Encuentro Accidental 10
...la observó y sintió un retorcijón en el estómago, un balde de agua fría caerle encima, mientras su respiración se aceleraba y su corazón latía a mil por segundo...
Capítulo 10 - Caminos cruzados
Aquel día se fue corriendo a su casa en cuanto acabaron las clases en el colegio. No le importaba el hecho de que su padre esté o no esté en su domicilio. Cuando llegó, abrió a puerta con su llave y saludó a su madre con un “Hola!!!” gritado para ir sin retrasos hacia su cuarto a mirar la foto de su amiga.
Abrió una de las cajitas del velador que tenía al lado de su cama, que por cierto era muy viejo y gastado, las esquinas ya habían perdido el color café de la pintura.
De la cajita, sacó un cuaderno de anotaciones que no usaba prácticamente para nada más que hacer cuentas del dinero del que disponía por semana. En medio de las hojas de aquel cuaderno, estaba la foto de su amiga. La sacó y la observó por largo rato.
¿Estoy enamorada?, pensaba, será cierto que… que estoy enamorada de una chica… no debería ser… esto es una red de internet, sólo eso… no puedo estar enamorada de una pantalla… observó más detenidamente y pensó sin pensar pero es tan linda… es hermosa… qué ojos… que pelo… qué boca… cuando se dio cuenta, ya estaba besando la foto con los ojos cerrados… y no era la primera vez que le pasaba. Su mamá entró al cuarto para preguntarle si iba a almorzar y vio su extraño comportamiento, por suerte no distinguió la imagen.
-¿Qué haces, hijita? – le preguntó curiosa. Claire dio un respingo, se le paró el corazón y guardó la foto en medio de las hojas del cuaderno, justo donde estaba.
-N-nada – respondió muy nerviosa, las manos le temblaban.
-¿Segura? – su mamá le hablaba con tanto cariño que le dio ganas de preguntarle algo más sobre lo que estaba sintiendo; pero le dio demasiado miedo su reacción.
-Sí – asintió la muchachita de cabello castaño haciendo una mueca de sonrisa.
-¿Vas a almorzar?
-Sí mamita – logró sonreír. Cuando ella hubo salido, no cerró la puerta del cuarto y Claire lo olvidó por completo y sacó de nuevo la foto de su amiga para observar, pasaron unos segundos.
-¿Hija? – su mamá entró y vio que su pequeña hija besaba una foto de alguien; pero… ¿quién?
-P-perdón – se sobresaltó de nuevo la castaña ocultando la foto mientras se le paraba el corazón.
-¿De quién es la foto? – le preguntó dubitativa; pero sin dejar de sonreír cariñosamente - ¿algún chico que te guste?
-Eh… no – negó Claire. Su mamá comenzó a actuar como jugando.
-Uuuh… mi niñita está enamorada y no me quiere decir – se acercó lentamente – te voy a quitar tu cuaderno! – exclamó con una voz fingida de monstruo y comenzó a hacerle cosquillas a su hija, quien soltó el cuaderno riendo descontroladamente.
-Ya mamá! – exclamaba riendo – Basta! – seguía riendo.
-¡¡Tengo el cuaderno!! – exclamó divertida con una pose triunfal, lo abrió en la parte del medio, cuando Claire se dio cuenta, casi se desmaya.
-No, no, no mamá – replicó desesperada – no veas no veas! – Ya era demasiado tarde, la sonrisa de su mamá se esfumó por completo, cogió la foto con tanto cuidado que daba miedo.
-Hija dime – le habló seriamente - ¿quién es esta muchacha? – alzó la foto para mostrársela a Claire, quien no supo mentir de manera NO evidente.
-N-no sé…
-Hija, ¿cómo no puedes saberlo? – continuó la madre, confundida; pero mostrando firmeza, cosa que aprendería su hija con los años - ¿Esta es la foto que estabas besando? ¿Es esta la foto que miras todas las noches?
-¿Cómo sabes de eso?
-Una madre sabe todo de su hija – cortó la mujer – dime hija, ¿es cierto lo que te estoy diciendo?
-N-no… - Claire no sabía qué hacer, quería que se la tragara la tierra para no tener que dar explicaciones de nada a nadie
-Mira hijita – su mamá resopló y se sentó a su lado en la cama, le devolvió la foto a la castaña, quien apenas la sostuvo con las temblorosas manos – primero que nada, no me mientas…
-Lo lamento…
-¿Por qué besas la foto de esta chica todos los días?
-N-no sé… me dio ganas – inventó.
