Encuentro en el ascensor (17)

Si y no solamente para dormir, lo podríamos probar esta noche para otras cosas. Comencé a reírme.

Creía que había más de un trillón de estrellas, pero en realidad solamente hay una que me tienta a todas horas a probar su cuerpo.

Iris: no voy a ponértelo tan fácil (la sonreí)

Y me encaminé a la ducha con esa sonrisa triunfal, había superado el primer obstáculo, el más difícil, sé que lo conseguiré, los momentos que pasé con Luna, fueron tan intensos, tan profundos, aunque parte de mi mente estuviese entretenida con Celia, la otra parte estuvo completamente enamorada de Luna, lo sé, y ahora mi mente y mi corazón son totalmente de Luna, así que esta semana de retos va a estar chupada, o eso creía...

DIA 1

Mientras me estaba duchando, Estrella entró como si nada en el baño.

Estrella: ¿quieres algo especial para desayunar?

Iris: ¿especial cómo qué?

Estrella: especial cómo yo.

Comencé a reírme.

Estrella: no oigo tu respuesta.

Iris: no, gracias.

Estrella: no vas a ganar tan fácil.

Iris: sé que me lo vas a poner muy difícil.

Estrella: sí.

Salió del baño de la misma manera silenciosa de la que había entrado.

Terminé de ducharme, me vestí y me dispuse a ir a la cocina, cuando el teléfono del salón sonó.

Estrella: estoy preparando el desayuno, Iris cógelo tú.

Iris: vale!

Descolgué el teléfono.

Iris: ¿dígame?

Voz al otro lado: ¿Iris?

Iris: ...

Estrella se asomó por la puerta, los ojos empezaron a nublarse, comenzaba a no ver nada, sentí cómo perdía el equilibrio, pero antes de caerme, unas manos me sujetaron con fuerza y me cogieron, me ayudó a sentarme en el sofá.

Estrella: ¿te encuentras bien?, Iris mírame.

Sujetó con sus manos mi cara, abrí los ojos, volvía a ver, seguía nubloso pero menos.

Estrella: el corazón te palpita muy fuerte, mierda, no te tenía que haber sacado del hospital, soy idiota.

Estaba histérica, justo cuando se iba a marchar corriendo, la sujeté.

Iris: estoy bien.

Estrella: las personas que están bien, no se desmayan.

Me quedé observándola, cogió el teléfono del suelo.

Estrella: ¿qué quieres Luna?

Estrella: sí está en mi casa.

Estrella: no quería quedarse en el hospital.

Estrella: no me eches la bronca, yo soy la doctora, sé lo que les conviene a mis pacientes y lo que no.

Estrella: bueno sí lo que tu digas, ¿porqué llamabas?

Estrella: no lo sé, espera.

Estrella volvió a acercarse a mí, tapó el auricular con la mano.

Estrella: no sé si estás preparada para escuchar esto Iris.

Iris: sí estoy preparada. (En realidad todo mi ser me decía que no lo estaba en absoluto)

Estrella: Luna me ha llamado para la invitación de la boda, y para preguntarme si iría con alguien, me gustaría ir contigo si tu quieres.

Iris: pero todavía queda mucho para la boda.

Estrella: sí, lo sé, quedan todavía unos cuantos meses y sé que esta apuesta es de una semana, pero estoy muy convencida de que la voy a ganar, pero aún así, te lo quiero proponer, ¿serías mi acompañante para la boda?

Iris: decirte que sí, sería decir definitivamente a Luna que no, que ya no tendría intenciones de volver con ella, y que la apuesta se acabaría aquí, ahora.

Estrella: sí, supondría eso, me gustas Iris, entre tú y yo hay algo y lo siento muy fuerte, y sé que tu también, luchar por ella no merece la pena, se va a casar con tu ex, la cual te engañó con Luna, por Luna perdiste a Celeste, tendrías que odiarla, es absurdo, no entiendo cómo puedes amarla y querer estar con ella para siempre.

Cogí el teléfono de las manos de Estrella.

Iris: hola Luna.

Luna: Iris. (no esperaba mi voz)

Iris: ...

Escuchar su voz al otro lado del teléfono era casi insoportable, su voz, esa voz que me vuelve loca, esa voz que se ha quedado grabada en mi mente, esa voz que quiero volver a escuchar por las noches antes de dormir y por la mañana al despertarme.

Luna: ¿estás bien?

Iris: tú qué crees.

Luna: no lo sé, ¿qué haces en casa de mi hermana?, ¿es tu nueva chica? (lo dijo con sorna pero a la vez atisbé dolor)

Iris: no.

