Encuentro con mi profesor 1.

Os cuento como la relación con mi profesor se fue haciendo cada vez mas fuerte... hasta que un día ocurre, me regala esos momentos inolvidables que se repitieron casi 100 veces mas, cuanto me hace disfrutar y que feliz estoy, por haberlo conocido . Ya sabéis que respondo a todos los e-mails,besitoss

Hace bastante tiempo que no escribo, quizás  porque os he abandonado un poco pues desde que empecé la universidad me he limitado a vivir un poco mi vida de universitaria, pero sobre todo a estudiar y sacar mis estudios adelante. Al comenzar  la universidad, todo es nuevo, la ciudad, el piso, los compañeros, los amigos, los lugares de fiesta, comienza la independencia, la vida alocada, en fin… si habéis pasado por esto, me entenderéis perfectamente.

Mi vida estaba un poco ‘desordenada’ en estos tiempos y me atrevería a decir que aun no he terminado de ‘recoger y ordenar cada cosa en su lugar’ y además durante esta nueva etapa,  he vivido experiencias que iréis conociendo poco a poco. Comenzaré con una situación, que me ha pasado justo al acabar el curso, con uno de mis profesores y casualmente, como en muchos relatos he leído, con mi profesor de Educación física.

En primer lugar comenzaré a describiros un poco como es el, es un chico de 30 años, moreno, alto, no tiene gran cantidad de pelo, tiene una sonrisa preciosa, los ojos color miel, a veces con reflejos verdes, su cuerpo es atlético, no tiene unos bíceps impresionantes, pero su cuerpo es tal y como me gusta, pues obviamente se cuida y hace mucho deporte.

Por otro lado estaba yo, una chica normal, morena, mis ojos son azules. Mi pelo es bastante largo, pues casi por la mitad de la espalda, castaño con reflejos claritos, mi cuerpo está bien, mido 1’60 y peso exactamente 61 kg, hago mucho deporte, mis pechos son grandes , tengo una talla 100C y mi culo es más bien pequeño aun que redondito y bien colocado.

En las clases Martín,  siempre ha sido muy exigente, las cosas le gustan hechas perfectas y siempre haciéndonos notar que él era el profesor, el que mandaba, como una especie de actitud  ‘macho dominante’. Nunca pensé que él se fijaría en mí, siempre la relación con todos ha sido distante, pues obviamente como una relación de profesor-alumno. Conforme el curso iba avanzando, entre nosotros se iban cruzando miradas, a veces sonrisas coquetas por mi parte y aun que el intentaba disimular, se le notaba a distancia que estaba loco por estar conmigo a solas, quizás le pone lo prohibido, ya lo ireis descubriendo.

Comenzamos solo con un pequeño tonteo cuando teníamos la posibilidad, por ejemplo, cuando el nos mandaba a todos a la pista exterior, (pues había una pista interior para los días de lluvia y una pista exterior, con una especie de campo de futbol sala) en ese momento en el que nos mandaba fuera yo aprovechaba obviamente para cualquier cosa, beber agua, atarme los cordones, agarrarme una cola en el pelo… al principio, él me decía ‘¡vamos, continua con tus compañeros te estás quedando atrás!’ pero entre frase y frase nos mirábamos, nos sonreíamos… y yo le contestaba , ‘tu mandas, como siempre’.

Las clases continuaban y la confianza entre nosotros, iba aumentando como es natural, pues ya no me decía que estaba  dejando atrás a mis compañeros, ya se acercaba y me agarraba de la cintura, me tocaba el pelo, o me miraba de arriba-abajo un par de veces, con solo mirarle los ojos sabía lo que me intentaba decir.  A mitad del curso, cuando acabó su clase como era de costumbre nos tocaba asearnos en las duchas, ese día había notado a Martin raro, estaba desmotivado, triste y algo agobiado. Aun que siempre era la última en acabar(porque era una tardona y mis compañeras me esperaban por lo menos 10 minutos mas y hasta que Martín no se enfadaba no solía apresurarme) , ese día sí que era mi intención quedarme la ultima.

