Encuentro de Familia

Sorpresivamente, Mariana, la hija de mi marido, y su hija Sol, vinieron a nuestra casa para pasar las vacaciones con nosotros. Entre lo que se supone y la realidad, casi siempre suceden hechos inesperados. Y en esos hechos, está lo más atractivo. No se arrepentirán de acompañarnos con estas aventura

Encuentro de Familia

Después de un largo paréntesis, aprovecho unos días de largo encierro obligatorio y preventivo por pandemia para descargar tensiones. Y no encuentro mejor salida que compartirle algunas experiencias, de las que tanto nos gustan, que tuve –junto a mi marido- en este casi año y medio de una casi nueva vida. Espero que les guste y no les aburra demasiado. Aclaro, serán en varias entregas para no ser tan pesada.

Antes de la entrada del 2020, Claudio me comunica que lo había llamado su hija mayor, Mariana, para preguntarle si podía venir con su hija menor, Sol, a pasar las vacaciones con nosotros. A lo que él le había respondido que no había ningún problema. Tanto su hija, una rica mujer de unos bien llevados 40 años, como su nieta, Sol, una dulce muchacha de recién cumplidos 18 años, no tenían oportunidad de frecuentarnos asiduamente, ya que viven en el interior. Lo que me parecía extraño era que vinieran sin el marido y padre. A lo que mi marido me comenta que la empresa, en la cual es ingeniero, estaba en plena finalización de una obra muy grande en Santiago del Estero. Lo que hacía imposible que las acompañara.

Así qué, apenas pasados tres días de año nuevo, Mariana y Sol llegaron a Buenos Aires y se hicieron presentes en casa. Hacía más de dos años que no las veíamos. Fue toda una felicidad recibirlas. Mariana mantenía su buena presencia. No muy alta, pero de cuerpo bien cuidado, con unos pechos medianos y duros que la caracterizaban, como así su buen trasero, sostenido por unas piernas torneadas y preciosas. En tanto Sol, la nieta mimada de Claudio, había tenido un cambio sustancial, respecto a la última vez que habíamos estado con ella. Centímetros más alta, afinada su figura, pechos pequeños, pero con un culo que parecía querer salir del encierro de su vestido de fino algodón. Detalle que luego en privado, no nos privamos de resaltar con mi marido.

Hasta que nos fuéramos a Pinamar, dónde tenemos nuestro refugio que nos recibe cada año, faltaban cuatro días. Así que aprovechamos para ponernos al tanto de nuestras vidas y hacer algunas compras necesarias para los casi dos meses que íbamos a estar.

Esos días, yo y Mariana estábamos siempre, casi juntas, ya que Claudio desaparecía con Sol luego de desayunar, para llevarla a pasear por diferentes lugares y de paso para agasajar cuanto podía a su adorada nieta. Un amor que era altamente correspondido por la mocosa. Y más, porque le daba con todos los gustos.

En unas de esas charlas con Mariana, me confiesa casi consternada que, está muy preocupada con Sol. Entre sorprendida y curiosa le digo si es para tanto. Se la ve muy bien. Ya terminó la secundaria y bien. Es algo por lo que quiere seguir estudiando?  No, para nada, me responde. Es con respecto a su sexualidad. Me quedo muda por un instante y trato de abrirle la compuerta para que libere todo. ¿Qué problema tiene con su sexualidad, concretamente?  ¡Ahora le gustan las mujeres! ¿Cómo, pero si la última vez que la vimos estaba saliendo con ese chico y se la veía muy entusiasmada? Así parecía, pero un buen día me llama y me dice que le gustaba una compañera del colegio y que iba a intentar con esa relación. Imaginate como quedé yo. De un día para el otro rompió con ese chico que vos conociste y comenzó a salir con esta chica. Estoy angustiada no sé qué hacer. Pero quizá es un juego de adolescentes, se aburre de la rutina y todo vuelve a ser como antes, ojalá, pero parece que la cosa sigue firme. Y más aun, no lo ocultan. ¿Pero decime una cosa, sólo se ven casualmente, salen a tomar algo, alguna fiesta y nada más? Más que eso. A veces se queda a dormir en la casa de ella. Así que creo que va mucho más allá. ¿Me quieres decir que cogen? Y sí, que otra cosa pueden hacer. Claro, tienes razón, perdón por preguntarte. Pero quizá sea la misma necesidad de experimentar, la calentura propia de la edad. Vos y yo la pasamos. Creo que debes esperar que procese esto, no te queda otra alternativa. Si quieres y te parece, yo puedo hablar con ella. A lo mejor me cuenta algo más, ya que no soy la madre. ¿Te parece? Y sí, total, no se pierde nada. Bueno, te agradecería. Así me quedo más tranquila y sé a qué atenerme. Dale, te prometo que hablaré con ella.  Además, entre nosotras y siendo sincera, es muy buen bocado para cualquier mujer. Bonita, seductora, simpática y muy buen lomo.