Luna: ¿Y con Sol que pasó?, bueno no hace falta que me lo digas, te cansaste de ella, o a lo mejor te tiraste a mi hermana y ella se enteró.

Iris: sigues cabreada.

Luna: no para nada, ¿en qué me lo has notado?

Iris: en tu voz irónica.

Luna: creo que esta conversación no tiene sentido Iris.

Iris: no en realidad no tiene ninguno, no me has preguntado que tal estoy, ni te quedaste en el hospital a mi lado, pensé que me querías, Sol no me dejó, la dejé yo en la boda porque todavía te quería y te sigo queriendo, la partí el corazón, ¿sabes cómo eso me hizo sentir?, bueno si que lo sabes, ¿no? porque en teoría yo te lo rompí a ti, o me equivoco.

Luna: no te equivocas, me lo destrozaste.

Iris: que poco tardaste en recuperarte, porque yo sigo con el corazón destrozado desde que me dijiste que te marchabas de mi lado y volvías con tu ex, que resulta que también fue mi ex, y te casas con ella, ¿no?.

Luna: sí, la quiero con locura.

Iris: ¿más de lo que me quisiste a mi?

Noté cómo su respiración se aceleraba, tardó en responder, y tragó saliva antes de contestarme.

Luna: sí. (lo dijo secamente)

Iris: espera un momento.

Tapé el auricular con la mano, miré a Estrella, que seguía a mi lado en el salón, no se había movido ni un centímetro y se la notaba tensa.

Iris: ¿la has contado lo de la apuesta?.

Estrella: no, creo que no se lo tomaría nada bien.

Volví a ponerme al teléfono.

Iris: ¿sabes una cosa Luna?, he apostado por tener la oportunidad de ofrecerte volver conmigo, simplemente tener la oportunidad de decirte lo que siento, pero para ello quería primero asegurarme que fuera de verdad lo que te dijera que sentía y para ello se me ocurrió realizar una apuesta con tu hermana, de una semana.

Luna: ¿una apuesta?, ¿qué clase de apuesta?, ¿y solamente para poder decirme lo que sientes?

Iris: he apostado una semana con tu hermana a que me tiente todo lo que la apetezca, y si yo gano, tengo la oportunidad de decirte lo que siento.

Luna: dioss... Iris, eres una inmadura, ¿así crees que me puedes recuperar? que parte del voy a casarme con Celeste no entiendes.

Iris: eso es lo que no entiendo, dime que no me quieres en tu vida, que ya no piensas en mi ni un solo segundo, dime qué quieres que desaparezca de tu vida para siempre, dime lo que quieras que no te voy a creer.

Luna: Iris amas lo que no puedes tener.

Iris: no, eso ya no, te amo a ti y si puedo tenerte.

Luna: dentro de poco vendrá Celeste.

Iris: ¿sabe ella lo que pasa entre nosotras?

Luna: ¿tú qué crees?

Iris: que no sabe absolutamente nada, sino no te hubiera pedido que te casaras con ella.

Luna: ¿tú crees?

Iris: sí, Celeste es así.

Luna: creo que no la conoces del todo.

Iris: y tu si, si la conocieras hubieras sabido quien era yo cuando nos conocimos.

Luna: no lo sabía, si lo hubiera sabido yo...

Iris: ¿qué?, ¿no te hubieras sentido atraída por mi?

Luna: he de colgarte Iris.

Iris: espera, dime que esta semana si la supero tendré la oportunidad de hablar contigo.

Luna: Iris, yo... no sé.

Iris: te quiero Luna, pero no cómo te quise hace tiempo, ahora cada segundo de mi tiempo es tuyo, es de tus recuerdos que no te pudiste llevar cuando te fuiste, quiero todo el tiempo vivir cómo esos segundos que contigo marcaron mis días de felicidad.

Luna: vale, te doy la oportunidad de hablar conmigo si superas esa apuesta absurda, por cierto, ¿qué gana mi hermana con esta apuesta?

Iris: gana acostarse conmigo y que no te vuelva a hacer daño.

Luna: ¿sabes lo que pierdes Iris?

Iris: pierdo al amor de mi vida.

Luna: espero que tus palabras no sean solo palabras sino que sean sentimientos.

Iris: son sentimientos.

Luna: ojalá sea verdad, el dolor no desaparece de la noche a la mañana, lo sabes ¿no?

Iris: ¿a qué te refieres?

Luna: me refiero a que a lo mejor estás luchando por una Luna imaginaria de tu cabeza que ya no existe, un corazón roto no se puede reparar.

