Encuentro con mi Señor VII

Continua

No sé qué hacer, esto me está matando, él no ha dicho nada, yo me levanto para recoger lo mío e irme, he fastidiado el encuentro, pero él me detiene agarrando un brazo mío cuando me estaba encaminando hacia fuera de la habitación.

-Nadie te ha dicho que te puedas irte

  • Es que.. Pensaba que.. Ya no te interesaba y bueno que... La he fastidiado

  • Tu declaración me ha pillado un poco de sorpresa pero algo ya me olía, ya te he dicho más de una vez te conozco más de lo que te parece, pero algo te voy a decir, no me gusta que no seas sincera conmigo y menos contigo misma, y más si queremos que esto funcione y siga adelante, no quiero tener que llegar a estos extremos para que me digas lo que realmente sientes, no soy adivino de lo que sientes. En cuanto a lo que piensas, si no te quisiera como sumisa tiempo he tenido para decirlo y no puedes ir dicidiendo por mi lo que crees que me puede gustar de una sumisa o porque piensas de esa forma me va a dejar de gustar, pues te equivocas, lo único que haces es engañar a mi y a ti, y no muestras una confianza plena en mi, con esto en la mesa no es posible que cuaje esto. Y me da mucha rabia que pienses que me decepcione el hecho que no tenga una entrega total como tu defines, yo no quiero una persona que me diga si a todo ni me obedezca en todo, ni que viva por y para mí, puedes ser una persona independiente ante los demás pero que entre nosotros dos si que haya una entrega en cuanto a tu persona, sentimientos y pensamientos, que compartas lo que sientes y opines, no hace falta decir que siempre con tu respeto. En cuanto a obediencia sabes que eso te lo dejo a ti, luego ya sabes lo que conlleva cada acto de desobediencia, salvo que me motives muy bien que es uno de tus límites inflanqueable. Y en cuanto al dolor y prácticas extremas hay que definir mejor lo que son, porque que yo sepa decías que algunas cosas no ibas a hacer, como es tragar mi semen, y lo has hecho, o que no te folle el culo y lo he hecho, y por ejemplo con dolor algunos dirían que eso sería la cera y has probado con jugar con las velas, que algunos consideran que es de dolor, lo que dices es muy vago, pero tienes que tener claro que nunca pasaré la ralla de aquellos límites infranqueable pero de aquellos que se puedan y que me apetezca probar a pasarlo no tengas dudas en que lo haré. Quiero que entiendas que no todos los Amos somos iguales ni al igual que las sumisas son iguales, podemos tener algún común denominador pero no nos regimos todos por el mismo patrón, y creo que te he demostrado muchas veces que soy alguien justo, que no te he dicho ningún momento que seas mi esclava o una muñeca, ni nada por estilo, es más que nuestra relación nunca debe afectar a las otras esferas de nuestras vidas, así que creo que dejo bastante claro que me gusta que seas mi sumisa, y me gusta tener como reto domar esa actitud rebelde que dejas aflorar de vez en cuando, aunque a veces me halta tu actitud, a la hora de ser indecisa o cuando tomas las cosas a medias, yo tendré paciencia y no tengo ningún inconveniente en decir lo que piense o sienta, y espero que por tu parte si tienes confianza en mi que hagas lo mismo. Ahora te dejo para que pienses qué quieres tú, si seguir adelante conmigo recorriendo este nuevo camino, que te enseñe a llegar lejos, y a ser la mejor sumisa o tomas esta experiencia como algo a olvidar. Y en parte te digo que igual te escusas en eso porque temes a que te guste o tienes miedo a ir fuera de tu zona "convencional" o de comodidad. En cualquiera de las 2 opciones no me voy a enfadar ni nada, pero antes de decirme la decisión que has tomado tienes que tener claro lo que quieres realmente y hasta donde estás dispuesta a llegar, sin tener eso claro no vamos a llegar a ningún sitio y será frustrante para los dos. Y es lo último que queremos los dos, cuando tengas claro me lo dices.