------ Gracias por el halago. Ahora decime sinceramente. Viéndola como cualquier mujer. Sin saber que es hija de tu marido. ¿A vos te llamaría la atención?

…….Me llama la atención. Es una chica muy deseable. Creo que cualquier tipo o mina se la querrían coger.

----- Voy a ser más directa. ¿Vos te la cogerías?

……Ya que estamos en confesiones, te digo que sí. Me la cogería toda. Debe ser un manjar.

----- ¿A vos te gustan las mujeres?

…… Me gustan. Son parte del sexo. Y disfrutar del sexo es un placer inigualable. Mira Mariana, somos grandes y te voy a hablar con toda la sinceridad del mundo. Más siendo la hija de mi marido. Con Claudio vivimos el sexo en plenitud. Creemos que si se puede y se quiere disfrutar de él, hay que dejar prejuicios de lado. No hay otra forma de gozar del placer. Soy muy bien cogida por tu padre, lo disfruto a más no poder. Pero, también me cogen otros tipos. Por supuesto que los elijo. Y también cojo con las mujeres que me atraen, me seducen. Y para hacer eso, hay que estar muy seguro de lo que se quiere y cómo hacerlo.

----- ¿Vos y mi papá cogen con otras mujeres y otros tipos? ¿Y eso, no le causa problemas?

…… Para nada. Ambos separamos el amor que nos tenemos. Confiamos el uno en el otro y, todo lo que hacemos, lo charlamos previamente o nos lo contamos después. Pero jamás ocultarnos nada. De eso se trata la confianza. Y eso fortalece la relación. Lo nuestro, es exclusivamente nuestro. Lo demás, con aditivos para nuestras vidas. ¿Me entiendes?

----- La verdad, es que estoy sorprendida. Jamás lo hubiese imaginado. Debe ser que hay que estar muy preparada para intentar algo así.

…….. Más que preparada, Mariana, hay que estar convencida y decidida a dar el paso. Como todo en la vida. Los límites los pone uno.

Luego de esa charla, ambas nos fuimos a la cocina a preparar la cena de ese día, con Mariana un poco más relajada, pero con una turbación interior que se le notaba en los ojos y que, seguramente le daba vueltas en su cabeza.

En medio de la tarea culinaria, ella vuelve a preguntarme. ¿Es verdad que te gusta Sol?

…… Además de caerme muy bien, me gusta mucho. ¿O prefieres que te mienta?

------ No, por supuesto que no. Y te agradezco la sinceridad. ¿Pero aun así, lo mismo vas a hablar con ella?

…… Te lo prometí y lo haré. Cuenta conmigo.

