Encuentro Accidental 12

...Por Dios, en este mundo había personas tan antipáticas que se creían lo máximo y daba ganas de golpearlas. A pesar de tan molesto encuentro, la felicidad que le daba el haberle encontrado...

Capítulo 12  – Orientación

Guardó de nuevo las fotos y el dinero en la cajita, tal como había estado antes, la cerró y la puso donde había estado. Ocultó la llavecita donde la encontró y ordenó la ropa de su mamá. Cuando terminó vio la hora y se dio cuenta de que debía apresurarse en volver a la universidad, pues eran las 3:00 y sus clases serían a las 4:00. Estaba desesperada por ver de nuevo a Leila, no dejaba de sonreír, no dejaba de pensar en ella y no dejaba que los antiguos sentimientos de despecho la invadan de nuevo.

Tomó de nuevo su mochila y salió de nuevo para ir en el bus a la universidad. En el camino; sin embargo, pensó realmente en lo que estaba pasando… ¿Y si Leila no se acordaba? Era evidente que no… Pero una vaga esperanza de hizo presente, tal vez se acordaría, al igual que ella, al escuchar su nombre. Sonrió ante la idea y llegó a su destino a las 3:20.

En la entrada, divisó a esa chica rubia que no le caía bien, estaba parada como esperando a alguien. La ignoró y pasó frente a ella; pero ésta le habló.

-Hey, chica nueva – le dijo con ese tono que a Claire le sacaba de quicio, pero no dijo nada, sólo se dio la vuelta y saludó.

-Hola – le dijo - ¿Qué tal?

-Bien, gracias por el interés – por Dios, ¿por qué tenía que hablar de esa manera tan pedante? - ¿Qué haces por aquí?

-Aquí paso clases – respondió con tono neutral.

-Oh, vaya… - se hizo la sorprendida la chica – no me he presentado – continuó -  Me llamo Vanessa… si no me equivoco tú eres… Claire Hunt ¿verdad?

-Sí – asintió, algo confundida.

-Supongo que ya averiguaste quién es Leila Emerson…

-¿Eh? ¿De qué hablas?

-No te hagas la loca, niña malcriada – le dijo en tono burlón - ¿crees que no me di cuenta cómo la mirabas ayer en el entrenamiento?

-Eso no es de tu incumbencia… - se enojó Claire – ocúpate de tus asuntos, ahora tengo mucho que hacer…

-Mejor cuídate…

-Fue un gusto – le dijo con tono sarcástico, levantando la ceja y alejándose de allí a paso rápido.

Por Dios, en este mundo había personas tan antipáticas que se creían lo máximo y daba ganas de golpearlas. A pesar de tan molesto encuentro, la felicidad que le daba el haber encontrado a Leila era…

ESPERA.

Vanessa era algo así como la “ex-novia” de Leila… lo  que quería decir algo más que obvio, cada una había seguido su camino y ahora ella amaba o estaba enamorada de esa tal rubia altanera.

Se sentó en el pasto frente pero alejado de la fuente que había en medio del patio, sacó uno de sus libros y se puso a estudiar para la clase de ese día. Por suerte desde allí tenía vista de todos los lugares de entrada, se decidió a hablar con Leila y pedirle disculpas por su actitud de la mañana.

Sin embargo, pasaron unos cuantos minutos y vio que la susodicha entraba por la puerta que daba al garaje, se levantó emocionada mientras guardaba su libro en la mochila; pero observó que Vanessa se le acercaba, Leila le dio la espalda y se alejaba, parecían discutir de algo. Claire se paró y vio que las dos chicas se detenían al lado de la fuente. La rubia comenzó a acercarse a ella de una manera muy extraña, Claire comenzó a sentir una molesta presión en el pecho y aún más antipatía hacia esa mujer. Ya se vio a sí misma acercándose a ambas a paso normal; pero al darse cuenta de que Leila iba a besar a esa “tipa” corrió hacia ella y le jaló con fuerza, haciéndole retroceder unos tres o cuatro pasos, no sabía cómo había tenido el valor de hacer algo así.

Leila se dio la vuelta, parecía molesta; pero al momento pareció suavizar su expresión cuando vio a Claire, quien miraba a Vanessa con el ceño fruncido, estaba muy enojada.

-Ya no la molestes – encaraba Claire dirigiéndose a Vanessa – Si ella no quiere ayudarte en el club entonces ya no insistas…

-¡Tú no te metas! – exclamó la rubia - ¡Nadie te habló a ti chica nueva! ¡¿No tienes nada mejor que hacer?! ¡Largo de aquí!

