Encuentro con una amiga de la juventud 3 y FINAL
Dos amigas se encuentran después de varios años; ambas casadas y sucede lo que no habían pensado jamás; se interecambian sus parejas
No dijimos nada, sólo nos mirábamos, nos besábamos y nuestras manos recorrían con infinito placer mutuamente los sudorosos cuerpos, sin importarnos nada más.
Transcurrido un tiempo entre mimos y caricias, y ya en la madrugada, sus labios volvieron ha apoderarse de mi verga, y su mano empezó a hacerme una suave paja, diciéndome lo mucho que había disfrutado conmigo y que esto tenía que repetirse. Yo no dije nada pero suavemente la volví a poner boca abajo, y la induje a colocarse de nuevo a cuatro, preguntándome ella si de nuevo se la iba a claver, asintiendo, pero que esta vez iba a ser por el culo. Al oir esto volvió su cabeza manifestando:
NO JUAN, ESO NO, QUE LA TIENES MUY GORDA Y ME PUEDES PRODUCIR ALGUN DESGARRO INTERNO.
Le dije que ella estaba acostumbrada a que su marido se lo hiciese, que era una cosa que le encantaba a ambos, que yo no había podido hacerlo jamás con Isabel y que si notaba algo daño, lo dejaríamos. Aceptó no de muy buen grado, aduciendo que la picha de Antonio era mucho más delgada que la mía, pero dado que yo era su amorcito, lo intentaríamos.
La lubriqué bien primero con los propios flujos de su chocho, y después con mi propia saliva, directamente desde mi lengua, empezando a introducirle primero un dedo, que entró sin problema, posteriormente dos que igualmente no le hicieron daño alguno, pero cuando comencé a meterle mi capullo, noté una ligera contracción y un ahogado gritito, y al preguntarle si lo dejábamos me negó con su cabeza, y ante su negativa poco a poco fuí hincando mi bálano en su culito, ya bastante dilatado, y observé como ella se agarraba con fuerza a la almohada, pero al mismo tiempo inició un pequeño movimiento de rotación con su trasero para que entrase mejor; ya no lo dudé y la penetré hasta el fondo con fuerza, con deseos, con las ganas que tenía de dar por el culo a una mujer contenidas durante años, sintiendo que mi adorable compañera de lecho era nuevamente acometida por un orgasmo de esos que pueden considerarse antológicos, no cesando yo en el ataque de ese agujero que antes no había probado con mujer alguna, hasta que también mi excitación llegó a su punto culminante, volviendo a eyacular, esta vez dentro de su ano, con la misma o más intensidad que mi anterior corrida y permaneciendo dentro de ella hasta que mi picha fue perdiendo su rigidez y quedó en estado de media flacidez, en que la saqué de su interior, brotando por su agujerito una gran parte del semen que antes había brotado de mi interior y que se extendió por las partes internas de ambos muslos de la mujer que antes lo había recibido. Mis labios comenzaron nuevamente un recorrido enfebrecido por todo su cuerpo desde las nalgas hasta su nuca, haciendo que volviese totalmente su cuerpo hacia mi y apoderándome de sus golosa boca que recibió gozosa mi lengua, y posteriormente bajé hasta sus pezones que mordisqueé suavemente mientras ella entre gemidos de placer había tomado mi pene haciendo subir y bajar mi prepucio con gran dulzura y sin cesar en nuestros juegos nos quedamos dormidos, abrazados y felices de la experiencia recién vivida.
Sobre las 12 de la mañana me desperté y Ana María dormía plácidamente, la desperté a base de besos y la sugerí que bajásemos al tercer piso para encontrarnos con nuestros respectivos cónyuges, aceptando ella la invitación, y mientras que yo me ponía como podía la ropa que la noche antes ella me había casi arrancado, mi compañera de fiesta se había arreglado un poco su cabellera, se embutió una blusa negra de un tejido similar al tul, una estrechísima minifalda y unos zapatos de medio tacón que la hacían estar arrebatadoramente hermosa, dirigiéndonos al ascensor donde no cesé de besarla hasta llegar a la planta de mi domicilio, y tras sacar mis llaves abrí con cuidado y sin ruido la puerta por si nuestros “compañeros” aún dormía, encontrándonos en el recibidor, por el suelo, las prendas que llevaba Antonio el sábado y siguiendo hacia el salón comprobamos que también existía en suelo una blusa azul eléctrico, una corta falda negra, unas medias de rejilla,unos zapatos de tacón alto y por último el tanga que mi mujer me había enseñado antes de que saliésemos a cenar. Sentimos ruido en la cocina y con mucho cuidado hacia allá nos dirigimos y vimos de espaldas, de pie, el cuerpo de Isabel, cubierto su tronco por una chaqueta de uno de mis pijamas, pero que no cubría su trasero apreciándose su culo y parte de su chochete.