Iris: ¿y Celeste lo reparó?

Luna: con Celeste es diferente.

Iris: creo que es hora de que te cuelgue porque me estás haciendo dudar de si me quisiste alguna vez.

Luna:...

Luna: ¿y si nunca te hubiese querido?

Iris: sé que eso no es verdad, porque las miradas no mienten, y en momentos vi puro amor en ellos.

Luna: sigues teniendo eso.

Iris: ¿el qué?

Luna: lo que hizo que me enamorara de ti.

Sonreí, Estrella se puso más tensa.

Iris: te quiero Luna, y soñaré contigo hasta hacerte realidad en mis brazos.

Luna: Una parte de mi quiere decirte que luches, pero la otra parte quiere mandarte a la mierda.

Iris: quédate con la mejor parte.

Comenzó a reír, esa risa, esa risa hacía girar mi mundo, con su risa mi día ya no era el mismo, cambiaba completamente, hacía brillar el sol más fuerte y las cosas adquirían muchos más matices de los que antes apreciaba.

Luna: te...

Durante unos segundos de silencio.

Iris: Sé que me quieres, hasta dentro de siete días.

Colgué el teléfono y se lo di Sol.

Iris: lo siento Sol, pero no voy a ser tu acompañante en la boda porque no va a haber boda.

Estrella: habrá boda, y tú serás mi acompañante porque soy irresistiblemente sexy y sé que te hago feliz.

Iris: quiero a Luna.

Estrella: y yo te quiero a ti, además hoy es el primer día de siete para tentarte, así que todavía tengo mucho tiempo.

Iris: el tiempo pasa volando.

Lo que no tenía muy claro si se iba a pasar volando con una chica preciosa rondándome a todas horas.

Estrella: ¿desayunamos?

Iris: vale.

Nos fuimos a desayunar a la cocina, nos sentamos en la mesa y comenzó a hablar.

Estrella: ¿has dormido bien?

Iris: muy bien, el colchón es muy cómodo.

Estrella: si y no solamente para dormir, lo podríamos probar esta noche para otras cosas.

Comencé a reírme.

Iris: estoy segura de que te gustaría probarlo.

Estrella: y más si es contigo.

La miré a los ojos.

Estrella: me gusta esa mirada.

Iris: ¿cuál?

Estrella: la de enamorada que se te ha puesto cuando te he dicho si es contigo.

Iris: no ha sido esa clase de mirada.

Estrella: si lo ha sido.

Noté cómo mi corazón palpitaba, y esa sensación, no porqué, ¿me estaba enamorando de Estrella?

Estrella: en 15 minutos tengo que irme para el hospital, hoy te tenía que dar el alta, así que te vienes conmigo.

Iris: vale.

El viaje en coche fue tenso, de vez en cuando Estrella me miraba y sonreía.

Iris: ¿por qué sonríes tanto?

Estrella: porque estás aquí a mi lado y me haces sentir muy bien, contigo todo es tan diferente.

Iris: define diferente.

Estrella: es todo tan luminoso, me vuelves loca Iris.

Iris: ¿y eso es bueno?

Estrella comenzó a reír, tiene una sonrisa preciosa, de esas de las que no querrías que dejara de sonreír porque te embelesan y te enamoran, espera, ¿he dicho te enamoran?, Iris, concéntrate, concéntrate, concéntrate...

Estrella: es muy bueno, porque yo no me vuelvo loca tan fácilmente.

Concéntrate, concéntrate, no puedo, suspiré, a eso ella le pareció divertido y sonrió.

Iris: esto va a ser más difícil de lo que creía.

Estrella: esto va a ser más fácil de lo que me imaginaba.

Llegamos al hospital, entramos y nos dirigimos al mostrador dónde se encontraba la secretaria.

secretaria: hola Estrella, ¿qué tal?

Estrella: muy bien Carol y tú, ¿qué tal?

secretaria Carol: muy bien, ¿qué te puedo ofrecer?

La secretaria parecía coquetear con Estrella.

Estrella: quiero los papeles para dar el alta a una paciente.

Tras unos segundos de papeleo, ya habíamos terminado.

Estrella: ahora tienes dos opciones, o me esperas mientras te vas por aquí a dar una vuelta, hay un centro comercial a dos manzanas, o te vas a nuestra casa (me miró juguetona cuando dijo nuestra), ¿qué prefieres?, se mordió el labio inferior.

Me desconecté de la conversación cuando hizo ese gesto tan sensual.

Iris: ¿qué?

Estrella me sonrió y se volvió a morder el labio, sentía unas ganas muy profundas dentro de mí de besar esos labios, tenía que irme de allí.

