Encuentro con dos buenos amigos

Una decisión arriesgada me salió bien para disfrutar como deseaba.

ENCUENTRO CON DOS BUENOS AMIGOS.

Andrés y Daniel son dos amigos con los cuales hacía meses había tenido la agradable experiencia de follar con los dos en casa de mi hermana. Me habían llamado muchas veces para repetir, pero al no contar con la colaboración de mi esposo, aunque me apetecía les daba excusas.

Mi amiga Teresa también había compartido conmigo a los chicos y a mi marido. Las dos deseábamos una nueva cita con Andrés y Daniel pero la negativa de mi marido a las dos nos frenaba.

La oportunidad llegó cuando mi marido tuvo que salir de viaje cuatro días.

Enseguida mi amiga y yo hicimos planes, llamar a los chicos y alquilar un apartamento tres noches para disfrutar juntas con ellos.

Recibimos a Daniel y a Andrés en nuestra primera cita muy sexy, con un conjunto de ropa interior transparente negro con encajes, zapatos de tacón y medias sujetas al muslo. Cenamos después de pasar follando dos horas los cuatros, desatando toda la pasión contenida.

Quedamos al día siguiente y repetimos otra maravillosa sesión pero más intensa y larga.

Todavía tenía una tercera cita para disfrutar cuando mi amiga Teresa me llama al medio día y me dice que debe suplir una baja en su trabajo y esa tarde noche no podía estar allí con todos. Teresa como buena amiga me animó para que no faltara a la cita y que disfrutara sola con esos dos encantadores amantes. Estaba dolorida después de pasar dos días de intensas relaciones pero motivada ante la oportunidad de follar sola con los dos.

Sin avisar a los chicos cuando llegaron les di la noticia de que esa noche estaba sola. Andrés me dijo que no me iba a dejar sola con su amigo aunque sabía que Daniel era mi debilidad. Le besé en los labios, le decía que quería a los dos y que no era la primera vez que me follaban juntos.

Agarré a los dos y les llevé a la cama, estuve dos horas entregada follando jugando con sus pollas.

Estaba tumbada descansando después de una intensa doble penetración, cuando sonó mi teléfono. El número que llamaba era el de mi casa, sorprendida, recuperaba el aliento como podía.

Desde casa estaba segura que era mi esposo el que llamaba, sin saber que hacer en unos segundos tomé la decisión de contestar. Tarde o temprano iba a descubrir que estaba con algún amante, tenía que afrontar la verdad ser digna y afrontar la verdad.

Hola cariño donde estás, me dijo. Hola amor, ¿estas en casa? contestaba Pude adelantar la vuelta ¿Dónde estas? ¿Qué haces?

Tardé unos segundos en contestar, suficientes para que el se diera cuenta que me había pillado con alguien.

Me levanté de la cama salí de la habitación para hablar con mi marido, con naturalidad le dije lo que hacía y con los amigos que estaba. Sabía que había jugado fuerte y tenía que arriesgar. Mi esposo hizo un silencio eterno para mí, de pronto dijo. Bueno me invitas a tu fiesta, me dices la dirección y voy o también si prefieres podías venir los tres a casa.

La fiesta no es sola mía, espera amor que pregunte, entré a la habitación sentada al borde de la cama, hablaba con los chicos. La situación para mi fue muy excitante me parecía un sueño, Andrés y Daniel sorprendidos por la propuesta que hacía, decidieron aceptar que mi marido viniera. Le di las señas de donde estábamos y que trajera hielo.

Andrés y Daniel no sabían que hacer, les dije que se dieran una ducha y que debían esperar desnudos en la cama. Yo también me di una ducha, me puse el sujetador el tanga, medias y tacones para recibirle.

Abrí la puerta, su mirada feliz enseguida me hizo sentir muy bien. Nos fundimos en un apasionado beso en la boca recorriendo con caricias mi cuerpo por todas partes.

Hola bonita ya estoy aquí, mi amor gracias le dije. Llévame a la fiesta te deseo, pegada a el entraba en la habitación donde esperaban mis otros dos amantes. Se saludaron como buenos amigos, mientras le sacaba la ropa a mi esposo Andrés y Daniel sobaban mi cuerpo metían sus dedos sus manos por mis agujeros.

Agarraba sus pollas las frotaba en las manos besaba a uno a otro en la boca y volvía a besar a mi marido. Subí a mi marido a la cama, mamando su verga y la de Daniel juntas.

Tumbé a Andrés en la cama subida de espaldas a el metí su polla dentro de mí follándome muy bien sin parar de mamar esas dos pollas. Andrés me dilataba el ano con sus dedos sobaba mis pechos y me ayudaba a mantener las dos pollas en mis pechos.

Saqué la polla de Andrés, la puse a la entrada de mi culo clavándola toda despacio. Miré a mi marido y le ofrecí follarme el coño, me besó en la boca y me dijo que siguiera mamando su verga. Daniel metió su polla despacio mientras iba saliendo la de Andrés un poco de mi culo. Sin llegar a dejar escapar sus pollas dentro de mí, sus penetraciones tan ricas me volvían loca de placer de gusto, devoraba la polla de mi marido apasionada. Penetrada movía la cintura lo más que podía, animada por sus jadeos por las palabras por los gestos de placer que los tres compartían unidos a mí.

La leche caliente de mi marido llenó mi boca, tragué bastante semen y tuve varios orgasmos. Saqué su polla de la boca para respirar, salpicando mi cara, su corrida parecía no tener fin. De nuevo la metí en la boca saboreaba toda la leche que soltaba.

Andrés y Daniel me tenían bien sujeta me follaban divinamente sin parar, después de follarme esa noche y en las otras, me sentía unida a los dos. Seguí follando con ellos, mordía mis pezones con Daniel, me tumbaba sobre Andrés su polla entraba y salía de mi culo divinamente hasta que me volvía loca de tanto placer de tantos orgasmos. Nunca había llegado a sentir tanto placer follando así. Andrés se corrió dentro de mi culo y Daniel entre mis pechos, mamé su verga que soltó muy poca leche.

Agotada descansamos un buen rato, me fui a la ducha, al salir Andrés me dijo que se marchaba. Miré a mí marido y a Daniel, ellos deseaban seguir y después de recuperar fuerzas volví a follar dos veces esa noche.