Encuentro casual (ninna, 1ª parte)

De como empecé con la niña que tuve antes que a Mi Maria. En esta entrega no existe ningún momento de sexo explícito pero espero que os llegue la relación D/s que empieza a forjarse.

Queridos lectores; tengo la intención de ir desgranando poco a poco los recuerdos que conservo de Mi relación con la sumisa que tuve a Mi servicio antes de estar con Mi dulce Maria.

Estos relatos serán el compendio de esos recuerdos y son, en la medida de lo posible, veraces.

Os adelanto que he cambiado los nombres de las personas por nicks que no corresponden a como nos/Me llamábamos en ese momento pues no tiene nada que ver con la posterior evolución del BDSM en España.

Cada uno de los recuerdos llevará como subtítulo ninna… parte para su mejor y más fácil identificación.

Espero que los disfrutéis.

Introducción

Estoy en un taxi, son la 1 y 10 de la madrugada de jueves en Bilbao y a acabo de llegar la puerta de un conocido pub en el que va gente a “ligotear”… a buscar un rollo de un momento.

He tenido un mal día y no tengo la cabeza para casi nada así que Me he decidido a ir con objeto de divertirme y distraerme viendo las evoluciones y maniobras de los unos y los otras. Para poder dejar volar Mi imaginación mientras disfruto, sin otra pretensión, de una velada adecuada.

Necesito distraerme y distanciarme; relajarme y pensar con claridad y tranquilidad en la situación que tengo en Mi vida tanto profesional como familiar con el fin de poder tomar las decisiones más adecuadas.

Voy vestido, como es habitual en Mí, de traje y corbata pero el que llevo hoy puesto creo que Me sienta realmente bien; encima llevo un gabán a juego y, sinceramente, creo que voy realmente elegante.

Pago, bajo del taxi y empujo la puerta del local, la música disco llena Mis oídos; miro el ambiente y sonrío, es lo que estoy buscando; Me voy al fondo de la barra y pido un combinado; con un único movimiento, Me siento en un taburete y Me vuelvo para observar la gente que hay.

Cómo Me había parecido mientras entraba, no hay demasiada gente cosa que no Me extraña pues es jueves: varios grupos pequeños de hombres (de dos o tres integrantes) más o menos de Mi edad (unos 35 años) o mayores y dos grupos más grandes (uno de 7 y otro de 10 miembros) de chicas de unos 30 años que están bailando en la pista; no soy el único que esta solo pero los otros “solteros” están intentando bailar y… ligar.

Me sonrío, no creo que ninguno de los que están en la pista consiga nada; las chicas se cierran entre sí; juegan como que les van a dejar entrar pero no es cierto, bailan ellas solas.

Una chica de cada grupo se dirigen a la barra e, instantáneamente, los que están cerca de donde llegan intentan abordarlas; veo que una de las que ha llegado (del grupo pequeño) deja que las inviten y mantiene una conversación animada; quizá esos dos consigan algo pues se sientan a la mesa del grupo de chicas aunque apuesto conmigo mismo 3 a 1 a que solo consiguen irse a casa calientes y con el bolsillo más vacío.

Los de los otros dos grupos que se acercan a la otra chica se quedan con un palmo de narices. Me sonrío; éstos sí que irán a casa con la bragueta caliente a menos que se busquen una salida.

Voy tomando nota de las evoluciones que van haciendo las personas y al grupo mixto que se ha formado se unen otros dos hombres. Alguna de las chicas están molestas y lo demuestran dejando a los chicos que se han unido con la palabra en la boca, pero ellos están felices… hay más de una chica con la que ligar esa noche.

Dirijo Mi mirada al otro grupo femenino, en él hay mayor actividad. También se les han unido 4 personas de sexo masculino pero es evidente que no todas, ni mucho menos, están satisfechas con la compañía; Me sorprendo a Mi mismo mirando fijamente a dos de ellas que bailan y rechazan el acercamiento de los que están con sus amigas.

Una de ellas Me ve y cuchichea algo al oído de su amiga; la otra se ríe por lo bajo y se dirige hacia donde Yo estoy sentado (a pesar de tener tramos de barra mucho más cercanos) sacando a relucir sus “poderes”, consistentes en una buena y poderosa figura adornada por un buen par de tetas.

Llega, Me mira y dice:

-       ¿Puedo sentarme??.- mientras menea su melena morena y señala el tburete que se encuentra a Mi lado.