Iris: nos vemos mejor en casa, ¿me das las llaves?

Estrella: ¿sabes volver a mi casa?

Iris: eh... no (es verdad no me había percatado de eso, daba igual, necesito salir ahora de aquí, alejarme de ella), dame las llaves, pediré un taxi.

Estrella: de acuerdo (sacó las llaves del bolsillo), tengo dos copias, esta será la tuya.

Me quedé observando las llaves, las había puesto encima de su mano, tenía un llavero con forma de corazón, fui a cogerlas y rocé su piel con la yema de mis dedos, hubo algo parecido a la electricidad cuando nos rozamos, ¿qué era?, mi mente no paraba de decir, vete, vete, vete.

Me di la vuelta y me iba a marchar, cuando ella me agarró por el brazo y volví a dar la vuelta sobre mí hasta quedar enfrente de ella de nuevo, pero ahora mucho más cerca.

Estrella: ¿acaso sabes la calle, el portal y el piso? (sonrió)

Me vuelve loca esa sonrisa, deja de mirarla, para, para, Luna..., Estrella no me soltaba y no podía dejar de mirarla a sus ojos que estaban unidos a los míos.

Estrella: quiero besarte esta noche.

Iris: yo no...(opondré resistencia, Luna, piensa en Luna), no puedo Estrella.

Dejé de mirarla, me soltó, di un paso para atrás.

Iris: ¿cuál es tu calle, portal y piso?

Me lo dijo, me di la vuelta, salí y cogí el taxi, me recosté y suspiré, no puedo hacerle esto a Luna, la quiero, lo sé, la quiero, pero no terminaba de convencerme a mi ese te quiero.

Cuando llegué a casa de Estrella, dejé las llaves en la mesilla y me senté en el sofá.

¿Qué es el amor?, ¿acaso puede llegar una chica nueva y ponerte tu vida del revés?, ¿quiero a Luna?, ¿qué es querer?, ¿querer lleva de la mano compromiso para siempre?, ¿tengo miedo a comprometerme?.

Miles de dudas estaban vagando por mi mente, entonces, vino a mí una escena cuando estaba saliendo con Luna.

Luna: ¿qué haces ahí sentada en el sofá mirando la pantalla de una tele que no está encendida?

Se sentó a mi lado en el sofá y miró a dónde yo miraba, a la tele apagada.

Iris: estaba pensando.

Luna: ¿y en qué piensas?

Iris: en ti y en mi.

Entonces Luna dejó de mirar a la tele y nos miramos.

Luna: ¿y...?

Iris: y en cómo mi vida ha cambiado contigo.

Luna: quiero seguirte cambiando tu vida eternamente si me dejas.

Iris: quiero mi vida tal y cómo está si siempre estarás conmigo.

Luna: quiero estar siempre contigo si tú me dejas, me haces la persona más feliz de este mundo.

Esa mirada, esa mirada de completa y loca enamorada, quiero esa mirada siempre conmigo, es increíble cómo su voz sigue sonando tan real en mi cabeza aunque ella esté a kilómetros de distancia.

Iris: te quiero.(nos besamos)

En ese momento solamente supe decirla un te quiero, pero ya está, no la dije un te quiero en mi vida, ni un vente a vivir conmigo, solamente un te quiero, y eso a ella la fue suficiente.

Lucharé por ti Luna, tú me demostraste cada segundo lo mucho que me querías y yo no te demostré nada y aún así me quisiste, ¿quién hace eso?, una persona cegada totalmente por el amor hacía la otra persona.

Encendí la tele y esperé hasta la hora de comer...

Muchas gracias a tod@s por leer el relato, sé que le faltan muchas cosas para ser de esos relatos que te marcan, pero no os preocupéis, para la semana que viene tengo uno que es puro fuego, así que lo que le falta a estos, lo podréis ver en el que subiré la semana que viene.

Me gustaría saber en los comentarios con quien os gustaría que se quedara y porqué, o si queréis que acabe sola por cómo se pone a jugar con los sentimientos, sois libres de opinar lo que queráis también.

Muchas gracias de antemano por valorar y comentar.

También quiero dar las gracias a esa chica que me ha cambiado la vida y cada día la hace brillar más, te quiero preciosa

Podéis echarle un vistazo a mi blog relacionesentrechicas.blogspot.com, dónde a partir de ahora subiré cosas y también podéis seguirme en twitter @AriesDestino, o podéis enviarme un correo a aries_pensando@hotmail.com para cualquier sugerencia.

Gracias!!! ;)