La chisteamos y al volverse nos miró con una amplia sonrisa en su boca al mismo tiempo que con el dedo sobre sus labios nos hizo la seña del silencio, y en voz baja nos dijo que Antonio aún dormía y ella iba a preparar un desayuno para recuperar fuerzas.
Ana María se acercó a ella, y con sus manos desabrochó la chaqueta del pijama, comprobando que no llevaba sujetador, y sin cortarse un pelo, le sacó la prenda quedando mi mujer completamente desnuda y nuestra amiga dijo entonces: ¡
LECHE, VAYA PAR DE TETAS QUE TIENES HERMANA; NO ME EXTRAÑA QUE ANTONIO SE VUELVA LOCO CADA QUE TE MIRA Y QUE SÓLO TENGA OJOS PARA TU DELANTERA; YO TAMPOCO PUEDO EVITAR EL COMÉRMELAS, TIA BUENA
! . Sin pensarlo dos veces comenzó a estrujar con sus manos los firmes senos de mi esposa, mientras sus labios succionaban alternativamente uno y otro pezón, que rápidamente aumentaron de volumen y se erizaron como escarpias. Isabel empezó a removerse y con voz bajísima dijo: ¡ NO , NO ANA MARIA, DÉJAME QUE ME VAS A MATAR DE GUSTO, QUE TENGO LOS PEZONES DOLORIDOS DE ESTA NOCHE, QUE TENGO QUE PREPARAR EL DESAYUNO PARA TU MARIDO!.
En tanto en cuanto esto sucedía, mi polla se iba poniendo dura y empecé a meneármela tras quitarme la ropa y quedarme en cueros, pero Ana María al ver ésto dejó libre los senos de mi mujer y dirigiéndose a mi me dijo con su adorable voz que dejase de cascármela y que le diese una buena ración de polla a mi mujer por la almeja que ya notaba mojada y que ella iba a despertar a su maridito con una buena mamada; y dicho y hecho; se dirigió a mi dormitorio en tanto yo tomé mi verga con mi mano derecha y enfilé la cueva de mi esposa, que al sentirla entrar bruscamente, dió un pequeño grito para enseguida decirme que la follase, que se la metiese, que la se clavase hasta dentro, que quería sentir mi leche dentro de ella, que me quería como jamás podría querer a otro hombre; y entre sus palabras, mis embestidas y sus gemidos me corrí abundantemente en su coño. Después, sin mediar palabra y como si nos adivinásemos el uno al otro el pensamiento, nos dirigimos hacia el dormitorio matrimonial donde pudimos ver que Ana María estaba tumbada de espaldas, con sus piernas sobre los hombros de Antonio mientras éste ejercía un movimiento de mete y saca continuo y rápido que me hizo pensar que estaban los dos a punto de tener un orgasmo, cosa que sucedió a los pocos segundos, simultáneamente y con un grito inmenso de placer por parte de ella.
Cuando Antonio sacó su miembro de la vulva de su mujer pude comprobar la inmensa longitud del mismo a pesar de que ya había bajado algo su erección; nos miraron, nos sonrieron y Antonio nos manifestó que se subían a su casa a descansar, cosa que también nosotros debíamos hacer, que ya nos veríamos y después de vestidos se marcharon no sin antes despedirse Isabel de Antonio con un abrazo y un morreo sensual y Ana María de mi con una metedura de lengua hasta la garganta y un buen apretón a mi paquete diciéndome
¡ GRACIAS, MUCHAS GRACIAS CARIÑO, ME HAS HECHO MUY FELIZ !.
Nosotros también nos acostamos, aunque la cama estaba caliente y sudorosa, con un intenso pero maravilloso olor a sexo, y cuando le pregunté a mi mujer que que tal le había ido con nuestro amigo Antonio, sólamente me dijo que estaba contenta de ello, y que los detalles me los daría cuando nos levantásemos para cenar o lo que fuese, puesto que estaba muy cansada del trajín llevado a cabo; mientras la acariciaba con gran amor, tomó el teléfono que sonaba y me dijo que era Ana María y que quería preguntarnos si esto lo íbamos a repetir. Asentí con la cabeza y mientras me miraba amorosamente mi mujer le contestó: SI VOSOTROS QUEREIS, JUÁN Y YO TAMBIÉN; PODÍAMOS HACERLO TODOS LOS DIAS DE CENA, ES DECIR MIÉRCOLES Y SÁBADOS, SIN NECESIDAD DE IR A RESTAURANTES NI DISCOTECAS; LO QUE SI ES SEGURO ES QUE ME TIENES QUE COMER EL COÑO,CACHO PUTA, QUE ME HA GUSTADO HORRORES COMO ME HAS CHUPADO LAS TETAS, MAMONA; CÓMELE DE MI PARTE EL RABO A ANTONIO.