-       Claro que puedes; está libre.- contesto seco y dando por terminada la conversación

Se sorprende con Mi respuesta lo que Me da tiempo para volverme hacia donde su amiga sigue bailando; veo como ésta se para en medio de la pista mientras se queda con la boca abierta al ver el corte que le he pegado a su amiga, lo que Me da tiempo a examinarla bien; es otra morenaza (la segunda incluso de piel) aunque esté demasiado delgada para Mi gusto.

No puedo contenerme y la hago un saludo con la copa, momento en el que Me doy cuenta de que está vacía; Me vuelvo hacia el camarero y le pido que Me ponga otra; la que está a Mi lado abre la boca para hablar y Yo la corto:

-       Nunca invito a desconocidos o desconocidas sin haber hablado antes con ellos o ellas y ver si lo que deseamos es compatible.- la digo.- Y… no, no basta con que Me digas cómo te llamas.

La aludida cierra la boca bruscamente y veo en sus ojos que la he ofendido; Me encojo mentalmente de hombros, Yo no he ido a ligar.

Sin embargo, no se separa de Mi lado.

-       Me llamo izala.- Me dice con acento andaluz.- ¿y tú???

-       A Mi, en Mis ambientes Me conocen como Txiria y… pocas niñas Me tratan de tu.

Veo en sus ojos un brillo de incomprensión mientras en Mi interior Me rio de que veo que no entiende nada y que se sorprende de ser rechazada a pesar de mostrarme claramente que ella sí que está dispuesta a ver si hay algo en común.

Me vuelvo hacia donde está la otra niña y veo que se está partiendo de risa al ver que los esfuerzos de su amiga no la conducen a nada.

Levanto Mi copa, ahora ya llena, a modo de saludo y ella Me devuelve, esta vez, una inclinación de cabeza. Interiormente, Me sonrío.

-       ¿Sabes? .- vuelve a la carga la amiga.- me parece que eres una persona muy poco amable. Es más si crees que mi amiga te va a hacer caso viendo como me ofendes…

Deja la frase colgando, supongo Yo que esperando que Me irrite. Me vuelvo hacia ella, la miro, sonrío para Mi coleto y, visiblemente (muy visiblemente) Me encojo de hombros.

Lo cierto es que la chica no sabe cómo reaccionar; no entiende Mi reacción, para ella es evidente que todos los que estamos allí vamos para ligar. Ella es una mujer joven y se sabe bien parecida, no entiende que Yo no la haga caso.

Pasado el primer momento de ofuscación y confusión, opta por dejarme tranquilo y se marcha con su copa y sin haberme sacado una palabra más hacia su mesa con el resto de sus amigas.

La otra amiga, la que estaba bailando en la pista, va a donde ella y la habla consiguiendo que se calme; hecho esto, vuelven a la pista.

Acabo Mi copa, miro Mi reloj, veo que son las 2,15 y decido que ya es hora de irme pues al día siguiente Me levanto a las 6,30 de la mañana.

Pago y estoy saliendo para la puerta cuando la chiquilla que estaba bailando en la pista se Me acerca y Me dice con acento andaluz aún más marcado que su amiga:

-       Pero ¿ya zhe va? Zhi aún queda lo mejor de la noshe.

-       Quizá, pero Yo Me tengo que ir que Me levanto temprano.

-       Pueee ehz una pena que zhe vaya; zhi zhe yega a quedar… de mi amiga no hubiera lograo nada pero io… io hubiera hesho todo lo que Uzté quiziera.

Me sonrío, levanto el dedo y, señalándola, la contesto:

-       Pues sí que es una pena pues si Me llegas a decir eso con un poco tiempo, quien sabe lo que hubiera sucedido.-Me levanto con una sonrisa profunda.

Sin dejarla contestarme, y aprovechándome de su asombro por Mi descaro, deposito un ligero beso en sus labios carnosos y Me largo a la calle.

El re-encuentro.

Pasan cuatro semanas hasta que vuelvo a estar entre semana en Bilbao por motivos de trabajo.

Es martes y, por razones personales, Me he alojado en un hotel chiquito y sencillo situado en el Casco Viejo de Bilbao; vuelvo a estar airado pero mucho más tranquilo y confiado en Mis propias fuerzas que el mes anterior.