-¡Oye no le hables así! – se enojó Leila, se soltó del agarre de la chica y empujó a Vanessa - ¡Tú eres la que debería largarse! ¡Ya no caeré en tu juego!

-¿Quién diablos te crees para empujarme?! – vociferó enojada Vanessa. Al momento siguiente lo único que se oyó fue un fuerte ruido de una palma chocando abrupta y violentamente contra una pobre mejilla condenada. Al momento siguiente la rubia se alejó a paso rápido. Claire tenía ganas de salir corriendo a matar a la chica por haber tocado a Leila… a su Leila. Estaba por salir corriendo a ello (como ya se sabe Claire es experta en peleas de ese tipo); pero se detuvo al oír los suaves quejidos de la chica de ojos grises.

Le miró y yacía allí quejándose con la mano en la mejilla, sus ojos parecían llorosos. Claire le miró con las cejas caídas, entristecida.

-Estás bien? – Le preguntó. Leila volteó a mirarle – déjame ver – le dijo sonriéndole, levantando su mano cuidadosamente y palpando la lastimada mejilla con un dedo, muy suave. La estaba tocando, por primera vez en su vida la estaba tocando por fin. Disfrutó tanto de ese contacto… pero al instante Leila se separó de ella.

-¿Por qué hiciste eso? – le preguntó con el ceño fruncido - ¿Por qué me defendiste?

-Ah pues… vi desde lejos que te molestaba y… - intentó excusar, aunque sabía que en realidad había querido ir a hablarle.

-No debiste meterte… - Leila sonaba muy amenazadora; pero se dio cuenta que cambió de expresión al mirar su rostro – suspiró y sonrió – gracias – Claire sólo le sonrió – Por cierto, ¿cómo te llamas? – le preguntó.

-Eh… - se sorprendió y sonrió muy dulcemente – me llamo Claire… tengo 18 años…

-Oh…

-Es cierto que… ¿Esa chica Vanessa era tu novia? – preguntó Claire sin rodeos, debía saber esa famosa historia dicha por Leila misma.

-No puedo mentir diciendo que no…

-¿Y la querías mucho?

-Claro…

-¿Desde hace cuanto tiempo?

-Mas de un año…

-¿Dónde la conociste?

-En el dojo… en cuanto entró…

-¿Cuántos años tiene ella y cuántos tienes tú?

-Yo 19 y ella 21…

-¿Cómo se…

-Un momento – la detuvo la chica – esto parece un cuestionario… ni siquiera dejaste que te diga mi nombre, sólo llegaste así de repente, me ayudaste con Vanessa y esta mañana… umm… siento el haberte hecho caer…

-No hay problema – le miró Claire emocionada, recordando una vez más quién era esa chica – y ya sé tu nombre, eres Leila – sonrió.

-¿Cómo lo sabes?

-Eh… - una vez más, no pudo medir sus palabras – lo escuché de las chicas de la escuela… sí…

-Jajajaja… - rió de manera encantadora Leila.

-También dijeron que te llamas Marian… - rió la castaña. La risa de la chica se esfumó.

-No me gusta ese nombre…

-¿Por qué?

-A ver ponte a pensar – reclamó Leila – mi mamá es de por aquí y mi papá es uno de esos norteamericanos que tiene un montón de negocios en Estados Unidos y todo eso… ¿no te pones a pensar cómo desentona eso? Escucha, Leila Marian Emerson Soliz… - Claire rió – no te rías – le dijo alegre – ni siquiera sé de qué país será mi primer nombre… que encima no me gusta…

-Bueno… no está tan mal – sonrió Claire sorprendida por la confianza con la que la chica le hablaba – el mío es peor… Claire Diane Hunt de la Riva

-Juajuajuajuajuajuajua!!!!!!!!! – soltó carcajadas Leila - ¡¿De dónde salió eso?!

-Mi papá es alemán y mi mamá también es de aquí, de este país precisamente – la castaña murmuró molesta por su padre; pero con eso, la de ojos grises se quedó callada y frunció el ceño, como pensando… Claire la observó y por un momento creyó que ella se acordaría, le miró expectante; pero no lo hizo.

-Bueno… - resopló a cambio.

Pasadas las risas, caminaron por el patio unos buenos minutos en silencio, habían momentos en los que sentía la mirada de Leila en ella; pero prefería no hacer evidente su incomodidad y desesperación de decirle que por fin la había encontrado.

-Oye – le habló finalmente, le sonreía lo más dulcemente posible, Leila volvió la vista hacia ella y clavó sus ojos en los de ella… Se notaba algo raro en el ambiente y Claire sintió unas terribles ganas de besarla; pero no lo hizo. Simplemente se contuvo mientras Leila se aclaraba la garganta y hablaba con un tono firme y serio que no parecía ser el suyo.