El lunes cuando vine a comer a casa, me estaba esperando mi mujercita, vestida con un sujetador que no le cubría prácticamente nada mas que los pezones de color rosa y un tanga a juego, y me hizo saber que ya habían quedado de acuerdo las dos mujeres en que estos placenteros y sexuales intercambios se producirían los días acordados y que luego, en la hora de la siesta, me contaría lo que Antonio y ella habían realizado la noche del sábado, que sólo de pensar en ello ya se le estaba mojando el chocho, y que me diese prisa en comer, cosa que hice y me metí rápidamente en la cama, donde ella se había despojado del tanga, quedando sólo con el sujetador; me recibió con su boca anhelante y mientras le comía a besos todo su cuerpo ( que bella mujer tengo), dos dedos de mi mano se fue introduciendo en su coño y sentí que los flujos comenzaban a mojarme, su pelvis se contrajo y tuvo un orgasmo de esos de libro. Después, sin dejar de querernos sexualmente hablando, mis manos la quitaron el sujetador, dejando libre esas maravillosas tetas que no sólo me encandilaban a mi, sino que a Antonio le habían hecho sufrir cada vez que la miraba, y por lo visto el domingo por la mañana, a su mujer también le gustaban mucho, cosa que considero normal, tanto por su tamaño y su casi perfecta colocación.
Una vez recuperada de su éxtasis me hace partícipe de su aventura extramatrimonial con las siguientes palabras: NADA MAS BAJAROS DEL COCHE, ANTONIO SE VOLVIO HACIA MI, TOMÓ MI CABEZA POR LA NUCA Y ME ATRAJO HACIA ÉL; SU BOCA SE APODERÓ DE MI BOCA Y SU MANO IZQUIERDA SE INTRODUJO POR EL ESCOTE DE MI BLUSA Y TOMÓ CON ANSIEDAD MI PEZÓN IZQUIERDO, EMPEZANDO CON SU OTRA MANO A DESABROCHARSE EL CINTURÓNY BAJARSE EL PANTALÓN. PARÉ ESTA ACCION Y LE DIJE QUE ALLÍ NO, QUE NOS PODIA VER ALGUIEN. ME HIZO CASO Y SUBIMOS HASTA NUESTRA CASA, Y EN CUANTO ABRÍ Y CERRÉ LA PUERTA, FUÍ YO LA QUE ME ABALANCÉ SOBRE SU BOCA Y MIS MANOS LO DESNUDARON EXCEPTO EL BOXER, INCLUIDOS ZAPATOS Y CALCETINES. AÚN NO ENTIENDO COMO PUDE DAR YO ESE PASO PERO FUE ASI Y ÉL PROCEDÍ RAPIDAMENTE A DESPOJARME DE TODAS, DIGO TODAS MIS PRENDAS QUEDANDO ESPARCIDAS SABE DIOS POR DONDE. NOS DIRIGIMOS SIN DEMORA AL DORMITORIO Y LE HICE CAER DE ESPALDAS SOBRE LA CAMA ( NUESTRA CAMA JUAN). YO ESTABA ARDIENDO,NO PODIA CONTENER MI ARREBATO, ESTABA CALIENTE COMO UNA BURRA, Y SEGUÍ COMIÉNDOLE LA BOCA, MIENTRAS MIS MANOS INTENTABAN DESPOJARLE DEL BOXER, COSA QUE CONSEGUÍ CON SU AYUDA. Y AQUELLO SALTÓ ENTRE MIS MANOS, Y SENTÍ COMO SI ME HUBIESE GOLPEADO UN PALO EN MI MANO, ASI QUE MIRÉ HACIA ABAJO Y POR POCO NO ME DESMAYO AL VER LA MÁS LARGA POLLA QUE PODRÍA IMAGINARME, QUE LUEGO SUPE MEDIA 24 CMS EN ERECCIÓN. NO ERA CAPAZ DE MANTENER LA CALMA Y LE DIJE QUE ME CLAVASE AQUELLA ESPADA RÁPIDAMENTE, QUE QUERÍA ME ATRAVESASE TOTALMENTE. NO NECESITABA PROLEGÓMENOS ALGUNO PUES YO NOTÉ QUE MI COÑO ESTABA MÁS QUE PREPARADO PARA RECIBIR AQUEL SABLE. ASÍ LO EMPEZÓ A HACER MUY SUAVEMENTE, Y YO LE DIJE ¡ CACHO CABRÓN, NO ME HAGAS SUFRIR! ¡ MÉTELA YA QUE LA NECESITO, HIJO DE PUTA!.