Aparco, hago el check-in y miro Mi reloj; es temprano, sobre las 21,30. Apenas he cenado y decido salir a ver si encuentro un sitio donde Me den algo.

Por estas cosas del inconsciente acabo cerca de donde estuve tomando una copa un mes antes y entro en un bar que le quedan unos pintxos y que no tienen muy mala pinta.

Pico un poco para cenar, mientras charlo con el camarero y leo un periódico; en el comedor del local hay un pequeño alboroto formado por voces femeninas.

-       ¿Parece que hoy os vais a quedar hasta tarde, ehhh??

-       Son un grupito de chicas andaluzas que llevan unos meses trabajando aquí.-Me contesta.- deben ganar bien pues vienen una o dos veces por semana; siempre los martes y/o los jueves.

-       Vaya pues sí que les debe ir bien pues Yo sé bien lo que cuesta comer o cenar de forma habitual fuera de casa.- respondo Yo pensado que las casualidades no existen.- De todas formas… parece que se lo pasan muy bien.

-       Pues sí; sí que se lo pasan bien, son jóvenes y alegres así que….- continúa la conversación el camarero mientras Me guiña un ojo.- de aquí se suelen ir a bailar a un pub cercano.

Me digo que no puede ser que las casualidades no existen cuando sale una de las chicas al WC y… ¡Bingo!! es una de las chicas que estaban con las dos que se Me acercaron el mes pasado (ventajas de una memoria fotográfica).

Se despierta Mi instinto cazador y decido jugármelo a una carta.

Pago y Me voy a tomar el café a otro lado; Me tomo un par de cafés y una copa dejando pasar un rato. En el entretanto se Me acercan un par de mujeres intentando algo pero las rechazo con amabilidad y firmeza.

Son casi la 1,15 cuando entro en el mismo pub de la otra vez con el corazón acelerado a pesar de la calma que aparento; entro y sonrío tranquilizándome inmediatamente; la chica que Me despidió el otro día está pidiendo en la barra.

Dejo Mi gabán en el guardarropa y Me dirijo a la barra a un hueco que ella tiene justo al lado; llego y ella se vuelve hacia Mi lado.

Se vuelve para llevar unas bebidas a la mesa en la que está con sus amigas y no puede disimular su sorpresa al verme.

Sonrío, la miro y digo en voz queda:

-       Vaya la que estaba dispuesta a hacer todo lo que Yo quisiera.- Mi sonrisa se amplía mientras continúo.- ¿sabes qué??? Que no te creí el otro día pero, si quieres, hoy puedes demostrarme que sí que lo harías.

Está blanca como la cal pero levanta la mirada y Me responde ligeramente desafiante:

-       Lo que dishes es fácil de comprobar; eshpérame un momentito mientras llevo estas copas a mis amigas y vemos que es lo que desea que haga aunque… lo imagino y dudo que me sorprenda.- su gracioso acento disminuye cuando está tranquila como puedo comprobar.

-       ¿Quién sabe???.- respondo dispuesto a probar.- Quizá no sea tan previsible como esperas.-se levanta para irse pero la sujeto disimulada y ligeramente por debajo del codo.- tu copa la llevas a una mesa apartada en el primer viaje, ¿entendido?

-       Sí, sí; entendido.- Me contesta al tiempo que se pone roja.

Deja uno de los combinados que iba a llevar y coge otro. Se dirige a la mesa donde están 5 amigas suyas, deja todas las copas menos una y dice algo a una de ellas (la del otro día) al oído. Seguido va a otra mesa que está solitaria en un rincón y deja el vaso que le queda en la mano.

Mientras ella se dirige a coger las tres copas que la quedan por llevar, Yo Me levanto y Me siento a la mesa en la que ha dejado su vaso.

Mientras reparte las últimas consumiciones sus amigas la gastan, de forma evidente, más de una broma a las que ella no contesta más que con una sonrisa nerviosa.

Viene hacia Mí y Yo Me muevo ocupando el asiento hacia el que se dirigía; va hacia el otro y Yo coloco Mi mano allí impidiéndola sentase. El desconcierto, por parte de la chiquilla, es intenso; no entiende lo que pasa.

-       Si quieres sentarte Me tendrás que pedir permiso para hacerlo.- la digo

Su boca se abre mitad por la sorpresa y mitad por la indignación; sus ojos se vuelven intensos y muy oscuros en un intento de taladrar Mi cabeza y de romper Mi voluntad pero Mis ojos aguantan su mirada y ella va cediendo y abate la cabeza.

