Encuentro con un militar.

De regreso a casa la adolescente Sam conoce a un joven militar, con el cual tendrá una de las mejores cogidas de su vida.

Esto que les contaré pasó hace años, para los que ya han leído mis otros relatos sabrán que estuve realizando servicios de primeros auxilios en una comunidad durante un tiempo. Y para los que no me conocen me describo para que hagan volar su imaginación; soy una adolescente delgada, alta 1.71 de tez un poco bronceada, cuerpo pequeño, pechos pequeños y un culito pequeño pero paradito, para que se den una idea, mi cuerpo es como la actriz porno Gina Valentina, solo que más alta.

Cuando finalicé mi servicio en la comunidad viajé en un camión hacía mi ciudad de origen, en el camino atravesamos un retén de soldados, los cuales hacían sus respectivas revisiones para ver que todo iba bien, en ese tramo se subieron 3 de ellos, los cuales se sentaron casi a lado de mí, giré mi mirada hacia y me di cuenta que uno de ellos me quedaba viendo, era joven, moreno y un poco alto, pero no le di importancia.

Cuando por fin llegué a mi destino me levanté para sacar mi equipaje de los compartimientos que traen los autobuses en la parte de arriba, sentí una mano en mi cintura y me di cuenta que era ese militar, el cual se había acercado a mi para ofrecerme su ayuda. Sacó mi equipaje y me indicó que bajara en lo que él me seguía con mi maleta, asi que comencé a caminar y él venía detrás mío, fue muy amable. Me entregó mis cosas y antes de irme me pidió mi número de celular, dude un poco en dárselo, pero no le vi nada malo, así que lo anoté en su celular. Llegué a mi casa, hice unas cosas y después me metí a bañar, mientras sentía el agua recorrer mi cuerpo, recordé a ese militar y el momento en que colocó sus manos en mi cintura, eso es algo que me prende mucho, también recordé el momento en que caminé hacia la salida del camión y por el cristal del frente vi como me venía viendo el culo, saben que me encanta sentirme deseada por los hombres, no pude resistir y coloque mi mano en mi vagina para después introducir 2 dedos en mi, estuve un rato masturbándome y jugando con mis pezones. Con mi mano derecha frotaba mi vagina con más intensidad y con mi mano izquierda apretaba mis pequeños pechos, seguí hasta que comencé a venirme, la ola de calor recorrió mi cuerpo y un orgasmo se apoderó de mi. Después de salir del baño me acosté en mi habitación, revisé mi celular y vi un mensaje nuevo, supuse que era el suyo, y en mi rostro se dibujó una gran sonrisa:

Conversación con el militar.

--Nuevo mensaje--

Él: Hola reina soy Hernán, el chavo que te pidió tu número en la tarde ¿Cómo estás? Disculpa, pero nisiquiera pregunté tu nombre jajaja

Sam: Holi Hernán, descuida puedes decirme Sam, muchas gracias por tu ayuda, eres muy amable.

Él: Como no serlo con una chica linda de pies a cabeza como tú.

A partir de ese momento comencé a realizar mi juego de traviesa, para los que me han leído, sabrán que me gusta calentar a los hombres, y eso es lo que haría…

Sam: Que lindo eres, pero me gustaría saber, ¿exactamente, qué parte de mi te gustó más?

Él: Todo, eres perfecta linda. – tiraba su típica labia de hombre, por lo que decidí ser más directa con mi pregunta.

Sam: ¿Pero que parte de mi te gustó más? Puedes decirme, no hay ningún problema con la respuesta que puedas darme. Jijiji

Él: Okey, te diré la verdad, la primera vez que te vi me gustaron muchos tus pechos, pero cuando íbamos bajando me gustaron mas tus nalgas, cariño mueves muy rico tus caderas.

Sam: Muchas gracias, ese pantalón me queda algo ajustado y creo resalta más mis nalguitas. Jajajaja

Él: Si que lo hace, cuando caminas mueves muy rico tus nalgas. Muero de ganas de volver a verlas. ¿Aceptarías salir a tomar algo? Yo te invito.

Saben que me gusta mucho las aventuras, y sinceramente me daba mucho morbo conocerlo más y saber que más cosas podía decirme, así que no iba dejar pasar esta oportunidad, acepté. Nos habíamos citado un sábado a las 8 de la noche en un mirador donde venden bebidas, es un lugar bonito.

Llegó el día y busqué mis mejores prendas, en los últimos días había estado haciendo calor, por lo que decidí usar un vestido de tirantes color azul oscuro, que me llega a mitad de muslos, un pequeño cachetero de encaje color negro y arriba para sentirme cómoda decidí no usar nada. Le pedí que me pasara a traer a unas cuadras de mi casa, ya que no quería mis vecinos me vieran irme con alfuien mayor,  ya que mis papás no se encontraban en mi casa. Al subirme a su carro su mirada se dirigió a mis piernas, las cuales quedaban más descubiertas.

Hernán: Wow te miras muy hermosa. - Dijo colocando una mano en mi pierna izquierda.

Sam: Muchas gracias, me da gusto que haya sido de tu agrado.