Él se viste, y se va de la habitación, dejándome espacio. Todo esto lo he estado escuchando de pie, algunas cosas ya las sabía porque ya me lo había dicho y escrito más veces, otras me han pillado un poco más de sorpresa, él tiene razón, me falta dar ese salto de tener confianza, así como que algunas excusas son el miedo a lo que pueda sentir, a no estar a la altura de lo que se me pueda pedir o ir más allá de lo que es convencional, lo socialmente aceptable, al qué dirán los demás... Sé que me gustaría seguir siendo su sumisa en sus manos, y yo me esforzaría por complacerlo, que sin esta parte de mime sentiría incompleta, lo único que me falta es coraje para tomar la decisión final. Estoy un buen rato dando vueltas a las 2 opciones, al final me decido, y sé que no me arrepentiré aunque esto no salga adelante. Me dirijo al salón, donde se encuentra él, me pongo de rodillas ante él, como a él le gusta, con las rodillas separadas, manos atrás, ofreciéndome.

  • Senor, ya lo he pensado.

Levanta su mirada hacia mi, tiene una gran sonrisa, en ese momento me parece la más cálida, sabe que he elegido estar con mi Amo, pero me pregunta sobre ello, quiere que lo exprese en voz alta.

  • Señor, quiero quedarme con usted, ser la mejor sumisa posible, sé que habrá momentos que tendré dudas pero no dude que tengo mi confianza en usted Señor, tenga paciencia y con el tiempo le iré llamando Amo.

  • Bien, me alegra saberlo, y sé que pondrás tu empeño en ser la mejor sumisa, yo voy a estar para guiarte en esos pasos.

  • Gracias

  • Ahora, deberíamos ir a la cama, que se nos ha hecho un poco tarde, primero recoger, y luego ducha.

  • Sí mi Señor.

Lo recogemos todo en un santiamén, dejamos todo en su sitio, volvemos tener entre los 2 una conversación fluida, a mí que no me gusta recoger o que lo dejaría para otro día pero se me hace corto a pesar de que en todo momento estaba sin ropa, y había algún que otro momento que aprovechaba para sobar un poco lo que él considera que es suyo. Cuando me voy al baño para duchar me indica que no cierre la puerta, yo le obedezco, me doy una ducha caliente relajante, tras enjabonarme casi todo el cuerpo me vuelvo a mojar, sólo me queda por limpiar y quitar el plug, cuando iba a preguntarle si me lo podía quitar ya, él entra sin nada de ropa, me sigue sorprendiendo verle así.

  • Deja de mirar, que yo también quiero ducharme.

  • ¿Le enjabono ?

  • Tentador, venga hazlo, pero mi pene lo tienes que limpiar de otra forma

  • Sí Señor, ahora mismo

Le mojo primero entero, así como también al tener el agua en mi poder me entra tentación de jugar a salpicar en su cara, él me mira con advertencia, paro, y le enjabono por todo el cuerpo bien, cuando ya le he quitado todo el jabón me arrodillo, meto su pene poco a poco por la boca, no me cuesta mucho ponérselo duro, me marca el ritmo ya no pellizcando a mis pechos sino que me ha cogido de la cabeza, hay momentos que me falta aire para poder respirar, pero al final se corre, yo me trago casi todo, no puedo evitar que parte se me escurra y caiga por los pechos, me levanto, le planto un beso, él me corresponde, pero enseguida se separa, me gira y me propina varios azotes en la piel mojada.

  • Perrita mala, se traga todo, no dejas un poco para que me lo coma yo

  • Creía que igual quería probar cómo era su sabor, como hace conmigo Señor

  • ¿Volvemos a modo juguetona? - me pregunta mientras me sigue dando varios azotes, sin ser fuertes - ¿Tú crees que puedes hacer lo mismo que yo?

  • au, no Señor, ha sido una broma

  • Pues de muy mal gusto, y que no se te olvide que yo soy tu Amo y tu mi sumisa, y quien decide aquí soy yo y tú sólo obedecer, ¿entendido?

-Sí Señor, muy claro.

  • Bien de rodillas mostrando el culo, ya es hora de quitar el plug, pásame la alcachofa.

Da un tirón al plug, se me escurre su semen, es raro volver a sentir mi agujero sin nada, pasa el agua por allí, a puesto la alcachofa de tal forma que salga un chorro potente, primero apunta dentro del agujero, como si quisiera llenarme de agua, me muevo por la incomodidad, me ordena quedarme quita, pasa sus dedos por mi coño, por el juego anterior lo tengo de nuevo mojado.

  • Hay perrita, ni con una ducha te ayuda a dejar de estar en celo, qué mojada y abierta estás a mi, pero ya te he dicho que no te voy a follar.