-       ¿me permite shentarme, por favor?

-       En esa frase falta un complemento necesario, niña.- la digo mientras la miro con seriedad

-       ¿Cuál falta??? Es que no sé cómo hacerlo.

-       No lo haces mal para ser novata, pero te falta un “Señor”

-       ¿Señor, me permite shentarme, por favor?.- pregunta finalmente mientas se la escapa un suspiro después de dejar que su voluntad se disuelva.

-       Sí, niña, puedes hacerlo.- contesto con una gran sonrisa.- parece que sí que vas a hacer todo lo que te pida.

Se sienta roja como la grana a Mi lado pero con gran determinación.

-       Por cierto, ¿Me puedes decir dónde está Mi copa????.- la pregunto.

-       Pero, pero….-intenta contestar sin saber que decir.- ¿acasho la ha dejau en la barra???.- el tratamiento de usted la sale solo y sin que Yo se lo pida.

-       Pues, no; simplemente no la he pedido, pero bebo siempre lo mismo y, si tanto te fijaste el otro día lo sabrías como para pedirlo, ¿no crees???

Se vuelve a quedar blanca como la cera; es evidente que no está acostumbrada a que la traten así pero también se nota que la gusta este tipo de tratamiento.

En el caso de otras muchas chicas para este momento ya Me hubieran mandado a hacer puñetas pues están acostumbradas a que las traten bien y a que las inviten y las sirvan y no a que las pidan que sean ellas las que hagan los esfuerzos.

-       Puezh lo zhiento musso pero no lo recuerdo.- responde después de respirar hondo y pasar nuevamente del blanco al rojo.- ¿Le importaría decírmelo, por favor???

-       Uhmmmm.- la respondo mientras la miro de arriba abajo examinándola. Viste con un pantalón vaquero, un rebeca y una blusa en la que apenas caben sus tetas; calza botas tipo montera con grabados; el cinturón que lleva puesto tiene una gran hebilla con un león o similar que la aprieta el pantalón que si no la quedaría un poco grande de cintura.-te lo diré siempre que hagas algo por Mi antes.

-       ¿Qué deshea que haga????

-       te daré a elegir entre dos cosas y tu decidirás, ¿de acuerdo???.- la propongo

-       De acuerdo.- Me contesta mientras su cara se anima pues cree que controlará la situación.- dígame que desea y lo haré.

-       Pues o te quitas el cinturón y lo dejas encima de la mesa o te descalzas y vas a pedirme la copa que Yo te diga descalza.

Suelta un pequeño respingo de sorpresa; según he ido hablando se la ha hecho evidente que no iba a ser nada de lo que esperaba; sigue como la grana mientras abate aún más la mirada pero no se menea un milímetro del sitio donde está mientras, poco a poco, sus pezones parecen querer romper la tela de la blusa tal y como ya han traspasado el sujetador.

Respira hondo, levanta la mirada y, mirándome directamente a los ojos, Me pregunta:

-       ¿Y haré lo que io dezida o luego querrá que haga lo contrario???

Sin poder contenerme suelto una carcajada. Me encanta que muestre carácter, ya empezaba a pensar que las sorpresas sucesivas la dejaban sin capacidad de reacción.

ella sonríe al oírme reír, sabiendo que ha ganado unos cuantos puntos.

-       Una buena sumisa hace lo que su Amo desea pero….-Mi frase queda en el aire mientras a ella se la vuelve a ver descolocada.- a ti te he dicho que elijas y Yo no Me suelo volver atrás de Mis decisiones.

-       ¡una shumisha! ¿Qué ezh ezho???.- Me dice un poco alterada

-       Elije algo para hacer y hazlo; cuando estés aquí y con calma te explicaré lo que es.

Me mira fijamente un momento; luego baja la cabeza, acerca su mano a la Mía y la acaricia; no la permito que la coja; ella la retira aceptando que las decisiones las tomaré Yo. Respira hondo.

-       De acuerdo, deharé el zhinturón enzima de la mesha pero… Me tiene que deshir como voy a ir puesh los pantalonezh no zhe me caen pero me los piso al andar.

-       Es fácil, los sujetas con la izquierda por la cinturilla, en la derecha llevas el dinero para pagar la copa; paga antes de coger la copa para traerla y trae la copa en la derecha con los cambios. ¿De acuerdo, perrita???.- la contesto llamándola por ese apelativo por primera vez.