Y acercándome por detrás, mientras ella pelaba unas papas, le pasé mi mano por sobre su cabeza. Y cuando giró su cabeza para mirarme, posé mi boca sobre la suya, haciéndole sentir el calor y la humedad de mis labios. Intentó separarse, pero la retuve con mi mano sosteniendo su cabeza y, de ahí en más, aflojó los suyos, comenzó a disfrutar de los míos y nuestras lenguas se reconocieron en plena tarea de confesión. Así seguimos besándonos. Ella dejó lo que estaba haciendo y la atraje hacia mi pecho, sintiendo como nuestros pezones se endurecían a más no poder. Y mis manos, más inquietas que nunca, recorrieron su espalda y se posaron sobre sus preciosas nalgas, como si me estuvieran esperando. Increíblemente, ella se abrazó a mi cuerpo y dejó que mis caricias crecieran y recorrieran su cuerpo. Subí su pollera y mis manos se introdujeron por debajo de su fino culote de encaje, permitiendo que mis dedos descendieran por la raja de su culo manjar. Eso hizo que un profundo gemido brotara de su garganta, lo que me dio la señal para redoblar mi apuesta.

Sin levantar mis manos, las giré hacia adelante para posarla sobre su frondosa mata de pelos y buscar su concha deseada. Si resistencia alguna, abrió las piernas y mis dedos se fueron introduciendo en su empapada concha, como si me estuviera esperando. A su vez mi entrepierna parecía un surgente inevitable. Sentía como mi jugo brotaba de mi concha y se deslizaba por mis piernas.

…… Amor, abrime la blusa y sacame las tetas. Quiero que me las comas todas. Sos hermosa.

Fiel y obediente, en un segundo dejó mis pechos en libertad y fueron presa de su boca desesperada. Creo que jamás me chuparon y mordieron las tetas con tanta pasión. Mientras ella gemía y seguía con su tarea, besé su cuello, sus orejas. Era el momento indicado. Saqué su boca de mis pechos, me arrodillé, la despojé de su culote todo humedecido, a la vez que lo saboreaba chupándolo una y otra vez. La senté sobre el mesón de la cocina, le abrí las piernas y sin titubear un instante, mi boca se depositó en la abertura de su concha para comenzar a deleitarme de ese delicioso líquido que le brotaba incesantemente. Mi lengua penetró el inmenso túnel, mientras mis labios jugaban con los deliciosos de abajo.

Sus gemidos se volvieron la música de la cocina. Sus manos presionaban mi cabeza, como pidiéndome que jamás los sacara. Así estuve, no sé qué tiempo, hasta que sus orgasmos se sucedieron sin solución de continuidad y comenzará su concha a lanzar chorros de su agua viscosa y un sabor inexplicable…Tal era su surgente sexual que llegó a empaparme todo el vestido, acompañado ya de un grito casi estremecedor. Y luego de descargar el río de placer, vino el suplemento inesperado. Comenzó a orinar un chorro amarillento, sorpresivo, caliente e imparable.

Quedó tendida sobre el mesón, cómo si le hubiera pasado un tren sin preaviso. Ante la visión de que no tenía ninguna posibilidad de continuar, yo me había quedado con mi carga pendiente. Así que no tuve otra opción que pajearme con toda mi devoción hasta que mis chorros brotaron a más no poder e inundando el piso de la pulcra cocina.

Luego de recuperada la cordura y las fuerzas físicas, nos pusimos a limpiar en total silencio la zona de masacre, darnos una ducha y seguir con la faena de chef interrumpida. El silencio duró un largo rato, hasta que rompí con él.

……. ¿Disfrutaste amor?

------ ¡Y cómo! Me dejaste muerta.

……. ¿Nunca tuviste con una mujer?

------ De chica, sólo jugábamos con una amiga a tocarnos, pero no pasó de ahí. Después jamás nada.

……. ¿Te gustó mucho?

----- ¡Muchísimo! Con decirte que me quedé con miedo.

…… ¿Miedo…por qué…Qué te vean, se enteren?

----- No, eso no….Lo que pasa es que me gustó muchísimo. Nunca pensé que se podía disfrutar tanto. ¿Vos me entendés, verdad?