-¿Qué?

-Tienes bonito cabello – comentó desviando la vista de sus ojos – deberías soltártelo…

-Oh – Leila volteó la mirada – hoy hace calor… p-por eso… decidí sujetarlo…

-Ese tatuaje de tu cuello… ¿qué significa? – Preguntó Claire posando de nuevo la mirada en el tatuaje – no es de alguna banda de delincuentes… ¿o sí?

-¿Banda de delincuentes? – Leila rió – con el nivel de confianza que tenemos ahora mismo… ¿crees que te lo diría? – Volvió a reír – pero no… no soy una delincuente, y significa “viento”.

-Genial…

-¿Tú crees?

-Sí… te queda sexy… - se adelantó para que la de ojos grises no notara su sonrojo.

-Dijiste que…

-¿No te parece que el pasillo está un poco vacío? – desvió la conversación nerviosamente.

-Es cierto… - murmuró Leila – veré la hora… - con un tono horrorizado dijo – 4:10…

-Ay no!!! La clase comenzó hace diez minutos!!!!!!! – exclamó horrorizada golpeándose la cabeza con las palmas de las manos

-¡¿Qué haces ahí parada?! – le gritó la de cabello negro jalándola del brazo y haciéndole correr por el pasillo. Sólo con sentir su toque, su corazón dio un vuelco y luego un salto de emoción.

Llegaron atrasadas; y el catedrático no les dejó pasar.

-¡Fuf! – se lamentó Leila cuando estaban afuera en la placita, se arrojó en el piso apoyada en el borde de la fuente, mientras que Claire se sentó en el mismo borde. La observaba atentamente mientras sonreía. La de pelo negro exclamó – ¡Qué carrera que le echamos y ni siquiera nos dejó entrar!

-Sí, es cierto – comentó Claire llevando la vista hacia los jardines – de veras que fuimos muy rápido… lo que no entiendo – rió – es cómo pudiste subir las gradas de tres en tres sin cansarte…

-Pues… - Leila también rió – la adrenalina… - de nuevo sintió la atenta y penetrante mirada de la de ojos gris - ¿cómo dijiste que te llamabas?

-Claire… - murmuró, creyendo por segunda vez que se acordaría de ella; pero luego la miró con el ceño fruncido – si te lo dije hace unos minutos… ¿cómo puedes haberlo olvidado tan rápido?

-Soy mala para los nombres, no me exijas memoria – replicó Leila sonriendo de manera traviesa.

-Leila…

-¿Qué? – respondió la de pelo negro. Claire volvió la vista hacia ella y se sonrojó al ver que la de ojos grises ya la miraba de esa manera que la mataba; decidió que le diría de una vez que ella era Claire Diane Hunt, la persona que tanto la había amado hace tiempo; pero no estaba segura si se acordaría… ¿y si sólo hubiera sido un juego? Ella haría el ridículo.

Se miraron por lo que parecieron ser horas, de alguna manera, la castaña escudriñaba los ojos de Leila con tal de encontrar algún rastro de sentimiento de cualquier cosa.

-Yo… - habló la chica; pero tragó saliva y aclaró la garganta y prosiguió – quieres… ir a… ¿pasear? Aunque perderemos las siguientes clases…

-No me importa – respondió de manera apresurada Claire; pero al darse cuenta, se enderezó y levantó saliendo de su ensueño – es decir… está bien, sólo porque no hay examen esta tarde, según lo que sé…

-No, no hay examen – la de cabello negro se paró junto a la castaña y le sonrió – después de ti – le ofreció pasar por delante para ir hacia la salida de la universidad.

Fueron por todo el centro caminando, mirando y comprando cosas…

Claire vivía esos momentos con Leila y los atesoraba en su mente. Tenerla por fin a su lado era como haber vuelto a nacer, haber vuelto a una vida alegre y llena de emoción, como si saliera de la clásica rutina de siempre. Sabía que a Leila ni siquiera se le pasaba por la cabeza el hecho de que ya la conocía y que la chica que estaba a su lado era Claire, la Claire que siempre le había amado y nunca la había olvidado.

Sabía de la posibilidad de que Leila podía nunca haber sentido amor por ella y que todo lo que alguna vez le dijo podía haber sido un simple juego; sin embargo, a pesar de eso, ella la seguiría amando por el resto de sus vidas. Pues nunca dejó de hacerlo.