-Hija, yo no te voy a golpear, ni te voy a juzgar… soy tu madre, tu amiga, en mí puedes confiar – le animó. Claire resopló y no dijo nada, sólo asintió.
Su mamá vio por conveniente el guardar por un tiempo la foto de esa muchachita de ojos grises. No tenía nada en contra de ella; pero ni siquiera sabía de dónde era, qué hacía y si era una buena persona. No parecía mala; pero quería proteger a su hija de cualquier “confusión” o decepción.
Claire tuvo que aprender a vivir sin mirar la foto cada noche, de todas maneras, le hablaba a su amiga todos los días de su existencia, todas las horas. Intentaba decirle lo que sentía; pero le daba miedo que ella no pensase lo mismo y que encima de todo piense que era asqueroso y que ya no quiera hablarle.
Claire cumplió 14 años el 17 de enero de 2006, ya mucho después de haber pasado sus cursos de reforzamiento (en otros lugares llamados cursos de verano). Había pasado a primero de secundaria y había logrado salvar el segundo semestre de octavo curso gracias a su reposición de notas en las últimas libretas. Pues de no ser así, hubiera tenido que repetir el año. En el aspecto académico estaba tranquila; pero aún no podía decirle a su amiga sobre sus sentimientos.
Aquel día, su madre le había preparado un pastel con sus propias manos. Le organizó una pequeña reunión con dos de sus amigas en una de las heladerías más caras. Le compró el celular último modelo de ese año y un deportivo de la marca más fina que encontró. Su mamá ahorraba dinero todos los años para poder regalarle lindas cosas a su hija, quien poco a poco, había cambiado demasiado: le ayudaba en todo lo que podía con los deberes de la casa, incluso se había propuesto obtener mención de honor en ese año.
Estaba consciente de que, ese cambio no se hubiera dado de no haber conocido a su amiga, a quien le hablaba cada vez más seguido y durante más tiempo. Ya no podía ver su foto y esto de alguna forma tranquilizó a su madre, quien ni siquiera se imaginaba que esa muchacha era una chica que su hija conoció por la red de internet.
Fue en febrero de 2006 en que se armó de valor para poder decirle a su amiga lo que sentía por ella. Sus manos temblaban al escribir “Me gustas… te quiero y esto es más que amistad” ella tardó en responder, tanto que Claire pensó que nunca más le respondería; pero cuando lo hizo, casi se parte en mil pedazos, lloró como idiota al ver “tengo que irme… adiós”, y se desconectó. Ese momento la castaña no supo qué hacer, no sabía qué pensar, su amiga ya nunca más le hablaría.
Pasaron dos semanas y era Claire quien no se conectaba para nada, aunque se moría de ganas de hacerlo, tenía miedo, un miedo inexplicable de no encontrar a su amiga y luego buscar en programas especializados y encontrarse con que la había borrado de su lista de contactos. No vivía tranquila, vivía triste y apenas podía sobrellevar sus clases de aikido, el cual le hacía recuerdo a su amiga también, puesto que por eso le había conocido.
Un día, decidió ingresar y enfrentar la “realidad”, que resultó ser más dulce de lo que esperaba, ¿cuánto tiempo había perdido? Dos y casi tres semanas. Pues, el mismo momento que entró recibió un mensaje: “Tú también me gustas, Claire”
Casi lloraba de la emoción, era cierto, era una niña muy sensible por la falta de buenos amigos y amigas. El ser correspondida por primera vez en algo que ella sentía la hizo demasiado feliz y la llenó de vida. Sí, pues era muy diferente obligarse a corresponder a ser correspondido.
A partir de ahí, se conectaba todos los días. Tenían una relación muy linda aunque sea por la red de internet. Era tanta su felicidad que siempre tenía ganas de vivir, de estudiar, de entrenar aikido, de ser la mejor hija del mundo, ya ni siquiera le dolían los golpes de su papá, ni siquiera le dolían los insultos de las otras personas. Su mundo se convirtió en la felicidad que sentía al tener a su amiga para ella.
Pasaron los meses y todo continuaba de esa manera, feliz, ella nunca se aburría. Nunca se cansaba de hablar con su amiga y estar con ella. Pero fue el 2 de junio, fecha del cumpleaños de su amiga, en que todo su mundo se hizo trizas, toda la felicidad se desvaneció, las ganas de vivir se hicieron añicos y el alma murió de un solo tirón.
