Encuentro en el ascensor (5)
Ya no lo soportaba más, me acerqué a ella lentamente, apoyé una mano en la pared del ascensor, al lado de su hombro izquierdo y me acerqué mientras nuestras miradas seguían unidas, estaba a tan solo un centímetro de sus tiernos labios, todavía estaban medio separados, los cerró y tragó saliva, volvió en sí, salió de ese estado catatónico en el que se hallaba, me miró de una forma distinta, deseaba besarme, su respiración me lo decía, sus labios me lo decían, yo no aguantaba más tiempo para besarla y ella tampoco podía esperar más, me acerqué suavemente, saboreando el momento, su respiración, su perfume, me encantaba el olor tan dulce de su perfume, me excitaba con solamente respirar cerca suya, ya casi no faltaba nada para el beso, un milímetro separaba la unión de nuestros ardientes labios...
Nadie había sacado la llave del portal y el silencio era insufrible. Celia y yo nos miramos, las dos esperábamos que fuera la otra quién sacara la llave, esperé tres segundos, y al final la saqué yo, pues Celia no parecía dispuesta a ello, me miraba de forma diferente, con curiosidad.
Abrí la puerta y entramos, mientras yo sacaba la llave de la puerta, ella subió las escaleras y se fue a llamar al ascensor, ella no me dijo nada, ni siquiera nos habíamos saludado todavía, por lo que deduje que iba a ir a llamar al ascensor y pensé, otra vez en el ascensor, pero en esta ocasión, solamente Celia y yo, como la otra vez.
Me decidí a subir las escaleras, allí estaba Celia esperando al ascensor, nos miramos pero nuestros labios no sabían qué decir.
Bajó el ascensor, sujeté la puerta.
Iris: pasa.
Celia: gracias.
Todo se dijo en un tono monótono, sin sentimiento alguno, en el ascensor no dijimos nada, notaba la tensión en el ambiente, ella miraba al suelo, me miraba, volvía a mirar al suelo... yo hacía lo mismo, nuestras miradas no se cruzaron, pues evitábamos que pasara, después de lo que pasó la última vez en aquel ascensor... ¿en qué estaría pensando Celia?, me estaba poniendo nerviosa, comencé a mover el pie impacientemente, quería que llegásemos arriba cuanto antes, no sabía que se le pasaba a Celia por la cabeza, así que lo mejor sería llegar cuanto antes a nuestro piso.
Por entonces, el destino estaba tejiendo ese hilo invisible pero existente entre nosotras, nuestros labios no necesitaban hablar, ya solamente con estar una al lado de la otra era suficiente para notar lo que sucedía, el ascensor se paró en seco, había pasado muy poco tiempo para haber llegado a nuestro piso, y las puertas del ascensor no se abrieron, por lo que deduje que se había parado.
Celia se asombró, ¿de qué se asombraba, acaso ella estaba pensando en que se parase?, fue entonces cuando lo que más estábamos evitando desde que nos habíamos encontrado en el portal sucediera, nuestras miradas se cruzaron, me atraía, yo la atraía a ella, en ese preciso instante, el tiempo pasó a cámara lenta, era inevitable que no ocurriese, yo la necesitaba a ella y ella a mí, Celia no quería que pasara, notaba la preocupación en su mirada.
Iris: (no puedo dejar de mirar sus ojos, miré su boca, la volví a mirar a los ojos, ella quería hablar, tenía la boca media abierta pero no articulaba ninguna palabra, ningún sonido, nada, parecía en estado de shock, era como si sus ojos se hubieran perdido en los míos.
Ya no lo soportaba más, me acerqué a ella lentamente, apoyé una mano en la pared del ascensor, al lado de su hombro izquierdo y me acerqué mientras nuestras miradas seguían unidas, estaba a tan solo un centímetro de sus tiernos labios, todavía estaban medio separados, los cerró y tragó saliva, volvió en sí, salió de ese estado catatónico en el que se hallaba, me miró de una forma distinta, deseaba besarme, su respiración me lo decía, sus labios me lo decían, yo no aguantaba más tiempo para besarla y ella tampoco podía esperar más, me acerqué suavemente, saboreando el momento, su respiración, su perfume, me encantaba el olor tan dulce de su perfume, me excitaba con solamente respirar cerca suya, ya casi no faltaba nada para el beso, un milímetro separaba la unión de nuestros ardientes labios..., casi había ocurrido, cuando de repente escuché la puerta del ascensor abriéndose.