Luego de caminar por todos los lugares posibles y tomar uno que otro helado en alguna tienda del camino; Leila la llevó a su departamento y al despedirse sintió que le dio un beso en plena mejilla, por poco Claire se desmayaba; pero se contuvo y sólo sonrió. Ya en casa encontró a su mamá alistándose para ir a su trabajo en el hospital.

-Hola mamá – saludó con una gran sonrisa.

-Claire… ¿recién saliste de la universidad? – preguntó la señora con una expresión seria.

-Eh… no, salí a las dos de la tarde; pero…

-¿Por qué no viniste a almorzar? – preguntó frunciendo el ceño y poniendo expresión autoritaria.

-Sí vine; pero sólo un momento… debía revisar unas cosas…

-Ah… - puso cara de incredulidad e indiferencia.

-Mamá – llamó la castaña incómoda al ver la inusual actitud de su madre - ¿qué pasa? ¿Sucedió algo malo?

-Estuve revisando los horarios de clases que tienes – dijo mientras le daba la espalda – y hoy supuestamente tenías Sociología de cuatro a seis… sin embargo, te vi feliz de la vida caminando por el centro y tomando helado a esas horas, y recién llegas a las ocho…

-Eh… no mamá… lo siento es que… estaba, caminando con una amiga… - se excusó Claire sabiendo que no tenía escapatoria – además no teníamos exámenes ni nada de eso…

-Tan rápido te hiciste amiga íntima de alguien como para saltar las clases y caminar por el centro como si nada? – preguntó con esa expresión.

-Lo siento mamá, fue un error… no volverá a pasar…

-Eso espero – replicó la señora mientras alzaba una cartera – hija, estoy trabajando mucho para poder pagar esas clases y toda la universidad en sí, por favor, no vuelvas a faltarte sólo porque sí, ¿entendido?

-Sí mamá…

-Bien – le dio un beso en la frente y se despidió – nos vemos más tarde hija, cuídate, no abras la puerta a extraños, apaga la cocina…

-Sí mamá… ya lo sé… - se escuchó el sonido de la puerta cerrándose – qué mal, qué mal… ¿será que reconoció a Leila? – recordó que fue su madre quien la separó de la foto de la muchacha, aunque debía aceptar que fue más fácil superar aquel dolor después sin la presencia de aquella imagen que sólo le traía recuerdos. Aún así, cuando era pequeña, por sus trece años, aquella foto sólo le traía buenos recuerdos, nunca malos; por lo tanto, ahora era lo mismo…

Entró al cuarto de su mamá y volvió a subirse a la silla para poder alcanzar la cajita. Sacó la llavecilla del conocido escondite dentro del ropero de su mamá y abrió la cajita con facilidad. Encontró de nuevo la foto de Leila y la observó, suspirando al recordar todo lo que había pasado ese día.

De nuevo, como cuando tenía trece años, sin darse cuenta cerró los ojos y besó la foto…

-¿Hija? ¿Qué estás haciendo? – se le paró el corazón y por poco se desmayaba, dio un respingo y sus manos comenzaron a temblar, ocultó la foto a toda velocidad como pudo; pero la situación era demasiado comprometedora: ella sentada en la cama de su mamá con todas las cosas de la “cajita sagrada” de su mamá esparcidas por toda la cama, la ropa del ropero revuelta y ella besando la foto de una chica “x” que había encontrado en la “cajita sagrada” de su mamá.

-M-ma – la voz no le respondía…

-¡Claire Diane! – Exclamó enojada la madre - ¿Puedes explicarme qué es todo esto?

-… - “Claire Diane”… su mamá sólo le llamaba así cuando estaba muy enojada – N-no es nada…

-¿Por qué sacaste mis cosas sin permiso? – continuó con el ceño fruncido mientras recogía todo rápidamente – ¡Y encima de ocultas!

-P-perdona mamá…. Sentí demasiada curiosidad y…

-Sé cuándo mientes – suavizó el tono; pero aún seguía firme, cuando terminó de guardar todo, extendió la mano hacia su hija – vamos, dame lo que estás agarrando

-Eso era mío…

-Te dije que sé cuándo mientes…

-Pero si…

-No me hagas perder el tiempo, tengo que ir a trabajar

-Pero si tú volviste – dijo en tono sínico.

-Ahora hecha la chistosita, ¿no? Ni creas que lo vaya a dejar pasar – aseguró la señora – olvidé un dinero que dejé en la cómoda y al pasar te vi besando eso que estás agarrando…

-¿Qué cosa?

-Dámelo

-¿De qué hablas? – comenzó a dar vueltas y a decir de manera cantada – alguien está viendo visiones… - se arrepintió de haber empezado a dar vueltas por burla, pues su mamá le quitó la foto de las manos y la miró.