……. Claro que te entiendo. Lo que te pasó es que acabas de dejar un prejuicio de lado. Y creo que ahora no sabes cómo manejarlo. Pero tranquila, todo queda en vos. Es parte de tu experiencia. Es el sexo corazón. Algo tan fuerte como eso.

----- Me puso muy caliente cuando me besaste. Y para que contarte cuando me chupaste la concha. Nunca me la habían chupado así, con tanta pasión. Quería ser toda una puta, ja,ja,ja. Si me escucharan lo que digo, me van a decir que estoy loca.

…… Para nada mi amor. Estás muy cuerda y más mujer que nunca. Eres preciosa, lo sabes. Y te lo digo antes que me preguntes. Te volvería a coger una y mil veces. Me calientas horrores. Espero que en algún momento podamos coger con todas las de la ley, hasta quedar extenuadas y felices.

----- Yo estoy feliz. Vos también me gustas y me calentaste como nadie. Creo que más que mi marido. Mira lo que te digo, no es poca cosa. Me encantaría que vuelvas a cogerme, las veces que quieras. Y que me enseñes cómo cogerte y que me cuentes las cosas que te gustan.

……. No te hagas problemas. Vamos a tener mucho tiempo para nosotras. Estas vacaciones tienen que ser inolvidables para ti y para Sol. Te prometo que van a ser así.

------ ¿Pero estás segura que vamos a poder? Mira que vamos a estar con mi papá y mi hija. No entiendo cómo.

…….. Corazón, somos una familia. Y la familia debe compartir todo. Esa es la base.

------ ¿Con mi papá y mi hija, también?

……. Amor, no te inquietes. De eso me ocupo yo.

------No sé qué decir, me dejaste sin palabras.

Y para tranquilizarla del todo, me acerqué nuevamente a ella, le tomé la cabeza con ambas manos y le comí la boca, con una paz y un deseo que recién acababa de comenzar.

No bien había terminado de despegarme de ella, se escuchó que alguien entraba. Eran Claudio y Sol que regresaban de sus travesías por las calles y, seguramente, negocios de ropa que atraían como nadie a su adorada nieta. Y así parece que fue, ya que ella entró con sonrisa a pleno y sus manos cargadas de bolsas delatoras.

Cenamos a pleno regocijo. Sol contando con gran regocijo los frutos conseguidos de su abuelo, mimos mediante y Mariana reprochándole el abuso que hacía de tanto amor. Entre risas y acostumbradas anécdotas familiares, la cena transcurrió regada de alegría manifiesta y, por supuesto, el infaltable sabor de un buen vino que, en definitiva, fueron algunas botellas. Hasta Sol, le fue permitido, por incidencia sin discusión de mi marido, claro está, que bebiera junto a nosotros. Seguramente que no era la primera vez que bebía alcohol, pero sí en mesa familiar. Por lo que se veía, esta o la liberaba enteramente, lo mismo que a su madre. En un momento de la charla, Claudio nos sugiere ir a seguir la sobremesa en los sillones para estar más distendidos, y hacia allí fuimos.

Sueltos y decididos a compartir y disfrutar, todo siguió animosa y marcadamente prometedora. Yo y Mariana compartíamos el sillón más grande y mi marido en otro individual, sufría o deleitaba a su nieta subida en su regazo y descansando su cuerpo sobre el pecho de él. La distensión era total, aparentemente. En un momento dado, ofrezco helado que tenía en la nevera. Todos dieron su aprobación. Así que sin pérdida de tiempo me dirigí hacia la cocina, en compañía de Mariana para que me ayudara a traerlos.

Y allí se dio otra ida y vuelta que me hizo presentir que el cierre de la noche, todavía estaba en pañales.

……. ¿Cómo la estás pasando…Todo bien?

------- Maravillosamente bien. Mejor no puede ser.

A lo que me acerqué y volví a comerle esa boca abundante y provocativa que tiene. Recibiendo como respuesta las carnes más sensuales y la lengua más provocativa que se imagine.