Se conectó a internet para poder felicitarle por sus quince años cumplidos. Pero ésta, se portaba muy extraño, hasta que comenzó a molestarle. Claire se enojó, entonces recibió como respuesta “No soy tu amiga, entré a su correo y te hablo desde ahí” Se tranquilizó un poco; pero de igual manera se molestó y le dijo que no podía andar metiéndose en correos ajenos.
Fue en ese momento, en que recibió una respuesta que le hizo dar cuenta que… tal vez sí había alguien más allí; pero también su amiga
“Mira, si tu padre te pega y tu madre es una resignada no es mi culpa, así que amárgate tú sola y no me amargues a mí…”.
Claire sintió una rabia tan grande que escribió lo primero que se le vino a la mente…
“Yo confiaba en ti!! Cómo puedes decirme eso??? Creí que tú eras diferente del resto de las personas; pero eres igual que todos…”
Recibió una respuesta que la enojó al extremo “¿Qué? Si fuiste tú la que empezó con todo esto!! Tú eres quien me pervirtió!!”
- “Ya no quiero hablarte nunca más, yo lo empecé? Entonces yo lo terminaré… te borraré de mi lista de contactos y crearé otra cuenta, para nunca más hablarte… te odio!!”
A partir de ahí, la borró de su cuenta, con todo el dolor de su alma, creó otra, tuvo que comenzar todo otra vez. Su vida ya no tenía sentido, se había convertido en un calvario peor que aquél que había vivido antes de conocer a su “amiga”. Ya no tenía ganas de estudiar, no tenía ganas de vivir, no quería nunca más entrenar aikido, no le importaba ser buena hija o no, los golpes de su padre le dolían más que nunca y los insultos de las demás personas le llegaban hasta el fondo del corazón. Le hacían llorar todos los días en la escuela, ya no podía defenderse de las pandillas que la acosaban.
Siempre peleaba diciendo “¡¡AL DIABLO CON CONVENCERLOS DE QUE NO VALE LA PENA PELEAR!!”, siempre perdía. Sus notas cayeron y se mantuvieron inmersas en la tristeza de Claire, haciéndole compañía y aumentando su dolor aún más. Volvió a fumar marihuana, volvió a beber alcohol, volvió a drogarse.
Pero el dolor que más le dolía era el del corazón. A veces ni sabía si tenía corazón o no. A veces simplemente sentía como si estuviera fuera de sí y de su alcance el hecho de sentir. El tiempo pasaba demasiado lento. Una semana parecían siglos. “Me lo merezco”, llegó a pensar, “por todas las cosas malas que hacía y hago ahora, debe ser castigo de Dios; pero qué idiota fui, ¿quién llega a enamorarse de una pantalla?” (La autora O.O)
Sabía que la solución era muy sencilla, simplemente conectarse a su antiguo correo, agregar de nuevo a su amiga y pedir explicaciones y si era necesario, perdonar. Pero no, también tenía orgullo.
El dolor continuaba irreparable. Su madre se dio cuenta del estado de su hija, quien siempre andaba con los ojos colorados e hinchados, siempre andaba con la cabeza agachada, ya no hablaba nada y cuando lo hacía, su voz era grave y quebrada; sus notas habían bajado, se la pasaba sentada en el sillón del comedor sin hacer nada, mirando un punto fijo; ya no le ofrecía ayuda en nada, ya no le abrazaba, ya no sonreía. Se preocupó por su hija, no quiso dejar su pensamiento en que tal vez sea la edad, es cierto, los preadolescentes tienen crisis; pero ella era su madre y sabía que la crisis de su hija no podía ser tan fuerte y larga, pues ya llevaba casi dos meses.
Aquel día, decidió hablar con ella y por suerte, era uno de esos días en que Claire estaba sentada en el sillón mirando el punto fijo. Se sentó a su lado y notó con todo el dolor de su alma, que una lágrima independiente salió de sus ojos.
-Hijita – le dijo de la manera más dulce. La muchacha la miró con la vista perdida.
-¿Sí mamá?
-¿Qué tienes? – Acarició su cabeza – llevas mucho tiempo sin sonreír… llevas mucho tiempo sentada aquí… ¿te pasa algo malo?
-No… estoy bien – se notaba la sonrisa fingida.
-No estás bien hijita – le dijo lo más comprensivamente posible – dime hija, yo no te voy a golpear, yo no te voy a juzgar, soy tu madre y tu amiga…
Claire rompió a llorar como nunca antes, no le explicó nada a su mamá, simplemente se aferró a ella y lloró en su regazo, como solía hacerlo cuando tenía menos de diez años. Su mamá le acariciaba la cabeza sin decir nada, sólo le ofrecía su apoyo.