Entonces Celia desvió la mirada hacía la puerta, en cambio yo todavía tenía su boca a un escaso milímetro, quería besarla, pero algo en el entorno había cambiado, el tiempo había vuelto a su ser normal, Celia no me miraba, se quedó mirando hacia la puerta petrificada, no la escuchaba respirar como lo hacía antes, entonces decidí girarme lentamente, mirando al suelo, llegando mi mirada hacía la parte de abajo del ascensor, tragué saliva y levanté la vista, ahora pude entender porqué Celia se había quedado petrificada.
Delante mía, sujetando la puerta, se encontraba la chica más hermosa que había visto hasta entonces, parecía la chica sacada de las fantasías de mis sueños, la chica perfecta, lo primero que vi fueron sus ojos, el color de sus ojos, su forma, su mirada en sí, era excitante con solo mirarla los ojos, ojos marrones claros, eran como la miel, pero no eran dulces como esta, sino pasionales y salvajes, sobre todo salvajes, lo segundo que miré fue su fino rostro y su sedosa y sensual melena rubia. Su boca era delicada y sexi, y qué decir de su cuerpo perfecto, se parecía a las chicas que salían en las pelis de acción, siempre luchando, y vestía como ellas, camisa ajustada blanca que favorecía la forma de sus pechos, vaqueros ajustados mostraban las curvas de aquella chica, y en una mano sujetaba un casco de moto negro, su pose mostraba lo buena que estaba y lo mala que podía llegar a ser.
La escena resultaba muy rara, ella sujetando la puerta y nosotras dos mirándola a ella con los ojos como platos, yo todavía estaba apoyada con una mano en la pared del ascensor y a escasa distancia de la cara de Celia.
Ella nos miraba extrañaba pero con una sonrisa juguetona, y nos dijo:
Chica desconocida: ¿Vais para abajo?
Era el punto que faltaba para convertir a aquella chica, tan irresistiblemente buena, su voz, su sexy y dulce voz, podría estar escuchando esa voz durante la eternidad, porque no me cansaría de escucharla nunca.
Celia estaba anonadada, mientras yo estaba pensando en que piso estábamos.
Iris: ¿en qué piso estamos?, (volveré a escuchar esa excitante voz).
Chica desconocida: en el noveno piso,
Iris: (esta frase la acompañó con una sonrisa perfecta, me encantaba).
Que calor tenía en ese momento, entre qué casi había vuelto a besar a Celia y a disfrutar en el ascensor locamente con ella de nuevo, y ahora con esta chica espectacular mirando desde la puerta, y yo estando a casi nada de la cara de Celia, que morbosa y cachonda era la situación, y a la vez mi cuerpo ardía de desesperación.
Al final pensé lo que me había dicho del piso, estábamos en el noveno así que no nos habíamos dado cuenta de que el ascensor había parado en nuestro piso debido a la conexión tan fuerte entre Celia y yo, y luego la chica desconocida había llamado al ascensor y habíamos subido dos pisos, por lo que teníamos que bajar, no quería hacerlo pero me aparte de Celia y me puse a su lado.
Iris: sí, bajamos, pasa.
Chica desconocida: Gracias, ¿vais abajo del todo?
Celia todavía seguía anonadada, estaba mirando al suelo, ¿estaría avergonzada por lo que casi habría sucedido si la chica desconocida no hubiese abierto la puerta?
Iris: no, vamos al séptimo piso.
Chica desconocida: ok, y seguidamente pulsó los dos botones del ascensor, el séptimo y el cero.
Ante tal situación, no sabía si presentarme o no, al parecer, ella debió de pensar que sí nos teníamos que presentar, pues se presentó.
Chica desconocida: Hola me llamo Luna :)
Iris: yo me llamo Iris, entonces Luna miró a Celia, y al ver que ella no se presentaba, la presenté yo, ella es Celia.
Luna al ver adonde miraba celia, no sabía que decirla, pero al final lo pensó y dijo.
Luna: Celia, siento lo de antes, pero no le des tantas vueltas, a todas alguna vez nos han pillado liándonos en un ascensor, dicho esto, Luna me miró y mostró una sonrisa traviesa.
Me volvía loca que me sonrieran y me mirasen así, en aquel momento me hubiera lanzado a morrearla salvajemente y hacer con ella lo que quisiera, la cara me estaba ardiendo, tenía que dejar de pensar así...
Esto que sucedió no me lo esperaba, Celia salió de su estado la miró a Luna a la cara con una mirada muy seria, nada bueno podría suceder ahora.