------- Me muero por estar contigo. Que me cojas toda y me dejes cogerte, si es que puedo.

…….. Claro que vas a poder. Si eres una hembra preciosa. Y para que sepas, también me calientas muchísimo. Tocame, estoy empapada guacha.

------ ¿A ver?  Mmmmmm, estás remojada….¡Qué concha hermosa tienes! Mmmmm mirá…toda pegajosa….

Y mientras se chupaba los dedos para soborear mi flujo, aproveché para hundirle mis dedos en su concha, ya que estaba sin bombacha, la muy turra.

………. Amor, estás si nada abajo….¿Te preparaste para mí?

------- No tuve tiempo de ponerme nada….¿No te gusto así?

…….. Guacha, sabés que me pones loquita… ¿Quieres que cojamos cuando vayamos a la cama?

------- Pero están Sol y mi viejo…. No vamos a poder.

……. Corazón, ya te dije que somos familia. Aquí todo se comparte… ¿Te da miedo??

------- ¿Y cómo hacemos con Sol y él?

…….. Pregunta de rigor. Y dime la verdad. ¿Sol jamás cogió con un tipo?

------ Qué yo sepa, jamás….Además ella me confesó que, salvo tocarse con el novio que tuvo, nunca pasó nada.

……. Otra pregunta obligada. Y perdóname no quiero ponerte incómoda, pero es necesario que me lo digas.

¿Alguna vez te pasó algo por la cabeza con tu viejo. Lo viste desnudo. Se te cruzó por algún motivo alguna idea al respecto…En definitiva, si no fuera tu padre, te gusta Claudio como tipo?

------ Gloria, que pregunta me haces, es mi padre. Bueno, cuando vivía con él, lo vi varias veces desnudo, eso sí. La verdad, creo me toqué varias veces pensando en ese momento, pero nada más. Y si me gusta como tipo, por supuesto. Creo que es un hombre que le gusta a las mujeres.

…….. ¿Y te gusta la pija que tiene?

------ De lo que recuerdo, me encanta. Grande y gruesa.

……. ¿Te gustaría que te coja una pija así?

------ A quién no.

…….Entonces, corazón, todo solucionado. Y recuerda, a los gustos hay que dárselos en vida.

Con respecto a Sol, no te preocupes, de eso nos encargaremos yo y tu padre. Ella adora a su abuelo. Por lo que veo, tienen una química increíble. Y si nunca cogió con ningún tipo, tu padre es el indicado para desvirgarla definitivamente. De lo que no se va a arrepentir jamás. Y con respecto a mí, ya sabes. Me encargaré de que esa criatura sea definitivamente mía, ya que me calienta tanto como la madre.

------- ¿Vos crees que eso se puede hacer realidad?

…….. Tanto como que me llamo Gloria. ¿Vos imaginaste que ibas a estar conmigo?

------- ¡Jamás!

……. ¿Y ahora qué te pasa conmigo? Dímelo sin vueltas.

------ ¡Quiero ser tu hembra! Es lo que más deseo.

…….. Y lo serás, te aseguro….Y cuando te coja tu viejo y lo veas cogerse a Sol y

yo a tu hija y todos juntos disfrutándonos, se te va a volar la cabeza.

------ Amor, sé que de esto estás a años luz de mí, pero tengo miedo, sinceramente.

…….. Tranquila, corazón. Todo está en el camino correcto y en el tiempo adecuado.

De pronto los gritos desde el living reclamando el helado, llegaron como una amenaza.

