Encuentro de sumisas

Espero que este relato os guste tanto como el anterior.

Estoy nerviosa, sé que fui yo quien insistió en que vinieras a España para conocernos en persona, pero aun así no puedo evitar estarlo. Llevamos tiempo intercambiando mails y ya no puedo esperar más para poder tenerte cerca, tocarte, olerte. . . Suerte que tu amo ha sido bueno y te ha dejado venir, ¡creí que este momento no llegaría nunca! Ya lo tengo todo preparado, como vivo sola no vamos a tener interrupciones. Tengo planeado un fin de semana que no olvidaras, mi niña. Son las 9 P.M. y suena el timbre, sé que eres tú. He regulado la luz hasta dejar el comedor en penumbras, y hay unas cuantas velas repartidas por la habitación, que dan un toque de misterio. Abro la puerta y aquí estás, eres tal y como te había imaginado, una preciosidad con grandes tetas que se dejan ver a través de tu blusa semi-transparente. Veo como se te marcan los pezones en la tela y la humedad se adueña de mi entrepierna. Llevas también una minifalda de cuero que se ajusta a ti como un guante, medias de red, y tus inseparables zapatos de charol negro, con un tacón de 15 cm que te estiliza al máximo la figura (también sé que no llevas ropa interior, y eso hace que la humedad de mi chochito aumente, mojando por completo mi raja). A través de los mails he llegado a conocerte muy bien, aunque las dos somos sumisas, sé que tu disfrutas muchísimo más que yo cuando te humillan, azotan y castigan, sé que te encanta ser dominada por mujeres, y yo siempre había deseado cambiar mi papel de sumisa esclava por el de dominante. Y mi amo me ha dado permiso (a condición de que lo grabe todo en video). No nos hace falta decir nada, te cojo del cuello y empiezo a besarte con toda mi pasión, te lamo el cuello, y ahí mismo, en el rellano, saco uno de tus enormes pechos de la blusa y te lo chupo y relamo con ansia, antes de que te des cuenta he cerrado la puerta tras de ti, y te he puesto una venda en los ojos. -"Pero que haces Iris?" -"Nada cariño" -te contesto yo, con una voz cálida y sensual- "verás como te gusta pequeña" -"No, por favor, no!"- me contestas Pero no te hago caso, sé que te esta gustando lo que te hago, y pienso seguir hasta el final. Paso mi mano por debajo de la falda y la saco toda llena de tus jugos. Te la llevo a la boca y te digo: - "¿Por que me mientes zorra?, ¡Sabes que mentir solo lleva a un castigo seguro!" Y antes de que se te ocurra qué contestar, te meto en la boca una de esas pelotitas que tanto nos molesta a las sumisas. -"¡Así estás mucho mejor puta!" Para la ocasión mi amo me ha comprado uno de estos arneses que van colgados del techo y te permiten hacer mil posturas (me ha prometido que si le gusta el video que grabaré esta noche, me dejará usarlo a mi también, estoy segura de que no le defraudaré). Te ato las manos a la espalda y por fin te quedas quieta, veo que ya has entrado en razón. Te quito la falda y te paso el arnés por las piernas, cuando termino de colocarte me separo de ti y observo qué bien ha quedado el cuadro. Estás colgada, con la camisa abierta completamente, y tus grandes tetas sobresalen de ella. Tienes las piernas dobladas, las rodillas tocan tus pechos, como si estuvieras en cuclillas, pero alzada en el aire, así que tu coño y tu culo me quedan de frente. Cojo la cámara del trípode y empiezo a grabarte al detalle, los pezones, el clítoris, tu hermoso culito, mientras te explico lo que hago veo que empiezan a manar chorretones de jugos de tu coñito, jugos que no pienso desperdiciar, dejo la cámara donde estaba, y empiezo a lamerte la rajita, lentamente, disfrutando de cada pliegue, de tu sabor ligeramente salado. Voy variando la intensidad, paso de meterte la lengua bien dura todo lo que puedo a rozar delicadamente tu clítoris, cuando veo que estas cachonda, sin vuelta atrás, voy en busca de los "juguetitos" que mi amo me ha ordenado usar contigo. -"Bien cariño, esta noche te lo voy a hacer pasar en grande, y tu a mi, pero antes recuerda que te mereces un castigo" Acto seguido te cuelgo una pinza con pesos en cada pezón, empiezas a gemir, pero no pienso parar, sé que tu amo te castiga frecuentemente, y no con unas pincitas precisamente, así que cojo un par mas y las engancho en los labios de tu coño, que no para de chorrear. Cojo un látigo negro, con el mango en forma de polla, enorme y gruesa, y empiezo a darte en la espalda, el culo, los pechos y finalmente en tu chichi. Te estas poniendo a mil, a juzgar por el charco que ya se ha formado en el suelo, bajo tu conchita caliente. Debo haberte dado mas de 30 latigazos y tu piel se esta volviendo rojiza, así que decido parar, realmente no soy tu ama, te lo estoy haciendo para disfrutar, y sin previo aviso te meto el mango del latigo entero por el chocho, te entra todo sin oponer resistencia, de lo mojada que estás. El mango es tan grueso que roza con las pinzas y el placer y el dolor quedan unidos. Empiezo a meterlo y