Celia: claro, todo el mundo se ha liado alguna vez en el ascensor, ¿quieres saber cuántas veces mi novio me ha apoyado en esta pared del ascensor y me ha hecho disfrutar?, ehh ¿quieres saberlas? (Celia se estaba enfureciendo cada vez más), como unas 20 veces, imagínate cuantas veces habremos disfrutado en otros sitios, así que a mí no me vengas tú a decir eso, porque no siento exactamente vergüenza de lo que has visto antes, (Celia respiró antes de continuar)... estaba así, porque yo quiero a mi novio Mike, que me adora y me hace sentir lo que ella ni siquiera me haría sentir aunque pasase un millón de años, (esa parte me dolió más que todas las cosas en el mundo, me apoye en la pared del ascensor y miré al suelo, Luna se dio cuenta del daño que me había causado y a la vez no sabía que decirla para calmarla, Celia estaba eufórica, así que Luna para que te enteres, yo no soy lesbiana, a mí me gustan los hombres, ¿te queda claro?.
Ya habíamos llegado a nuestro piso, y dicho la última palabra Celia, salió con tanta fuerza, que al cerrarse la puerta sonó un ruidoso estruendo del golpe.
Me fui deslizando por la pared del ascensor hasta que me quedé sentada en el suelo, me hundí en mis pensamientos.
Como alguien que sentía una conexión irresistible por mí, podía decir 5 minutos después que no la haría sentir lo que la hacía sentir Mike ni en un millón de años, era imposible, la odiaba en ese momento, se negaba quererme, no daba ni una sola oportunidad a lo que su corazón la decía, me estaba enfureciendo por momentos, ella no me quería mí, no la importaba nada, pues yo no me iba a quedar allí sentada esperándola como una idiota, hasta que se diera cuenta de la conexión que la unía a mí irrefrenablemente, Luna estaba de pie mirándome, ya habíamos bajado al cero pero ella no se bajó del ascensor, me levanté y decidida me lancé a ella y la besé salvajemente, me separé unos milímetros de ella y la miré a sus ojos, mis manos querían desgarrarla la ropa y tomarla en mis brazos, mi mirada se lo decía, mientras, su mirada se posaba en la boca, los ojos, la boca, los ojos... y algo la hizo accionarse, me sujetó salvajemente la cara con sus delicadas manos y me devoró la boca, nuestras lenguas se movían con pasión.
Suspirando con cada beso, excitándonos con cada respiración aassshhhh aaa, mirándonos ferozmente mientras nuestras manos jugaban con nuestros cuerpos, estábamos muy calientes, quería comenzar a desgarrarla la ropa en este morboso momento, cuando había muchísimas probabilidades que nos pillasen, porque era el piso bajo y solamente había este ascensor para subir, mmmmmmm que morbazo, a esto se le añadía la diosa que tenía entre mis brazos y todo ello hacía que el ambiente estuviera ardiendo.
Mientras nos seguíamos besando velozmente, la metí la mano por sus pantalones, me gimió de placer en el oído, me encantó, moví mi mano suavemente por su vagina, otro gemido, mmmmm como me ponía aquello, ya no podía más, ella tampoco, la cambié de pared mientras mano seguía jugando dentro de sus pantalones y la desgarré la camisa con fuerza, acerqué mi boca a su oído, una de mis manos jugaba con su clítoris y con la otra la sujeté la cadera y subí hasta su pecho con un aaassshhh en su oído, ella suspiró de placer aaaahhhhh, ella me desgarró la camisa también, y sus dos manos fueron masajeando mi abdomen hasta llegar a mis pechos.
Quería ponerla en la otra pared del ascensor, me aparté de ella un poco, me sujetó con las manos de las dos partes de mi camisa, cerca de mi pecho, y me atrajo hacía sus labios, se sujetó mientras nos besábamos recreando el caliente momento, cuando me soltó, la cogí con mis dos manos su precioso culo, nos besábamos, nuestras bocas querían atrapar nuestras lenguas, Luna saltó y sus bonitas piernas se engancharon en mi cintura, sus dos estaban alrededor de mi cuello, mis manos la sostenían en el aire, todavía no habíamos parado de besarnos y nuestras lenguas no pararían hasta que se dieran por satisfechas.
Mientras la mantenía en el aire, la apoyé en la otra pared, eso la puso más loca aún, nuestras bocas pararon, ahora su lengua rozó la mía suavemente, mmmm, que caliente estaba, metí mi lengua en su boca, luego ella hizo lo mismo, paramos, sus piernas tocaron el suelo y mientras mis manos seguían tocando su culo, sus manos se sujetaron a mi camisa, y me llevó salvajemente contra la pared de enfrente, me besaba y no paraba, se había enganchado a mí, a mis labios.