-¿Qué es esto? – le dijo con tono serio y el ceño fruncido; pero esta vez ya no resopló ni se sentó a decirle que la comprendía, como hizo cuando Claire tenía trece años – mira hija, no me salgas con esto, ya lo hablamos hace mucho tiempo, ¿Verdad?

-Pero mamá---

-Ya eres una mujer hecha y derecha, no me vengas con estas cosas…

-Pero si fuiste tú quien guardó la foto en esa caja!!!

-Si sigue aquí es porque olvidé botarla a la basura…

-Pero dime mamá… ¡¿Por qué tendrías que haber hecho eso?! – comenzó a enojarse Claire.

-Porque no quiero que estés con desviaciones…

-¿Desviaciones? – la castaña no podía creer lo que captaban sus oídos - ¡¡Si me dijiste hace tiempo que ni me ibas a juzgar, ni me ibas a golpear!! ¡¡Dijiste que me entenderías!!

-¡Lo dije porque tenías esa edad!! ¡¡Y lo entendía!! – Replicó con enojo la madre - ¡¡Pero ahora ya eres mayor!! ¡¡Y no puedes salirme con esas cosas antinaturales!!

-¡¿Antinaturales?! – la de ojos verdes ya estaba fuera de sus cabales.

-¡Siempre te he enseñado! Hombre y mujer, toda la vida!! Lo demás es pecado!!

-Jaj – dijo sarcásticamente Claire – hablas como beata… Dios no te va a dejar de querer sólo por amar a una persona…

-Ah, ¿entonces la amas? – la señora parecía aún más enojada, mientras que la muchacha prefirió no haber dicho algo así.

-No me referí a eso – murmuró insegura.

-Hija, debes amar a un hombre, ¿me entendiste? Porque esa es la pareja natural, eso es lo reglamentario… sólo así se hace la complementación y la unión perfecta de los…

-Uuuuy sí!! – exclamó Claire de manera sarcástica y esta vez no se contuvo – Puede que eso sea cierto!! Pero qué me dices de ti???? ¡¿Y qué me dices de mi padre?! ¡¡ALEMÁN DE OJOS VERDES Y CABELLO RUBIO!! ¡¡Un perfecto modelo para tener hijitos de ojos verdes!! ¡¡Ah, pero espera!! – Su tono se volvía cada vez más duro - ¡¡TE RESULTÓ MUY PERFECTO EL HOMBRECITO!! ¡¡¡PORQUE ENCIMA, ERA UN HIJO DE SU…!!!

-¡¡¡¡CÁLLATE!!!! – le gritó su madre y por poco le planta una cachetada a Claire; pero se contuvo, se dio la vuelta y con tono serio, sin dudas afirmó – lo único que lamento de ti… - resopló – es que eres igual a él…

-Yo no soy igual a él! – gritó la muchacha.

-Sólo escúchate – salió del cuarto sin volver y se fue, llevándose la foto consigo; la castaña comenzó a maldecir en alemán.

Entró a su cuarto y se echó en su cama, intentó respirar hondo después de la pelea que tuvo con su madre, tal vez después le pediría disculpas por haber le dicho eso; pero nunca lo haría por amar a Leila. Al recordarla sonrió para sí, al día siguiente la vería de nuevo en la universidad; el solo hecho de pensarlo, le hizo desear que llegara rápido el día siguiente.

Fueron pasando los días, había arreglado las cosas con su madre y procuró no hacer nada que la molestara. En la universidad, hacía todo bien como siempre. Leila parecía muy buena estudiante, pues siempre presentaba buenos trabajos y sus exámenes eran muy buenos. Se hizo amiga de ella y le era muy difícil contener las ganas que muchas veces tenía de decirle que la amaba, que la recordaba como si fuera ayer. Pero no sabía cómo iba a reaccionar.

Así pasó casi un mes, un mes algo tranquilo para ella; pero agitado para Leila debido a las constantes visitas de Vanessa para obligarla a volver a las clases de aikido, pues la de ojos grises había dejado de ir a los entrenamientos por motivos que comprendía. Claire por su parte, continuaba yendo a esas clases y Leila la ayudaba a mejorar muchos movimientos. Ya le había invitado a su departamento y ahí practicaban.

Un domingo por la tarde a eso de las 4:30, el sol no había salido, al ser ocultado por muchas nubes. Claire iba en un bus camino al departamento de Leila. Sonreía como siempre desde que se encontró con ella.

