Encuentro Cuckold con Alfonso y Leila

Encuentro de dominación por parte de mi mujer Leila y Alfonso, en donde terminan orinando encima de mi cara.

1.

No era el primer encuentro con Alfonso. Él llegó un sábado en la mañana y de inmediato comenzamos a desarrollar una relación cuckold, en donde yo era el sumiso.

En el living de nuestra cabaña, colocamos un colchón tirado en el piso y recubierto con una sábana de material sintético, luego Leila se colocó en mi cara, con su concha en mi boca y yo comencé a lamer su chorito, entonces ella le pidió a Alfonso que la penetrara desde atrás. Pude ver de cerca como el grueso cipote del macho se alojaba en su conchita y sus bolas golpeaban mi cara en cada embestida. “¡¡Lámeme las guevas puto de mierda!!” me ordenó Alfonso, y yo comencé a lamer sus bolas, a pasar mi lengua por su tronco hasta llegar al clítoris de Leila.

El pico de Alfonso se escapó de la concha de Leila y ella bajó su sexo hasta mi boca mientras me decía: “¡¡chúpame el chorito y cómete todas las babas del pico…, así, así me gusta putito…, saborea bien mi zorrita con sabor a pico ¿te gusta?!!” ¡Ohh…, esto me vuelve loca…, un macho bien grueso en mi concha y un putito que le gusta comerse mi concha, chupar pico y tragarse todos los mocos! ¡¡¡exquisito!!!

Cuando estaban por acabar, ella se salió de mi cara y dejó que Alfonso terminara culiandola en la posición tradicional. La eyaculación de Alfonso fue fenomenal: 5 ó 6 gruesos chorros de semen inundaron todo el sexo y el estómago de Leila; él se retiró de entre las piernas de ella y Leila –indicándome el lugar con su dedo- me ordenó que me comiera los mocos que estaban en su sexo y su vientre. Yo, tímidamente me atreví a sugerir que era demasiado “Ama…, es muy grande la acabada del Patrón, ¿puedo limpiar sólo un poco?” A lo que Leila me gritó “¡¡cómo te atreves a pedir algo así…, si yo te ordeno que te comas todos los mocos, lo tienes que hacer!!” “¡ahora, primero limpia el pico de mi macho!”

Alfonso colocó su verga aun erecta entre mi labios y yo lo recorrí entero varias veces, hasta retirar la última gota de semen de su miembro, luego mi Patrón me ordenó que sacara mi lengua y el sacudió su carajo en ella, metió la cabezota de su pico en mi boca y me indicó que la chupara, para limpiar bien su verga.

Luego Leila me agarró por el pelo y me colocó su concha en mi boca: “¡¡¡cómete todos los mocos mierda!!!” “¡¡para eso estás aquí, puto de mierda…, limpia bien todo!!” “¡¡HAZLO, Y HAZLO BIÉN!!”

Yo coloqué mi boca y chupe el semen que Alfonso había descargado ahí…; aún estaban tibios y tenían un sabor algo dulzón, pero me costó tragarlos por su consistencia; su líquido era grueso y parecía yogurt. Leila se dio cuenta de que me costaba comer el semen que estaba encima de ella, y sujetando con fuerza mi cabeza entre sus piernas mientras se reía, me ordenó que lamiera su sexo y su vientre, que estaban regados con leche de Alfonso: “Fernando, ¡¡tú eres mi sumiso, mi esclavo en este momento!!” y vas a tener que comerte todos los mocos…, ¡¡puto de mierda!! Hazlo luego, si no quieres que te ordene lamer el culo de mi macho.

Con la presión de las manos de Leila en mi cabeza, me dedique a lamer el semen en su conchita y su estómago. Leila me agarró con el pelo y riéndose me dijo “¿te gusta comer moco cochinito?” “a mí me encanta ver como realizas tu tarea”

Durante unos 5 minutos estuve lamiendo y limpiando toda la acabada de Alfonso que estaba sobre Leila, y cuando terminé, ella se paró y le pidió al macho que se sentara en el sofá, levantara sus piernas y dejara expuesto su culo. Luego se dirigió hacia mí y me ordeno “¡¡arrodíllate…, y lame el culo que tienes frente a ti; te voy a castigar por haberte atrevido a reclamar!!”. Yo abrí con mis manos las nalgas de Alfonso y tímidamente apoye mi lengua en su hoyo. Leila se dio cuenta y empujando mi cabeza con la suela de su bota me grito “¡¡lame bien maraco…, chúpale bien el culo a mi hombre, quiero ver como revuelcas tu puta lengua en su hoyo!!”

Luego se dirigió al macho alfa y preguntó ¿te gusta lo que te hace? ¿lo sientes rico? Alfonso, que estaba extasiado en el sofá le contesto que le encantaba “¡ordénale que me pase la lengua por el culo un buen rato…, que la meta dentro de mi hoyo!” “¡ahh, que putito esclavo más rico tienes…, lo vamos aprovechar bien…!” “¡¡ESO MARACO…, METE BIEN TU LENGUA EN MI CULO!!” “¿QUIEN ES TU PATRÓN MIERDA?” “¡¡TIENDETE EN EL PISO; ME VOY A SENTAR EN TU CARA PARA QUE REVUELQUES BIEN TU LENGUA EN MI HOYO!!”

Yo me tendí en el piso del living y pude ver como el negro y peludo culo de Alfonso se aproximaba a mi boca. El abrió su poto y colocó su hoyo en mi boca, al tiempo que me urgía para que siguiera lamiendo su culo. Estuvo sentado un buen rato, no sé si fueron 5 o más minutos. Los pelos de su ano molestaban en mi lengua cuando trataba de meterla más adentro en su hoyo, y mientras le lamia su culo, agarre su verga con una de mis manos y comencé a masturbarlo “¡¡¡Esto es fenomenal…, un maraco lamiendo mi culo y haciéndome la paja al mismo tiempo!!!”

Leila estaba de pie riendo, y disfrutaba viendo la humillación a la que me sometían entra ambos. En un momento ella le indicó a Alfonso que retirara su poto de mi cara y ella se colocó en cuclillas sobre mi rostro y dejó escapar su chorros de orina encima de mi cara. Alfonso se paró y comenzó a mear en la cara y las tetas de Leila, y ella agarrón el cipote y lo dirigió hacia mi cara. Durante un rato recibí junto los meados de Leila y de Alfonso. Entre los dos me gritaban para que abriera mi boca y sacara mi lengua. Yo obedecí y pude sentir los chorros de orina caliente de ambos.

Cuando terminaron de mear, Leila colocó su concha en mi boca y me ordeno “límpiame la chucha maraco”. Luego Alfonso me ordenó que me arrodillara y limpiara su cipote con mi lengua. Cumplí las órdenes de mi Ama y mi Patrón, y limpié bien los sexos de ellos dos.