-          ¿Cuándo vas a salir del baño? ¡Vamos tía, sabes que habíamos quedado con las compañeras para ir a tomar algo al bar de la esquina! – me decían mis amigas.

-          ¡Cinco minutos y salgo! – Les grité, pero en realidad en mi mente no paraba de plantearme (- como les digo que se vayan, que no me esperen….- pensaba dentro de mí.)

Cogí el teléfono e hice como si mi madre me llamaba.

-          Hola mama, olvide que habíamos quedado nos vemos en media hora vale? Estoy saliendo de deporte y tengo que prepararme.- fingí mientras me liaba la toalla en el pelo.

-          Chicas lo siento, no me acordaba de que mi madre me esperaba hoy, nos vemos en la noche ¿vale?, ¡lo siento mucho!- les mentía de nuevo.

-          Vale no te preocupes luego nos vemos, pásalo bien!- me dijeron mis amigas.

-          ¡Gracias chicas! – les contesté mientras terminaba de vestirme.

Al salir no vi a Martín por ningún lado, me parecía raro que no me hubiera reñido por estar tanto tiempo duchándome. Me dirigí hacia su despacho y llame a la puerta.

TOC TOC…

-          ¿Qué quieres?, si ya has acabado de ducharte vete. – me dijo con tono despectivo.

-          ¿Qué te pasa?, ¿Por qué están tan borde? No me hables así.- le conteste enfadada.

-          Será mejor que te vayas hoy no estoy de humor además, tu madre te está esperando.- me dijo sin mirarme ni una sola vez a los ojos.

-          No he quedado con mi madre  me quedé aquí porque te vi toda la clase triste y estaba preocupada ¿vale?. ¿Qué es lo que te pasa?. -  le respondí mientras me sentaba en frente de él.

En ese momento me miro a los ojos,  y vi en su mirada que realmente lo estaba pasando mal…

-          Le cogí de la mano y solamente le dije, puedes contar conmigo.

Me levanté y le abracé y en ese momento me dijo.

-          Esto era justo lo que necesitaba, un abrazo. Discutí con mis hermanos, ellos cuidan de mi madre, porque la han operado hace unos meses y me necesitan, pues yo con mi trabajo no me puedo permitir viajar hasta Sevilla.

-          Vete con ellos este fin de semana, habla las cosas te entenderán, explicase lo todo y dile que ya apenas te quedan  dos meses de trabajo.

-          Eso intentare hacer, además estoy un poco depre pues el cambio de ciudad, el dejar a mis compañeros anteriores con los que he pasado muchos años y tal, no sé la verdad es que necesitaba hablar con alguien.

-          Si quieres podemos ir a tomar algo… yo puedo escucharte y estar contigo un ratito.- le dije sobre todo, porque me moría de ganas de estar con él, y llevaba meses que no paraba de pensar en el.

-          Nos pueden ver juntos y ya sabes, que estas relaciones están totalmente prohibidas.- Me contestó, aun que se le notaba que él también se moría de ganas por estar conmigo a solas.

-          Venga ya Martin, nos quedan dos meses juntos, pues el año que viene ya no me das clase, además vamos a tu piso, hablamos de lo que tú quieras no sé, quizás lo necesitas tú más que yo…

Tras  unos minutos, me dijo que fuera andando hasta una calle poco transitable, que estaba a unas manzanas de tu piso donde él me recogería.

Llegamos a su piso y en realidad, me impresioné, lo tienes todo hecho una monada le dije. Miraba como impactada los colores, el orden, la distribución… todo me encantaba.

-          Llevo aquí poco tiempo, pero mi madre ha trabajado mucho en el diseño y me amuebléa su gusto el piso anterior  hace unos años   todo me lo traje aquí.