La relación de ambas había mejorado bastante, se llevaban muy bien, no pasaban un segundo una lejos de la otra; se sentaban juntas en el asiento donde siempre estuvo Leila; esperaban juntas a que comenzaran las clases, almorzaban juntas, Leila llevaba a su casa a Claire. Pero sólo eran amigas, pues Claire no reunía el valor para poder expresar a la de ojos grises lo que en verdad sentía por ella, además de que tenía miedo de que ella no haya olvidado a Vanessa.

Por fin llegó al lugar y subió rápidamente por las escaleras, al ver que el ascensor tardaba demasiado en bajar. Tocó el timbre y casi al mismo tiempo, escuchó pasos acercándose a la puerta, la cual se abrió para mostrar a una radiante Leila.

-Hola – le saludó, dándole campo para que pasara.

-¿Cómo estás? – preguntó la muchacha entrando con una sonrisa.

-Pues bien, ahora que llegaste… - se veía tan encantadora cuando sonreía así…

-Me alegra – rió Claire saludándole con el clásico “choque de mejillas”; pero aprovechó para girar un poco su rostro y darle un beso bien sentido en su mejilla.

-Gracias por aceptar venir aquí a visitarme… siento nunca ir a tu casa… - oyó su voz.

-Pues no es necesario – sonrió Claire – en mi departamento está mi mamá y creo que no sería muy cómodo practicar con ella por allí verdad…

-Sí... es cierto – asintió Leila – quieres… iré por algo de tomar o comer o algo – podía sentir que estaba algo nerviosa en su presencia. “Será que ella también siente lo mismo? Será que ya olvidó a Vanessa?” se preguntó a sí misma, mientras detenía a  la chica de ojos grises con su mano para que no vaya a la cocina y se quedara con ella.

-Espera, practiquemos primero – le dijo suave y amablemente.

Claire disfrutaba demasiado aquellas prácticas de aikido que tenía con Leila. Podía sentir las manos de ella en su cintura, en su espalda, se estremecía cuando ésta ponía ambas manos sobre las suyas para enseñarle los movimientos correctos. Un instinto oculto despertaba en su interior y le emocionaba, casi le excitaba el tumbarla. Y cuando era Leila quien le tumbaba podía ver sus ojos con ese brillo. En realidad le encantaba esa chica de ojos grises, le atraía demasiado, no podía quitar la vista de ella… La deseaba…

Luego de unas dos horas, Leila ya parecía muy cansada, cosa que decepcionó un poco a Claire.

-Claire… – rió apenada – me cansé un poco… descansemos un momento, ¿sí? Como he dejado de practicar todos los días… como que he perdido resistencia – se arrojó sobre uno de los sillones de la sala, abriendo los brazos en el espaldar, resoplando divertida. La otra se sentó a su lado, sonriendo, observando los hermosos ojos grises de Leila, quien le devolvió la sonrisa; manteniendo la mirada durante lo que parecieron ser horas  – eh… eh… - tartamudeó la chica – v-voy – se levantó rápidamente – voy por… - apenas iba a dar un paso hacia la cocina cuando de nuevo, Claire decidió detenerle de una buena vez.

-Espera Leila… - le dijo, cambiando su tono, por un dulce, suave, casi provocador, dejándose llevar por el deseo que tenía por ella.

Suavemente; pero aún algo nerviosa, comenzó a subir lentamente con la mano con la que le había detenido, acariciando su brazo, sintiendo su piel tan suave. Apoyó su mejilla en mitad de su espalda y sintió su aroma. Suspiró, se llenó de aquella fragancia mientras subía lentamente hasta apoyarse entre su cuello y su hombro mientras sus dos manos le abrazaron por la cintura

-¿Q-qué haces? – oyó la voz nerviosa de Leila.

-¿No puedo abrazarte? – Claire se apretó más a ella, presionando sus pechos contra su espalda.

-S-sí… puedes… - escuchó – no dejes de hacerlo…

-¿En verdad? – le preguntó con una voz muy seductora, comenzó a acariciarle el abdomen con las manos que rodeaban su cintura.

-…

-Me gustas Leila… me gustas mucho… - le dijo en un susurro al oído, rozándolo con sus labios, incluso introdujo un poco su lengua, quería tenerla rendida a sus pies...

-T-tú… t-también – oír eso le llenó de felicidad, entonces después de todo no era su impresión, ella también le gustaba a Leila; incluso por eso ésta le había hecho caer para hablarle aquél día en la universidad. Sintió las manos de la chica sobre las suyas que estaban en su abdomen acariciándole – Me gustas… - oyó de nuevo con un salto en su corazón.