Ya de vuelta y mientras disfrutábamos nuestros respectivas porciones, Sol, que seguía sentada sobre las piernas de Claudio, abrió las piernas de tal manera que dejaba ver su tanga, casi incrustada en su conchita. Lo que no pasó inadvertido para mí, y tampoco para su madre. Nos miramos por instinto. Ella sonrió como diciendo: ¡Ahí está lo que te gusta! Y yo, como retribución a su comprensión y en un agradecimiento que me nació del alma, acerqué mi cabeza a la de ella y le comí la boca sin remedio. Cuando estaba en pleno arrebato, me di cuenta que nos estaban mirando y me aparte como si nada hubiese ocurrido. Mariana permanecía con sus ojos cerrados y Sol, cual experimentada mujer se desembocó con un: ¡Parece que está riquísimo el helado de mamá, ja,ja,ja!!!!  Claudio me miró pícaramente, mientras sonreía y Sol, presiento que desenfadada por el efecto del vino, volvió a despacharse: ¿Mamá, que tal besa Gloria, más rico qué el helado?. Pero lo que más me dejó casi sin aliento, pero me tranquilizó a su vez, fue la respuesta de Mariana ¡Besa muy bien, te lo aseguro, deberías comprobarlo!

Tras cartón, Sol sin cejar con su arrojo, me espetó: ¿Gloria, no puedo quedarme con las dudas, me dejas?

…….. Sí, belleza, por qué no. Tienes todo el derecho a no quedarte con las dudas.

Y apenas finalicé la frase, Sol se había subido a caballito sobre mis piernas y tomándome la cara entre sus manos, abrió su boca y se unió con la mía para explorar con su lengua la mía y disfrutarnos con el mayor de los desparpajos. No tengo idea cuanto duró, pero sé que al despegar nuestras bocas, mi entrepierna estaba toda empapada y mis pezones parecían explotar.

Sol regresó a las piernas de su abuelo y sin dilación dio su veredicto: ¡Tienes razón mamá, besa muy bien, pero además, te deja con las ganas! Y lanzó una risotada sin inhibición alguna, cómo firmando lo dicho.

Mariana no pudo contener su carcajada y lanzó su adhesión. Fue entonces que, Claudio, como viéndose fuera de juego, replicó: ¡Bueno, ustedes mucha jarana solas, pero a esto hay que ponerle música. A lo que yo consentí: ¡Me parece muy buena idea….Qué vuelvan los lentos!!!! Y entre risas y alborotos, Claudio buscó el programa solicitado en el sistema de audio y unos mortales lentos de la década del 80´ vistió de música todo el ambiente. Viendo que esta era la oportunidad de ordenar los posibles acercamientos, sugerí. Casi como una orden: ¡Es tiempo de bailar y festejar el reencuentro. Claudio vos baila con Mariana y yo con Sol. Los lentos son los más.

Y así comenzó todo. Tema tras tema, el clima se fue acomodando para cada uno y para todos. Sol se movía lentamente pegada a mi cuerpo. Y yo mordiéndole suavemente la oreja y besándole el cuello. Mientras Claudio hacía lo propio con su hija. Y sus manos, ya no abrazaban la espalda de Mariana, sino que estaban “literalmente” sobándole su abultado y redondo culo. En un momento dado, Sol me dice al oído: ¡Besame, me encanta tu boca! Pedido que satisfice de inmediato. Volver a tener esa boca fresca y lujuriosa, era toda una delicia. Y a medida que el beso se prolongaba, mis manos comenzaron a acariciar todo su cuerpo, hasta depositarse en su culo, que era una obra de arte. Y como si hubiese estado esperando esa señal, ella hizo lo mismo con sus manos, para comenzar a estrujarlo al mío y decirme, aquí estoy.

En un momento dado, sin dejar de hacer lo mío, miro de reojo hacia dónde estaban Claudio y su hija y veo, más que con asombro, enorme satisfacción, que mi marido había subido la falda de Mariana, quién estaba sin bombacha, para tener ese culo precioso a su total merced, a la vez que ella lo besaba sin miramiento alguno. Y sus manos, para no creer, sus manos, ya no abrazaban el cuerpo de él, sino que ambas estaban por delante, aferradas a su pija. Seguramente, a esta altura de los acontecimientos, más que al palo.