Levanta la cabeza, Me mira a los ojos y asiente no sé si al apelativo o a las instrucciones o a ambas cosas.

-       De acuerdo, Sheñor, así lo haré.-Me contesta.- ¿desea algo más???.

-       No solo que no tardes mucho y que lo hagas como creas que es mejor, como te salga de la manera más natural.

Asiente y, por primera vez en la noche, la que Me sorprende es ella. Se levanta y, a la vista de todo el mundo, suelta su cinturón y se lo quita dejándolo encima de la mesa (de hecho veo las miradas extrañadas de sus amigas).

-       ¿Qué es lo que desea el Señor???.- Me pregunta mientras sujeta el pantalón.

Se lo digo y sonriendo se inclina sobre su bolso y saca la cartera, siempre con una mano, toma  un billete de su cartera y se dirige a la barra sujetando los pantalones con una mano.

Llega con las miradas de la mayoría de las personas que están en el local fijas en ella; se la acerca un hombre antes del camarero y lo despide con una frase brusca. Al acercarse el camarero pide Mi copa, paga y recoge los cambios; en cuanto la tiene servida, la coge y se dirige a nuestra mesa.

Se sabe el centro de muchas de las miradas por lo extraño de la situación pues no solo es que vaya ella a pedir sino que lo hace sujetándose los pantalones con evidente incomodidad y, sin embargo, se la ve decidida, feliz y dispuesta a pasar por encima de cualquiera que la diga nada. De hecho su mejor amiga (la que se acercó a Mí el día anterior), se levanta como para dirigirse a ella y, al ver su pose decidida, se vuelve a sentar.

Sin importarla nada lo que pueda decir la gente que la está observando, pone la copa delante de Mí y, aunque roja como la grana una vez más, Me pregunta:

-       ¿Desea el Señór alguna cosa másh??? ¿Le parece adecuado el servicio???

Sonrío, la miro a los ojos con orgullo y satisfacción; veo su sonrisa y su puntito de placer por la labor bien hecha y la contesto mientras ella aguanta Mi mirada:

-       Sí, ¿puedes, por favor, remover un poco la copa con la pajita?? Es que el camarero no lo ha hecho lo suficiente.- Aunque en la forma parece una petición el tono no deja ninguna duda de que es una orden.

Asiente con la cabeza y se inclina sobre Mi copa desde el otro lado de la mesa; toma la pajita y da varias vueltas al líquido que contiene; Me mira, sonríe, sonrío y pregunta:

-       ¿Así Le parece bien???.- cuando asiento, continúa.- ¿Me da Ud. Su permiso para sentarme de nuevo, Señor??

-       Puedes hacerlo, niña; de momento no puedo decir que no esté satisfecho con tu actitud; para nada.

Sonríe y levanta la cabeza; se la nota resplandeciente y orgullosa, a la par que feliz y excitada. Se sienta y, repentinamente, se da cuenta de que su cinturón está encima de la mesa. Extiende la mano para cogerlo y la retira al ver que Mi sonrisa se acentúa.

-       ¿Pueo recoge el shinturón, Sheñó???

-       Me gustas, aprendes rápido. Lo vas a recoger pero ya que te lo has quitado no te lo volverás a poner; así que puedes hacer dos cosas; una, guardarlo en tu bolso, la segunda, regalármelo y que Yo decida lo que hacer con él.

Se queda dudando antes de responder; vuelve a agachar la cabeza lo que Me voy dando cuenta que es, en ella, signo de irresolución. Tarda en contestar pero cuando, después de respirar hondo, lo hace sigue dudando y usa un tono dubitativo.

-       Señor, deseo regalárselo; lo cierto ehj que no shé la rashón pero desheo darle todo aquello que me pida pero… no puedo quitarme de la cabeza algo que me han enseñau desde muu xhica.-toma aliento antes de seguir.- Este cinturón, Sheñó, ejh un regalo de mis amigas, de esas que están sentadas allí, en la otra meza; de ézash que no acaban de quitá zhuz ojho de nozotro y que no entienden naa de lo que ejtoy hashiendo. Bueno que me lio, lo que pasa es que en mí casa, siempre me han enseñado que los regalos no se regalan.

Vuelve a tomar aire y levanta la mirada mirándome a los ojos de forma suplicante.