En el camino comenzamos a tener alguna que otra conversación y hacía lo mismo constantemente, colocaba su mano en mi pierna. Llegamos a nuestro lugar y nos sentamos en una mesa que está al aire libre, las pocas mesas que habían estaban separadas, por lo que al parecer tendríamos espacio para hacer algunas cositas. Pedimos bebidas y  estuvimos charlando de sus cosas y las mías, fue cuando me dijo que el tenía 25 años y yo apenas 18, pero eso se lo hizo aún más interesante. La noche transcurría y el clima me hacía una mala jugada, comenzaba a sentir frio y me sentía como mis pezones se ponían duros a causa del aire que corría y pegaba tanto en mi espalda como en mis piernas, Hernán se dio cuenta lo que pasaba y no desaprovechó la oportunidad de oro que se presentaba.

Hernan: Vaya que el clima nos está regalando una buena vista. - Dijo mirando fijamente mis pechos.

Sam: jaja ya lo creo, al parecer lo estás pasando bien.

Hernán: si, pero ambos tenemos que pasarla bien. -  Se levantó para cambiarse de lugar y ahora se sentó a lado mío, pasó su mano detrás mío para abrazarme y me dio un beso en el cuello - Creo que te gusta este juego he.

Sam: Tu lo has dicho, hay que pasarla bien.

Los besos en mi cuello me prenden con tanta facilidad y era más que obvio que mi lado puta había salido, nuevamente colocó su mano en mi pierna y yo hice lo mismo, puse mi mano sobre su paquete y sentí una gran erección debajo de su pantalon, comenzamos a besarnos y yo ya estaba más que caliente.

Sam: ¿Te parece si me llevas a mi casita?

Hernán: me agrada tu idea. - pagamos y nos fuimos.

Yo estaba tan excitada, después de sentir su gran paquete tenía tantas ganas de probarlo, de sentirlo dentro de mi, tenía tantas ganas de que me cogiera, pero si mis vecinos nos veían le irían con el chisme a mis papás y me metería en problemas, le pedí que se estacionara en una calle con poca luz y donde no pasaba mucha gente, además ya era muy noche. Él sabía lo que yo quería, y en cuanto apagó el carro me volvió a besar pero ahora con más lujuria, su mano izquierda manoseada mis pechos y mi mano derecha hacía lo mismo con su verga, sentía mi vagina tan húmeda, yo estaba más que excitada, pero eso era apenas el comienzo. Bajó su mano a mi entrepierna buscando mi vagina, hizo a un lado mi ropa interior y comenzó a meterme dos dedos, no resistí más y estalle en un gran orgasmo que me hizo retorcerme en mi asiento.

Sam: Aaaay siiii que rico, sigue así que rico. - Dije mientras me corría en su mano y empapaba sus dedos de mis fluidos.

Hernán: Ven Sam, quiero ver que puedes hacer con esa boquita.

Era mi turno de hacer lo mío, baje a su entrepierna y comencé a bajar su pantalón y su ropa interior, de repente ante mis ojos salió una verga grande y gruesa, tal y como me encantan, me quedé unos segundos apreciando ese pedazo de carne que me haría feliz, comencé a masturbarlo, y recorrí con mi lengua desde abajo hasta arriba, llegué a la punta y con mi lengua comencé hacer círculos en ella, no lo pensé mucho y comencé a hundirla en mi boca, me faltaba un poco para poder meterla por completo a mi boca. Pero estaba disfrutando de esa gran verga, la chupaba con tanta desesperación, me sentía una completa puta, pero lo gozaba tanto,

Sam: Aghh aghh agh.

Hernan: Sam que rico lo haces, enserio lo chupas tan rico, venga hasta abajo. - Me tomó de mi cabeza y me la empezó a hundir más, no lo creía pero la tenía toda, la sentía hasta mi garganta y eso me excitaba más - Eso es mi pequeña puta.

Sam: aaaa que rico me encanta tu verga. - me subí sobre él, subí mi vestido e hice a un lado mi interior para que su verga pudiera entrar. - Aaay si que rico.

Primero sentí la punta en la entrada de mi vagina, y poco a poco fui sintiendo como ese trozo de carne me fue abriendo, se sentía tan caliente y comencé a cabalgar esa verga.

Sam: que rico me coges, mierda si se siente tan bien que rico.

Bajé mis tirantes para que pudiera tener acceso directo a mis pechos, los cuales empezó a tocar y a comermelos, sentía su lengua recorrer mis pezones y me excitaba aún más.

Sam: Aay que ricoo siii cómeme mis pequeños pechos

Hernan: Desde la primera vez que te vi me encantaste y tenía tantas ganas de cogerte.

Sus palabras me calentaban aún más y brincaba más fuerte sobre su verga, fue cuando me indicó que se iba venir, me bajé y me senté en el asiento del copiloto, me agache y metí su verga en mi boca, la estaba chupando cuando comencé a sentir su semen en mi boca, era mucho y estaba tan caliente, como me encanta.

Me aseguré que todo había quedado en mi boca, tragué un poco y lo demás comenzó a brotar de mis labios, cayendo hasta mis pechos. Me acomode mi vestido, me despedí y bajé del carro para ir a mi casa, fue una de los momentos más excitantes que había pasado, al meter a bañarme me volvi a masturbar recordando lo que había sucedido minutos antes, salí de la ducha y quedé dormida.

Despues de lo sucedido seguíamos mensajeandonos, pero por cuestiones personales nos vimos muy pocas veces, pero será en otro relato. Espero les haya gustado, saben que pueden mandarme un mensajito a mi correo y los estaré leyendo

tarvix321@gmail.com

Besitos.