Encuentro afortunado (2)
La pasión de la chica se impone sobre el recato de la poetisa.
El primer relato terminaba asi...
Kitten se retira y contempla embelesada el resultado de su obra. Tengo la polla impresionantemente gorda y tiesa, dispuesta para empotrarla de un solo empujón. Sonríe con malicia, sabe que esto solo acaba de empezar y que me tiene allá donde ella quería.
Se levanta, me besa compartiendo conmigo su saliva que tiene el sabor de mi sexo. Me veo empujado sobre la cama y antes de que pueda reaccionar quedo bocarriba con ella encima, sentada a horcajadas sobre mi vientre y con sus manos apresando la mías que ha quedado a la altura de los hombros.
- “Mi fantasía no ha hecho sino que empezar”. “Hoy voy a ser la domina, quiero hacer realidad mis sueños mas perversos y tu vas a ser mi potrillo, con el que voy a jugar a mi gusto”, me dice arrastrando los dedos desde la sien hasta el pecho pasando por mi cara, mi barbilla y mi cuello.
Yo sonrío complacido y doy gracias por haber estado en el momento y lugar en que esta diosa del amor ha despertado y me ha elegido a mí. Me dejaré llevar hasta allí donde quiera llevarme, su placer será el mio y gozaremos juntos. No quiero pensar en lo que puede venir después, ni tampoco en lo que tendré que hacer para devolverle la moneda…hasta solo quiero ver y sentirla como se desprende de sombras y tabúes para sentirse bien con su cuerpo y con el mundo.
Ahora la continuación…
A veces sientes que no es tu día, que estas desganada…es cuando mas me necesitas y yo siempre estoy ahí para acompañarte. En otras ocasiones estas alegre, no sabes porqué pero la energía fluye libremente por tu cuerpo y tienes ganas de hacer cosas, de salir y comerte el mundo, de disfrutar de la naturaleza, de tomar el tiempo por las crines y domesticarlo a tu antojo. Hoy es un día en los que tomas el control y te sientes poderosa.
Después de tenerme a tu merced, jugueteando conmigo, marcándome con tus dientes y acariciándome con tus labios vas a dar continuidad a tu fantasía. Me quieres hacer tuyo, vas a “usarme” para tu deleite, es tu momento y te veo animosa…con ganas de dar rienda suelta a la pasión que normalmente mantienes contenida…yo me presto encantado.
Me gusta verte así…con esa chispa en los ojos…Se que vas a traspasar tus límites…que te vas a dejar llevar por tus instintos mas primarios…que cerrarás los ojos para no oírte mientras gimes y que me tomarás a tu ritmo y de la forma que más te apetezca.
Mientras estoy cómodamente echado sobre la cama, bocarriba con la polla tiesa como un mástil, te veo acercarte con esa cara de traviesa que pones cuando vas a hacer el amor conmigo. Te sientas a horcajadas sobre mi vientre, tus rodillas a ambos lados de mi cuerpo, tu culo apoyado sobre mi bajo vientre dejando que mi polla se coloque siguiendo la raja de tu culo, las manos apoyadas sobre mi pecho…estas sobre tu potro dispuesta a darte un largo paseo.
Te inclinas hacia mi buscando mi boca. El beso que nos damos es la señal de partida…estamos juntos y vamos a disfrutarlo. Ya en este primer beso marcas la pauta: hoy eres tu quien tiene las riendas y estas dispuesta a “mandar… se hará todo a tu manera”.
- “Hola…querido… ¿lo estás pasando bien? ¿Ya sabes que estas bajo mi dominio? Hoy voy a ser yo la que lleve la batuta… déjate llevar… no hagas nada…solo dime si te gusta lo que te hago o si tengo que parar…”, me advierte.
- “Hoy vas a conocer a otra Kitten… la más ardiente…la más atrevida…la que no espera recibir, sino la que toma lo que le da la gana…”
Dicho esto, Kitten se empieza a acariciar las tetas, mostrándomelas como si fueran dos piezas de fruta madura y dulce que merecen ser lamidas. Son dos ricos y generosos meloncitos coronados por unos destacados pezones rodeados por una aureola grande.
Después de apretárselos y acariciarlos se da unos pequeños tironcitos del pezón para terminar de estimularlos, por lo que quedan como dos garbancitos salidos y duros. Contemplo la escena con atención, sin hacer nada, con las manos inmóviles apoyadas en sus muslos, gozando de la expresión de su cara.
- “¿Quieres ver cómo me toco cuando tú no estás conmigo? ¿quieres ver mi “conejito”?”, me pregunta con tono insinuante.
No espera a mi contestación, echa un poco el cuerpo hacia atrás, apoya una mano a su espalda y trae una pierna hacia delante apoyando ahora su pie junto a mi axila. Se ha puesto de forma que su coño queda bien expuesto a mi mirada y también al fácil alcance de su mano.
Pone la palma en la entrepierna y la empieza a mover muy lentamente. Primero arriba y abajo. Luego haciendo con un ligero movimiento circular. La expresión de su cara va cambiando, cierra lo ojos como para concentrarse mejor en lo que está haciendo olvidándose de mí.
Veo que su automasaje hace efecto, empieza a resoplar al tiempo que esconde su cara con su melena oscura. Observo atento como todo su cuerpo se va acomodando a los estímulos, como se va acomodando para soportar las punzadas que le llegan de su coño.