Luego de ese día, poco a poco, Claire comenzó a mejorar, comenzó a superar el dolor. Pasado un año, ya no lo recordaba y comenzó de nuevo a esforzarse mucho más en la escuela y en todo lo que hacía.
El año 2009, terminó el colegio con mención de honor. Había crecido mucho tanto física como intelectualmente. Había madurado. Nunca más volvió a drogarse, nunca más volvió a tomar alcohol, nunca más volvió a fumar y nunca más volvió a desmoronarse como le había ocurrido tres años antes. Su forma de actuar era muy seria y prudente, era muy inteligente y tolerante; pero también muy amigable.
Su padre ya no le golpeaba por miedo, pues una vez, cuando estaba en tercero de secundaria le rompió el brazo con lo que había aprendido en la escuela de aikido, nunca se arrepintió de haberlo hecho.
El día de su graduación, su madre estaba en primera fila viendo cómo su hija recibía la Mención de Honor al ser una de las mejores, pues a pesar de que sus notas no fueron las mejores en primero de secundaria, para los demás cursos siempre las mantuvo arriba de “Excelente”.
Decidió estudiar Comunicación Social, a pesar de que ni su mamá esté de acuerdo, pues pensaba que “para el nivel de inteligencia” que tenía su hija, debía estudiar algo más “difícil”. Pero después de todo lo aceptó y la apoyó, como siempre.
Claire convenció a su madre de tramitar el divorcio, pues desde que el hombre no podía golpear a su hija, golpeaba a su esposa. Su mamá finalmente accedió después de mucha insistencia y comenzaron con los trámites. La castaña iba a la universidad y asistió hasta medio año del 2010, cuando su mamá le dijo que viajarían a su país natal y le realizarían un traspaso con los certificados de notas y las libretas del colegio.
Fue en julio 14, cuando volvió a ese país, había cambiado mucho desde que lo dejó a los 9 años, ahora ya tenía 18. Se la pasaron buscando departamentos todo el día, hasta que encontraron uno amplio y bonito para las dos. Su mamá no quiso que Claire estudiara en una universidad pública, por lo tanto, fue a pedir una beca a una universidad privada aunque sabía que debía comenzar a trabajar más y por más tiempo para poder pagarla.
Por su parte, Claire había ido a buscar una escuela de aikido para no dejar este arte, aunque sabía que tendría que faltarse a algunas clases, pues seguro en la universidad le darían diferentes horarios que se mezclarían con los de aquél lugar.
Comenzaría con todas sus actividades el lunes 18 y se sentía muy emocionada, pues todo en ese país era nuevo o casi nuevo para ella. La gente era muy diferente.
Por fin llegó el lunes, fue a la universidad en la mañana. Al entrar al aula, vio que todos o casi todos los asientos estaban ocupados. Vio un asiento vacío al lado de un muchacho de cabello castaño y ojos marrón, el cual estaba situado al medio del aula y al lado de la ventana. La mochila del chico estaba en ese asiento.
Se acercó algo tímida pero sonrió.
-Disculpa – le dijo - ¿puedo sentarme aquí?
-¿Eh? – el muchacho le miró y luego sonrió como disculpa – lo lamento; pero tal vez mi amiga venga el día de hoy y estoy guardando su lugar; pero – le señaló un asiento que estaba en la primera fila – puedes ir ahí, está vacío.
-Bueno, gracias – Claire se alejó y fue a sentarse allí adelante. Se presentó al catedrático como Claire Diane Hunt.
Las clases fueron normales, nada especial; pero de alguna manera, le agradaba mucho más oír las explicaciones en castellano que en alemán. Observaba de rato en rato el asiento vacío en medio del aula al lado de la ventana, pensaba seguro a ese chico le gusta sentarse solo; qué mala excusa de la supuesta “amiga” que tendría que venir…
Al terminar las clases de la mañana, fue a su departamento a almorzar con su mamá un poco de comida de conserva. Luego, a las tres de la tarde se dirigió a la escuela.
Cuando llegó vio a muchas chicas, parecían ser más o menos de su edad. La miraban extrañadas, la clásica mirada incómoda a la chica nueva. Pero hubo dos que le hablaron de manera amigable y con las que entabló conversación.
Distinguió a una muchacha rubia alta con la mirada altanera, desde esa primera impresión que tuvo, no le agradó esa chica.
Entró un hombre de rasgos asiáticos, cabello negro, y algo de barba. Llevaba el traje de aikido y sonreía amablemente.