-       Por ello, y no porque me importe que mis amigas vean que Se lo doy, no sé lo que hasher, Señor; ¿por favor, podría Usté deshirme que debo hashe???

La miro, la sonrío y la digo:

-       De momento, guárdalo en tu bolso pero déjame que te explique lo que es ser sumisa, ¿de acuerdo, perrita??.

-       Sí, Señor, haga el favor de explicármelo porque desde que Le vi el otro día sentí algo extraño en la forma en la que, mientras se deshacía de mi amiga, me saludaba y me hacía partícipe de Su broma interna.

-       Algo que me hacía, por un lado, desear volver a encontrarlo mientras que, simultáneamente, me hacía temer este encuentro; no sé bien lo que sucede pues Ud me descoloca y trastoca mi forma de ver las cosas pero, al tiempo, me hace sentir bien, plena, completa en mi ser. Si alguien me llega a decir que iba a hacer lo que he hecho hace un momento, lo hubiera mandado a la porra pero… cuando lo he hecho ni me he podido ni me he querido resistir.-continúa explicándose.

La sonrío y la acaricio el óvalo de la cara; ella no se puede contener y toma Mi mano besándola tanto en la palma como en el reverso.

-       A ver, niña linda, una sumisa es aquella que disfruta dejándose guiar y dejando que otra persona tome, por ella, las decisiones que ella desea tomar pero que no se atreve o no confía en sí misma para llevarlas a cabo. Es una persona que siente placer y excitación dejándose llevar y que decide que ese es su camino porque la llena y la hace sentirse feliz.

-       No es una persona débil.- continúo.- en absoluto; sino una persona fuerte que decide que su felicidad está en recorrer el camino que le indican y que busca el complemento de su alma en la otra persona.

-       No sé si esta explicación te vale.- digo para terminar.- pero… acuérdate de lo que Me dijiste cuando te vi la primera noche “yo hubiera hecho todo lo que Ud hubiera querido”; esa es una frase de persona sumisa… si se dice absolutamente en serio.

Se queda pensando y Me vuelve a mirar a los ojos mientras se queda pensativa.

-       Así que Ud opina que yo soy una mujer sumisa, ¿no???.- continúa sin dejarme contestarla.- y, evidentemente, una persona sumisa sabe que debe hacer aquello que más complazca a la persona que la guía, ¿es así, verdad??

Asiento con la cabeza.

-       Pues yo sé que Ud desea mi cinturón como muestra de mi disposición a darme a Ud. No me diga como lo sé pero lo siento en el fondo de mi alma y, por lo tanto, he hecho mal guardándolo. ¿Puede, por favor, indicarme como sería correcto que se lo diera??? Su voluntad será la mía así que, por favor, ayúdeme a que sea así.

Sonrío la miro al fondo de los ojos y la contesto:

-       Veo que estarías dispuesta incluso a arrodillarte para entregármelo, que sería la postura más adecuada, pero, parte de Mi labor consiste en no ponerte en grandes compromisos que no representen perder mucho de ti misma.- mientras hablo la tomo de los codos para evitar que se mueva.- así que, simplemente, sácalo del bolso y, por debajo de la mesa, haciendo bandeja con tus dos manos entrégamelo.

Sonríe alegre tanto por remedar su pequeña confusión como porque Yo no la ponga en el gran compromiso que se la ve dispuesta a afrontar y Me da el cinturón tal y como la he indicado.

La miro al fondo de los ojos, la acaricio la cara nuevamente y, tomándola de la mandíbula, la acerco a Mis labios y la beso profundamente explorando su boca con Mi lengua mientras ella repliega la suya en el fondo dejándose hacer. La abrazo con fuerza y la meto entre Mis brazos mientras siento como sus “pitones” marcan Mi pecho y su cuerpo busca refugio en lo más hondo de Mí.

La separo ligeramente y la pregunto:

-       ¿Vives sola???

-       No.-responde mientras se entristece.- vivo con mi amiga.

-       Bien, levántate y dila que esta noche no vas a dormir a casa pero que llegarás a tiempo de tomar una ducha e ir preparada al trabajo.

-       Me preguntará que a donde vamos a ir porque cuando quedamos con alguien siempre lo llevamos nosotras a casa por lo que pueda pasar.