Leila volteó a mirarle profundamente sobre su abrazo, Claire sólo escudriñaba esos ojos que le encantaban. Al ver que ella se acercaba a ella, simplemente cerró los ojos y entre-abrió los labios, dándole permiso para besarla. Leila unió lentamente sus labios con los de ella, primero el superior, luego el inferior… suavemente su lengua inició el ingreso a la boca de la muchacha. Claire tembló un poco al sentirlo y acarició la lengua de Leila con la suya, sintiéndola más aún. De repente, sintió las manos de la de ojos grises apoyándose fuertemente en sus glúteos, ocasionando que sus caderas se junten. Ella se soltó del tierno beso para suspirar hondo soltando un pequeño gemido. Ese contacto le había excitado.

A continuación Leila volvió a besarla rápidamente; pero esta vez con pasión, Claire le correspondió de la misma manera y se dejó llevar por ello, se quitó ella misma la playera que traía. Leila la empujó al sofá, se quitó la playera y bajó rápida y fuertemente el pantalón de Claire hasta la mitad de su muslo, acción con la que ella rió tímidamente. La muchacha de ojos grises también se bajó el pantalón hasta la mitad del muslo y deliciosamente juntó su entrepierna con la de la otra, quien con sólo el contacto, gimió apretando los ojos. Comenzaron a moverse a un solo ritmo.

Sentía los besos y mordisqueos que le hacía Leila en el cuello, mientras sus intimidades yacían pegadas frotándose entre sí. Gimió un poco, excitándose aún más, moviéndose más rápido ella misma. Había soñado tanto con ese momento, parecían haber sido siglos que había esperado en vano y finalmente estaba allí, siendo amada por el amor de su vida

-Vanessa…

Escuchó el suspiro de Leila... ¿Vanessa? Sintió cómo su corazón se fruncía y se hundía terriblemente en su pecho. De repente todo ese ensueño y amor se convirtió en un mar de odio y repulsión, la detuvo con las manos.

-¿Qué? – preguntó ésta, desconcertada y algo molesta mientras levantaba la vista y le miraba a los ojos, esa mirada tonta e ignorante terminó de colmarle; pero se contuvo lo más que podía.

-¿Cómo me llamaste? – frunció el ceño, mientras su tono de voz había cambiado por completo y ya no era suave, sino más bien fuerte y serio..

-Y-yo… – musitó Leila.

-Me llamaste Vanessa… - la castaña le empujó a un costado con fuerza, levantándose bruscamente y acomodando su pantalón y levantando su playera del piso.

-Lo lamento – se disculpó la de ojos grises – lo siento en verdad, perdóname, no sé qué pasó conmigo, no sé de dónde salió eso… no sé qué sucedió no sé…

-Pero yo sí – Se vistió por completo rápidamente. No lo podía creer, Leila aún no había olvidado a Vanessa. Le miró de frente y a pesar de todo seguía conteniéndose  – tú todavía quieres a Vanessa, a esa mujer que te hizo tanto daño…

-No… no es eso – Leila puso cara de “yo no fui” algo que Claire comenzó a odiar de ella desde ese momento – perdóname, fue sólo una equivocación, yo quiero estar contigo… - se levantó y le sujetó del brazo, se llenó de rabia.

-¡¿Qué me crees?! ¡¿Quién me crees?! – Finalmente soltó su furia contenida mientras se soltaba violentamente del agarre de Leila - ¡¿Cómo crees que me acostaré con alguien que suspira el nombre de otra persona mientras está conmigo?! ¡¡No soy una cualquiera!! – puso sus manos a la cintura – ¡Pero claro! ¡¿Me estabas usando, no?!

-No… eso no es… - la de ojos grises se sintió ofendida durante dos segundos al recibir esa acusación – yo no te estaba usando!! Además fuiste tú la que empezó con todo esto!!

-A diferencia de ti – murmuró la de ojos verdes, seriamente recordando aquello que había dicho Leila por la red de internet “Si fuiste tú la que empezó todo esto!!” Nunca estaba dispuesta a aceptar ningún tipo de culpabilidad – yo sí te quería… - Salió del departamento dando un portazo… pensando que la niña rica nunca iba a cambiar… tantos años, y seguía con lo mismo…

Era increíble… por segunda vez, esa misma mujer la había engañado…

Leila tonta, pensó con el ceño fruncido, sigues siendo la maldita idiota de antes… nunca vas a madurar, chiquilla riquilla de buena familia, hecha la buena persona, estúpida, estúpida!, ¡ESTÚPIDA!, ¡Te Odio Maldita…!, la maldijo mil veces en alemán, pero seguro va a venir después como perrito rastrero a reclamarme o pedirme perdón pues que se arruine! Yo no quiero saber nada de ella, no quiero saber… es una maldita, nunca va a cambiar, nunca nadie le enseñó a ser una persona leal… si no me quería en verdad, para qué hacer todo ese teatrito de “te quiero, tú también me gustas”, maldición!!!!!! TE ODIO LEILA!!!! Y creo que eso es lo que siempre guardé por ti… odio… mucho odio… porque ni siquiera te acordaste de mi por pensar en esa rubia estúpida… nunca te importé, yo sólo fui… un recuerdo más…