Al comprobar esta realidad, más que ideal, decidí avanzar con total convicción de lo que venía. Separé mis labios de los de Sol y tocando su frente con la mía, le dije sin miramientos:

……… ¡Amor, estoy muy caliente contigo. Me muero de las ganas por cogerte! ¿Te gustaría que te coja, mi vida?

.-.-.-.-.- Siiiiii, me encantaría. Eres hermosa. Nunca tuve con una mujer como vos. Me ponen locas tu tetas, tu boca. Tienes un culo fenomenal y sueño con verte la concha. ¿Quieres que sea tuya?

……… Siiiii mi amor, toda mía…..Me calentaste desde chiquita….Eres preciosa mi ángel. Quiero cogerte cómo nadie te cogió jamás. Quiero que seas mi nena, cómo mi hija….¿Te gustaría?

.-.-.-.-.- Siii Gloria, quiero ser toda tuya. Haceme todo lo que quieras.

Y sin más preámbulo, mientras seguía comiéndole la boca, deslicé los breteles de su solera, que se deslizó por el largo de su cuerpo, hasta quedar en el piso y dejar sus pechos al descubierto. Acto seguido, hice lo mismo con la mía, quedando ambas tan sólo con nuestras tangas, ya con las huellas evidentes del flujo que estábamos derramando. La eché a lo largo del sillón, le quité la tanga y yo me despojé de la mía y me lancé sobre su cuerpo. Sus pechos eran una alucinación, pequeños, redonditos y unos pezones bien oscuros y marcados, manjares para mi boca que se posaron hambrientos para deglutirlos sin miramiento alguno. Luego, cómo ofrenda merecida, le puse mis tetas sobre su cara y su boca no tardaron ni un segundo en querer exprimirlos como diciendo, estos son míos. A la vez que mis matas frondosas iba y venía a lo largo de su conchita joven y deseada cómo una obsesión. Los gemidos de la pequeña comenzaron a ser parte de la música. No dejaba de chuparme las tetas y comerme la boca, como si quisiera saciarse de ellas. En un momento dado, ponerla invertida, ya que la luz de la lámpara lastimaban nuestros rostros. Y fue en ese momento que veo, con gran alivio y alegría que Mariana, totalmente desnuda, lo mismo que su padre, arrodillada en la alfombra le aferraba con ambas manos la pija en su máxima expresión, introduciéndosela hasta dónde más podía, haciendo realidad ese bautismo que tanto había deseado, seguramente.

Ya, en una posición más cómoda, continué con toda mi atención para con Sol, que estaba totalmente entregada a recibir todo el placer que se imaginaba. Comencé a recorrer su cuerpo con mi boca, toda temblorosa y jadeante de deseo, por todo su cuerpo. Desde sus pies, chupando cada dedo, subiendo por sus piernas, sus muslos torneados y jóvenes, hasta llegar a su entrepierna. Abrir los labios de su concha y ver gotear sus jugos más reveladores, fue un regalo de la Vida para quién nunca pensó semejante fortuna. No era necesario usar mis dedos para franquear el paisaje más preciado. Su concha parecía obedecer anticipadamente a los deseos de mi mente, lo que me llevó a depositar mi lengua y mis labios a recorrerla, disfrutarla y saborearla como muy pocas veces recuerdo haber comido una concha tan rica y deseada. El ir y venir fue incrementando el derrame de los jugos de Sol que, ya inserta en el mundo del placer, gemía desde lo más profundo de su goce, a la vez que su voz se dejaba oír, pidiéndome y contándome lo que sentía:

.-.-.-.-.- Siiiii, así amor, comeme toda la concha….¡Qué placer, por Dios!...jamás me la comieron así…No pares mi vida, sos única…Quiero deslecharme toda para vos….Así Gloria, así, asiiiií, soy toda tuya…Quiero ser tu hembra. Haceme tuya, tuya para siempre…Quiero que me cojas todos los días, cada rato, cuando vos quieras. Pedime lo que quieras….¡Aaaaahhhhh, siiiiii, aaaaaahh, me vas a hacer correr, mi amor….No pares, no pares…Más, más, más….Siiiiiií, me corro mi amor, me corrooo ¡Aaaaaaahhhh, Maaaaaa, toda, toda…siiiii. Me estoy corriendo en tu boca….¡Toomaaaaá, tomaaaaaá, es mi lechita para vos, mi vida….¡Quiero ser tuya, quiero ser tu puta….soy tu puta, mi amor….Te amoooooo!