Su dedo medio ya hace unos minutos que, a veces se hunde entre los labios desapareciendo completamente, para luego aparecer impregnado de sus jugos vaginales que luego reparte por los labios. De vez en cuando, con la punta de los dedos se da pequeños golpecitos sobre la parte alta de la raja para estimular aún más la punta del clítoris que tiene debajo.
Uhmmm, es espectacular…me encanta ver como se masturba delante de mí, oír sus gemidos y ver como su cara hace gestos acompasados con las sensaciones placenteras que llegan al cerebro.
- “Mira mi chochito… ¿has visto que mojadito se pone? Hoy me siento muy puta y me encanta mostrártelo…que veas lo que pasa cuando pienso en ti y me toco”
- “Mira, mira… como sale mi lechecita…mira, mira”, me dice al tiempo que mete y saca su dedo varias veces para mostrarme lo mojada que está.
- “¿has visto como se pone mi perlita?... se pone muy dura… quiere salir de su capuchón a saludarte”, me dice manteniendo con el dedo retirada la piel que protege la punta de su clítoris para que yo la pueda ver bien.
- “Ummm que rico…lo he tenido entre los labios y me ha gustado mucho jugar con él”, le digo pasándome la lengua por los labios haciendo ver que me relamo al recordarlo.
Kitten aprovecha para levantar su pubis de mi vientre, alarga la mano hacia atrás mi me coge la polla totalmente erecta y dura para dirigirla hasta colocar la punta entre sus labios mayores. Se deja caer unos centímetros sobre ella por lo que mi capullo se abre paso entre sus carnes y penetra parcialmente.
Tras recomponer un poco la postura, ya está en disposición para hacer descender sus caderas y engullirla por completo. Al apoyar sus nalgas sobre mis muslos, se detiene un instante para que mi polla se acomode bien y tome la inclinación más adecuada. Es el momento de empezar con un dulce trote sobre mí.
Me gusta ver como sus tetas suben y bajan acompasadas con sus movimientos de cadera. Primero adelante y atrás como tratando de medir la amplitud mas adecuada. Mas tarde elevándose unos centímetros. para luego dejarse caer con fuerza hasta golpear sus nalgas contra mi pubis.
- “Me gusta mucho marcar el ritmo…sentirte dentro y elegir el movimiento que mas me excite en cada momento”, me dice entre gemido y gemido, alternando entre un abanico de movimientos de sus caderas.
Al paso, al paso, al paso...al paso, al paso, al paso.
Al trote, al trote, al trote. Al trote, al trote. Al trote.
Al galope, al galope, al galope, al galope, al galope.
Al trote, al trote, al trote. Al trote, al trote. Al trote.
Al galope, al galope, al galope, al galope, al galope.
¡que gustoooo!, Kitten va alternando los movimientos de su cabalgada dándose ella todo el placer posible y a mi regalándome con la vista maravillosa de su cuerpo lozano botando sobre mí. Su cara lo dice todo… si continúa trotando así se va a correr delante de mis narices.
Me coge de la mano y la lleva hasta su entrepierna, haciéndome ver que quiere que la acaricie mientras ella se echa un poco hacia atrás, apoya sus manos sobre mis rodillas y mueve sus caderas de forma enérgica adelante y atrás para conseguir un roce más intenso.
Yo le pongo el pulgar sobre el clítoris y lo acaricio muy dulcemente pero manteniendo una leve presión. Con sus movimientos de caderas solo necesito mantener el dedo pegadito a sus labios para darle unos roces mas o menos aleatorios que veo que le gustan mucho.
- “Uyyyy…cómo me gusta….si.siiiii…tocáme…así…asíiiii..”, dice entre suspiro y suspiro.
Hoy estamos disfrutando de lo lindo, sus jugos me humedecen los muslos, sus cachetes impactan con mis piernas emitiendo un chasquido cada vez de entran en contacto. Ufff, que hermosa cabalgada.
Pero eso no es todo… hoy vamos a probar más cosas…ahora maniobra para cabalgar dándome la espalda.
- “Acaríciame la espalda y las caderas…” me dice tras iniciar de nuevo un progresivo trote sobre mi polla que ya está a punto de reventar.
- “Uy…Uyyyyy, así la noto muy…muy adentro…ooohhhh que fuerte la siento en mi coño”, me dice mientras pierde el aliento durante su cabalgada.
A mí me gusta poner la mano sobre los hombros, deslizarlas por encima de la espalda hasta llegar a las caderas. La agarro fuerte y hago que los brincos sobre mi sean amplios e intensos, quiero clavarla hasta lo más profundo. Quiero que sienta como mi capullo golpea dentro de coño estimulando todos los puntos, hasta los más hondos.
Recojo una pierna dejándola haciendo un puente, lo que Kitten aprovecha para abrazarse a ella ganando estabilidad y así poder subir y bajar con más intensidad. Además, hora su chochito se estampa contra mi muslo lo que hace que la estimulación sea doble. Por una parte, mi polla entra y sale una y otra vez, por otra sus labios y clítoris reciben una ligera presión junto con un húmedo roce con mi pierna.
Con mis manos acompaño el movimiento de sus caderas, adelante y atrás, arriba y abajo. Cada movimiento se traduce en un gemido. Kitten se corre frotándose con mi pierna y con mi polla metida entre sus carnes.
Se deja caer de espaldas sobre mi pecho, la abrazo y aprovecho para darle un beso en la mejilla. Siento sus contracciones alrededor de mi polla, ¡es una maravilla!.Dejaré que disfrute de su orgasmo, recobre el aliento para continuar con otra postura que la vuelva a llevar al clímax y me permita a mi descargar toda mi emoción.
Deverano.