Jamás había oído yo expresarse así a mi mujer y se lo dije y ella me contestó que no sabía lo que decía, pero que le había gustado oirse a sí misma expresarse de ese modo tan grosero, y que no me iba a decir todos las expresiones obscenas que de su boca salieron aquella noche y que le encantaba que Antonio le dijese barbaridades , siendo las más suave las de PUTA o CALIENTAPOLLAS, que la excitaban a más no poder.
Siguió con su relato, que no voy a reproducir exactamente, y me dijo que Antonio se la introdujo tal como ella lo pedía, brúscamente, sintiendo un fuerte pinchazo en su interior, para pasar rápidamente a una sensación de gozo y placer que la llevaron a un orgasmo maravilloso, no sin antes haber notado que su follador eyaculaba gran cantidad de semen en su vagina, pero que no había dejado de bombearla hasta conseguir su orgasmo. Que una vez recuperados ambos del polvazo que habían echado, invirtieron sus posiciones en la cama, quedando Antonio sobre ella, colocádolo de modo que la verga de él, que ya había recuperado su esplendor, se incrustase entre sus dos divinos melones para poder realizar la cubana que el varón tanto deseaba; con sus manos oprimió su tetas y en el canal que se formó quedó embutida la picha de él, comenzando el movimiento propio de una paja, pero dado que es tan larga su glande y parte del tallo quedaron por encima de sus labios, y tan cachonda estaba que se lo introdujo en la boca, sin pensar en absoluto en que eso jamás se lo había realizado a su esposo Juán; a los pocos instantes por el movimiento de sus tetas y la presión de sus labios y lengua sobre el miembro viril de Antonio, éste no pudo aguantar y se corrió nuevamente y ella, tragó sin dudarlo todo el líquido viscoso que había salido de aquel cipote. Que tras aquella cubana-felación, Antonio, sobre las seis de la mañana se la volvió a meter, volviendo a llenar su matriz de leche, que le escurrió por los muslos, y que después se durmieron.
Yo entonces me quedé asombrado de lo que me estaba contando y le hice saber que no me creía que se la hubiese mamado a otro hombre antes que a mi, y ella me juró que era cierto, que no debía haberlo hecho, pero que habíamos quedado en que no habría reproches por lo que pasase entre ambos matrimonio y que ya no pondría trabas a meter mi polla en su boca y que me lo iba a demostrar rápidamente, y sin que me diera tiempo a decir palabra, cogió mi nabo, se lo introdujo en su boquita y me me hizo la mejor mamada que creo que mujer alguna puede hacer, sin desmerecer las que me practicó Ana María.
El martes por la tarde, estaba yo leyendo esta nuestra página de relatos eróticos en Internet, mi mujer entra en el cuarto donde tenemos el PC, sobre las 20,00 horas, vistiendo muy provocativa (luego me dijo que el lunes había renovado casi todo su vestuario, en compañía de Ana María) haciéndome saber que se marchaba a la consulta del oftalmólogo, y al decirle que a esas horas es probable que estuviese cerrada, me comunica que iba a la de Antonio y que la recibirá fuera del horario normal, cuando cerrase al público. Le pregunté el motivo de visitar al especialista y me contestó: ES QUE EL SABADO NO ME EXPLORÓ EL OJETE, Y QUIERO VER SI TENGO ALGO DENTRO, Y SENTIR QUE UN LARGO CHORIZO SE INTRODUCE, PUES SEGUN SU MUJER ES UNA MARAVILLA COMO LO EXPLORA, AUNQUE ELLA QUEDÓ MUY SATISFECHA CON LA TUYA; NO ME ESPERES QUE NO SÉ LO QUE TARDAREMOS EN ELLO, PUES A LO MEJOR ME REPASA TAMBIEN OTRAS PARTES; ¡AH!, POR SI TE INTERESA, ANA MARIA SABE ESTO Y ELLA CREE QUE TE VAS A ABURRIR AQUI, Y ESPERA QUE SUBAS A DARLE COMPAÑÍA Y ALGO MÁS; SI NO OS ABURRÍS, PUEDES QUEDARTE ARRIBA, QUE YO YA LE DARÉ ALOJAMIENTO A ANTONIO; ADIOS CARIÑO, HASTA MAÑANA.
Siguiendo el consejo que me había dado, subí a casa de nuestros amigos, donde Ana María me esperaba totalmente desnuda, me calentó rápidamente, y comenzamos una nueva serie de batallas, descargando en varias ocasiones toda mi artillería, tanto en parte anterior como la posterior y alguna vez en su sensual boca. Hasta el día de hoy mi mujer parece ser que tiene alguna dificultad en su ojete, ya que no deja de visitar al oftalmólogo todos los martes y yo para no hacerle un feo a nadie, duermo esas noches en casa de Antonio; ampliamos las cenas a los domingos y Ana María nos ha dicho que lleva DOS MESES sin que le baje la regla ¿ Habrá algún Juanito en camino?