  • Jooooo, perdón Señor

  • Muy bien perrita, vas aprendiendo - me dice mientras me apunta ya el chorro a mi clitoris, en este momento estoy tan excitada, quiero y necesito que me folle - Bueno, ya basta de derrochar el agua, venga secate y esperame en la cama

En estos momentos estoy apunto de mandarle a la mierda, a veces pienso que es bipolar por dejarme con las ganas pero le obedezco, me seco lo mejor que puedo, me voy a la cama sin nada, le espero ya dentro de la cama, doy vueltas a la cama mientras le espero, no consigo conciliar el sueño, me parece que la excitacion es notable porque lo noto por mis muslos, que en cualquier momento puede ir a parar a la sabana de la cqma, y pensando en si me hubiera follado, aunque sólo con sus dedos, habría aliviado esto. En eso que estoy dando vueltas a la cama que él aparece, quita las sábanas de encima.

  • Manos encima de la cabeza y piernas separadas

Le obedezco, pasa sus dedos por la sabana y luego por mis pliegues, y por último lo chupa.

  • ¿A mi sumisa se le ha olvidado secarse o es que no puede mantenerse seca?

-...

  • ¿Se te ha comido la lengua el gato?

  • No Señor

  • Entonces qué me dices

  • Que estoy así por culpa suya Señor

  • Pues ahora lo soluciono, pero luego a dormir eh

  • ¿Lo va a hacer Señor?

  • No, tengo una idea mejor, te secaré con la lengua, a veces es más efectivo que una toalla. - esto me dice mientras se coloca entre mis piernas, cuando entiendo que quiere hacerme un sexo oral, con su boca cerca de mi coño, me intento incorporar y juntar las piernas - quieta.

  • Es que no creo que sea buena idea que haga esto, me da mucho apuro, y si se encuentra con algún pelo, y si se lo traga, o si le doy una patada sin querer o si me entra gana de ir al baño...

  • Tranquila que no va a pasar nada, y me hace feliz ser el primero en hacerlo.

  • Señor, por favor...

  • ¿No me negarás mi placer, no? ¿Aquí quién decide?

  • No Señor, y usted es quien decide, yo sólo obedezco

  • Bien, ahora relájate, disfruta y se agradecida. Y si me encuentro algún pelo ya sabes de quien es la culpa.

  • ¿y qué hago yo mientras hace eso?

  • Pues quedarte quieta y calladita, salvo que sea para agradecer y oírte gemir.

  • Lo intentaré Señor.

Mi Amo me abre más las piernas, se acomoda, yo le observo con espectación, con una de sus manos me hace el gesto de que me tumbe de nuevo en la cama, ofreciéndome por completo a él, lo hago, me quedo mirando al techo y los lados, no consigo relajarme mucho, pero el buen labor de mi Amo me hace soltar algún que otro gemido, yo me intento contener mordiendo los labios, pero me vuelve loca, cuando siento que me puedo correr o tener ganas de ir al baño me intento incorporar para impedir que continúe; sin embargo él me lo impide agarrando las piernas para que no me mueva.

  • Señor, se lo agradezco mucho, pero creo que tengo ganas de ir al baño

  • Has estado hace nada, y yo creo que no es eso, calladita y quieta

No soy capaz, tengo muchos nervios de que no sea la sensación de correrme, las otras ocasiones han sido una sensación buena y más suave, pero esto es más una corriente que si dejo fluir no lo voy a poder parar, me intento mover, me medio incorporo, mi Amo sin decir nada, coge las esposas que tenía en alguna parte de la mesa y me las coloca en la cabezera de la cama imposibilitando que me vuelva a incorporar y me dices que si me sigo resistiendo mis piernas va a terminar con el mismo destino. Vuelve a atacar a mi coño y clitoris con su lengua y su boca, de vez en cuando me da pequeños mordiscos, cada vez lo hace con más intensidad o asi me lo parece, hasta que no me aguanto y dejo fluir todo lo que tengo.

  • Sumisa, esto si es correrse, y sólo con mi lengua, imagínate mi pene allí dentro.

  • Gracias mi Señor.

  • De nada mi traviesa sumisa, ahora si que hay que dormir.

Me da un beso, yo le correspondo, tiene restos de mi, me suelta las manos, apaga su luz, rodea su brazo por mi cintura.

  • Muchísimas gracias Señor por todo lo vivido en el día de hoy. ¡Qué tenga dulces sueños y a descansar mucho! ¡Buenas noches Amo! - esto último lo digo ya en un susurro.