Fin del capítulo :3

Bueno ese fue el capítulo! esta vez me tarde un poco en publicar; pero pues aquí anda... como siempre responderé a sus comentarios ;)

ALEXMVU (gracias! igualmente da mucho gusto leer sus comentarios =) ), natzi (eeee... no solo 10,... sino 10000.... gracias!!!! no sabes cuanto a uno le anima que le comenten asi ^^!), angeles2875 (igual cariños angeles2875 jaja, no puedes escribir? Bueno... esperemos que te haya gustado este capítulo!! ^^!), Valeria (uuuh! pelicula de esta historia??? :D suena genial, aunque eso si... seria dificil encontrar una Leila y una Claire O.O asi de bonitas... xD jajaja), Sof14 (gracias Sof14!! espero te haya gustado este capítulo, ya ves, ya llegaremos al presente X.X, solo un poco mas...), Lauriux (final feliz???? jojojo... ya lo veremos... jojojo... jaja es broma gracias por comentarme! ^^!), marie (jajajaja siii!!! Tienes razón, llegó la hora de hacerse respetar, tanta habilidad que tienen con eso del aikido O.o jaja gracias por comentar!), aurora la diosa (la malvadez hace a los autores O.O jajaja... digo... como se dice? MALDAD O.O, espero te haya gustado este capitulo y espero subir el otro mas rapido x.x ^^ saludos!), HombreFX (gracias!!! ^^! espero esta capitulo tambien te haya gustado!), Condesa de Rostau (si, si, muy cierto, Claire anda mas pendiente. Leila esta distraida por alli pensando en la inmortalidad del cangrejo... :D), karina (id:136...) (gracias karina, jaja me rei mucho con lo del caballo que esta montando... xD pero pues si... Leila, justificada por la fortuna que tiene, nunca tuvo que preocuparse mucho por el resto del mundo :O!), gigita (sip sip, Claire sera feliz, creo que con Leila jaja ^^!), lore18 (gracias lore18! y si, seguire escribiendo, de hecho cuando termine alguna de mis historias, Suspiros o esta de Encuentro Accidental, publicare otra que anda molestando en mi cabeza xD y pues lo de la carta, lo envió su mamá O.O le hizo ese favor... amm es un poco largo de explicar eso, pero ya vendra la explicacion despues ^^), lulu (pues si, es que Leila, como decia una amiga, andaba mas ocupada con lo de Vanessa que otra cosa ¬¬), alanna (pues si, ya falta poco para que lleguemos a la realidad de nuevo...), JULY (gracias! ^^! es bueno saber que la forma de escribir logra transportar :O! gracias JULY ^^!), karina(id:125...) (gracias, bueno como puedes ver, me tarde un poco mas esta vez, porque pues... el capítulo lo hice quedar un poco mas largo, como es algo repetitivo entonces x.x), Rebeca (graaciaaas! es muy bueno saber que te gusta la historia gracias por comentarme! =) ), Nahomy (pues si, medio que Claire tiene mas desarrollada la intuicion, debe ser eso, Leila... es como que... pasa algo... y se queda en blanco... segundos despues se da cuenta y... arranque hormonal.. jaja xD), RedBull (jaja viciosos, gracias! ^^! espero este capitulo tambien haya acabado bien :O!), cris (gracias! me gusta que te guste mi relato! ^^!), absa (gracias! espero hayas estado viva para este capitulo ;) ^^ jaja gracias mil por comentarme =) ), Invented (graaacias! bueno jaja comprar un cerebro... como que estan caros no? creo que es mejor que estrene el suyo; pero no, no te preocupes ya se avivara la chica ;) ), maco (gracias ^^ es muy bueno saber que te gusta mi historia, espero te haya gustaado este capitulo tambien =) ), lokii (:O!! abogado...! sere mi propia abogada... xD... jaja es que no tengo dinero... gracias como siempre lokii, espero te haya gustado este cap ^^)

Muchas gracias a todos por comentarme, valorarme y leerme ^^ es bueno saber que les gusta mi relato. Pronto dejare el siguiente. aunque tal vez tarde un poco x.x tambien debo publicar suspiros... fuf... jaja... gracias por leerme!!! ATTE: Wind