Sus orgasmos fueron increíbles. Uno tras otro. Y el torrente que brotó de lo más interno de su ser, fue increíble. Parecía interminable. Igual que su madre. Había heredado una virtud que muy pocas mujeres tienen. Y sé perfectamente de lo que hablo. En la vorágine de nuestra actuación, nos habíamos desentendido de mi marido y su hija. Pero al levantar la vista, lo que me entregaba el escenario de la alfombra, indicaba que no habían perdido para nada el tiempo transcurrido.

Mariana estaba tendida de espaldas, con las piernas enteramente dobladas hacia su cabeza, mientras Claudio había ensartado la totalidad de su pija en la concha, de la cual yo ya estaba al tanto de sus virtudes, a la vez que no dejaba de comerle con su boca, las tetas y la boca de ella. El milagro se había producido. Era cuestión de tiempo y elegir el momento justo. Mientras mi marido iba y venía con su pija dentro de la concha de su hija, Sol, que en algo ya se había recompuesto, miraba entre atenta y curiosa el goce de su madre con su abuelo. Quizá era la primera vez que veía coger en vivo a una pareja, quizá no. Pero el frenetismo y la pasión que ponían ambos en el encuentro, la volvió a poner en situación de placer, ya que, automáticamente, sentada de costado, a la vez que ponía una pierna en posición de “v”, comenzó a frotar su concha con los dedos, como haciéndose partícipe de la cogida que le estaban dando a su madre. Mientras tanto, Mariana, lejos de sumirse en culpa o temor alguno, exteriorizaba a viva voz lo que sentía:

--------- Siiii, sí, sí, sí, así, así, así, metémela toda, toda, toda….La quiero toda para mí….Que pija divina tienes papi…Lo que soñé con ella, desde que te la ví….Y ahora la tengo toda adentro…Que maravilla…Gracias, Dios, por hacerme tan feliz….Cogeme, cógeme papi, cógeme toda la noche…Quiero ser tuya, tuya, tuya. Quiero ser tu hembra, tu puta, lo que quieras. Quiero que me cojan siempre, vos y tu mujer….Quiero ser la puta de ustedes…Siiii, papi, te amo, te amo…Sos el macho que quiero a mi lado….meteme toda esa la  pija hasta el fondo. Rompeme toda la concha, es tuya….Quiero ser puta, me gusta…Dale, dale, así, asiiiií…Aaaaaahhh, que lo parió, que placer….Rompeme la concha papi….es tuya, tuya…..Dale, dale, llenala de leche…quiero tu leche…toda tu leche, la quiero para mí….embarazame, no me importa…quiero un hijo tuyo…Tienes la pija que más amo….Y después quiero que te la cojas a Sol….Sol, no sabes lo que te pierdes….Es una placer tener esta pija adentro….Así, así papi, asiiiiiií, me voy a venir, hijo de puta….me vengoooooooo……

Y a la vez que Mariana comenzó su descalabro orgánico, mojando todo el piso, lo mismo que hizo su hija en el sofá, el grito épico de Claudio fue asombroso para mí….Nunca lo había sentido exclamar de tal forma en una acabada. Creo que en el edificio se enteraron que algo pasaba en el nuestro.

Luego del derrame caótico de Mariana, tal como hizo conmigo, vino, parece ser, la infaltable regada con su orina, que terminó de hacer un verdadero enchastre en todo el living, pero que importaba. El comienzo de una nueva realidad familiar estaba cumplida…….Sigue.

Gloria.