-Hola muchachas – les saludó, luego miró a Claire – tú eres nueva, ¿verdad?
-Sí – asintió la chica algo nerviosa.
-Ven a presentarte aquí delante para que las demás te conozcan – sonrió y le indicó un lugar al lado de él. La castaña se levantó y se paró allí.
-Mi nombre… es… - le intimidaba el ambiente – Claire Diane Hunt.
-Aquí normalmente nos llamamos por los apellidos – agregó el maestro – soy Masaru – le dijo. Pero espera, ¿por los apellidos? ¿Entonces le llamarían “Hunt”? No, no, esa idea no le gustó para nada. No le gustaba su apellido alemán y aún menos que le llamen de esa manera - ¿ya entrenaste aikido alguna vez?
-S-sí – respondió – desde los doce años… - escuchó un murmullo general, y entre ellos, distinguió a alguien decir “casi como Emerson”.
-Bien – sonrió el maestro – entonces vamos a evaluar tu nivel… para eso… - buscó con la mirada a alguien entre las chicas, luego frunció el ceño - ¿dónde está Emerson?
Se abrió la puerta y entró una chica jadeando.
-¡¡Maestro!! ¡¡Disculpe la tardanza!! – exclamó.
-Emerson, es la enésima vez que llegas tarde.
-Disculpe, el tráfico estaba horrible – rió. Era una muchacha de ojos grises, cabello negro, un suave contorno del rostro bien definido y delicado, nariz respingada. Claire la observó y sintió un retorcijón en el estómago, un balde de agua fría caerle encima, mientras su respiración se aceleraba y su corazón latía a mil por segundo...
“Qué extraña sensación….”
Fin del capítulo :3
Gracias por leerme en esta entrega ^^ y bueno ya llegamos a la parte de "el conocer de nuevo O.O" jaja... y ah si... sobre los comentarios! Miles de disculpas a quienes comentaron y no les respondi O.O es que... acabo de darme cuenta que hay dos paginas de comentarios O.O... y yo solo respondia a una... O.O... jejeje ^^U... bueno ahora si respondo a todos...
blue (gracias por tu comentario! Y si, ahi anda la historia de Claire, todo desde su punto de vista ;) ), aurora la diosa (pues si, debemos darle todos los lectores una temible paliza, ahora ya sabes porque Claire es tan orgullosa O.O), inspiradah (gracias por tu comentario!! anima mucho a seguir escribiendo! ^^ pronto dejare el sigte capítulo), Zoe (gracias Zoe y si, ahi iba la explicacion de toda la forma de ser de Claire ^^), Condesa de Rostau (pues si, nadie se imaginaba que habia pasado por tanto la chica, tan tranquila que se la ve en la historia presente O.O), karina (Id:125...) (gracias por tu abrazo!! Te devuelvo uno igual desde el corazon de algun continente ;) pronto dejare el sigte cap), Nahomy (jaja pues creo que a todas nos gustaria consolarla no? Medio que Leila no lo hace muy bien que digamos jaja...), RedBull (gracias RedBull, espero este capitulo tambien haya sido de tu agrado ^^), alanna (lloremos juntas T_Tgracias por comentarme :D), gigita (espero que esta parte sea aclaratoria de muchas cosas, por eso la escribi, gracias por comentarme! ^^), angeles2875 (hey O.O... Claire es MIA...O.O jajajajaja xD es broma, pero si, cuidado se entere tu mujer O.O jaja), HombreFX (gracias, como siempre digo, todavia se puede mejorar, gracias por comentarme siempre), absa (pues si, asi es la vida; pero como se dice, cuando te hace mucho daño, luego te paga bien ^^b), karina(Id:136...) (gracias karina, tus comentarios siempre son bienvenidos =) y tienes mucha razon, tener una vida dura y luego encontrarte con alguien que tiene arranques hormonales como el verdugo ¬¬ jaja gracias!), ALEXMVU (pues si, siendo Claire co-protagonista hay que saber un poco más de ella ^^), macarena20 (gracias! espero te haya gustado este capítulo! y mira, Claire sufrio mucho y luego para ir a encontrarse con la amiga esta O.O), lulu (gracias lulu! espero te haya gustado este episodio ^^ y pues si, a Claire le paso casi de todo u.u)
Muchas gracias a todos los lectores por leerme, valorarme y comentarme. como siempre dije, se puede mejorar, asi que aqui hacemos... bueno... hago todo lo posible para que cada episodio ande mejor escrito x.x jaja... gracias! pronto dejare la siguiente parte ^^! Saludos! ATTE: Wind