-          Es súper bonito…

-          Bueno toma asiento, ¿ qué quieres de beber? , un té , una coca cola, agua, café…

-          Un café con hielo si puede ser.

-          Eso está hecho- Me sirvió, y se sentó a mi lado en ese sofá tan grande color rojo granate, en el que cabían unas 6 personas, y estaba colocado en semicírculo.

La conversación se hizo larga, nos tiramos las horas y las horas hablando de él , de mí, de nuestras familias…

-          Ojalá te hubiera conocido antes, Ojalá fueras 5 años mayor, necesitaba tanto esto, hablar con alguien, reírme…

-          Yo también lo estoy pasando genial, le dije mientras le sonreía.

Su mano comenzó a recorrer mi pierna, empezó por la rodilla, subiendo hacia mi coño mientras se acercaba a mi boca. Le besé, fue un beso apasionado, donde nuestras lenguas se entrelazaron varias veces, nuestra respiración se aceleraba, teníamos ganas, pero no se lo iba a poner tan fácil y justo cuando su mano llego a mi coño, se la cogí, lo miré, y le dije:

-          No soy como crees, yo no soy tan fácil.

Parece que le encantó, ¡MENUDO PAQUETE SE LE HABIA PUESTO CON SOLO UN BESO, ESTABA COMPLETAMENTE EMPALMADO!.

Me cogió de la  cintura, se acerco a mí y comenzó a besarme desesperadamente y yo le correspondí, entre choques de lenguas le dije:

-          Sabes que tendrás que ganártelo.

-          No sabes cuánto me gustas, cuantas ganas tengo de hacerte pasar uno de los mejores ratos de tu vida…- me dijo con una cara de cachondo, que ni si quiera él se la imagina.

Yo solo me limite a sonreír, justo en ese momento me sonó el móvil, eran las once y media de la noche , ¡ cómo había pasado el tiempo!, me llamaba Sara. Martín me pidió por favor que no lo cogiera, que no me fuera, pero mi amiga estaba preocupada por mí, ella sabía perfectamente que no estaba con mi madre.

-          ¿ tía donde coño estas? Mira las horas que son.

-          Estoy de camino Carla no tardare en llegar.

-          Ya es tarde, ¿quieres que vaya a por ti?.

-          N…..no no, no te preocupes, no estoy lejos y aun estoy con mi madre.

-          Vale pues ahora nos vemos, no tardes!!

La cara de Martín era un poema, aun que sé que no puedes, me encantaría pasar la noche contigo- me dijo con una sonrisa en los labios.

-          Mañana nos vemos, como siempre, en clase. Ya te dije, que tendrás que ganarte el pasar la noche conmigo o hacerme vivir esos  momentos tan inolvidables que prometes..

-          ¿te llevo? Ya es demasiado tarde…

-          Vale, me dejas unas calles antes de llegar a casa, Carla puede estar en la puerta.

Me llevó a casa, nos despedimos con un beso y me dio su número de teléfono.

Esa noche llegué a casa, con las bragas completamente mojadas, excitada, deseaba con todas las ganas del mundo, follarme a Martín, pero no podía ponérselo tan fácil, al fin y al cabo, era mi profesor, aun que eso si, mientras pensé en el me toque mi clítoris, me metí mi consolador de 18 centímetros por mi coño, mientras me vibraba mi clítoris, tuve uno de los mejores orgasmos de autosatisfacción de mi vida...

Pero el polvo pendiente se dá , no solo echamos un polvo, echamos cientos más y nos hemos visto muchas veces más... Pero todo esto lo contare en la segunda parte, así que si te ha gustado, te advierto, de que esto no es nada comparable con la 2º parte!!!

SI OS HA GUSTADO TANTO COMO A MÍ VIVIR ESTA EXPERIENCIA, DEJADMELO EN LOS COMENTARIOS, VOTAD Y ESCRIBIRME UN CORREO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!