sacarlo, y con mi lengua te relamo tu precioso culito, te chupo todo el agujero, te meto la legua, la enorme polla no deja de entrar y salir de tu almeja, y cuando ya empieza a palpitar, anunciando la llegada inminente del orgasmo, te arranco las pinzas del chichi de un tiron. De repente, empiezas a retorcerte y convulsionarte, te salen litros de flujo y tu culo parece vivo. Estás teniendo un orgasmo de los que hacen historia, yo sigo lamiéndote el culo, y se me llena la boca de liquido, que bebo ansiosa. Cuando terminas te desato, y te vuelvo a dejar en el suelo, con las piernas temblando aun. -"Ha sido genial, estoy tan cachonda" -"Yo también mi vida" , y mientras te contesto, dejo caer el vestido que llevo, quedando semi desnuda frente a ti. Llevo un corse que deja al aire mis pechos (que también son generosos) y mi chochito bien rasurado. también llevo liguero y medias, como tú, pero con botas de caña alta, por encima de la rodilla. -"Vamos a la habitación", te digo, al llegar ves que tengo preparadas unas correas a cada esquina de la cama, y en el tocador hay varios objetos, como consoladores, y un tubo de lubricante. Dejo que me ates a la cama, con mi cuerpo en forma de X, manos y pies quedan cada uno atados a las esquinas del colchón. Pero no me pones el antifaz, y de repente tu carita de niña buena se transforma, tus ojos tienen un brillo diferente, mas malo. Empiezas a sobarme las tetas a lo bruto, mordiéndome los pezones, retorciéndolos. Yo voy soltando grititos de placer, me encanta que me traten con rudeza, te sientas encima de mi y colocas tu conchita encima de una de mis tetas, y empiezas a moverte como si te la intentaras follar. Tengo tu coño tan cerca que intento llegar para lamértelo, pero las ataduras me lo impiden, tu te has dado cuenta, así que te das la vuelta y te sientas en mi cara, empiezo a lamer casi con desespero tu raja y tu culo, mientras tu me das placer lamiéndome los míos. Al rato te cansas y te levantas, veo que revisas lo que hay encima del tocador, te colocas una especie de calzoncillo con un rabo enorme incorporado (es doble, tiene un vibrador dentro, para que disfrutes tú, y otro fuera, para mí, a cuál más grande y grueso. Yo ni siquiera lo había probado aun.). Vuelves a la cama y te colocas en la misma posición de antes. -"Lubrícalo bien guarra, porque te lo voy a meter entero" y me lo metes hasta la traquea. A estas alturas estoy tan cachonda que no me he dado cuenta que has cogido a "boom", mi vibrador de castigo. No es largo, pero si gordo, además tiene protuberancias, como pinchitos, y además de vibrar, también rota. Lo has untado con la vaselina, y me vas rozando el clítoria con él. Yo no sé de que se trata hasta que me lo intentas meter, mi coño aun no esta lo suficientemente dilatado, y me esta doliendo. -"¡¡Para por favor, me haces daño!!" -"Cállate estúpida" -me contestas mientras me das un cachete en el clítoris- "Si me sigues molestando me voy y te dejo aquí atada". La verdad es que no sé si me lo dices en serio o no, pero tu mirada cada vez me da mas respeto, así que procuro relajarme y dejarte hacer. Vuelves a presionar esa enorme polla contra la entrada de mi chochito, esta vez metiendo también un par de deditos en mi culo. Poco a poco me la vas metiendo, hasta que me queda encajada dentro, y lo pones a la máxima potencia. Empiezo a retorcerme, la sensación es increíble, al estar tan apretado dentro de mi coño, y intentar rotar, me duele, pero a la vez me proporciona muchísimo placer, tu ves que no voy a aguantar mucho mas tiempo sin correrme, retiras la polla de mi boca, y sentada frente a mi, me levantas las caderas, pones la punta de tu vibrador en mi ojete, y me sueltas, clavándomela de golpe hasta el fondo. -"Ahhhhh! Dios miioooo! Siiiiiiiiiiiiiii!" -grito mientras tengo un orgasmo tras otro, no puedo dejar de soltar chorros y chorros de jugos, y me retuerzo tanto que te clavo tu propio vibrador hasta el fondo mismo del coño, con lo que tu también empiezas a correrte, junto a mí. Cuando acabamos no nos podemos mover, nos quedamos quietas, tengo los dos agujeros doloridos, y estas pollas tan grandes empiezan a molestarme de verdad, pero sigo atada y sin poderme mover. Al cabo de un rato, te separas de mí, dejando en mi culo una extraña sensación de vacío, me pones el consolador en la boca y lo dejo bien limpio. Después me quitas lentamente el del coño y lo limpias tu misma. El que llevabas ensartado en el coño te pido que me lo dejes limpiar a mí, y lo acabamos haciendo las dos, uniendo nuestras lenguas, saboreando nuestros jugos. Finalmente nos tomamos un baño calentito y relajante y terminamos la noche charlando en el sofá, me despierto temprano por la mañana pq hay alguien picando a la puerta. Tengo tanto sueño que ni me doy cuenta que sigo desnuda, y así le abro la puerta a mi amo. Pero esta es otra historia. Ya sabéis, si queréis comentarme algo, abajo tenéis mi mail. Besitos calientes. Iris.