmm, tocándonos los pechos, pellizcando los pezones, estaban excitadísimos.
Movimiento tras movimiento, el orgasmo se acercaba, lo notábamos, lo sabíamos, nuestros cuerpos lo sentían y encontraban el mejor momento para que llegase, roce tras roce, ritmo acelerado de nuestros corazones, y el ambiente se calentó hasta el punto máximo, aaaaaaaa..aaaaaaaa...aaaaaaaa.......aaaaaaa, se cayó sobre mí, nos besábamos, nuestros cuerpos juntos todavía vibraban de lo agitados que estaban después de los orgasmos.
Me besaba y me miraba con esa mirada salvaje tan suya, pero en lo profundo de sus ojos veía una cierta dulzura, esa dulzura se encontraba detrás de esos ojos morbosos y salvajes, no la había visto hasta ahora, era perfecta, la chica de mis sueños estaba ahora en mi realidad, la realidad era ahora un sueño, se abrazó a mí como si fuera su paracaídas y no me soltó durante toda la noche.
Luna: eres muy especial para mí, te quiero
Estábamos las dos exhaustas por lo bien que nos lo habíamos pasado.
Iris: eres la Luna que me ilumina cuando todo está a oscuras, la que brilla cuando todo a mi alrededor se está derrumbando.
Dicho esto, me abrazó más fuerte, me sonrió y dormimos lo que quedaba de noche plácidamente.
A la mañana siguiente no parecía haber cambiado nada, ella seguía abrazada a mí en la cama, seguía en mi realidad.
Los rayos de sol se asomaban por la ventana e iluminaban la habitación, :) miraba a Luna abrazada a mí en la cama, su melena rubia era preciosa al sol, brillaba, y me encantaba como olía, su olor, mmmm nunca la podría olvidar...
GRCIAS a tod@s que han leído el relato, espero que les haya gustado, lo siento por la demora, pero no he tenido tiempo para escribir y esto es lo que he podido escribir hoy, a lo mejor os puede resultar corto, pero creo que lo he hecho más o menos de largo como el último relato, el próximo tardaré menos en escribirlo y gracias por comentar y valorar, seguir así ;)