En este ardor en el que nos hallábamos las dos, nos disponíamos a desnudarnos por completo, cuando de repente se abrió la puerta del ascensor, nuestras bocas juntas se quedaron, pero nuestras miradas se posaron en la puerta, aun así, Luna no se separó de mis labios inmediatamente, sino que siguió besándome y terminó con sus dientes mordiéndome suavemente el labio inferior, esta chica me volvía loca, cuando Luna dejo de besarme, me ató la camisa, me miró y me sonrió traviesa, luego se puso a mi lado en el ascensor y se abrochó su camisa, yo no había parado de mirarla hasta que se abrochó la camisa, entonces volví a la realidad y volví a mirar hacia la puerta, era Mike el que la sujetaba, tenía la boca abierta y los ojos como platos, se puso rojo como un tomate, cuando volvió en sí, entró en el ascensor.
Mike: hola Iris, ¿vais para arriba?
Iris: pues no lo sé.
Miré a Luna.
Luna no me respondió a mí sino que se quedó mirando a Mike.
Luna: hola, soy Luna.
Mike: es verdad, no nos hemos presentado, yo me llamó Mike.
Miré a Mike, después de lo que había visto y ahora tener a Luna tan cerca, le estaba hirviendo la sangre cada vez más, estaba muy rojo. Me pregunté si Luna produciría siempre ese efecto a todos los tíos, ¿con cuántos habría estado? o en cambio, ¿le gustarían las chicas?, no me había apartado de ella cuando la besé, sino que se lanzó en vez de apartarme, a lo mejor tenía curiosidad y quería saber cómo era, me estaba volviendo loca.
Luna: ¿en qué piso vives?
Mike: yo no vivo aquí, es mi novia la que vive aquí.
Luna: ¿cómo se llama?
Yo la miraba a ella extrañada, ¿por qué estaba bombardeando a Mike con tantas preguntas?
Mike: Celia.
Luna se quedó un momento con la mirada perdida, pero no tardó en volver en sí, entonces me miró, se acercó a mí, y me susurró.
Luna: ¿qué te parece si terminamos lo que hemos empezado... en tu casa esta tarde sobre las 8?, me sonrió juguetona.
Yo deseaba que fuesen ya las ocho de la tarde pero eran las 2 todavía.
Iris: me parece estupendo.
Luna me miró complacida, me dio un beso lentamente que duró varios segundos, era un beso de despedida, y enfrente mía, situada a escasos centímetros todavía, con un dedo de su mano recorrió desde mi cuello hasta mi pecho, me miró y con su sexy voz me dijo.
Luna: esta tarde te veo, te deseo ciao ;)
Abrió la puerta del ascensor, me miró de reojo, dijo adiós Mike, se fue y la puerta se cerró.
Mike ya estaba en otro mundo, supuse que estaría en el de la fantasía :)
Iris: Mike, Mike, Mike.
Mike: ¿sí?, estaba en mi mundo, ¿vas a subir? :)
Iris: sí, :)
Pulsó el botón del ascensor y subimos.
Mike: Nunca había visto antes a Luna por aquí.
Iris: creo que es nueva en el edificio, por eso no la has visto antes.
Mike: puede ser.
Cuando llegamos arriba, yo entraba en mi piso, mientras Mike llamaba al timbre, detrás de mi puerta cerrada escuché a Celia, no me había olvidado del todo de ella...
Me tumbé en el sofá, estaba agotada, tenía que pensar sobre lo ocurrido.
Al final solo pensaba en el tiempo que todavía quedaba para volver a tener a Luna en mis brazos, y sus delicadas manos sobre mi pecho, esperaba el momento de verla para agarrarla y besarla hasta que el suelo temblara.
Poco a poco fue llegando el momento esperado, eran las 7:30 y me puse a preparar la cena, poner la mesa, encender las velas, bajar la intensidad de luz y poner música de fondo.
Eran las ocho menos cinco, faltaban 5 minutos para las ocho, llamaron a la puerta, ¿Luna se había adelantado?, abrí la puerta y me encontré con una sorpresa, no era Luna...
Gracias a todos aquellos que han leído este relato, cada vez voy mejorando más la calidad de la escritura o eso creo según vuestros comentarios, muchísimas gracias por comentar y valorar mis relatos.
Gracias a todos aquellos que han comentado y valorado hasta el momento, me han hecho comprender que cada detalle en el relato, cada palabra, cada expresión, tienen mucha importancia, y cada vez los haré más largos, como habéis podido comprobar cada relato siguiente es más largo que el anterior.
Os comento que estos relatos los publico según escribo, es decir, término de escribir un relato, lo examino, veo que está todo bien, e inmediatamente lo publico.
Estos días e intentado publicar uno al día, pero esta semana no voy a poder escribir más relatos y tendréis que esperar hasta el martes de la semana que viene para el siguiente episodio, lo siento muchísimo por aquell@s que estáis muy enganchad@os.
Sois fantásticos, gracias :)