-       Muy buena precaución, en serio. Veamos como lo arreglamos.- pienso un momento y la pregunto.- ¿Tienes teléfono móvil?? (Hay que recordar que en aquella época los teléfonos móviles no estaban tan extendidos como ahora ni mucho menos aunque ya se veían bastantes)

-       Sí, lo tengo.

-       Bien, no deseo ir a tu casa para lo que se Me ocurre hacerte así que dila que si necesita algo llame a tu móvil o al Mío que es el 6XX.XXX.XXX; de hecho, dila que, si lo desea, haga una llamada ahora mismo para que vea y confirme que es el Mío y que si te pasara algo tendría algo con lo que no solo localizarme sino denunciarme a la policía

-       Además, dila que, la llamarás al llegar al hotel al que vamos y se lo dirás; no que la mandarás un sms sino que la dirás de viva voz en qué hotel estás y el número de habitación confirmando que todo va bien.-continúo.- ¿crees que eso la parecerán precauciones suficientes?

-       Espero que sí.- responde decidida.- Eshpéreme un zhegundillo, por favoo.- sonrío al ver que está excitada y deseosa de hacer lo que la digo.

Sin dudarlo un momento, sujeta el pantalón con su mano izquierda y se dirige a donde está bailando su amiga.

La separa de la pista de baile y veo como discuten y como la amiga niega con la cabeza pero ninna insiste, ruega, suplica… casi puedo ver las lágrimas en los ojos de la niña en su esfuerzo por convencer a su amiga que es, al tiempo, su posición de seguridad en tierra extraña.

Casi derrotada se vuelve hacia nuestra mesa pero su amiga va hacia los bolsos a coger su móvil y viene a nuestra mesa.

La amiga de ninna viene bastante furiosa y con mirada desafiante; sin embargo, cuando llega a la mesa ve Mi mirada decidida y se calma un poco.

-       ¿Tu tampoco me puedes decir lo que quieres hacerle a mi amiga??.- Me pregunta con impaciencia.

Miro a ninna que está de pie al lado de su amiga. Sonrío a ambas pero especialmente a la perrita que está sufriendo y las pregunto amablemente:

-       ¿Queréis sentaros???

Sorprendidas por el comentario, ambas asienten con la cabeza.

-       Pues, ninna, tu ya sabes lo que debes hacer para sentarte así que ya se lo puedes decir a tu amiga.

-       Debemo pedir permizo para zentarno, izala.- dice con voz queda.

La cara de izala es un poema al ver lo que dice su amiga pero, lo cierto, es que se encuentra cortada y que su furia se ha replegado a un segundo plano.

-       ¿Zeñó, noz permite zentarnoz, por favoo??.- dice ninna en nombre de ambas.

-       De acuerdo; lo suyo sería que lo pidierais cada una pero, vale, podéis sentaros.

Se sienta, y Yo Me vuelvo hacia donde está sentada izala. La miro profundamente y la digo:

-       Contarte lo que pienso hacer con ninna Me resultaría una falta de respeto hacia ella pues a ella no la he dicho nada de lo que deseo hacerla. Así que no te lo diré.

-       Sin embargo, estoy dispuesta a mostrarte cualquier seguridad que desees obtener para que te quedes tranquila pues lo que la haré no será nada que ella no desee y de lo que no disfrute como lo que es.

Abre la boca belicosamente pero, al ver Mi mirada, la vuelve a cerrar; respira profundamente y Me pregunta:

-       ¿Si le pido todos los datos que se me ocurran me los dará??

-       Todos no pero sí los fundamentales.

-       Y esos… ¿cuáles son??

-       Mi nombre y apellidos y Mi número de DNI además de Mi número de móvil.

-       De acuerdo; démelos y me quedaré tranquila pero que ella me llame en cuanto lleguen al hotel, ¿de acuerdo???

-       Estoy conforme; toma una servilleta y un bolígrafo y ven aquí. tu, ninna, vete a por nuestros abrigos y espérame a la entrada dispuesta a seguirme.

ninna no se hace de rogar y se levanta dispuesta a cumplir con lo que la he mandado, izala va a por la servilleta y vuelve mientras Yo aprovecho y doy un ligero trago (el primero) a Mi copa que se ha quedado totalmente aguada.

izala viene a la mesa y la doy Mis datos; comprueba que el móvil es el que la doy y que el número de DNI corresponde y Yo Me levanto saliendo a recoger a la perrita que  he capturado esta noche.

(continuará)